C¨®mo Lauryn Hill recuper¨® el turbante africano para no olvidar el pasado, celebrar sus or¨ªgenes y rendir un homenaje a la cultura negra
La cantante, que siempre ha mantenido una postura cr¨ªtica con la industria de la m¨²sica y lo que una joven negra representa en ella, incorpor¨® este tocado para reforzar el mensaje que gritan sus canciones.
La colecci¨®n ready-to-wear para la primavera-verano del a?o 2000 de Christian Dior beb¨ªa de los vientos est¨¦ticos insuflados a un mundo global, a¨²n bajo los efectos de la dictadura del minimalismo, por la cultura del rap. John Galliano quer¨ªa entrar en el siglo XXI ¨Csin abandonar las referencias hist¨®ricas¨C rendido a los encantos subversivos contempor¨¢neos. El desfile arranc¨® con los primeros acordes de Everything Is Everything de Lauryn Hill; ¡°Todo es todo lo que debe ser, ser¨¢ despu¨¦s del invierno, tiene que llegar la primavera. El cambio llega eventualmente¡±. ?Canci¨®n protesta para abrir el apetito de compra de la burgues¨ªa? La maison buscaba ser relevante para una nueva generaci¨®n que no demandaba algo de bajo coste sino algo diferente. ¡°Alguien tiene que llevar Dior al siglo XXI, aunque est¨¦ pateando y gritando¡±, declar¨® Galliano cuando la propuesta lleg¨® al punto de venta. La estrategia sali¨® a pedir de boca.
Lauryn Hill hab¨ªa lanzado su primer y ¨²nico ¨¢lbum en solitario (el segundo es una versi¨®n en concierto del primero) un a?o antes, el 25 de agosto de 1998, tras abandonar la formaci¨®n The Fugees que mezclaba hip hop, R&B y reggae. La int¨¦rprete defini¨® The Miseducation of Lauryn Hill como el ¡°¨¢lbum que narra una pieza ¨ªntima de mi joven existencia. Fue la suma de todas mis emociones¡±. Un trabajo discogr¨¢fico sincero por el que consigui¨® cinco premios Grammy (de los 10 a los que optaba) y dos hitos en la industria. The Miseducation of Lauryn Hill se convirti¨® en el primer trabajo de hip hop en ganar el premio ?lbum del a?o y la de Nueva Jersey en la artista solista en conseguir m¨¢s Grammys hasta el momento.
El estilo de Lauryn Hill, desde sus inicios en la banda cuando ella a¨²n iba al instituto, fue definido por los medios especializados en moda como ca¨®tico. Una mezcla de colores brillantes, complementos exc¨¦ntricos, mucha tela vaquera y extravagancia descarada. Hu¨ªa, en definitiva, de la imagen blanca e hipersexualizada que el mundo del espect¨¢culo le exig¨ªa. Su ¨®pera prima individual trata sobre lo que significaba ser una mujer negra a finales de los noventa; no estaba dispuesta a traicionarse a s¨ª misma para encajar en los c¨¢nones de belleza que los que mueven los hilos demandaban.
La moda que vino despu¨¦s, y que se sustenta en los tabiques de entonces, no se explica sin la influencia del rap. La Hill se convirti¨® en una de las voces m¨¢s autorizadas de su generaci¨®n (naci¨® en East Orange el 26 de mayo de 1975) y en una especie de icono ¨Cpor lo inusual¨C de estilo. En el antes citado desfile de Dior las modelos, y el dise?ador gibraltare?o, peinaron, a lo largo de la pasarela, las mismas rastas hacia el cielo que la cantante estadounidense. Foxy Brown, tambi¨¦n rapera negra, se convirti¨® entonces en imagen de la marca. Galliano olvid¨® en su propuesta uno de los cubrecabezas m¨¢s utilizados por la autora de Doop Woop (That Thing): el turbante africano. Tal vez era consciente de que la apropiaci¨®n cultural tambi¨¦n conoce l¨ªmites o que los homenajes deben acompa?arse de apoyo real al que se homenajea. Tenemos que hablar del turbante de Lauryn Hill.
Las mujeres negras empezaron a usar turbante mucho antes de que Par¨ªs lo pusiese de moda en los a?os cuarenta del siglo pasado. Hay que remontarse a la ?frica subsahariana de la ¨¦poca precolonial donde significaban estatus, informaban del estado civil de quien lo vest¨ªa o explicaban el linaje familiar. Las mujeres de Ghana llaman ¡®duku¡¯ a sus cubrecabezas, las sudafricanas ¡®doek¡¯ y las yoruba en Nigeria ¡®geles¡¯. Este tocado, que recibe otros nombres en otras regiones, fue una de las pocas prendas propias con las que los esclavos pudieron llegar a Am¨¦rica. En el mismo momento en el que pisaron tierra, el hombre blanco lo convirti¨® en una herramienta de opresi¨®n. Las mujeres africanas fueron obligadas a utilizar el turbante como signo de su sometimiento. Se crearon leyes para prohibir a las mujeres negras y mestizas, esclavas y libertas, mostrar su cabello en p¨²blico. En varias zonas de Am¨¦rica Central, como Surinam, las esclavas crearon un lenguaje secreto con los pliegues de su pa?uelo para comunicarse entre ellas. Algunas fueron rapadas para inhibir los deseos sexuales de los colonos. Estas normas, justificadas como medidas higi¨¦nicas, ten¨ªan como ¨²nico objeto avergonzar a los negros por su cabello.
A¨²n despu¨¦s de abolirse la esclavitud en todo el territorio estadounidense en 1865 muchas afroamericanas, entre ellas la conocida abolicionista y activista por los derechos de la mujer Sojourner Truth, siguieron siendo obligadas a esconder su pelo como s¨ªmbolo de servidumbre. La sombra de esta legislaci¨®n es alargada y sus consecuencias llegan hasta nuestros d¨ªas y hasta la otra punta del mundo. La actriz madrile?a de origen marroqu¨ª Mina El Hammani confes¨®, en el n¨²mero de enero de S Moda, que no iba al instituto sin alisarse el pelo los domingos con la plancha de la ropa. S¨®lo tiene 27 a?os. Su paso por la Secundaria se sit¨²a en el tiempo antes de ayer.
Hoy existe un movimiento de defensa del cabello natural (aunque a¨²n queda mucho camino por recorrer) pero cuando Lauryn Hill comenz¨® su carrera en 1989 la mayor¨ªa de mujeres negras que se dedicaban al mundo del espect¨¢culo llevaba peluca. Mostrar tu cabello original, siendo afroamericana, o cubrirte con el turbante africano, era toda una provocaci¨®n al orden establecido. Las letras de Hill, que siguen resultando actuales, sirvieron para empoderar a millones de mujeres negras. Su imagen, alejada de los c¨¢nones de belleza ¨²nica impuestos en la ¨¦poca, tambi¨¦n. Hill se convirti¨® en referente inspirador. Un espejo en el que las mujeres negras se pod¨ªan mirar.
Lauryn Hill, como la tambi¨¦n cantante de neo soul Eryka Badu, recuper¨® el turbante africano para no olvidar el pasado, celebrar sus or¨ªgenes y rendir un homenaje a la cultura negra. Con su uso, en la cumbre de la popularidad, devolvieron a esta prenda utilizada como s¨ªmbolo de la esclavitud a su origen ligado al orgullo. Se unieron con esta pr¨¢ctica a una larga lista de rebeldes con causa entre las que se cubrieron la cabeza como poderosa expresi¨®n de identidad como la c¨¦lebre Nina Simone.
Despu¨¦s del rotundo ¨¦xito de The Miseducation, Lauryn Hill ha desaparecido y aparecido de los escenarios varias veces. Siempre ha mantenido su postura cr¨ªtica con la industria de la m¨²sica y lo que una joven negra representa en ella. En 2018 celebr¨® el vig¨¦simo aniversario del citado ¨¢lbum debut sin sus compa?eros Wylef Jean y Pras Michel de The Fugees. En el teatro Apollo de Harlem (Nueva York) se present¨® vestida de Marc Jacobs, conocido adem¨¢s de por su trabajo como dise?ador por su lucha a favor de los derechos civiles, y adornada con un turbante africano que lejos de ser accesorio sirve para reforzar el mensaje que grita en sus canciones.
Alicia Keys, Lupita Nyong¡¯o, Amanda Gorman o Paola Math¨¦ han seguido sus pasos activistas. Vestirse es un acto pol¨ªtico. En Espa?a, la cantante balear de ra¨ªces guineanas Concha Buika tambi¨¦n reivindica sus or¨ªgenes y alerta, tambi¨¦n con su turbante, de que no est¨¢ dispuesta a retroceder un paso. Este pa?uelo vincula materialmente a todas las mujeres negras o mestizas del mundo. Ha superado, como ninguna otra prenda, la barrera del espacio-tiempo.
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