La voz de Bruni: ?Mi marido es como yo, ni de derechas ni de izquierdas?
Carla Bruni nos recibe en un t¨ºte ¨¤ t¨ºte para hablar de m¨²sica, pero tambi¨¦n de pol¨ªtica, de sus a?os en el mundo de la moda y de su oposici¨®n a la cirug¨ªa est¨¦tica.
Carla Bruni no se lo pone f¨¢cil a sus entrevistadores. Natural, locuaz y seductora con todo bicho que se le acerca (del personal de su discogr¨¢fica a la camarera que nos atiende), cuesta mantenerse a una distancia cr¨ªtica ante una simpat¨ªa que tiene el m¨¦rito de parecer sincera. Bebiendo un refresco de cola a peque?os sorbos y fumando un cigarrillo electr¨®nico, la ex primera dama nos recibe en un caf¨¦ del exclusivo barrio parisiense de Auteuil, a dos pasos de su casa, donde no esquiva ninguna pregunta. Incluso las que no le gustan.
?Supone este disco un regreso a la normalidad?
Nunca la he abandonado, aunque quiz¨¢ ?normalidad? no es una palabra que defina mi vida. Mi forma de vivir no cambi¨® por casarme con mi marido, si es lo que insin¨²a.
Tuvo que renunciar a su carrera.
Renunciar es una palabra excesiva. No dej¨¦ de escribir canciones. No pude salir de gira, pero segu¨ª tocando en la intimidad. A lo ¨²nico que tuve que renunciar fue a hacer promoci¨®n. Fue una pena muy grande. ?No sabe cu¨¢nto sufr¨ª! [risas].
En el disco canta al paso a la madurez, como si dejara atr¨¢s la vida bohemia.
A decir verdad, no he sido una aut¨¦ntica bohemia. Cuando era modelo me llamaban Carla Boring (?Carla, la aburrida?). Al acabar de trabajar, volv¨ªa a casa a meterme en la cama.
?No sal¨ªa de noche?
Jam¨¢s me ha gustado. Solo de los 15 a los 17 a?os, porque entonces lo ten¨ªa prohibido. Cuando dej¨® de estarlo, perdi¨® inter¨¦s. Si salgo por ah¨ª, me aburro enseguida. Y bebo, lo cual est¨¢ mal.
Si no bebe y no fuma, ?ya no le quedan vicios?
Me gusta beber y fumar, pero aspiro a cierta higiene de vida, tal vez por la edad. Quiero dosificar el carburante que me queda. S¨¦ que llegar¨¢ un d¨ªa en que me costar¨¢ escapar a la enfermedad. Sigo teniendo energ¨ªa, pero ahora me parece que est¨¢ contada.
?Ya no se siente joven?
Mi juventud se marcha, aunque la vejez todav¨ªa no ha llegado. Me da miedo y me entristece. Nadie me dijo que se acabar¨ªa tan r¨¢pido. Si me hubieran avisado, habr¨ªa aprovechado todav¨ªa m¨¢s.
En el ¨¢lbum suena madura y a la vez infantil, tan sosegada como torturada.??La contradicci¨®n la define?
Soy una persona desdibujada, de contornos borrosos. Pero lo siento como una fuerza y no una debilidad. Madurar implica abrazar esas contradicciones. Yo no quiero ser perfecta. Solamente los ni?os tienen esa pretensi¨®n.
?Qu¨¦ imagen resumir¨ªa sus a?os en el El¨ªseo?
Siempre pienso en un d¨ªa, al principio de todo. Paseaba por el jard¨ªn y decid¨ª estirarme en la hierba, entre ¨¢rboles milenarios, en tejanos y sandalias. Luego me di cuenta de que cualquiera me habr¨ªa podido ver desde los despachos. No creo que ninguna otra primera dama se haya atrevido a hacer algo as¨ª.
?C¨®mo vivi¨® el d¨ªa de su despedida?
No lo viv¨ª mal. Si le digo la verdad, fue un alivio. Adem¨¢s, la gente me aplaud¨ªa y todo el mundo fue adorable.
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?Solo se acuerda de lo bueno??Tambi¨¦n se critic¨® su f¨ªsico con cierta crueldad.
Ah, eso d¨ªgaselo a sus compa?eros de la prensa. Siempre cuento con ellos para tirarme piropos.
?Se sinti¨® herida??
Durante la presidencia de mi marido no dej¨¦ de escuchar atrocidades. Hab¨ªa o¨ªdo mentiras y calumnias sin parar, as¨ª que ya estaba preparada para lo peor. Que dijeran que estaba un poco gorda y fea no me pareci¨® grav¨ªsimo. El f¨ªsico no se puede controlar siempre. Las mujeres que hayan tenido un beb¨¦ saben que se pasa por momentos dif¨ªciles.
Se ha pronunciado contra la cirug¨ªa est¨¦tica. ?Envejecer es una fatalidad que resulta in¨²til combatir??
Yo lo har¨ªa encantada, siempre y cuando me garantizaran que me gustar¨¢ el resultado. Pero, por lo que he visto, es cualquier cosa menos bello. Se te queda una cara bastante rara.
?No entiende que haya gente que se someta a ella??
Comprendo el deseo de querer ganar diez a?os. Sobre todo, cuando es alguien que trabaja con su imagen, como las actrices. ?Vaya a decirle a ellas que la cirug¨ªa es mala! Existe una esclavitud para las mujeres, una obligaci¨®n de seguir pareciendo joven por mucho que pasen los a?os.
Pero el b¨®tox ya resulta semiobligatorio, hasta el punto de haber alterado el canon de belleza. ?No hay que combatir esa deriva?
No, yo no lucho contra nada. No tengo tiempo.
?No tiene tiempo o no tiene ganas?
Es que no soy militante. No me interesa. Pero s¨ª me parece triste que no podamos ver una arruga sin que nos parezca un esc¨¢ndalo. A m¨ª me parecen atractivas. En cambio, las caras operadas es como si no tuvieran contacto con el alma de sus propietarias.
?C¨®mo le gustar¨ªa envejecer??
Como mi madre, supongo.
La ten¨ªamos por una provocadora nata.
No se equivoque, soy m¨¢s transgresora que provocadora.
Pues al convertirse en primera dama fue como si le hubieran puesto un bozal. Estuvo callada cuatro a?os.?
?Est¨¢ de broma? ?Ser primera dama es lo m¨¢s transgresor que he hecho en mi vida! [risas].
La cre¨ªamos libre por naturaleza, pero se convirti¨® en una especie de esposa tradicional y silenciosa. ?Interpretaba un papel??
No tengo nada que decir al respecto.
?No se sinti¨® obligada a mantener el silencio, a no llamar demasiado la atenci¨®n??
Nunca he tenido la necesidad de llamar la atenci¨®n. Desde que tengo 19 a?os vivo con esa atenci¨®n p¨²blica. Nunca me sent¨ª frustrada, ni obligada a hacer algo que no quisiera. Era feliz acompa?ando a mi marido. Intent¨¦ aportarle algo, tambi¨¦n en t¨¦rminos de imagen.
?Qu¨¦ dir¨ªa que le aport¨®?
Suavidad, dulzura.
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Ha reivindicado no tener que ser feminista por obligaci¨®n cuando se es mujer.?
No, yo no dije eso. Dije que yo no era militante. El combate feminista me parece necesario y respeto a quienes participan en ¨¦l. Pero yo no quiero luchar.
?Qu¨¦ le disgusta en la palabra ?feminismo???
No es que no me guste; es que yo he gozado de muchas libertades. Cuando nac¨ª, las mujeres ya pod¨ªamos votar y abortar. En mi familia nunca viv¨ª el machismo. Y mi primera profesi¨®n, la de modelo, es de las pocas donde el machismo brilla por su ausencia.
?Lo dice en serio?
En la moda no hay machismo. Las mujeres son m¨¢s poderosas que los hombres e incluso cobran m¨¢s. Se sublima a la modelo, se la valoriza.
?La moda no es un mundo de mujeres objeto??
No se puede decir que sean ?solamente? imagen, pero la imagen es lo m¨¢s importante de nuestro siglo.
Tambi¨¦n ha dicho que la moda no es er¨®tica y que no tiene ?nada que ver con el sexo?.
Es un mundo muy t¨¦cnico, donde no existe ambig¨¹edad de ning¨²n tipo. No es como el cine, donde s¨ª existen esas dobles interpretaciones.
Si su hija quisiera ser modelo, ?estar¨ªa de acuerdo??
Claro. Guardo un excelente recuerdo de mis a?os en la moda.
?Y si deseara dedicarse a la pol¨ªtica?
Dejar¨¦ que mis hijos hagan lo que quieran.
En 2008 se declar¨® ?epid¨¦rmicamente de izquierdas?. En cambio, en 2011 se defin¨ªa como ?ultrasarkozista?. ?Sus opiniones se han alineado con las de su marido??
La pol¨ªtica me interesaba muy poco antes y me interesa todav¨ªa menos ahora. Solo me interes¨® durante el mandato de mi marido. Y ¨¦l es como yo, ni de derechas ni de izquierdas.
?Sarkozy no es de derechas?
Eso es lo que la gente cree, pero en realidad es muy abierto. Eso es lo que m¨¢s me gusta de ¨¦l. Puede hablar con cualquier persona durante horas pese a que no comparta sus ideas.?
Como votante de izquierdas, ?adopt¨® su marido medidas que la incomodaran? ?Sinti¨® en alg¨²n momento que dorm¨ªa con su enemigo??
No, eso no era asunto m¨ªo. Mi marido es infinitamente mejor que cualquier otro pol¨ªtico. Es inteligente y vanguardista. Estoy de acuerdo con todo lo que hizo.
No le voy a preguntar qui¨¦n es el famoso ?ping¨¹ino? sobre el que canta. Entre otras cosas, porque ya s¨¦ que habla de Hollande.
[Risas].?Oiga, de eso nada. Es una canci¨®n que habla, en general, sobre la gente desagradable y maleducada.
En cambio, usted ha dicho que su principal cualidad es ?la amabilidad?.?
Nuestra ¨¦poca es agresiva. A m¨ª me gusta el respeto mutuo y la cortes¨ªa. Me encanta incluso la galanter¨ªa a la antigua. Pero vamos, tampoco es sorprendente. Encuentre a una sola mujer que diga que no le gusta.
?Tal vez a las feministas radicales??
No, incluso a las Femen les debe de gustar que sus maridos lleguen a casa y les digan: ?Ch¨¦rie, te he tra¨ªdo flores?. Y ellas deben de responder: ?Pues yo te he preparado la cena? [risas]. Tal vez no deber¨ªa hablar tanto. Luego vendr¨¢n y me cortar¨¢n el cuello.?
?No soy una se?ora, as¨ª que no me llamen?madame?, canta en el disco. ?C¨®mo tenemos que llamarla entonces?
Mademoiselle. A las artistas se las trata de se?orita.
Pues fue durante el mandato de su marido cuando lo retiraron de los formularios administrativos.?
?De verdad? En ese caso, puede que esa sea la ¨²nica medida que no me convence.
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