?Por qu¨¦ todo el mundo ama a Jennifer Lawrence?
La protagonista de ¡®Los juegos del hambre¡¯ encandila con una imagen alejada del est¨¢ndar de Hollywood.
Siempre ha sido as¨ª. Por cada Joan Crawford, hay una Lucille Ball. Por cada Angelina Jolie, una Jennifer Lawrence. Junto a sus estrellas bigger than life, Hollywood siempre ha mantenido un rinconcito especial para aquellos actores con los que ir¨ªamos de ca?as. Y la estrella de Los juegos del hambre, que podr¨ªa repetir nominaci¨®n a los Oscar (la tuvo, jovenc¨ªsima, por su papel en Winter's Bone) es la ¨²ltima y m¨¢s perfeccionada versi¨®n de este modelo.
Lo que todav¨ªa no est¨¢ claro es si el p¨²blico la quiere tanto como los medios, que tienen con ella un cuelgue indisimulado. Vanity Fair la declara "la mujer m¨¢s deseable de Hollywood" desde su portada de febrero, Rolling Stone ya hace tiempo que la nombr¨® "la chica m¨¢s cool" y el New York Magazine la considera como la "Mejor Amiga (Imaginaria) del A?o" en un art¨ªculo en el que explican: "mantenemos una Liga del Brunch con Celebrities dedicada a los famosos con los que m¨¢s nos gustar¨ªa compartir tortitas. (¡) Les contar¨ªamos nuestras vidas, pedir¨ªamos un tercer Bloody Mary y repasar¨ªamos los mensajes de texto que nos ha enviado ese t¨ªo". Todo eso, al parecer, lo har¨ªa Jennifer estupendamente.?
El a?o pasado no podr¨ªa haber ido mejor para Lawrence, que estren¨® el papel de Katniss Everdeen en la primera parte de la trilog¨ªa Los juegos del hambre y particip¨® en El lado bueno de las cosas, de David O'Russell, un veh¨ªculo oscarizable en el que interpreta a una joven viuda que mantiene una relaci¨®n disfuncional con un vecino bipolar, al que da vida Bradley Cooper. En 2013 estar¨¢ igual de omnipresente (y ecl¨¦ctica): estrenar¨¢ la pel¨ªcula de terror La casa al final de la calle, el drama hist¨®rico Serena, en el que vuelve a compartir pantalla con Cooper (de hecho, ella le convenci¨® para que se uniera al reparto) y habr¨¢ nueva entrega de la Los juegos.
Pero no es solo su ¨¦xito, ni su ubicuidad, lo que explica su creciente popularidad. Desde Primero de Estrella se intenta ense?ar pacientemente a los actores que despuntan el dif¨ªcil arte de la self-deprecation: la dosis de autoparodia necesaria para aquellos que han sido bendecidos con fortuna, talento y belleza nos sigan pareciendo tolerables. Algunos la llevan en la sangre (George Clooney). A otros (oh, Gwyneth) se les atraganta la asignatura y todos sus intentos por empatizar con las masas y aparecer como una persona normal acaban deliz¨¢ndose por la resbaladiza pendiente del humblebrag. Para Jennifer Lawrence es algo natural. Es m¨¢s, se dir¨ªa que el estilo que adopta en las entrevistas, el de una for¨¢nea?que no se explica muy bien c¨®mo ha llegado a donde est¨¢ y que tampoco est¨¢ demasiado impresionada, no ha sido perfeccionado por un comit¨¦ de publicistas.?
En sus intervenciones, la actriz suele hablar de su amor por la comida basura y los realities de la tele ("me angustia estar fuera de casa y pensar que me estoy perdiendo un cap¨ªtulo de Keeping up with the Kardashians"), de su obsesi¨®n por Honey Boo Boo y de la vez que persigui¨® a Meryl Streep en una fiesta sin atreverse a hablar con ella. Al contrario que otros actores, que sacralizan su profesi¨®n, Lawrence admite que jam¨¢s ha recibido una clase de arte dram¨¢tico ("y as¨ª voy por el mundo, libre como una idiota"), a pesar de que trabaja desde los 14 a?os. En la entrevista con Vanity Fair incide en el tema: "no es por ser maleducada, pero actuar es est¨²pido. Todo el mundo est¨¢ en plan ?"c¨®mo mantienes la cabeza en su sitio? y yo pienso ?qui¨¦n podr¨ªa volverse arrogante? No estoy salvando la vida de nadie. Hay m¨¦dicos que salvan vidas, bomberos que corren hacia casas en llamas. Yo hago pel¨ªcuas. Es est¨²pido". Como recuerda este art¨ªculo, este tipo de citas no son algo nuevo en absoluto. Desde Katherine Hepburn ("actuar es la perfecta profesi¨®n para un idiota") a Johnny Depp ("Odio a esos actors que hablan de "permanecer en el personaje". Es s¨®lo masturbaci¨®n al m¨¢ximo nivel"), relativizar su profesi¨®n es una costumbre de los int¨¦rpretes. Pero, por alg¨²n motivo, es algo que casi siempre cae bien.?
Lawrence tambi¨¦n ha sido bastante abierta hablando de su relaci¨®n con la moda y con su cuerpo, que no se ajusta al modelo talla 00 que suele imperar entre las actrices j¨®venes. "Mi publicista es mi jefe, por eso llevo un collar de perro", brome¨® con el New York Times en un evento patrocinado por Dior. El "collar de perro" era de la marca, claro. Respecto a sus curvas, se muestra m¨¢s combativa: "Para Hollywood, soy obesa", dijo a Elle. "Se me considera una actriz gorda" y a?ad¨ªa, en una alusi¨®n ?no intencionada? a Anne Hathaway: "Jam¨¢s voy a matarme de hambre para un papel. Y no quiero que las ni?as peque?as piesen "oh, quiero ser como Katniss, as¨ª que hoy me salto la cena". Quiero tener un aspecto sano y fuerte, no delgado y malnutrido".?
Todo indica que Emma Stone, la encargada de anunciar las nominaciones a los Oscar ma?ana, pronunciar¨¢ su nombre. Y eso obligar¨¢ a Lawrence a repetir un ritual, el del "concurso de popularidad", como lo llama, que no le entusiasm¨® en 2011. "Fue demasiado, y demasiado r¨¢pido. Estaba cansada de hablar de m¨ª misma y sent¨ªa que me pasaban cosas buenas pero no pod¨ªa disfrutar de ellas", declar¨® sobre su primera nominaci¨®n. Ahora, al menos, tiene a los medios en el bolsillo.?
Getty
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.