Samantha Hudson: ?Me va bien econ¨®micamante, pero no soy Paula Echevarr¨ªa. Aunque me esfuerce nunca ser¨¦ normativa?
La cantante se viste de santa para una campa?a contra el estigma del VIH y hace balance de su a?o como ?embajadora de los m¨¢rgenes en el establishment?.
Si llamas a Samantha Hudson para hacer una colaboraci¨®n, tienes que estar preparado para que ella aparezca con un briefing, un story board y pr¨¢cticamente con el vestuario ya pensado y preparado. Esto es lo que pas¨®, m¨¢s o menos, cuando la Fundaci¨®n Imagina M¨¢s, una ONG dedicada a la salud sexual y la diversidad, le pidi¨® a la cantante que colaborara en su campa?a contra el estigma asociado al VIH. ¡°Me llamaron para un cafelito y aparecimos mi repre y yo con todo el concepto armado¡±, explica. Que pasaba por convertirse en Juana de Arco, Santa ?gueda y Santa Luc¨ªa ¨Ctres de las figuras con mejor direcci¨®n art¨ªstica del santoral¨C y aplicar el lema ¡°ni santa ni m¨¢rtir¡± a una causa todav¨ªa necesaria.
Hudson est¨¢ cerrando un a?o, que la ha tenido de gira con el show Liquidaci¨®n total por cierre (sus dos pr¨®ximas citas son en Zaragoza y Madrid), rodando la serie Cr¨ªmenes online, recibiendo el Premio Arco¨ªris el D¨ªa del Orgullo de manos de Irene Montero y dej¨¢ndose ver en medios y saraos, grandes y peque?os. Por mucho que tenga un pie en el mainstream, reivindica, que siempre le quedar¨¢ otro en ¡°la inmundicia¡±.
??De d¨®nde sale esta idea de las tres santas?
Por mero capricho me apetec¨ªa verme vestida de Juana de Arco y encarnando a esas santas tan populares, santa ?gueda y santa Luc¨ªa que son mis favoritas. Aunque sea un elemento un poco manido e incluso trillado, la religiosidad, y el cristianismo, que es lo que yo m¨¢s conozco, tiene algo muy m¨ªstico y una est¨¦tica muy poderosa. Mi abuela era muy religiosa, iba a misa cada domingo, y siempre que dorm¨ªa con ella en el pueblo, en Valderueda, en Le¨®n, me daba mucho mal rollo porque la escuchaba susurrar. Se tiraba rezando por lo menos una hora.
??Y usted tuvo alg¨²n momento de rapto religioso?
De los 11 a los 12 a?os s¨ª que tuve un momento Like a virgin. Daba religi¨®n en clase, luego ya mis convicciones han sido otras, pero permanece el inter¨¦s por esas figuras, esos santos.
Se puede creer que la discriminaci¨®n por VIH es una cosa del pasado, pero el 80% de las personas que lo padecen aun lo ocultan. Y seg¨²n datos de un estudio de CESIDA, el 8% de la poblaci¨®n estar¨ªa a favor de segregar a las personas con VIH y el 10% no tendr¨ªa ning¨²n tipo de contacto con ellas.
Por eso el mensaje de esta campa?a est¨¢ muy centrado en el estigma, que creo que es algo que incluso personas que no tienen VIH sienten. Si colaboras con una ONG, o si has tenido relaciones sexuales con alguien que toma antirretrovirales y se lo comentas a otra pareja sexual o a tus amigos, siempre hay esta mirada de prejuicio. Ni siquiera entienden de qu¨¦ va la cosa, pero piensan: por si acaso me alejo. Es algo con lo que tienen que lidiar las personas seropositivas. Y las que trabajan con eso. Me hac¨ªa gracia jugar con ese estigma de las m¨¢rtires, Santa ?gueda con los pechos en la bandeja. Es algo bastante tedioso. A las personas que se esfuerzan en pensar que el mundo est¨¢ estupendo las invitar¨ªa a pensar en un episodio reciente, cuando tuvo el pespunte de popularidad la viruela del mono. Me gusta recordar este peque?o episodio por lo reciente que es y lo anecd¨®tico. Aun as¨ª, tuvo una trascendencia, se enfoc¨® desde una criminalizaci¨®n tan grande, porque el foco era una sauna gay. Y hay que recordar que el VIH no es una enfermedad exclusiva del colectivo, hay un porcentaje importante de personas cishetero con VIH.
?Ser¨ªa ¨²til que m¨¢s figuras conocidas que tenga VIH lo contaran, como pas¨® en los a?os m¨¢s duros del sida, cuando hubo caras conocidas dando un paso adelante?
Al final no le puedes pedir a la gente que de ese paso porque la gente sabe lo que hay. Ser¨ªa positivo, pero la quiera entender que entienda. Por mucho que se?ales a la luna, siempre hay gente que te va a mirar el dedo.
Una frase que seguro que le dicen mucho: ?Samantha, est¨¢s en todas partes?. ?C¨®mo se lleva con ella?
A m¨ª me parece estupendo ser omnipresente, mientras no me lo digan con recochineo. La mayor¨ªa me lo dicen en plan: c¨®mo me alegro, t¨ªa, de verte ah¨ª. Es cierto que no tenemos otro remedio que trabajar, estar ah¨ª, pero de momento estoy a gusto. Si no estuviera llev¨¢ndolo de una forma sana, empezar¨ªa a rechazar propuestas.
?Qu¨¦ propuestas rechaza?
Cosas que no est¨¢n bien pagadas o que directamente no est¨¢n pagadas, cosas que no me compensan a d¨ªa de hoy porque tengo tanta oferta que hay que hacer un baremo. Llega un momento en que decir que no se convierte en un aut¨¦ntico tesoro. Ante el vicio de pedir est¨¢ la virtud de no dar¡
?Tambi¨¦n campa?as en las que no encaja?
Claro, hay veces que no me veo promocionando X cosa y nunca me ha gustado que pareciera una teletienda. Trabajo con quien me gusta. Y es la clave de mi ¨¦xito y de que me tome una forma tan sana toda esta sobrecarga.
Otra frase que seguro que escucha mucho: ¡°Qu¨¦ bien habla esta chica¡±, ¡°tiene la cabeza muy bien amueblada¡±. Ha dicho alguna vez que le parece condescendiente.
Es algo que me parece como una especie de caballo de Troya. Es un comentario amable que yo valoro much¨ªsimo, sobre todo la gente que lleva siguiendo mi trabajo, cuando doy una especie de Ted Talk en mis stories, pero que tambi¨¦n me responde cuando estoy haciendo un sketch. Ahora, de repente, vas a una cena, vas a un evento, te aborda un desconocido y te sueltan ese discurso, esa especie de elogio, a lo elocuente que eres, a tu capacidad de oratoria. ¡°Me gusta lo que haces, pero lo que m¨¢s me gusta es esto¡±. ?Tambi¨¦n me da l¨¢stima que la gente tenga que demostrar que habla bien, que tiene discurso, que maneja discursos pol¨ªticos, que puede hacer un speech de filosof¨ªa pop para que la pongan en el valor, para que la escuchen y la atiendan, porque a m¨ª me parece de no saber leer entre l¨ªneas. Una persona que hace cosas absurdas y rid¨ªculas tambi¨¦n est¨¢ haciendo algo, tambi¨¦n est¨¢ dando un mensaje. Me frustra, tener que salir de ah¨ª, de esa Samantha m¨¢s fr¨ªvola. Pero valoro mucho la manera en la que hablo y al fin y al cabo esto es un juego y hemos venido a jugar. Todas sabemos como funcionan estos circuitos y cu¨¢les son las cartas. He venido a jugar y de momento dir¨ªa que voy ganando.
Se sigue reivindicando como ¡®monstrua¡¯, como emperatriz de lo ¡®trash¡¯ ?Tiene la sensaci¨®n a veces de que cada incursi¨®n en el ¡®mainstream¡¯ le aleja de eso?
Cu¨¢nto m¨¢s entras en el sistema, m¨¢s te fagocita el sistema. Es como que te absorbe, dentro de lo que cabe me estoy manteniendo fiel a mis ideales. Rosal¨ªa dice: ¡°Yo soy muy m¨ªa, yo me transformo¡±. Y est¨¢ bien contradecirse de vez en cuando. Todos nos contradecimos, es imposible ser 100% consecuente con tu discurso cuando has irrumpido como un ariete en el star system generalista. Dir¨ªa que tengo un pie en el mainstream y tengo otro en el underground. Sigo haciendo mis conciertos en salas que no son un WiZink center, pero ante cualquier persona que sea disidente de g¨¦nero siempre va a haber un punto de condescendencia: Samantha Hudson en esta far¨¢ndula es la monstrua, la bicha rara, la inmundicia. Es la disruptiva a la que le ponen una red carpet con dress code elegante y viene vestida como una actriz porno de los a?os 80. Me gusta acumular esos t¨ªtulos, ser la de los dientes torcidos.
Por cierto, ?se pondr¨ªa una ortodoncia? ?Se pondr¨ªa caretas o quiere mantener sus dientes as¨ª?
Quiz¨¢ s¨ª¡ Seg¨²n me d¨¦.
A veces parece que a los disidentes, como dec¨ªa, y a las personas de izquierda siempre se les exige un grado de pureza.
Yo intento mojarme pol¨ªticamente y decir lo que pienso. Puede parecer que vivo una vida de lujos, lujuria y pasi¨®n. Me va bien econ¨®micamente y compar¨¢ndome con mis compa?eras, no represento la realidad ni de la gente joven ni de la gente LGTBQ. Soy un caso afortunado que trabaja de lo que le gusta, que vive de sus conciertos, pero yo entiendo tambi¨¦n mi situaci¨®n. Pero tampoco soy Paula Echevarr¨ªa. Ni aunque me esfuerce, voy a ser normativa. Ahora parece que hay una atm¨®sfera de tolerancia. Y cuando me dieron el premio Arco¨ªris el d¨ªa del Orgullo yo conclu¨ª mi discurso diciendo que quer¨ªa respeto genuino, no tolerancia. Los medios ahora me hacen entrevistas, pero nada es para siempre y cuando en alg¨²n momento deje de estar ah¨ª se me ver¨¢ como una friqui. Mucha gente ni siquiera entiende qu¨¦ hago ah¨ª a d¨ªa de hoy. Voy a un programa, a una alfombra roja y me miran desconcertadas. Pero ese es mi trabajo: soy una embajadora de los m¨¢rgenes en el establishment.
La han llamado muchas cosas. Entre otras, y a ra¨ªz de ese premio, ¡°la musa transexual de Irene Montero¡±.
Pens¨¦ que era impresionante. Literalmente en mi cabeza son¨® como ¡°jo, que guay¡±. Me hace gracia ser un personaje m¨¢s de esa tragicomedia que se monta la gente reaccionaria: el Coletas, Irene Montero, Samantha Hudson.
Su baile con Ada Colau, ?le dio votos o le quit¨® a la alcaldesa de Barcelona?
A ella la conozco y a nivel personal es encantadora. Me contrat¨® para pinchar y me puse a bailar. Yo quiero que la gente vote siempre dentro de lo que las instituciones nos permiten hacer. Y es tan dif¨ªcil pasar del dicho al hecho. Te preguntas: ?servir¨¢ para algo? De algo sirve. Hay muchas otras formas de hacer pol¨ªtica, en la calle, y es ah¨ª donde m¨¢s pertenezco, el mundo institucional y la burocracia por momentos se me atraganta un poco. Siempre me dicen que me meta en pol¨ªtica, que me presente al Parlamento Europeo, pero no estoy preparada.
?Le tiran los tejos los partidos pol¨ªticos?
Yo s¨¦ con qui¨¦n voy, comulgo con los ideales de la gente con la que me dejo ver. Est¨¢ bien estar ah¨ª. Y de momento a los que he ido eran causas muy justas y nobles. Siempre pienso que ser Ione Belarra, Irene Montero, Yolanda D¨ªaz¡ tiene que ser tan agotador. Sobre todo la pobre Irene, defender cosas tan impopulares como la Ley Trans no le debe de salir a cuenta, pero est¨¢ al pie del ca?¨®n.
Usted se lo pone dif¨ªcil a las TERF. Para empezar porque le da igual que le hablen en masculino. ?
No tienen mucho ¨¦xito conmigo, primero porque yo me ando con pies de plomo. Hay que ser muy lista para hacerse tanto la tonta. Siempre me he identificado como una persona no binaria que se siente c¨®moda con los pronombres femeninos, m¨¢s que nada porque me llamo Samantha. Ese es un punto, porque a m¨ª lo que me gusta es que la gente no entienda nada, ir a la cola del m¨¦dico y que la gente no sepa c¨®mo referirse a m¨ª, eso es lo que me fascina y creo que ah¨ª est¨¢ el cambio social. Y segundo, no les sirve de nada porque por mucho que se esfuercen no pienso acotarme a lo que dicen ellas que es ser una mujer. Tanto quejarse de que el patriarcado que les impone lo que es ser una mujer y luego vienen a todas nosotras, que ni siquiera somos mujeres, y nos dicen c¨®mo son las mujeres de verdad. Igual es que no queremos ser esas mujeres de verdad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.