No todo desnudo es revolucionario, ?y por qu¨¦ deber¨ªa serlo?
Que parte de la libertad que queremos conquistar implica que nuestros actos individuales puedan ser solo eso: cosas que hacemos para nosotras. Porque nos da la gana y ya.
Desde el desnudo en el escenario de la cantante Eva Amaral, de 51 a?os, a manera de protesta por la arbitraria censura que sufri¨® Roc¨ªo Saiz, de 32 a?os, por la misma raz¨®n (un topless en la marcha del Orgullo de Murcia), son m¨²ltiples los debates que han vuelto a tener lugar. A pesar de que muchas feministas consider¨¢bamos que algunas discusiones eran un tanto anacr¨®nicas ¡ªcomo censurar a una mujer que decide mostrar sus pechos¡ª, el feminismo, y sobre todo el mundo, prueba una y otra vez que en cuanto a derechos, libertades y cuerpos las discusiones nunca est¨¢n saldadas y los primeros nunca est¨¢n consolidados de manera definitiva, por lo que el debate es una constante primordial en el ejercicio de su conquista.
En este marco, una de las preguntas que surgieron y que m¨¢s llamaron mi atenci¨®n fue la discusi¨®n interna de la sexualizaci¨®n. En concreto: ?Puede ser la sexualizaci¨®n en alg¨²n t¨¦rmino aut¨®noma y rebelde? Sobre el primer punto es importante tener en cuenta el contexto y los sujetos. El cuerpo, siempre el cuerpo. En la sociedad patriarcal, con tantas dobles morales machistas que todav¨ªa sobreviven a los cambios, nuestros cuerpos no significan lo mismo, ni son tratados de la misma manera. Hay algunas identidades que por no cumplir con los c¨¢nones hegem¨®nicos de belleza (la delgadez, la blancura y la juventud) siempre ser¨¢n obligadas a taparse, a censurarse y a existir sin placer y en constante supresi¨®n de s¨ª mismas. A las mujeres gordas solo les permiten su aparici¨®n p¨²blica para decir que quieren adelgazar, de lo contrario estar¨ªan haciendo la tan mentada ¡°apolog¨ªa a la obesidad¡± solo por caminar sin verg¨¹enza, para dar alg¨²n ejemplo. Es por eso que, para algunos cuerpos (los gordos, los marrones, los travestis, los mayores) la desnudez siempre ser¨¢ subversiva y revolucionaria y siempre ser¨¢ un ejercicio de resistencia a esa norma de la belleza admitida.
?Qu¨¦ pasa con los cuerpos supuestamente normativos? Bueno, es un poco m¨¢s complejo. Y siempre hay que hacer una lectura del contexto. No es lo mismo la desnudez en una sesi¨®n de fotos de una revista, o en una nude privada, que en el espacio p¨²blico. Ninguna de las dos estar¨ªa mal, sino que significan cosas distintas, por lo que no s¨¦ si podemos considerar que todos los cuerpos sin ropa en todos los contextos generan la misma reacci¨®n, desafortunadamente. Hay algunos que ser¨¢n aplaudidos y otros ser¨¢n rechazados y violentados. Tristemente, en la sociedad en la que habitamos, ning¨²n desnudo de una mujer puede pasar simplemente desapercibido. Me gustar¨ªa que estas preguntas pudieran ser obsoletas. Que las mujeres no tuvi¨¦ramos que pensar a qui¨¦n son funcionales nuestros cuerpos para disfrutarlos y para tambi¨¦n disfrutar de su desnudez si queremos exhibirla, que para nosotras no todo tenga que ser un ejercicio constante de justificaci¨®n y argumentaci¨®n, sino un cuerpo m¨¢s liviano y libre por la vida, sin el escrutinio del patriarcado para sexualizarnos, vendernos, comercializarse o censurarnos y violentarnos por su exhibici¨®n. Creo que la pregunta de qui¨¦nes somos y qu¨¦ significa nuestra existencia en la sociedad es fundamental, pero tambi¨¦n creo que a veces no hace falta darle vueltas infinitas a la misma cuesti¨®n. No todo desnudo es revolucionario, ?y por qu¨¦ deber¨ªa serlo? A veces una solo quiere empelotarse y ya, por el placer de ello, de verse y ser vista. ?Qu¨¦ importa lo dem¨¢s? ?Cada acci¨®n de nuestras vidas tiene que ser un ejercicio deliberado de revoluci¨®n? Me gusta pensar que no. Que parte de la libertad que queremos conquistar implica que nuestros actos individuales puedan ser solo eso: cosas que hacemos para nosotras. Porque nos da la gana y ya.
*Mar¨ªa del Mar Ram¨®n es escritora. Ha publicado ¡®Coger y comer sin culpa. El placer es feminista¡¯ y ¡®La manada¡¯.
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