Sindicato de Inquilinas, Afrof¨¦minas o Las Kellys: por qu¨¦ es tan relevante que las mujeres conquisten m¨¢s espacios de protesta
Adem¨¢s de las asociaciones feministas, actualmente hay otros colectivos encabezados por mujeres que demuestran un gran compromiso por cambiar situaciones injustas, donde la mirada femenina es crucial para buscar soluciones reales
Cuando unimos las palabras mujeres y activismo inmediatamente se nos viene a la cabeza las movilizaciones feministas de 2018 y 2019: ¡°La masividad de las marchas, su resonancia en los medios y en la agenda pol¨ªtica del gobierno hizo que muchas mujeres descubrieran su capacidad para contribuir y cambiar el estado de cosas¡±, explica Patricia Garc¨ªa Esp¨ªn, profesora en el departamento de sociolog¨ªa de la Universidad de Granada. Sin duda, el 8M cambi¨® la forma en que se percibe su papel en la lucha social, pero su implicaci¨®n abarca muchos otros espacios anteriormente conformados mayoritariamente por hombres: ¡±Investigaciones recientes en Espa?a revelan que las mujeres intervienen de manera casi paritaria en la mayor¨ªa de las formas de participaci¨®n desde hace unos 15 a?os. La antigua divisi¨®n en la que ellos copaban los espacios de la esfera p¨²blica y ellas eran expulsadas al ¨¢mbito dom¨¦stico se ha desgastado en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas¡±, afirma la experta.
Las mujeres siempre han estado activas: una parte de ellas silenciadas, en los m¨¢rgenes, construyendo a oscuros pilares de cooperaci¨®n y sororidad; otra, con hitos visibles¡ªaunque eclipsados por el protagonismo de los logros masculinos¡ª, como la huelga de las cigarreras de Gij¨®n en 1903 o la formaci¨®n del primer sindicato femenino de Arte Fabril y Textil de Barcelona en 1913. A d¨ªa de hoy, la mayor inclusi¨®n de las mujeres en la participaci¨®n p¨²blica ofrece nuevos puntos de vista, generalmente m¨¢s inclusivos. Ejemplo de ello es el Sindicato de Inquilinas, que lucha para que el alquiler sea una opci¨®n de acceso a la vivienda asequible y estable. Valeria Racu, su portavoz, afirma que en esta organizaci¨®n hay m¨¢s mujeres, m¨¢s disidencias sexuales y de g¨¦nero y m¨¢s personas racializadas. Seg¨²n ella, estas personas han estado hist¨®ricamente presentes, ya que los colectivos oprimidos se componen por quienes realizan tareas esenciales que no son valoradas ni econ¨®mica ni socialmente, como tejer comunidad: ¡°Anteriormente, hemos colaborado entre nosotras, pero ahora hemos ganado fuerza y visibilidad. Hoy estas labores ya no son algo marginal, sino una cuesti¨®n que hemos puesto en el centro: la importancia de la colectividad no solo para sostener la vida, sino tambi¨¦n para luchar por mejorarla¡±.
La perspectiva de g¨¦nero, imprescindible en la lucha social
¡°La revoluci¨®n ser¨¢ feminista o no ser¨¢¡± es una frase rotunda que puede leerse en pancartas y t¨ªtulos de libros, escucharse en las bocas de diputadas y vestirse estampada en camisetas. Lo que viene a decir es que sin perspectiva de g¨¦nero no es posible que exista un verdadero cambio para todas y todos; no profundizar en la situaci¨®n de las mujeres dentro de los problemas sociales supone obviar una gran parte de la realidad. Por eso, que los sindicatos y asociaciones partan del feminismo como pilar permite cubrir m¨¢s problem¨¢ticas que, de lo contrario, corren el riesgo de no ser atendidas: ¡°Tenemos claro que la ¨²nica forma de mejorar la vida es no dejando a nadie atr¨¢s. El patriarcado y el neoliberalismo promueven la competici¨®n y el aislamiento, pero lo que hacemos gracias al feminismo y el sindicalismo es romper con estas ideas, apoyarnos mutuamente y cooperar¡±, explica Valeria Racu.
Por otra parte, Antoinette Torres Soler, mujer afrodescendiente, migrante en Espa?a y presidenta de Afrof¨¦minas, explica que en la lucha antirracista ocurre lo mismo: ¡°La colaboraci¨®n ha sido una necesidad para las mujeres negras en particular. Nuestras redes de apoyo vienen del tiempo en que sufrimos la esclavitud, por lo que para nosotras la cooperaci¨®n es lo natural¡±.
Asociaciones como Las Kellys, formada por camareras de piso, deben su germen inicial tambi¨¦n al desahogo colectivo. Lo que comenz¨® con denuncias en Internet termin¨® derivando en una agrupaci¨®n, autoorganizada dirigida a una amplia diversidad de mujeres, tal y como indica su manifiesto: ¡°En Las Kellys hay algunas est¨¢n en paro, otras en activo, algunas de pr¨¢cticas, otras son eventuales, algunas est¨¢n afiliadas a diferentes sindicatos, otras a ninguno, algunas son espa?olas, otras extranjeras¡¡±
Conquistar espacios para no ser invisibles
Con respecto al sindicalismo, Eva Berm¨²dez Figueroa y Beltr¨¢n Roca Mart¨ªnez ambos profesores de sociolog¨ªa en la Universidad de C¨¢diz, escriben en su art¨ªculo Participaci¨®n de mujeres en el movimiento sindical. An¨¢lisis desde la perspectiva de los recursos de poder que en los sindicatos las mujeres ¡°no han existido como personas con identidad propia y han sido invisibilizadas por la historia, la literatura y las propias organizaciones, que han presentado una clara hegemon¨ªa masculina¡±. En este texto se recogen, adem¨¢s, testimonios de mujeres sindicalistas que afirman haberse sentido infravaloradas en los sindicatos, y que han tenido dificultades para afiliarse y participar por cuestiones de conciliaci¨®n familiar. Por eso, se crean asociaciones expl¨ªcitamente femeninas que nacen con el fin de paliar estas carencias. Al igual que en el cine se habla de la female gaze o mirada femenina ¡ªque pone sobre la mesa la perspectiva de la espectadora o directora y dota de capacidad de acci¨®n a las mujeres en la pantalla¡ª, en la lucha social tambi¨¦n es necesaria esta visi¨®n para que se genere un discurso en primera persona.
En el caso de Afrof¨¦minas: a pesar de haber nacido como un medio de comunicaci¨®n, termin¨® convirti¨¦ndose adem¨¢s en una asociaci¨®n porque, seg¨²n su fundadora, era el paso l¨®gico que permit¨ªa trabajar en temas sociales y denunciar delitos de odio. Antoinette observ¨® con preocupaci¨®n la situaci¨®n de la mujer negra, por lo que decidi¨® crear un medio que hablase para ellas: ¡°Siempre fuimos una asociaci¨®n feminista negra. Se cre¨® para y por las mujeres negras. Los hombres negros monopolizaban muchos liderazgos y nosotras quer¨ªamos otras cosas¡±.
Efectivamente, existen ciertas complejidades sobre las que nadie puede tener m¨¢s conocimiento que las mujeres, ya que son quienes las sufren. Por ejemplo, explica Patricia Esp¨ªn que, desde que las mujeres se incorporaron plenamente al mercado laboral, ha habido un aumento de afiliadas a sindicatos que se ha traducido en nuevas reivindicaciones como la conciliaci¨®n: ¡°Ellas se replantean c¨®mo hacer las organizaciones m¨¢s inclusivas y accesibles. Su enfoque ha sido fundamental en la creaci¨®n de agendas¡±.
Las mujeres han cooperado desde siempre para sobrevivir a la esclavitud, a la marginaci¨®n y a la violencia: en las f¨¢bricas, en las huelgas, en las familias. Hoy, m¨¢s visibles que nunca, contin¨²an conquistando poco a poco las calles, las asociaciones, las empresas, los sindicatos, los hogares y, en definitiva, la vida.
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