?No pienso moverme al ritmo del reloj de nadie para tener hijos?
Naomi Campbell no habla de su vida, pero airea sin reparo sus ideas. Con palabras¡ y ahora con una colecci¨®n de ba?o para Yamamay que quiere empoderar a la mujer.
Naomi no tiene problema en decir lo que piensa, torcer el gesto ante una pregunta indiscreta o negarse a hacer algo si no le gusta. Con esas credenciales podemos asumir que su colaboraci¨®n con Yamamay es de motu proprio. Nada de reverencias publicitarias por contrato. M¨¢s a¨²n teniendo en cuenta que se trata de la segunda. La primera fue una l¨ªnea c¨¢psula de lencer¨ªa que sali¨® a la venta en Navidad. Un despliegue de transparencias, cuero y encaje que ella misma luci¨® en la campa?a. En esta colecci¨®n tampoco faltan la sensualidad ni su cuerpo serrano para mostrarla. Son trajes de ba?o ¨Cy alguna prenda para acompa?ar¨C de cortes cl¨¢sicos y colores vers¨¢tiles. Piezas sin pretensiones de dise?o pero con un punto clave a su favor: est¨¢n hechas para que las mujeres se gusten. Para ello cuentan con un tejido, casi de ciencia ficci¨®n, que esculpe el cuerpo, lo mantiene todo en su sitio y de paso protege de los rayos solares y se seca en un santiam¨¦n. ?Yamamay es una firma estupenda, y me identifico absolutamente con su filosof¨ªa de empoderamiento?, nos dice la modelo.
Campbell nunca se ha declarado feminista. Pero s¨ª ha dicho que no piensa moverse ?al ritmo del reloj de nadie para tener hijos?, ni retirarse hasta que no haya aut¨¦ntica diversidad en la industria. De color y de sexos. ?La cultura LGBT y la moda est¨¢n unidas?, dijo en 2014 en una gala retransmitida en televisi¨®n nacional. Tambi¨¦n es la orgullosa creadora de Fashion for Relief y colabora con amfAR y la fundaci¨®n de Nelson Mandela. El expresidente sudafricano dec¨ªa de la modelo que era su ?nieta honor¨ªfica?.
Modelo inimitable. Campbell se sale del tiesto en muchos aspectos. No todos. Su lista de cuidados es de manual: mucha agua, comer sano y pilates. La misma que recitan todas las maniqu¨ªes de Mil¨¢n a Nueva York. Claro que seguramente ella fue la primera en hacerlo. Igual que lo ha sido en muchas cosas.
No hace falta relatar su historia. Cuando alguien puede prescindir del apellido es que ha alcanzado un grado de fama estratosf¨¦rico. Pero por qu¨¦ no regocijarse en algunos de sus hitos. Como en 1993, cuando tropez¨® en el desfile de Vivienne Westwood dos veces¡ solo para levantarse y terminar el show con una sonrisa ¨Clas plataformas que llevaba ese d¨ªa hoy forman parte de la colecci¨®n permanente del Victoria and Albert de Londres¨C. Cuando entrevist¨® a Vladimir Putin para la edici¨®n inglesa de GQ (2011). O cuando, en 1988, Yves Saint Laurent amenaz¨® a una importante cabecera francesa con retirar la publicidad si no la pon¨ªan a ella en portada.
Treinta a?os de carrera le han dado para crear amistades. En los 90, Christy, Linda y ella eran ?la trinidad?. Cuentan que Evangelista le dijo a una firma italiana que si no contrataban a Naomi, tampoco las tendr¨ªan a ellas. Campbell tambi¨¦n defiende con u?as a sus colegas. ?Kate solo hay una?, dijo a un incauto periodista que se atrevi¨® a insinuar la destronaci¨®n de Moss a manos de Delevingne. Suele cenar con Marc Jacobs en Nueva York. Y a Mario Testino, con quien hace esta campa?a de Yamamay, lo considera ?un gran amigo?. ?Hoy la industria es diferente?, dice con cierta decepci¨®n y con toda la diplomacia que su car¨¢cter le permite. No es la primera vez que se lamenta por las modelos de esta generaci¨®n. ?Yo viv¨ª otro momento. Esas experiencias y relaciones no las cambiar¨ªa por nada del mundo?, asegura.
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