Nunca un lunar fue tan rentable: as¨ª es el mito de cerca
Realizamos una sesi¨®n de moda en Los ?ngeles con Cindy Crawford, una de las tops m¨¢s emblem¨¢ticas de todos los tiempos.
El d¨ªa que, a principios de mayo, un equipo de S?Moda aterriz¨® en Los ?ngeles para realizar una sesi¨®n de moda con Cindy Crawford, la ciudad estaba empapelada con una de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas de la supermodelo estadounidense: la campa?a de Gianfranco Ferr¨¦ que firm¨® Herb Ritts en 1993. Hoy aquella imagen en blanco y negro ¨Cen la que Cindy posa descalza en una playa de Malib¨² con un vestido negro de Ferr¨¦¨C es el cartel que, desde hace un mes, se repite en vallas, marquesinas y banderines, anunciando la exposici¨®n Herb Ritts, L.A. Style que acoge el Getty Centre hasta el 26 de agosto. Una casa de Malib¨² es, precisamente, la localizaci¨®n elegida por el equipo de producci¨®n de esta revista para recrear una era ¨Cla de las supermodelos¨C y una est¨¦tica, m¨¢s pl¨¢stica e imponente, inspirada en las fotograf¨ªas de la top que realiz¨® Helmut Newton en Montecarlo para la edici¨®n estadounidense de Vogue en 1991. ?Fue la primera vez que trabaj¨¦ con Helmut; y aunque ¨¦l ten¨ªa m¨¢s de 70 a?os, yo era la que ten¨ªa que seguirle el ritmo?, recuerda.
Traje de ba?o de Herv¨¦ L¨¨ger (850?€), sandalias en piel de reptil de Alexander Wang (986?€). El cuerpo se ha preparado con el aceite seco Huile de Voyageur de Guerlain (52?€), con protecci¨®n IP8.
Alan Gelati
Viaje al pasado. El punto de partida: un hotel del downtown de Los ?ngeles. All¨ª el equipo de S?Moda tiene que encontrarse con Yasuko Austin, de producci¨®n. De camino a una finca privada de Malib¨², Yasuko explica con nostalgia c¨®mo ha cambiado la industria desde los a?os 80. ?Entonces, a veces un fot¨®grafo pod¨ªa gastarse todo el dinero de una producci¨®n solo en el maquillaje?, dice. ?Hasta 30.000 d¨®lares (de los de hace 20 a?os) para transformar a una mujer en un marciano?. Qui¨¦n mejor que Yasuko para repasar en voz alta algunas de las an¨¦cdotas m¨¢s curiosas de la historia de la fotograf¨ªa de moda de aquellos a?os. Ella fue la encargada de localizar el desierto [en California] de uno de los editoriales m¨¢s emblem¨¢ticos de Peter Lindbergh: el que realiz¨® en 1990 para la edici¨®n italiana de Vogue, con Helena Christensen, y en el que la top danesa aparec¨ªa caminando por una carretera perdida y polvorienta junto a un peque?o extraterrestre. Aquella sesi¨®n marc¨® el inicio de la narraci¨®n en la fotograf¨ªa de moda.
Top asim¨¦trico (c.?p.?v.) y falda con cristales de Swarovski (c.?p.?v.), ambos de Mugler; sandalias con plataforma de metacrilato de Versace (1.050?€).
Alan Gelati
La favorita de Gianni. ?A nivel profesional, toda mi familia estaba expectante ante esta sesi¨®n?, confiesa Francesca Rinciari, estilista de S Moda. ?Mi t¨ªa ha trabajado 30 a?os en la casa Versace de Mil¨¢n. Mis hermanas y yo hemos crecido con el mito de las supermodelos. Seg¨²n mi t¨ªa, Cindy era, sin lugar a dudas, la m¨¢s simp¨¢tica de todas¡ y la m¨¢s guapa en persona. Era perfecta, de la cabeza a los pies. Claudia y Naomi eran tal vez las m¨¢s caprichosas; Linda Evangelista era preciosa, pero ten¨ªa una belleza demasiado distante y demasiado refinada para la ¨¦poca?, explica. ??C¨®mo se llamaba tu t¨ªa??, pregunta Cindy. ??Gabriella? S¨ª¡ la recuerdo?, asegura, aunque ya han pasado m¨¢s de 20 a?os desde 1991, cuando Gianni contrat¨® a Cindy, Claudia, Naomi y Christy para cerrar su desfile con un playback de la canci¨®n Freedom ¡¯90 de George Michael. ?Cindy llegaba a los fittings siempre con una coleta en el pelo, sin rastro alguno de maquillaje, vestida con unos jeans y una camiseta blanca de algod¨®n?, comenta la estilista sobre aquella ¨¦poca. En esta ocasi¨®n Cindy llega a la sesi¨®n conduciendo su propio coche, sin divismos ni extra?as exigencias, acompa?ada solo por una asistente y, como entonces, vestida con unos jeans y una camiseta blanca.
Vestido bondage de Herv¨¦ L¨¨ger (3.200?€), pendientes de metal de Eddie Borgo (245?€).
Alan Gelati
Cuerpo de diosa. Su imagen poco (o m¨¢s bien nada) tiene que ver con la de las l¨¢nguidas modelos que desfilan actualmente en las pasarelas de Par¨ªs, Mil¨¢n o Nueva York. Quiz¨¢ Claudia Schiffer haya cambiado con los a?os (y haya perdido incluso aquellas voluptuosas curvas que la convirtieron en un mito); pero Cindy Crawford conserva las medidas que hicieron de ella una de las mujeres m¨¢s deseadas del mundo¡ y la favorita de Am¨¦rica. Quiz¨¢ por eso la ¨²nica preocupaci¨®n de su agente era saber cu¨¢l era la talla de la ropa que la estilista hab¨ªa pedido para esta sesi¨®n. En todos los e-mails repet¨ªa las medidas del cuerpo de Cindy con precisi¨®n: contorno de pecho, cintura, pantal¨®n, cadera¡ Todo para evitar que alguna prenda no le entrase, como tantas otras veces le ha ocurrido antes. En parte porque, como reconoce el equipo de moda, ?hoy el tallaje de firmas como Balmain es demasiado peque?o para un cuerpo atl¨¦tico como el de ella?. Algo que, sin embargo, a la top parece no preocuparle en absoluto. ?Conoce su cuerpo perfectamente y, sobre todo, es muy profesional y muy pr¨¢ctica. ¡°Esto me cierra; esto no me cierra¡±. No hay m¨¢s?, explica la estilista. ?Su look favorito? El vestido negro de Lanvin con un corte lateral en la pierna de la foto en la caravana. Una prenda que parece sacada del imaginario de los a?os 90, y que se ajusta a su cuerpo como una segunda piel, e incluso dibuja su silueta a contraluz. ?A sus 46 a?os, Cindy sigue siendo perfecta?, contin¨²a. ?Tiene las piernas torneadas, la piel firme y bronceada, sin celulitis, ni varices; y unos rasgos mucho m¨¢s dulces en persona que en fotograf¨ªa?, asegura la estilista. M¨¢s de uno pensar¨ªa que ha firmado un pacto con el diablo. Ver c¨®mo se mueve ante la c¨¢mara provoca una sensaci¨®n de v¨¦rtigo. ?Tiene una forma de posar que hoy es dif¨ªcil encontrar?, asegura. ?Su imagen es fuerte, muy pl¨¢stica y muy potente?, admite.
Vestido de Lanvin (1.335?€), zapatos de Christian Louboutin (425?€), brazalete de Assad Mounser (225?€).
Alan Gelati
Una cara inolvidable. ?En mi ¨¦poca, cada modelo ten¨ªa una identidad muy definida. ?ramos imperfectas. ?Qui¨¦n m¨¢s que yo con este lunar!?, exclama Cindy con una sonrisa, mientras el maquillador da los ¨²ltimos retoques antes de retomar la sesi¨®n. ?Pero despu¨¦s lleg¨® la oleada rusa, con mujeres mucho m¨¢s j¨®venes y todas muy parecidas entre ellas?, contin¨²a. Su opini¨®n coincide con la de Karl Lagerfeld: ?La aut¨¦ntica clave para convertirte en una supermodelo es no ser perfecta. Esta industria necesita caras que la gente pueda reconocer en apenas uno o dos segundos. Por eso las chicas que eran famosas en los 90 siguen trabajando hoy. El p¨²blico de todo el mundo las reconoce al instante?. Con las nuevas, de rasgos eslavos, es casi imposible decir qui¨¦n es qui¨¦n. Cierto¡??Pero son j¨®venes!?, lamenta Cindy Crawford.
Vestido con sobrefalda y tachuelas de Versace (4.800 €).
Alan Gelati
?No te muevas?, le pide a Cindy Alan Gelati, el fot¨®grafo italiano que firma esta producci¨®n para S?Moda, cuando est¨¢ a punto de hacer la foto en la que ella aparece con un diminuto triquini negro de bandas el¨¢sticas de Herv¨¦ L¨¨ger. Por un momento, el tiempo parece haberse detenido. Incluso Cindy tiene la extra?a sensaci¨®n de haber viajado atr¨¢s en el tiempo, hasta 1989, cuando posaba ante el objetivo de Irving Penn. ?Antes, las sesiones de moda eran muy diferentes?, admite en voz alta. ?Mr. Penn [como ella lo llama con cari?o] quer¨ªa que las modelos adopt¨¢ramos posturas est¨¢ticas, casi sin respirar?. Antes de cada foto, se hac¨ªan m¨²ltiples pruebas con Polaroid; pero una vez elegido el encuadre solo se o¨ªa un clic. ?Una ¨²nica oportunidad para conseguir la imagen perfecta; y, claro, no pod¨ªas moverte?, cuenta. ?La verdad es que, a pesar de lo que pueda parecer hoy, no era un trabajo muy divertido?.
Americana (1.395?€), short con el bajo bordado de encaje (450?€ aprox.) y collar con cruz (450?€ aprox.), todo de Emilio Pucci; sujetador de Maidenform (c.?p.?v.), sandalias de Alexander Wang (986?€).
Alan Gelati
?Secretos de belleza? Solo uno: bodybuilding, una rutina que aprendi¨® en los a?os 90, cuando estall¨® la cultura del culto al cuerpo y la propia Cindy Crawford grab¨® tablas de ejercicios (como la serie Shape Your Body de 1992). ?Sigo haciendo m¨¢quinas casi todos los d¨ªas?, asegura la top. Ni yoga (como Christy Turlington) ni ninguna otra disciplina m¨¢s espiritual. Tampoco sigue un r¨¦gimen estricto. El catering de la sesi¨®n fotogr¨¢fica que organiz¨® esta revista inclu¨ªa m¨²ltiples recetas de comida macrobi¨®tica japonesa. No porque Cindy (o su agente) lo hubiera exigido, sino porque es la opci¨®n m¨¢s habitual en este tipo de producciones en Los ?ngeles. Cindy repiti¨® tres veces. Lo suyo es gen¨¦tica pura y dura. ?S¨ª, us¨¦ b¨®tox. Pero eso fue hace ya 10 a?os, y lo dej¨¦ porque no me reconoc¨ªa?, admite sin pudor ante el equipo. ?De hecho, ni siquiera me gusta que las fotos est¨¦n excesivamente retocadas. Es como si la imagen perdiera su alma?.
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