Julianne Moore, la pelirroja m¨¢s deseada
Su pose, si la tiene, es de una desarmante naturalidad. Pero el cine sigue enganchado a su profesionalidad y seducci¨®n. En Don Jon la actriz vuelve a ser la m¨¢s deseada.
Aunque sus personajes han vertido muchas l¨¢grimas en la gran pantalla, y es en pleno ataque de llanto cuando conoce a Jon Martello en Don Jon (la nueva pel¨ªcula de Joseph Gordon-Levitt que estrena el 31 de octubre), lo cierto es que Julianne Moore tiene una risa sonora y contagiosa. Espont¨¢nea, directa y atenta, posee un brillo de inteligencia en su mirada y, s¨ª, es muy bella. De una belleza m¨¢s delicada que fogosa, a pesar del rojo de su cabellera. La embajadora de L¡¯Or¨¦al Paris viste un traje amplio y corto de seda negra que se apresura a decir que es de Alexander Wang. Lo hace justo antes de levantar una pierna y mostrar sus sandalias del mismo dise?ador: ??No son impresionantes??, exclama con el entusiasmo de una ni?a que estrena zapatos nuevos.
Si en Boogie Nights Moore dio vida a una maternal actriz porno y en El gran Lebowski a una artista radicalmente sexual, este oto?o la int¨¦rprete vuelve a los cines para ense?ar algunas lecciones (de sexo) de vital importancia a un joven adicto a la ciberpornograf¨ªa. Su personaje, Esther, tiene un aire hippie y desprejuiciado, el contrapunto perfecto a la exigente Scarlett Johansson, cuya ambici¨®n por alcanzar una vida perfecta, como en las comedias rom¨¢nticas, le impide ir m¨¢s all¨¢.
El papel de Moore est¨¢ liberado del estereotipo y la actriz tambi¨¦n parece estarlo al apostar por un director novel y un personaje maduro en todos los sentidos de la palabra. ?Le¨ª el gui¨®n en un avi¨®n, como siempre, porque tengo la sensaci¨®n de que solo leo estas cosas de trabajo en aviones?, explica. ?Alguien me hab¨ªa dicho que la pel¨ªcula iba sobre porno y pens¨¦: ¡°?No quiero leer esto!¡±. Estaba sentada al lado de mi marido y, cuando lo termin¨¦, le dije: ¡°?Pero si esto no va de porno!¡±. Me pareci¨® precioso, sorprendente, conmovedor y tan gracioso¡ As¨ª que decid¨ª hacerlo?.
Moore est¨¢ casada con el director y productor Bart Freundlich, nueve a?os m¨¢s joven que ella y con quien tiene dos hijos que rozan la adolescencia. Dice que la familia es lo que frena su regreso a los escenarios teatrales, el lugar donde arranc¨® su carrera tras graduarse en arte dram¨¢tico.
De las tablas, la estadounidense pas¨® a la televisi¨®n, y no fue hasta la d¨¦cada de los 90 cuando, con 30 a?os ya cumplidos, lleg¨® al cine de la mano de Louis Malle en Vania en la calle 42. Desde entonces su carrera ha sido imparable: Spielberg con Parque Jur¨¢sico, los Cohen y El gran Lebowski, Altman en Cookie¡¯s Fortune y Anderson en la memorable Magnolia la convirtieron en una diosa. Estuvo nominada en un mismo a?o al Oscar como mejor actriz protagonista y mejor actriz de reparto por Lejos del cielo y Las horas. Y ahora, nos habla de su nuevo trabajo, dos meses antes de estrenar Carrie, la versi¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de Stephen King.?
?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le atrajo de su personaje en Don Jon?
Resulta refrescante encontrar un papel para interpretar a una persona que, debido a sus circunstancias, no le queda otra que ser totalmente aut¨¦ntica. Hay algo interesante en Esther, como si no tuviera piel. Est¨¢ siempre presente, inmersa en el momento. Y todo esto es el resultado de lo que ha vivido. Esto me pareci¨® muy inusual; no hab¨ªa visto una descripci¨®n as¨ª de nadie en un gui¨®n.?
?Piensa que el filme reivindica la fuerza de atracci¨®n de las mujeres?
Gordon-Levitt habla bastante de c¨®mo su madre lo cri¨® en un ambiente feminista. Pero una de las cosas que me resulta m¨¢s interesante de la pel¨ªcula es que ofrece una perspectiva poco com¨²n sobre d¨®nde ponen los hombres sus expectativas sobre las mujeres. Enfrenta la fantas¨ªa que supone el porno a la de las comedias rom¨¢nticas. Esto es fascinante. Nadie lo hab¨ªa explicado as¨ª antes y los dos puntos de vista existen y son igualmente inalcanzables y poderosos.?
?Las comedias rom¨¢nticas son un espejismo donde quedan atrapadas muchas mujeres??
La gente no habla de las pel¨ªculas rom¨¢nticas como si fueran pura fantas¨ªa, pero lo son. El filme retrata el universo del cortejo, las escenas en la discoteca y dem¨¢s, y c¨®mo todos esperan que eso culmine en una boda. Pero cualquiera que vive una relaci¨®n sabe que el verdadero trabajo empieza despu¨¦s de todo eso. Joseph ha logrado encapsular esto en la cinta.?
?El tema de las relaciones entre mujeres maduras y hombres j¨®venes es algo que est¨¢ cobrando especial importancia ¨²ltimamente??
Es algo que siempre ha estado ah¨ª, y no merece la pena ni hablar de ello. Creo que existen todo tipo de relaciones y de diferencias de edades. La mayor¨ªa de la gente acaba con alguien que est¨¢ en su misma franja de edad simplemente porque es con quien se mezcla. Cualquier diferencia de edad grande en una relaci¨®n es un reto, pero no creo que eso realmente importe.?
Cordon Press
Moore pasa a hablar de las distintas imposiciones o f¨¦rreos moldes a los que todos estamos de alguna manera sujetos en las relaciones. Las reglas y estereotipos que son caricaturizados en Don Jon abarcan desde la iglesia cat¨®lica hasta la cultura del lig¨®n de discoteca o la obsesi¨®n por el cuerpo perfecto a golpe de pesas en el gimnasio. Tramas superpuestas que impiden realmente disfrutar de la vida.
La de esta actriz fue estable, pero cambiante durante la infancia. Hija de un juez militar y una asistente social escocesa, pas¨® por nueve colegios a medida que su familia iba mud¨¢ndose de ciudad. Y s¨ª, so?aba desde los 12 a?os con ser actriz. Al referirse a este sue?o menciona a la periodista y escritora de The New Yorker, Susan Orlean, otra pelirroja muy interesante. ?Susan dec¨ªa que, de peque?a, adoraba leer y escribir, y quer¨ªa dedicarse a esto. Y hoy es justo lo que hace. Para m¨ª, la simple idea de que has logrado llevar a cabo algo que te gustaba de ni?o ya es incre¨ªble, ?no? Los padres pasan mucho tiempo con sus hijos y siempre les preguntan qu¨¦ quieren hacer, pero hasta los propios ni?os sienten un freno frente a esos sue?os del tipo: ¡°No s¨¦ si podr¨¦ ser estrella de rock¡±. De alguna manera, entienden que no hay muchas posibilidades de que ocurra pero¡ ?y si las hay??.
Moore alza las cejas y sonr¨ªe. ?Me siento muy afortunada de hacer lo que me empez¨® a gustar de ni?a. Es estupendo?. Y lo cierto es que ella no solo lo ha conseguido, sino que ha logrado adaptar el molde de estrella a su estilo personal. Vive en el West Village, escribe libros para ni?os, lee todos los guiones que le env¨ªan y compagina su vida y su profesi¨®n lo mejor que puede. Asegura que no hay un plan r¨ªgido ni un objetivo claro. La vida, sostiene, ?siempre tiene mucho de improvisaci¨®n?.
Cuenta que la muerte de su madre le hizo insoportable la idea de interpretar un papel dram¨¢tico ¨C?todo me parec¨ªa flojo en comparaci¨®n con lo que estaba viviendo?¨C. Y, al parecer, sigue dejando huella en su trabajo. Este oto?o, Moore publica Mi madre es extranjera, inspirado en su experiencia personal como hija de una mujer que nunca renunci¨® a su identidad escocesa. Algo que llev¨® a la actriz a solicitar el pasaporte brit¨¢nico. ?Mi madre estaba muy unida a su cultura, y a menudo nos recordaba que no ¨¦ramos 100% estadounidenses. El libro trata sobre la dicotom¨ªa de un ni?o con un padre extranjero ante el mundo y ante la persona m¨¢s cercana a ¨¦l?, explica.
Moore desmitifica a la menor ocasi¨®n su estatus de estrella rutilante y se apresura a decir que pasa mucho tiempo esperando a que alguien le mande alg¨²n gui¨®n. ?Luego las opciones son simplemente dos: aceptar o no?, dice cargada de sentido com¨²n. A?ade que m¨¢s all¨¢ de su gusto personal no tiene otros baremos en consideraci¨®n. Eso s¨ª, si los rodajes son lejos de casa, deben coincidir con las vacaciones escolares para que su familia pueda acompa?arla.
?Los estereotipos son m¨¢s fuertes en Estados Unidos que en otros lugares? ?Cree que hay un hilo narrativo que la gente intenta emular en la vida?
No s¨¦ muy bien c¨®mo comparar esto culturalmente. Este discurso narrativo superpuesto nos marca determinadas formas de comportamiento. Pero lo cierto es que, en realidad, nunca sabes lo que va a pasar, c¨®mo se van a resolver las situaciones o a qu¨¦ tendr¨¢s que enfrentarte en un futuro.
?Aplica esto a su carrera?
En el ¨¢mbito profesional solo intento ver si hay algo que me interesa o no en los personajes. No tengo un plan muy definido, no tengo tanto control. Y aqu¨ª volvemos al tema de los argumentos y las tramas que todos buscamos: porque despu¨¦s de haber hecho muchas entrevistas durante todos estos a?os, ya sabes que el hilo period¨ªstico es que te pregunten por tus planes, tus consejos de belleza o tu conciliaci¨®n de la vida laboral y personal, c¨®mo vives, qu¨¦ te inspira en un gui¨®n, bla, bla, bla¡ Y siempre debo dar una respuesta clara cuando, en realidad, muchas veces no la tengo. ?Qui¨¦n sabe? Todos siempre estamos tratando de encontrar una respuesta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.