Kim y Kanye en ¡®Vogue¡¯: mucho m¨¢s que una portada
Fuente de amores y odios, la fotograf¨ªa ha desatado la pol¨¦mica. ?Merece la pareja protagonizar la revista de moda m¨¢s importante del mundo?
#theworldmosttalkedaboutcouple. El largu¨ªsmo hashtag que subtitula la portada del n¨²mero de abril de Vogue USA fue trending topic mundial durante todo el fin de semana. No pod¨ªa ser de otra manera. Es m¨¢s, la intenci¨®n era precisamente esa, convertir dicho retrato en un viral imparable.
Si nos hubieran dicho hace pocos a?os que una estrella de reality show que salt¨® a la fama a causa de la publicaci¨®n de un video sexual casero iba a convertirse en la protagonista de la revista de moda m¨¢s importante del mundo nos habr¨ªamos echado a re¨ªr a carcajadas. Sin embargo, el t¨ªtulo del n¨²mero ilustra la cuesti¨®n con mucho acierto: estos son "tiempos surrealistas". ?Qu¨¦ ha cambiado para que Kim Kardashian se convierta en chica de portada?
La respuesta, una vez m¨¢s, est¨¢ en el hasthtag: nos guste o no, son la pareja de la que todo el mundo habla (con permiso de Jay Z y Beyonc¨¦). Cada look 'extremo' de Kim, cada regalo extravagante de la pareja, cada frase lapidaria de Kanye reciben una respuesta medi¨¢tica aplastante. Y Vogue, finalmente, se ha rendido a la evidencia.
"Parte del placer de editar Vogue es poder retratar a aquellos que definen la cultura en cada momento, cuya presencia en el mundo moldea e influencia nuestra forma de ver las cosas. Creo que todos estaremos de acuerdo en el hecho de que Kim y Kanye son los que ocupan ahora mismo ese papel". La que escribe estas l¨ªneas es la propia Anna Wintour en el editorial del n¨²mero, donde tambi¨¦n desmiente los rumores de que Kanye tuviera que suplicar para que esta sesi¨®n se llevara a cabo.
Lo cierto es que la animadversi¨®n que Wintour sent¨ªa hacia Kardashian era un tema recurrente en numerosas publicaciones. Al parecer, la directora de Vogue acept¨® a rega?adientes la presencia de Kim en la pasada gala del MET porque, segun cuentan, adora a Kanye. El rapero/artista/dise?ador ha manifestado en numerosas ocasiones el deseo de que su novia fuera chica de portada, e incluso se propuso que Vogue fuera el primer lugar en el que se desvelaran im¨¢genes de su hija North West, aunque las ansias de la pareja por presentar al mundo a su reto?a vencieron a la espera.
El vestido de Givenchy que eligi¨® Kim Kardashian para asistir a la gala del MET fue, obviamente, uno de los m¨¢s comentados
Cordon Press
Odie o no Wintour a Kardashian y haya sucumbido o no las s¨²plicas de West, esta portada marca un antes y un despu¨¦s en la historia de Vogue USA. Igual que sucedi¨® con Lena Dunham hace pocos meses, parece que el buque insignia de las revistas de moda quiere quitarse de encima la opini¨®n popular que la califica como una publicaci¨®n demasiado perfeccionista, artificial o alejada de la realidad. Si las medidas y los logros de Dunham poco tienen que ver con las de las modelos y actrices usualmente retratadas, menos a¨²n los tiene, aparentemente, la historia de Kim y Kanye.
Pero, si hacemos caso a las palabras de Wintour, su misi¨®n es la de fotografiar a los personajes que mueven los hilos del espect¨¢culo y hoy, en esa plaza p¨²blica virtual llamada Twitter por cada comentario sobre una supermodelo o una actriz en racha hay cien sobre el anillo de compromiso de Kim y otros cien sobre el ¨²ltimo cap¨ªtulo de Girls.
La estrategia, adem¨¢s de coherente con esos tiempos surrealistas de los que habla la portada, es comercialmente perfecta. En tiempos en los que se cuestiona la longevidad de las publicaciones en papel, nada mejor que titular con un 'hashtag' que insta al viral una portada que va a suscitar opiniones encontradas y, por lo tanto, ventas masivas. Por otra parte, Dunham y Kardashian amplian el p¨²blico objetivo de la publicaci¨®n. ?A qui¨¦n no le interesa la "pareja de la que todo el mundo habla"?
Seth Rogen y James Franco se mofan en Instagram de la portada del a?o
En pocas horas, Vanity Fair e incluso Time? se hicieron eco de la noticia. Twitter, mientras tanto, ard¨ªa: Sarah Michelle Gellar afirmaba que iba a cancelar su suscripci¨®n al medio, James Franco y Seth Rogen tuneaban su propia portada, Refinery 29 se preguntaba si se trataba de una broma de mal gusto y centenares de tweets anunciaban la muerte de la revista. Vogue no hac¨ªa m¨¢s que confirmar su elecci¨®n. Para bien o para mal, son, ahora m¨¢s que nunca, la pareja de la que todo el mundo habla.
Pero, pol¨¦micas aparte, la composici¨®n de la fotograf¨ªa y las im¨¢genes del making of hablan por s¨ª mismas y dejan claro que la elecci¨®n de la pareja, adem¨¢s de una estrategia comercial redonda es una rotunda (y un tanto ir¨®nica) declaraci¨®n de intenciones por parte de Vogue:
En primer lugar, porque se trata de una pareja interracial, algo poco com¨²n en Vogue USA y que siempre ha sido germen de cr¨ªticas hacia el medio. En 2008, la portada que protagoniz¨® LeBron James junto a Gisele Bundchen fue fruto de encendidas pol¨¦micas. James imitaba a un gorila, y muchos quisieron ver en dicha pose un trasfondo racista. En este caso, la pareja aparece encumbrada como l¨ªder de opini¨®n en materia de estilo, lo que despeja las dudas que siempre han girado en torno a esta revista.
Llama la atenci¨®n, adem¨¢s, que el protagonismo sea para Kim y no para Kanye. Ella posa en primer plano y ¨¦l la contempla con adoraci¨®n. ?l es, sin embargo, el gur¨² de la moda, el que marca tendencia con cada prenda que sube al escenario y el que agota sus colaboraciones con marcas. Ella, por el contrario, siempre es tachada de excesiva y es frecuente verla en las listas de las peor vestidas. Esta fotograf¨ªa la muestra, curiosamente, como la estrella indiscutible.
LeBron James y Gisele Bundchen protagonizaron la ¨²nica (hasta la fecha) portada interracial de Vogue USA.
Vogue.com
La fotograf¨ªa de Leibowitz (que, dicho sea de paso, fue la artifice de las instant¨¢neas de Lennon y Yoko, lo que algunos han visto como un gui?o a esos otros "l¨ªderes de su generaci¨®n") insinua la inmiente boda de ambos. Ella viste un vestido de Lanvin que no es de novia pero lo parece y ¨¦l un esmoquin de Saint Laurent Paris. El anillo de compromiso, el ¨²ltimo gran ¨¦xito viral de la pareja, aparece en primer plano.
Cost¨® tres millones de d¨®lares, lo dise?¨® el propio West en colaboraci¨®n con Lorraine Schwartz y se lo coloc¨® a Kim en el dedo en mitad del estadio de los Giants de San Francisco, alquilado para la ocasi¨®n, y delante de ilustres invitados. Esta es solo una m¨¢s de las extravagantes y excesivas peripecias de la pareja. Ellos detallan el acontecimiento en Instagram, todos hablamos de ello (bien o mal) y ahora Vogue encumbra la haza?a a su manera.
Muchos critican la decisi¨®n escud¨¢ndose en que la revista est¨¢ basada en la aspiraci¨®n, la exclusividad y el despliegue de historias e im¨¢genes de ensue?o. En realidad, la historia de los Kimye es, a grandes rasgos, una especia de cuento de hadas del siglo XXI; la (muy discutible) historia de la estrella de reality vapuleada tras una cinta sexual y redimida por un artista tan eg¨®latra como aclamado, el relato de una pareja poco usual que deja constancia de cada uno de sus pasos en las redes sociales pero, sobre todo, se trata de un bestseller que ha llegado a serlo porque todos lo hemos comprado. Una vez m¨¢s, Vogue se reafirma dejando claro que ocupan su portada porque son #laparejadelaquetodoelmundohabla
Y, parad¨®jicamente, lo ha hecho sin perder su contenido aspiracional, aunque la aspiraci¨®n se manifieste esta vez de manera un tanto perversa ?Hay una pareja m¨¢s abiertamente aspiracional que esta? Lo enternecedor para unos y criticable para otros de Kim y Kanye es que muestran sin tapujos el desenfrenado estilo de vida que han alcanzado. Ropa de firma, yates, joyas, el deseo de pertenecer a la aristocracia de la moda y una mudanza a Par¨ªs como la guinda (t¨®pica) del pastel. Ellos representan la aspiraci¨®n sin prejuicios ni rodeos y es la propia aspiraci¨®n lo que les hizo declarar que deseaban esta portada y lo que les ha llevado a ella. Por eso, el making of muestra, de forma un tanto ir¨®nica, un jet privado y un coche deportivo entre otros muchos 'juguetes' exclusivos.
Las dobles lecturas y los por qu¨¦s son infinitos. Hay, no obstante, un pu?ado de asuntos que parecen estar claros: Vogue ha decidido abandonar su torre de marfil adapt¨¢ndose a los tiempos sin perder por ello su vocaci¨®n exclusiva. Wintour se ha dado cuenta de que, en la era actual, el p¨²blico es tan prescriptor de tendencias como los editores de las publicaciones. Y Kanye y Kim han demostrado que, a golpe de cr¨ªticas y vapuleos, tambi¨¦n es posible construir un emporio imbatible.
Aquella frase de Oscar Wilde: "Que hablen mal de uno es espantoso pero hay algo peor; que no hablen" tiene hoy tanta vigencia que ha logrado vencer hasta las pol¨ªticas del Vogue estadounidense, ese basti¨®n del elitismo al que no le ha quedado m¨¢s remedio que rendirse a estos "tiempos surrealistas".
Otra de las portadas falsas que ha circulado en las redes sociales, esta vez protagonizada por los tele?ecos.
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