¡°La gente pensaba que estaba demente¡±: los hitos (y genialidades) que han convertido a Kate Bush en el inesperado icono de la Generaci¨®n Z
37 a?os despu¨¦s de su lanzamiento, la canci¨®n Running Up That Hill lidera las listas de ¨¦xitos en todo el mundo por su aparici¨®n como banda sonora de los nuevos cap¨ªtulos de Stranger Things. Un fen¨®meno viral que ha dado la oportunidad a los m¨¢s j¨®venes de conocer a una de las figuras m¨¢s geniales, pioneras e insondables de la historia de la m¨²sica.
Pocas im¨¢genes m¨¢s esclarecedoras sobre el fen¨®meno viral que est¨¢ sacudiendo la industria discogr¨¢fica que el hecho de que la c¨¦lebre lista de Spotify Pop Rising, actualizada peri¨®dicamente con los m¨¢s emergentes ¨¦xitos del g¨¦nero, est¨¦ copada hoy por una imagen con cuarenta a?os de antig¨¹edad. Running Up That Hill (A Deal With God), uno de los mayores ¨¦xitos de la cantante brit¨¢nica Kate Bush, se ha convertido en la inesperada canci¨®n del momento y el rostro de su autora engalana hoy la cabecera de la plataforma de streaming. Ni siquiera los nuevos trabajos de Harry Styles o Bad Bunny pueden frenar el ascenso a lo m¨¢s alto en las listas globales de iTunes y Spotify de un tema resucitado por su aparici¨®n en la banda sonora de la nueva temporada de la serie de Netflix Stranger Things. Sus reproducciones en el walkman de uno de los personajes protagonistas, Max, han logrado que las nuevas generaciones se postren por primera vez ante la tan genial como pionera y huidiza cantante inglesa, diana en sus inicios de las cr¨ªticas de aquellos que no supieron entender su propuesta o que no toleraban que fuera una mujer quien la firmara. ¡°He pasado la etapa de admirar a la gente desesperada por deslumbrar y desconcertar¡±, dijo sobre ella el cr¨ªtico de la revista NME, que calific¨® de ¡°trucos desagradables¡± los avances creativos de Bush.
¡°Lo que pas¨® con ella fue algo muy machista. La gente pensaba que Kate Bush estaba demente. Estaban avergonzados de admitir que en realidad s¨ª que les gustaba y creo que una de las cosas buenas del feminismo actual es que ha logrado que ella ya no sea una amenaza para nada¡±, confes¨® en una entrevista la islandesa Bj?rk, una de las m¨¢s directas herederas del sonido y car¨¢cter de Bush junto a otras como St. Vincent, Robyn, Grimes o FKA Twigs. Empoderamiento dentro y fuera de la sala de grabaci¨®n, experimentaci¨®n vocal y tem¨¢tica, desd¨¦n por el escaparate medi¨¢tico, una apuesta estil¨ªstica alejada de tendencias predeterminadas¡ no es de extra?ar la admiraci¨®n que despierta en la Generaci¨®n Z teniendo en cuenta todos los atributos que comparte con iconos actuales como Billie Eilish, Sia o Florence Welch. Hasta estrellas tan vigentes y mayest¨¢ticas como Rosal¨ªa, Lady Gaga o Adele han sido expl¨ªcitas sobre la influencia sonora y tem¨¢tica de la de inglesa. Incluso el productor urbano Tainy, responsable de hits del g¨¦nero latino m¨¢s reciente como Callaita o Un D¨ªa (One Day), se congratulaba de que ¡°Stranger Things le ense?ara a la nueva generaci¨®n lo incre¨ªble que es Kate Bush¡±.
La historia de la de Bexleyheath es la historia de alguien que ha roto con moldes y pron¨®sticos, recorriendo un camino inexplorado de baldosas amarillas que otras pudieron replicar gracias a la precursora, y de una fuerza creativa cuya debatida locura no era sino la muestra de una personalidad inexorable ante rigores comerciales y medi¨¢ticos. Ella compuso cientos de temas que nunca vieron la luz, ella cambi¨® las reglas de la industria discogr¨¢fica siendo todav¨ªa una cr¨ªa, ella convirti¨® sus videoclips en obras performativas dotadas de una riqueza tem¨¢tica jam¨¢s vista hasta la fecha, ella reinvent¨® el significado del t¨¦rmino concierto para nunca volver a ofrecer uno y consigui¨®, adem¨¢s, mantenerse vigente en el imaginario colectivo a pesar de sus prolongadas ausencias. Locuras ¨Cmejor genialidades¨C que han moldeado su halo de divinidad pop hasta el punto de la ebullici¨®n medi¨¢tica actual, oblig¨¢ndola a abandonar, al menos por un instante, su deliberado recogimiento.
¡°La nueva temporada de Stranger Things cuenta con la canci¨®n Running Up That Hill, que ha cobrado una segunda vida gracias a los j¨®venes fans a quienes les encanta la serie. ?Y a m¨ª tambi¨¦n me encanta!¡±, asegura la cantante brit¨¢nica en un comunicado en el que agradece la resurrecci¨®n de su ¨¦xito y se declara fan¨¢tica (¡°aguanto la respiraci¨®n para el estreno del resto de la temporada¡±) de la ficci¨®n de Netflix. Sin embargo, a pesar de la devoci¨®n p¨²blica de Bush por la serie, el celo que profesa por su obra es tal que exigi¨® a los creadores una descripci¨®n detallada sobre las escenas en las que sonar¨ªa y los motivos por los que la consideraban la canci¨®n perfecta.
La reacci¨®n de Bush al fen¨®meno viral ha llenado casi tantos titulares como el propio fen¨®meno, teniendo en cuenta la pol¨ªtica de aislamiento que ha practicado la cantante a lo largo de toda su trayectoria y su escasa presencia en el escenario medi¨¢tico. No ofrece entrevistas y sus apariciones en eventos p¨²blicos en las ¨²ltimas d¨¦cadas se cuentan con los dedos de la mano. Su estatus actual en el pop, entre lo esot¨¦rico y lo et¨¦reo, marida a la perfecci¨®n con su predilecci¨®n por lo surrealista y lo performativo. La dualidad es una de las claves de la fascinaci¨®n que despierta su figura: si la artista es extrovertida y teatral, la persona es una mujer introvertida y as¨¦ptica. ¡°Es la hermana mayor que todo hombre gay desear¨ªa. Conecta con nosotros porque vive al margen del mundo real¡±, dijo sobre ella el cantante Rufus Wainwright, refrendando su estatus de icono LGTB+.
Tal era el desasosiego que despertaba su car¨¢cter y creatividad ilimitada en el contexto sexista de la ¨¦poca que hasta su propia discogr¨¢fica, EMI, decidi¨® frenar durante dos a?os su entrada en la industria. Tras firmar su primer contrato a los 16, Bush ten¨ªa permitido crear todas las canciones que quisiera, pero no publicarlas. Tiempo que aprovech¨® la joven para apuntarse a clases de danza y perfeccionar los dram¨¢ticos e inimitables movimientos de baile que populariz¨® en sus videoclips y conciertos. Con su sencillo de debut, Wuthering Heights, Bush consigui¨® alzarse como la primera artista femenina en hacerse con el n¨²mero 1 en el Reino Unido por una canci¨®n compuesta por ella misma.
Con apenas diez discos publicados desde 1978, llegando a pasar d¨¦cadas enteras entre ¨¢lbumes consecutivos, la productora, compositora y vocalista se convirti¨® en una de las artistas fundamentales de la historia del pop no solo por una obra vanguardista, inclasificable y repleta de riesgos creativos que triunf¨® comercialmente contra todo pron¨®stico, sino por su renuncia a la fama y a someterse a los rigores machistas de una industria que quiso dominar a su voluntad antes de cumplir la mayor¨ªa de edad. Tres detalles sobre su empoderamiento visionario: ante el lanzamiento de su primer disco, Bush exigi¨® decidir cu¨¢les ser¨ªan los singles, qu¨¦ m¨²sicos la acompa?ar¨ªan en la grabaci¨®n e invent¨® el micr¨®fono de diadema, para tener las manos libres y desplegar as¨ª su caracter¨ªstica danza performativa durante su primera gira de conciertos al mismo tiempo que cantaba.
A pesar del hallazgo, otras divas del pop como Madonna o Britney Spears le sacar¨ªan m¨¢s provecho que ella. Cuando acab¨® el ¨²ltimo concierto, Bush decidi¨® que no volver¨ªa a girar nunca m¨¢s y pasaron 35 a?os hasta que volvi¨® a ofrecer una serie de conciertos en Londres, en 2014. Aunque se han rumoreado varias razones, como el trauma que le cre¨® la muerte accidental de un joven t¨¦cnico de iluminaci¨®n durante el tour, Bush nunca ha motivado su negativa a seguir aumentando su popularidad y su fortuna. Su ¨²ltimo disco, Aerial, data de 2005 y no hay ninguna pista que indique que veremos nuevo material a corto o medio plazo. ¡°Mi deseo nunca fue ser famosa, sino intentar crear algo musicalmente interesante¡±, aleg¨® en la revista Interview.
La m¨¢s joven de tres hermanos, fruto del matrimonio entre un doctor aspirante a pianista y una enfermera que hab¨ªa sido bailarina, Bush creci¨® en una granja aislada situada en un distrito agr¨ªcola al sureste de Londres. Lo id¨ªlico del escenario, sumado al amor por la m¨²sica que destilaba la bohemia familia, supuso el contexto perfecto para el desarrollo de un torrente creativo sin igual durante la adolescencia. Entre 1973 y 1978, a?o de lanzamiento de su primer ¨¢lbum, Bush escribi¨® hasta 120 canciones. La mayor¨ªa jam¨¢s han visto la luz, pero s¨ª sirvieron para que David Gilmour, por entonces guitarrista de Pink Floyd y que compart¨ªa un amigo en com¨²n con la familia, acudiera a la casa familiar y quedara encandilado con las decenas de maquetas que hab¨ªan sido rechazadas por las discogr¨¢ficas. Gracias a su intervenci¨®n EMI apost¨® por ella, garantiz¨¢ndole la tan anhelada libertad creativa. A pesar de sus largas ausencias, lo imaginativo de su apuesta tem¨¢tica y lo experimental de su sonido, la apuesta le sali¨® bien porque siempre goz¨® de un ¨¦xito comercial inesperado y nunca buscado por ella. ¡°Un secreto de la maestr¨ªa de Bush es que nunca ha tenido miedo a lo rid¨ªculo: intenta cosas que otros m¨²sicos no se atrever¨ªan por ser demasiado cuidados o considerarse demasiado guays¡±, escribe la escritora Margaret Talbot en The New Yorker.
No es la primera vez que las nuevas generaciones se apoyan en productos de ficci¨®n o redes sociales para reivindicar y cobijar ¨¦xitos de tiempos pret¨¦ritos, m¨¢s todav¨ªa cuando la nostalgia se erige en uno de los motores creativos m¨¢s solicitados y rentables. Ya en la misma Stranger Things la banda sonora de La historia interminable encontr¨® una segunda vida y gracias a TikTok cl¨¢sicos como Dreams de Fleetwood Mac o Where Is My Mind de Pixies han encontrado un hueco por primera vez en las listas de reproducci¨®n de la Generaci¨®n Z. M¨¢s improbable parece que esta ola de fama vaya a presionar lo m¨¢s m¨ªnimo a Kate Bush para intentar surfearla con la publicaci¨®n de material nuevo.
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