?El feminismo salva y el machismo mata. Es as¨ª de simple?
Hablamos con Ana Bernal-Trivin?o, voz fundamental del feminismo espa?ol, sobre su ¨²ltimo trabajo, con el que pretende acabar de una vez por todas con los bulos que buscan desprestigiar a las mujeres que luchan por la igualdad de derechos.
Ana Bernal-Trivin?o es una voz fundamental en el feminismo espa?ol. Sus trabajos como investigadora, su labor docente en la?Universitat Oberta de Catalu?a y sus colaboraciones period¨ªsticas en medios como P¨²blico, El Perio?dico y TVE son siempre un buen lugar donde cobijarse cuando el machismo acecha y pierde sin miramientos el pudor. Su cabeza, llena de datos oficiales y contrastados, est¨¢ preparada en todo momento para desmontar con argumentos las noticias falsas que intentan cada d¨ªa desprestigiar al feminismo. Ahora, de la mano de la editorial Espasa, publica el libro No manipul¨¦is el feminismo: una defensa contra los bulos machistas.
El otro d¨ªa escuch¨¦ a una mujer decir que no era feminista sino igualitaria, algo que cre¨ªa ya superado. ?Qu¨¦ pasa por tu cabeza cuando oyes la manida frase: ¡®Ni feminismo ni machismo, igualdad¡¯?
Llevo como cuatro o cinco a?os aclar¨¢ndolo. Siempre conf¨ªo en que la gente va a cambiar y va a dejar de decirla, pero no, persiste. El problema es que tenemos una sociedad que considera que etiquetarse es malo, pero hay cuestiones en las que hay que definirse y posicionarse. Si hablamos de la abolici¨®n de la esclavitud, o est¨¢s a favor o est¨¢s en contra. No hay t¨¦rmino medio. Ser equidistante a veces est¨¢ mal entendido. Si entiendes el feminismo como lo que es, una defensa de los derechos humanos de la mujer, no posicionarse en el feminismo ser¨ªa una opci¨®n dif¨ªcil de entender. El feminismo tiene una carga hist¨®rica de ridiculizaci¨®n y estigmatizaci¨®n que no ayuda. Pero a d¨ªa de hoy no est¨¢ mal recordar la gran diferencia en todo esto: el feminismo salva y el machismo mata. Es as¨ª de simple. Uno defiende los derechos humanos y el otro es un ataque y una vulneraci¨®n de esos derechos.
Qu¨¦ supone en un pa¨ªs como Espa?a, que a d¨ªa de hoy lleva 46 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en lo que va de a?o, que exista un partido como Vox.
Supone una amenaza y seria. Esos bulos de discurso machista de los que hablo en el libro est¨¢n ahora legitimados a nivel pol¨ªtico, con un partido que tiene representaci¨®n parlamentaria. No solo da miedo Vox, sino tambi¨¦n los partidos que le dan la mano. Al mismo tiempo que el feminismo da la impresi¨®n de que se hace fuerte, el machismo se rearma a trav¨¦s de este tipo de partidos y organizaciones simpatizantes.
Sorprende la falta de humanidad cuando ves que ni siquiera pueden respetar el homenaje a una v¨ªctima¡
Las v¨ªctimas de las violencia de machista siempre ocupan un segundo lugar, si las comparamos con otras v¨ªctimas. Lo que ocurri¨® entre el alcalde de Madrid Mart¨ªnez Almeida y Ortega Smith se puede resumir como un intento de despolitizar el feminismo y desconfigurarlo. Guardar un minuto de silencio por una v¨ªctima es una cuesti¨®n de decencia, de empat¨ªa y de humanidad. Pero a Vox las v¨ªctimas le dan igual. Su objetivo es atacar al colectivo feminista al que odian. Ellos se inventan mentiras como que el feminismo est¨¢ lleno de chiringuitos. Pero aqu¨ª la ¨²nica realidad es que el machismo cuesta mucho dinero a Espa?a y a Europa. Hablamos de ¨ªndices de gastos muy importantes. Las vidas humanas que perdemos, sin duda, son lo peor. Pero m¨¢s all¨¢ de eso est¨¢ el dinero que tenemos que gastar en una red de asistencia para proteger a esas v¨ªctimas. Ortega Smith estar¨¢ m¨¢s c¨®modo seguramente guardando un minuto de silencio en el Valle de los Ca¨ªdos que en el homenaje a una mujer asesinada. Por un lado sorprende, pero la verdad es que cuando los conoces desde dentro te das cuenta que no sienten nada por esas mujeres asesinadas.
En tu libro insistes en que no hay un perfil de maltratador y un perfil de maltratada.
Hay muchos estudios que analizan cu¨¢nto tiempo tarda una mujer en reconocerse como maltratada. Nadie quiere ser v¨ªctima. T¨² te vas a autoenga?ar y te vas a intentar convencer de que es algo pasajero y que ¨¦l va a cambiar. Se ha detectado adem¨¢s que las mujeres con estudios superiores tardan m¨¢s en dar ese paso. Principalmente, les lleva m¨¢s tiempo porque se ha extendido el mito de que la violencia de g¨¦nero es algo que pertenece a otras clases sociales. No hay nada de cierto en eso. Pertenece a todas las clases. Igual que hay ladrones con traje y corbata, hay maltratadores con traje y que te dicen los buenos d¨ªas en el ascensor y aparentemente son encantadores. Hay parejas perfectas aparentemente, pero de puertas para dentro la realidad es otra cosa. He conocido incluso el caso de una jueza de violencia de g¨¦nero que no se reconoc¨ªa porque pensaba que eso que ve¨ªa todos los d¨ªas no pod¨ªa estarle pasando a ella. Las mujeres tenemos que ser conscientes que ninguna estamos a salvo de esto. Por eso insisto mucho en que el feminismo tiene que ser pol¨ªtico, pero no partidista. Cuando veo a mujeres de derechas que se molestan con el feminismo siempre les recuerdo que cuando llega una mujer maltratada a una asociaci¨®n de apoyo nadie jam¨¢s le ha preguntado cu¨¢les son sus ideas pol¨ªticas. Estamos all¨ª para salvarlas. Los derechos que conquista el feminismo son para todas. No son solo para mujeres de izquierdas. Por eso es tan importante que sumemos y estemos todas juntas. Ninguna estamos a salvo.
En la redacci¨®n solemos bromear con los t¨ªpicos comentarios machistas que apuntan a que las feministas son feas, puritanas y que no les gusta el sexo.
Ese es el gran mito. Luego est¨¢ el concepto lamentable de feminazi. Desde las sufragistas ya se vend¨ªa esa idea de la solterona feminista que nadie quer¨ªa porque era fea y ning¨²n hombre se quer¨ªa acercar a ella. Los machistas son cobardes y rid¨ªculos a la vez. Llegar¨¢ un d¨ªa en que se dar¨¢n cuenta de que las feministas por supuesto que tenemos pareja y que disfrutamos del sexo. Al final todo se resume en que no ven a la mujer de igual a igual sino que la ven por debajo. Estamos ante un panorama renovador. El feminismo fue el primero que puso sobre la mesa hablar del cl¨ªtoris y del placer femenino.
En el libro dedicas un cap¨ªtulo a la frase de Cayetana ?lvarez de Toledo: ??De verdad van diciendo ustedes s¨ª, s¨ª, s¨ª hasta el final? Crees que la pol¨ªtica se arrepinti¨® de decir esta frase en prime time en un debate pol¨ªtico que vieron millones de espa?oles.
Cayetana fijo que no se arrepiente y la volver¨ªa a repetir. Casado probablemente se arrepienta al 50% y en el partido habr¨¢ gente a la que le pareci¨® muy mal. A la gente no se lo puedes pedir, pero a los pol¨ªticos s¨ª se les pueden exigir ciertas cosas. Los pol¨ªticos a veces no saben lo que dicen. Quiero esperar que lo que le pasa a Cayetana es que desconoce el Convenio de Estambul y c¨®mo desarolla el tema del consentimiento.
Seg¨²n los datos oficiales solo el 0,078 de las denuncias son falsas. ?C¨®mo es posible que este dato se utilice para atacar a las v¨ªctimas de la violencia machista?
Primero, porque hay muchos bulos de denuncias falsas que se extienden muy r¨¢pido por whatsapp y redes sociales. El Consejo General del Poder Judicial lo ha dicho por activa y por pasiva: son insignificantes. El problema de Vox es que como no quiere reconocer que va en contra de los derechos humanos aplica el negacionismo: las fuentes oficiales no me valen porque no avalan mi discurso as¨ª que me invento otros datos. Aqu¨ª tenemos que interpelar a una ciudadan¨ªa cr¨ªtica que sepa diferenciar qu¨¦ medios de comunicaci¨®n mienten y qu¨¦ partidos se est¨¢n disfrazando. Es obvio que los datos oficiales son los que hay que respetar. Una t¨¢ctica que utilizan es considerar las denuncias archivadas como falsas. Y una cosa no es lo mismo que la otra. En las archivadas no hay pruebas pero eso no quiere decir que sean falsas.
Por qu¨¦ a veces las mujeres se basan en experiencias propias para decidir si algo es machista o no.?
Es un acto de ceguera absoluta. Sencillamente tenemos que conocer la realidad que nos rodea. Tenemos una tendencia a decir a m¨ª eso no me va a pasar nunca. Ese es gran error. Pensar que t¨² est¨¢s ajena a todo eso porque todav¨ªa no te haya pasado.
Ciudadanos asegura que es un partido feminista.
El feminismo de Ciudadanos es un ox¨ªmoron. No existe. Necesitamos tener una memoria hist¨®rica feminista para darnos cuenta de que Ciudadanos ha apoyado medidas muy pol¨¦micas en el ¨¢mbito de la violencia de g¨¦nero. Me duele cuando reivindica la figura de Clara Campoamor porque el liberalismo de Campoamor no tiene nada que ver con el de Ciudadanos, creo que si ella se levantara de su tumba y viera como utilizan su nombre para fines partidistas volver¨ªa caerse redonda. Para empezar, Clara Campoamor era abolicionista de la prostituci¨®n, cuando Ciudadanos promueve todo lo contrario. Y son los principales impulsores de los vientres de alquiler. Cuidadanos vio que el 8 M era un movimiento fuerte y no quer¨ªan quedar descolgados. Pero el liberalismo provoca un aumento de la desigualdad. Y esas pol¨ªticas a las que m¨¢s afectan es a las mujeres.
En tu libro explicas que el vientre de alquiler nunca se puede analizar desde un punto de vista sentimental sino ¨¦tico.
As¨ª es porque si analizamos el mundo desde un punto vista sentimental ser¨ªa un libre albedr¨ªo. Desde un punto de vista sentimental puedo querer comprar un ¨®rgano. Pero no puedo. Hay un sistema que garantiza que, como recogen los Derechos Humanos, no se puede comercializar con el cuerpo. El comit¨¦ de bio¨¦tica reconoce que puede existir la mejor intenci¨®n por parte de esas personas que desean ser padres. El modelo casi impuesto de maternidad que se le impone a las mujeres puede llevar a medidas desesperadas. Sin embargo, hay deseos que no pueden cumplirse cuando para conseguirlos vulneran los derechos de otras personas. Los derechos humanos no se compran. Aprobar los vientres de alquiler no tiene nada de moderno.
?Cu¨¢les son las autoras feministas de las que m¨¢s has aprendido?
Kate Millett, que me ayud¨® mucho a entender la violencia econ¨®mica y a analizar el amor rom¨¢ntico, Simone de Beauvoir y Virginia Wolf. En ellas siempre encuentro respuestas.
?Cu¨¢l consideras por el momento el mayor logro de la cuarta ola del feminismo que estamos viviendo?
Que hemos conseguido hablar de la violencia sexual. Era un tema marginal y tab¨². Por fin hablamos tambi¨¦n abiertamente del acoso sexual en el trabajo. Hemos dado un golpe en la mesa y hemos dicho hasta aqu¨ª hemos llegado.
Supongo que como a todas las feministas con altavoz p¨²blico te habr¨¢n atacado mucho en los ¨²ltimos a?os. ?C¨®mo llevas esos ataques?
Durante un tiempo lo he sobrellevado mal. Pero tengo mucho callo. Bloqueo o silencio y tengo las redes filtradas. Desde el punto de vista de los argumentos, estos ataques son muy pobres. Aunque a veces te llegas a asustar porque estamos muy indefensas. Por mucho que digan que persiguen los delitos de odio en las redes la realidad es que no.
?Te planteas meterte en pol¨ªtica?
No, nunca. Me lo han ofrecido y lo he rechazado. Creo que hago mucho m¨¢s por las mujeres desde el periodismo y desde mis clases en la universidad, donde formo a nuevos periodistas para que sepan c¨®mo tratar la informaci¨®n para no da?ar todav¨ªa m¨¢s a las v¨ªctimas.
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