C¨®mo esta estudiante de 23 a?os pretende combatir el ¡®despatarre¡¯ masculino con una silla
La brit¨¢nica Laila Laurel ha sido premiada por sus dise?os: una silla que impide el ¡®manspreading¡¯ masculino y otra que incita al femenino. Hablamos con ella sobre su inspiraci¨®n para combatir el sexismo cotidiano desde estos objetos.
¡°Si quieres saber qu¨¦ lugar ocupan las mujeres en la sociedad, mira la cola que se forma en los servicios¡±, dec¨ªa Clara Greed, investigadora inglesa de Planificaci¨®n Urban¨ªstica de la UWE Bristol, que ha centrado su carrera en el an¨¢lisis de los ba?os p¨²blicos desde una perspectiva de g¨¦nero. Una frase parecida se podr¨ªa aplicar a prop¨®sito del manspreading. ¡®Si quieres saber qu¨¦ lugar ocupan las mujeres en la sociedad, mira c¨®mo est¨¢ la gente sentada en el transporte p¨²blico¡¯. Manspreading es la palabra con la que, desde 2015, se define oficialmente seg¨²n el diccionario Collins esa tendencia masculina al despatarre al sentarse en trenes, metros, autobuses o bancos y otros espacios de transporte o p¨²blicos. Las usuarias, por el contrario, tender¨¢n a ocupar ¨²nicamente su asiento y a viajar con las piernas cerradas.
¡°No siempre que uso el transporte p¨²blico experimento el manspreading, pero s¨ª me pasa con la frecuencia suficiente como para sentirme frustrada por ello. Veo tambi¨¦n a menudo a otras mujeres a las que les pasa, por lo que me pareci¨® un problema pertinente al que responder¡±, cuenta a S Moda Laila Laurel, la estudiante de dise?o de la Universidad de Brighton de 23 a?os que ha ganado el premio Belmond de Nuevos Dise?adores en Londres (una beca de 1.000 libras y un proyecto para dise?ar un producto con la cadena hotelera) gracias a sus dos prototipos. Una silla antimanspreading, cuya forma con tope a los lados obliga a los hombres a sentarse con las piernas cerradas impidiendo el despatarre y otra, pensada para mujeres, que consigue el efecto contrario impidiendo cerrar las piernas como gesto simb¨®lico para incitar a recuperar espacio y presencia en el ¨¢mbito p¨²blico. ¡°Creo que los hombres tienen tendencia a mandar en el espacio y requieren que las mujeres se desplacen para ello mucho m¨¢s que a la inversa. Para conseguir la igualdad es necesario tener en cuenta muchos aspectos diferente en torno al sexismo y al machismo, por eso pens¨¦ que ser¨ªa interesante explorar cuestiones pol¨ªticas de g¨¦nero sobre el hecho de sentarse¡±, explica Laurel.
Las sillas, dise?adas en madera con un estilo sencillo que da protagonismo a los asientos, estar¨¢n expuestas a partir de ahora en uno de los hoteles Belmond. Su finalidad al crearlas, seg¨²n explica la dise?adora, no es realmente que estas sean usadas en espacios p¨²blicos, ¡°no quiero segregar d¨®nde pueden o no sentarse las personas en funci¨®n de su g¨¦nero ya que no creo que esto sea ¨²til para lograr la igualdad. Son piezas conceptuales y simplemente quiero que siembren consideraci¨®n y discusi¨®n en torno al asunto de sentarse. Son una respuesta divertida e ir¨®nica a este problema¡±. En este sentido, el objetivo de Laila ya se ha cumplido.
¡®Si¨¦ntate como una se?orita, cierra las piernas¡¯. Se ha educado a las mujeres bajo una cultura que pone el foco en el cuerpo femenino, como si este y sus actitudes fueran el desencadenante de los males y violencia que padece, y no tanto en educar en la igualdad. Sometidos a un constante escrutinio al que no lo est¨¢n los cuerpos de los hombres, como han dejado claro dos casos recientes estos d¨ªas: la pol¨¦mica de Vueling no permitiendo supuestamente a mujeres volar en base a su atuendo y la axila con vello de Irene Montero, usada como excusa para desacreditarla de su val¨ªa como pol¨ªtica y persona por el concejal del PP Cuenca Jes¨²s L¨®pez. La lecci¨®n que se extrae y se perpet¨²a al hablar de cuerpos de mujeres en el espacio p¨²blico es siempre la de que la mujer ha de estar en alerta para protegerse y que deber¨¢ circular y ocupar las calles y asientos con cautela ante posibles peligros en un espacio dise?ado, principalmente y a nivel global, por y para hombres.
Con esta idea en mente de poner el dise?o a favor de problemas con los que tropezamos a diario que discriminan a otras identidades que no sean la del hombre cis, Laila Laurel se ha inspirado en el proyecto de Laura Bates Sexismo Cotidiano, en el que desde 2012 la activista y autora de un libro de mismo nombre (en Espa?a publicado por Capit¨¢n Swing) comenz¨® a recopilar en la p¨¢gina web del proyecto testimonios de mujeres explicando casos de machismo con los que se han topado a diario. ¡°Creo que es muy interesante usar el dise?o para explorar problemas sociales, ya que interactuamos con ¨¦l constantemente y cumple una funci¨®n en nuestras vidas de una forma en que el arte no lo hace. Por lo tanto, esto ofrece una posibilidad interesante y diferente para crear di¨¢logo social¡±.
Como con Una soluci¨®n para el ¡®manspreading¡¯?de Laurel, es cada vez m¨¢s habitual ver propuestas de dise?o que se acaban volviendo virales en las que los objetos vienen a recuperar ese espacio y conversaci¨®n olvidadas. Con el inicio de la temporada de festivales conocimos Lapee, un urinario al aire libre para mujeres, dise?ado por Gina P¨¦rier, para que ellas tambi¨¦n puedan disfrutar del evento sin colas y de manera m¨¢s accesible al usar un sistema libre de cub¨ªculos oscuros m¨¢s parecido al que usan ellos. Y otros como Yellow Spot, otro urinario que s¨ª sigue atendiendo a la necesidad de un espacio m¨¢s ¨ªntimo pero sencillo de montar y port¨¢til con el que su autora, Elisa Ota?ez, pretend¨ªa dar visibilidad y generar conversaci¨®n en torno al problema de la escasez de urinarios p¨²blicos femeninos.
Esta es la l¨ªnea que le gustar¨ªa seguir a Laila Laurel con su carrera, que acaba de empezar: ¡°Quiero continuar explorando con el dise?o respecto a la igualdad de g¨¦nero. Es algo que me apasiona y sobre lo que me siento capacitada para discutir: soy una mujer joven que experimenta el sexismo y machismo¡±. Las ¨²ltimas experiencias al respecto le han llegado, precisamente, como respuesta a su proyecto antimanspreading y a trav¨¦s de internet. ¡°El feedback a sido mixto y muy interesante. Muchos comentarios realmente positivos, especialmente de las personas que interactuaron con ¨¦l o con las que habl¨¦ en exposiciones. Pero tambi¨¦n ha habido una buena cantidad de reacciones negativas online, con personas que env¨ªan much¨ªsimos mensajes realmente expl¨ªcitos. Creo que esto se debe al objetivo de mi trabajo, que es divertido y humor¨ªstico, que se malinterpreta, pero tambi¨¦n a que al tratar de abordar la pol¨ªtica de g¨¦nero siempre va a haber personas que se enfaden mucho. Esta parece ser la naturaleza a la hora de hablar y tratar cambios, lo cual es frustrante, pero no me impedir¨¢ seguir haciendo un trabajo socialmente comprometido¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.