Jessica Biel: ?Con la moda es con lo que doy rienda suelta a la experimentaci¨®n?
De las pel¨ªculas de acci¨®n a las comedias rom¨¢nticas, la actriz norteamericana sabe bien qu¨¦ significa ofrecer m¨²ltiples registros. Ahora se mide con el terror en El hombre de las sombras, que se acaba de estrenar en Espa?a.
Es imposible no haberse cruzado con el rostro de Jessica Biel en alg¨²n momento de 2012. Por un lado, ha sido una presencia constante en alfombras rojas y eventos sociales con looks analizados hasta la saciedad por prensa y blogs (y aprobados con muy buena nota). Por otro, su propia vida ha dado un giro importante, pero, adem¨¢s, se le han acumulado los estrenos. Presente en Desaf¨ªo total y en Un buen partido, que ya se han visto en Espa?a, tiene en la rec¨¢mara El hombre de las sombras, que se estrena en nuestro pa¨ªs el 4 de enero, y Hitchcock, programada para apenas un mes despu¨¦s. Y para 2013 ya tiene otras tres entregas m¨¢s empaquetadas. Esta belleza del Medio Oeste americano ¨Cnaci¨® en Minnesota y creci¨® en Colorado¨C no para desde los 11, la edad a la que contrat¨® a su primer agente. Tan solos tres a?os despu¨¦s consigui¨® su primer papel importante en la serie Siete en el para¨ªso y durante once temporadas fue la hija perfecta que cualquier padre hubiera querido tener. Despu¨¦s, dio rienda suelta a su espectacular forma f¨ªsica en filmes de acci¨®n como Blade Trinity, Cellular, Stealth o El equipo A, a su capacidad dram¨¢tica en El ilusionista y a su vena c¨®mica en Una familia con clase.
Despu¨¦s de pasar miedo en El hombre de las sombras, le ha tocado cambiar de registro para convertirse en una persona real: la actriz Vera Miles en Hitchcock. ?Fue un cambio complicado?
Fue intenso. La idea era meterme en su piel, empaparme de su esencia. Me le¨ª su biograf¨ªa, estudi¨¦ sus pel¨ªculas y en mi propia mente entend¨ª a esta mujer, una persona con muchas agallas y grandes recursos, adem¨¢s de toda una estrella que perteneci¨® a una ¨¦poca muy diferente a la m¨ªa.
?Una era en la que le habr¨ªa gustado vivir?
Visto desde fuera, suena muy rom¨¢ntico. Los 50 y los 60 fueron a?os de glamour, de estrellas y de cine con may¨²sculas, como la pel¨ªcula Psicosis, que hizo historia. La idea suena genial, pero a la hora de la verdad creo que no me gustar¨ªa. Tambi¨¦n fue una ¨¦poca dif¨ªcil, especialmente para las mujeres. Y reconozco que me gusta mucho el momento que estoy viviendo.
La sonrisa no se le quita de los labios. ?C¨®mo se siente ahora mismo?
Mejor, imposible. Sin entrar en detalles, porque prefiero mantener esa parte de m¨ª en un lugar sagrado, me siento muy emocionada ante el futuro que me espera.
Uno de sus talentos m¨¢s admirables es su gusto para la moda.
Para m¨ª significa libertad. Con la moda es con lo que doy rienda suelta a la experimentaci¨®n. Me divierte. Es como convertirse en mi propio personaje, pero sin tener que ce?irme al guion de otro. Hoy puedo ser una roquera y ma?ana, una se?ora. Y eso, tan solo cambiando mi estilo. Gracias a la ropa puedo recrear la personalidad que quiero cada d¨ªa.
?Alg¨²n dise?ador preferido a la hora de ganarse todas las miradas?
Giambattista Valli, sin duda. Con sus dise?os me siento impresionante [r¨ªe]. Y adem¨¢s puedo decir que es un gran amigo cuyo trabajo me inspira.
Cuando lo que necesita es comodidad, ?en qu¨¦ dise?ador piensa?
Pues no pienso en dise?o, sino en mi ropa de snowboard. Por raro que suene, con mis botas de monta?a, mi plumas y unos buenos leotardos con unos pantalones de esqu¨ª encima estoy en la gloria.
Supongo que no hay nada raro en ese atuendo, especialmente para alguien que tiene el valor de escalar monta?as. ?Se parece la experiencia de un ascenso a la de un rodaje?
Es distinto. A m¨ª, m¨¢s que la adrenalina, lo que me lleva a escalar es el reto en s¨ª, plantearme a m¨ª misma si realmente puedo hacerlo. Y me lo pregunto justo en ese punto en el que tanto mental como f¨ªsicamente no puedo m¨¢s, en el que me siento fatal, apenas puedo respirar por la altitud, ni casi dar otro paso pero aun as¨ª sigo adelante. Fue tal la emoci¨®n que sent¨ª al llegar a la cumbre del Kilimanjaro que quer¨ªa bajar inmediatamente. Supongo que de incredulidad ante una de las experiencias que m¨¢s me ha satisfecho en mi vida. Un momento del que podr¨¦ alimentar mi futuro tanto personal como art¨ªstico.
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