Los nuevos c¨®digos del romanticismo actual o por qu¨¦ el amor de antes ya no nos vale
El canon tradicional de amor rom¨¢ntico ha dejado de representar muchas mujeres en todo el mundo, pero eso no quita que sigan queriendo romanticismo en sus vidas. Analizamos c¨®mo ha cambiado su significado y nos replanteamos su relaci¨®n con el feminismo.?
??ltimamente, gasto gran parte de mi tiempo intentando encajar feminismo y matrimonio, y viceversa?, escrib¨ªa Nora Ephron en un texto que titul¨® Fantas¨ªas. Ella, que contribuy¨® a construir el canon del amor rom¨¢ntico con el guion de pel¨ªculas como Cuando Harry conoci¨® a Sally o Tienes un email, se debat¨ªa hace casi 50 a?os ante una contradicci¨®n que sigue vigente hoy.
A la feminista instruida le saltan todas las alarmas cuando oye hablar de romanticismo. Para superar las din¨¢micas de dominaci¨®n que han sostenido durante demasiado tiempo el imaginario colectivo hace falta estar alerta. Pero el amor es importante, es una constante. Todas las canciones siguen hablando de lo mismo. De hecho, puede que el amor sea ahora m¨¢s importante que nunca.
Hace apenas unos meses, un grupo de soci¨®logos espa?oles public¨® un libro titulado La gesti¨®n de la intimidad en la sociedad digital como conclusi¨®n de un proyecto dedicado a conocer la situaci¨®n actual de las parejas en Espa?a. En el cap¨ªtulo dedicado al v¨ªnculo emocional en las nuevas generaciones, Olga Jim¨¦nez-Rodr¨ªguez, Nadia Khamis Guti¨¦rrez y F¨¦lix Requena Santos conclu¨ªan que, ahora que la satisfacci¨®n personal es el objetivo principal al construir una pareja y no el matrimonio, los hijos o la seguridad financiera como anta?o, ?el amor se ha convertido en algo muy valioso que justifica la formaci¨®n y duraci¨®n de la pareja?. Otro estudio elaborado por IPSOS para la app de citas Bumble concluy¨® que, para tres de cada cuatro espa?oles, el romanticismo es una parte esencial de la relaci¨®n. Sin embargo, para un 66%, los clich¨¦s rom¨¢nticos tradicionales se han quedado anticuados y necesitan ?una actualizaci¨®n urgente?.
En toda ¨¦poca de cambio encontramos contradicciones de este estilo porque los nuevos ideales han de recorrer un largo camino hasta adquirir el peso y la forma de aquellos a los que sustituyen. El romanticismo de antes ya no nos vale porque las expectativas pesan sobre los hombros y ya conocemos las consecuencias. ?Los clich¨¦s tradicionales venden una idea de amor incondicional y eterno que crea una presi¨®n excesiva y, como resultado, relaciones poco saludables?, explica la psic¨®loga y sex¨®loga Silvia Sanz. Expectativas que llevan a enterrar problemas que saldr¨¢n luego a la superficie, inevitablemente, en forma de celos, posesi¨®n, manipulaci¨®n y dem¨¢s formas de toxicidad encubierta como amor. El romanticismo de antes ya no nos vale, sobre todo, porque cada vez menos personas caben dentro de su molde. Porque, como apunta Sanz, ?no refleja la diversidad de relaciones rom¨¢nticas, de identidades de g¨¦nero y orientaciones sexuales que existen?.
Sabemos qu¨¦ no nos vale, pero lo que s¨ª est¨¢ todav¨ªa en proceso de definici¨®n. El romanticismo implica una serie de actitudes para demostrar a alguien que le quieres, y en 2023 tiene mucho m¨¢s que ver con saber hablar sobre tus emociones que con aguantar la puerta del local al salir. Psicoanalizado es el nuevo sexy. Todos los expertos en relaciones entrevistados para este art¨ªculo coinciden en que el mayor acto de romanticismo moderno es la buena comunicaci¨®n. Comunicaci¨®n para satisfacer las necesidades de ambos y apertura a que estas necesidades no entren dentro de lo normativo. ?Nadie nos dice que el amor propio puede ser inc¨®modo; romper estereotipos a favor de tu salud mental y principios no es f¨¢cil, y m¨¢s cuando nos han educado en sociedad para complacer y vivir una relaci¨®n perfecta ya establecida (vivir juntos, casarse, tener hijos¡)?, explica la psic¨®loga Raquel Mascaraque. Algo en lo que coincide la soci¨®loga Marta Dom¨ªnguez cuando afirma que uno de los grandes avances del romanticismo actual es ?la tendencia hacia valores de g¨¦nero m¨¢s igualitarios, y una mayor libertad de expresi¨®n y de acci¨®n en la intimidad?.
Hablar para compartir sentimientos. Tener gestos de cari?o que vengan de ambas partes.??Confianza, respeto, comunicaci¨®n y la sinceridad. Dentro de esas cuatro patas todo vale?, concluye. Podemos decir que todas estas son las bases de un romanticismo actualizado que deja al otro espacio para ser. ?Se basa en la asociaci¨®n de dos individualidades. (¡) Un proyecto compartido en el que ambas individualidades crecen?, concluyen Jim¨¦nez-Rodr¨ªguez, Khamis y Requena en el estudio citado.
Feminismo y romanticismo: una contradicci¨®n por resolver
El romanticismo ha adquirido un nuevo papel. A falta de contratos sociales desfasados, es el pegamento de las relaciones modernas. Es un nuevo romanticismo que se actualiza al comp¨¢s de una sociedad que ¨Caunque todav¨ªa queda mucho por andar¨C tambi¨¦n lo hace. ?Puede ser que esa eterna contradicci¨®n entre romanticismo y feminismo est¨¦ camino de resolverse?
La columnista Leticia Vila-Sanju¨¢n, que ha le¨ªdo y escrito largo y tendido sobre este tema, observa que ?en la narrativa contempor¨¢nea, sobre todo la anglosajona, el canon ha cambiado porque estamos viendo muchas mujeres escritoras que toman el control de la narrativa?. Aunque observa tambi¨¦n que la manera en que esta contradicci¨®n se resuelve en ocasiones deja de lado una parte importante: ?En muchos de estos libros ¨CActs of service, de Lilian Fishman, o Vladimir, de Julia May Jonas¨C parece que la toma de control del deseo femenino siempre tiene que ir despojada del romanticismo, del sentimentalismo. Tomar distancia de los sentimientos es el ¨²nico recurso para poder llevar a cabo esa liberaci¨®n sexual?, expone. ?Creo que, como mujeres feministas, todav¨ªa no nos atrevemos a admitir que las relaciones sexoafectivas vienen de la mano del amor rom¨¢ntico, que muchas veces ha sido malentendido por encajarse dentro de una estructura masculina?.
Para Sara Esteban, doctora en Psicolog¨ªa y profesora en el M¨¢ster de Estudios de G¨¦nero en la Universidad Complutense de Madrid, no hay contradicci¨®n si tomamos a pies juntillas la definici¨®n de amor seg¨²n la RAE: ?Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de uni¨®n, nos completa, alegra y da energ¨ªa para convivir, comunicarnos y crear?. Sin embargo, la cosa cambia cuando hablamos del romanticismo tradicional. Empezando por la propia academia, que lo define como ?sentimentalidad excesiva?. Hay una connotaci¨®n negativa asociada, sobre todo, a las mujeres que pecamos de esta cualidad. So?adoras intensas predispuestas a sufrir.
Es una contradicci¨®n constante, pero no es una contradicci¨®n que se resuelva desde los extremos, descartando todo sentimiento o renunciando a la igualdad y a la libertad a favor de un romanticismo que pertenece ya a otra ¨¦poca. Resolverla de la mano de ese canon actualizado, m¨¢s sano, es una tarea pendiente del feminismo, que no es un concepto antag¨®nico, sino la ¨²nica v¨ªa para encontrar un espacio com¨²n. Como escribi¨® la periodista Zoe Hue en un art¨ªculo para la revista Dissent, ?el feminismo, en su mejor forma, apunta a la posibilidad de que el amor pueda ser diferente alg¨²n d¨ªa. Sostiene que actualmente no conocemos todas sus posibilidades, porque hasta ahora el amor entre hombres y mujeres s¨®lo se ha dado dentro de un estrecho marco de condiciones injustas?.
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