Breve historia de los bancos de leche humana: de trabajo remunerado a acci¨®n ?altruista?
Cuando la nodriza cae en desuso, los bancos de leche humana se tornan necesarios: analizamos el mito del altruismo detr¨¢s de la decisi¨®n de donar.
El uso de una nodriza que alimentase al beb¨¦ de otra mujer durante sus primeros meses de vida se remonta a ¨¦pocas muy lejanas, pero con el tiempo, la figura del ama de la leche ha tenido distintas connotaciones.
En el C¨®digo de Hammurabi, el conjunto de leyes m¨¢s antiguo que se han encontrado, escrito en el 1750 a. C. por el rey de Babilonia Hammurabi, ya se establec¨ªan determinadas reglas para la lactancia externalizada, as¨ª como en diversos textos de la Antigua Grecia. La figura de la nodriza era importante, puesto que se consideraba que el reci¨¦n nacido heredaba ciertos rasgos f¨ªsicos y mentales de la mujer a trav¨¦s de su leche, por lo que establec¨ªan ciertas normas? para su elecci¨®n. Su figura se escog¨ªa con el mismo cuidado con el que se esperaba que ella cuidase y nutriese al beb¨¦.
Todo cambi¨® alrededor del siglo XI, ¨¦poca en la que la aristocracia y la realeza europea era quien utilizaba casi exclusivamente a las nodrizas, pero no porque creyesen en los beneficios de la leche materna, sino porque el acto de amamantar era visto como algo vulgar, indecente y nada sofisticado para las clases m¨¢s altas. Quiz¨¢ estas aguas sirvieron para los lodos que, a d¨ªa de hoy, hunden a muchas madres que quieren dar el pecho en p¨²blico.
Esta l¨ªnea de pensamiento se fren¨® abruptamente alrededor de 1800 cuando en Europa empez¨® a aumentar la tasa de mortalidad infantil y las nodrizas volvieron a cotizarse al alza: en aquellos tiempos las mujeres europeas ganaban m¨¢s dinero como nodrizas que en cualquier otro trabajo disponible para las mujeres.
A principios de 1900, la figura de la nodriza era una figura en desuso: el avance de la ciencia y la alimentaci¨®n hab¨ªa permitido crear alternativas a la leche materna, como la leche animal, mucho m¨¢s econ¨®mica para las familias que contratar a una empleada y pagarle un salario. Sin embargo, la leche animal ¨Cy algunas pr¨¢cticas t¨ªpicas de la ¨¦poca, como alimentar a los beb¨¦s con leche de vaca y az¨²car¨C provocaron problemas intestinales, lo que llev¨® a una exhaustiva investigaci¨®n sobre sus causas y a la creaci¨®n del primer banco de leche humano de la historia a principios de 1900, cuando el acto de amamantar al beb¨¦ de otra mujer dej¨® de ser un trabajo asalariado para convertirse en un acto de solidaridad.
Theodor Escherich, el hombre que invent¨® los bancos de leche humana
Theodor Escherich (1857 ¨C 1911) fue un destacado pediatra, famoso por su descubrimiento de la bacteria Escherichia coli y su relaci¨®n con la lactancia: el m¨¦dico demostr¨® que las bacterias intestinales de los reci¨¦n nacidos amamantados eran distintas a las de los beb¨¦s alimentados por otros medios. Los beneficios de la leche materna no pasaron desapercibidos para el m¨¦dico y a lo largo de su carrera se encarg¨® de promoverla como fuente de salud para los reci¨¦n nacidos.?Escherich reorganiz¨® el hospital en el que trabajaba y consigui¨® fondos para modernizarlo, en su empe?o por mejorar la salud y la esperanza de vida de los neonatos, introdujo incubadoras para beb¨¦s prematuros. M¨¢s adelante, al frente del hospital pedi¨¢trico de Viena, y preocupado por las elevad¨ªsimas tasas de mortalidad infantil, crea la Asociaci¨®n para el Cuidado Infantil donde pone en marcha una Escuela de Enfermer¨ªa y el primer banco de leche humana en 1909.
A partir de ese momento, los bancos de leche humana empiezan a proliferar tanto en Europa como en los Estados Unidos. Los beneficios de la leche materna, no ya solo en beb¨¦s prematuros, sino en reci¨¦n nacidos en tiempos de escasez alimentaria y madres con problemas para generar su propia leche, eran innegables. En 1980, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, junto con UNICEF, declararon el respaldo de leche de donantes como primera alternativa si la madre biol¨®gica no puede amamantar. Sin embargo, en esta misma ¨¦poca, debido a la crisis del VIH y los temores sobre contaminaci¨®n a los ni?os, los bancos de leche humana tuvieron un receso y se cerraron infinidad de centros.
A d¨ªa de hoy, los bancos de leche son un recurso habitual en m¨¢s de 37 pa¨ªses con Francia, Italia o Suecia a la cabeza. La donaci¨®n de leche a beb¨¦s prematuros o a beb¨¦s cuya madre no puede alimentarles por causas como enfermedades, complicaciones o estr¨¦s, es su principal funci¨®n. Recientemente, Kenia ha abierto su primer banco de leche humana para paliar la desnutrici¨®n y, seg¨²n esperan, salvar las vidas de miles de ni?os.
Sin embargo, las empresas privadas tambi¨¦n han entrado en el mercado de la leche materna, abriendo el debate ¨Cal igual que sucede con la maternidad subrogada¨C sobre si la venta de leche, casi siempre por parte de una mujer en una situaci¨®n m¨¢s desfavorecida a una mujer en situaci¨®n favorable, es un acto verdaderamente altruista o, si por el contrario, las mujeres deber¨ªan cobrar por sus servicios, exactamente igual que lo hicieron las nodrizas en tiempos pasados o como hacen ahora los donantes de esperma.
El valor de la leche materna en el mercado vs la sororidad
Ni la existencia de nodrizas ni la creaci¨®n de bancos de leche humana han impedido jam¨¢s que muchas mujeres donasen su leche por otros canales. Las mujeres a lo largo de la historia han mostrado solidaridad con otras mujeres amamantando a hijos que no eran propios ¨Cfuesen los de una hermana, de una amiga o de una conocida¨C y, en los ¨²ltimos tiempos, muchas mujeres, vali¨¦ndose de Internet, han buscado y encontrado a la donante ideal que, altruistamente, les diese parte de su leche para alimentar a su beb¨¦. Esta pr¨¢ctica se ha extendido y democratizado con el uso de las nuevas tecnolog¨ªas, al mismo tiempo que empresas p¨²blicas y privadas que gestionan bancos de leche humana, comienzan a alertar sobre los problemas de este intercambio altruista entre mujeres alegando que la leche no ha sido tratada de la manera correcta y podr¨ªa acarrear problemas en los ni?os.
?Este modelo podr¨ªa ser percibido como un desaf¨ªo para el establishment m¨¦dico: un sistema que opera con independencia de su influencia, que no puede ser regulado y donde las madres son quienes ejercen? el control. Esta no ser¨ªa la primera vez que las madres lactantes han exasperado a las autoridades sanitarias. Las creadoras de las primeras redes de apoyo a la lactancia materna organizadas de madre a madre, por ejemplo La Liga de La Leche y la Asociaci¨®n Australiana de Lactancia M aterna, tambi¨¦n fueron despedidas por defender tales pr¨¢cticas ?radicales?¡®, apuntaban desde el International Breastfeeding Journal. Tal y como se apunta en este paper, el arqueo de ceja por parte de la comunidad m¨¦dica a un acto altruista que no solo alimenta a ni?os que no tienen acceso a los bancos de leche oficiales, sino que genera una comunidad y unos lazos entre mujeres, apunta m¨¢s bien a una lucha de poder cuyo ¨²nico fin es arrebat¨¢rselo, como en tantas otras ocasiones, a las propias mujeres.
En una ¨ªntima pieza titulada Mi amiga amamant¨® a mi bebe, escrita por Elisa Albert para The Guardian, la autora daba en el punto sobre la importancia y los beneficios que esta acci¨®n altruista pod¨ªa tener sobre muchas mujeres: ?Hablando de muchas cosas con estas mujeres ¨Cde la experiencia alucinante del nacimiento; de la mala partera; de la ansiedad que puede apoderarse de ti en cualquier momento; de la presi¨®n para aceptar la opini¨®n ?experta? en lugar de abogar por ti misma; del trabajo de cuidados, del valor de los cuidados; del profundo y deliberado aislamiento de las mujeres entre s¨ª, de las mujeres de nosotras mismas¨C comenc¨¦ a sentirme como una guerrera, no como una v¨ªctima. ?ramos hermanas, e intercambiamos nuestras historias de valor, coraje, supervivencia y persistencia. Ser vista y escuchada por mujeres comprensivas era m¨¢s que un gran consuelo: era algo urgente y eminentemente sano?.
Pese a todo, es una cuesti¨®n de g¨¦nero
El uso de bancos de leche humana en hospitales p¨²blicos para ayudar a reci¨¦n nacidos en situaci¨®n de necesidad ¨Csea porque hayan nacido de manera prematura o porque su madre no les puede dar pecho¨C es algo tan urgente y necesario como la donaci¨®n de sangre. Las motivaciones que llevan a una mujer a donar leche, sin embargo, son radicalmente distintas a las que llevan a donar sangre y evidencian un vac¨ªo por parte de la comunidad m¨¦dica hacia las madres. En un estudio sobre el perfil de las donantes de leche, se descubri¨® que muchas de ellas eran madres primerizas que, adem¨¢s de las motivaciones altruistas, quer¨ªan conocer si su leche era de calidad, as¨ª como contar con ayuda que les explicase y les ayudase a extraer su leche de la manera correcta. Con la falsa excusa del altruismo, la mayor¨ªa de estas mujeres se ve¨ªan tambi¨¦n en una situaci¨®n de necesidad de aprendizaje sobre este proceso del que no siempre se informa correctamente. Y si existe una necesidad de leche materna, es probable que contin¨²e la desinformaci¨®n.
Es cuando entra la empresa privada cuando surge el problema: no solo se beneficia de una necesidad ¨Cla de quien no puede producir leche, por las circunstancias que sean¨C sino de dos ¨Cla mujer que encuentra en la venta de su leche un recurso econ¨®mico¨C. ?Qui¨¦n decide cuando su beb¨¦ va a dejar de tomar leche materna cuando ya no es un producto necesario para el beb¨¦? ?Cu¨¢nto deber¨ªa costar un biber¨®n? ?Cu¨¢nto deber¨ªa cobrar una mujer que vende su leche? En este sistema que culpabiliza a la mujer por cualquier decisi¨®n, en el que el lema feminista pro aborto ¡®mi cuerpo, mis reglas¡¯ se lo ha apropiado el liberalismo para defender puntos como la maternidad subrogada ¨Calgo que, por cierto, podr¨ªa requerir bancos de leche humana¨C y donde el trabajo de las mujeres est¨¢ peor remunerado que el de los hombres, cargar contra las opciones verdaderamente altruistas ¨Ccomo los grupos de mujeres¨C en beneficio de las empresas parece otra trampa m¨¢s del capitalismo. Si, adem¨¢s, entra el juego la maternidad, que se vende como algo altruista por naturaleza, pedir dinero a cambio de leche parece una opci¨®n de mujer desnaturalizada. Y aqu¨ª, las empresas privadas, es donde tienen su margen de beneficio.
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