?La violencia la hemos aprendido de vosotros?: la historia de Tamika D. Mallory, la autora del incendiario discurso contra el racismo

¡°La raz¨®n por la que los edificios arden no es solo por nuestro hermano, George Floyd. Arden porque la gente en Minnesota le est¨¢ diciendo a la gente de Nueva York, a la gente de California, a la gente de Memphis, a la gente de toda la naci¨®n¡­ ?Ya basta!¡±. Con estas palabras comienza Tamika D. Mallory el discurso m¨¢s viral y aplaudido de todos los pronunciados durante la oleada de protestas m¨¢s extendida y vehemente vivida por el pa¨ªs en el ¨²ltimo medio siglo. Flanqueada por estrellas como el ganador del Oscar Jamie Foxx (Ray) y el jugador de la NBA Karl-Anthony Towns, la activista de 39 a?os canaliz¨® ante los medios el clamor popular que vive la comunidad negra desde la detenci¨®n y posterior muerte de George Floyd, asfixiado por un polic¨ªa blanco despu¨¦s de que este le clavara durante m¨¢s de ocho minutos la rodilla contra su cuello. ¡°No somos responsables de la enfermedad mental que las instituciones del gobierno estadounidense y aquellos que est¨¢n en puestos de poder han infligido a nuestro pueblo¡±, a?adi¨® la neoyorquina que muchos ya comparan con el legendario l¨ªder de los sesenta Malcolm X y que ha sufrido en sus carnes la violencia y el racismo sist¨¦mico presente en el pa¨ªs.

Tamika Mallory ten¨ªa solo 20 a?os cuando su madre la llam¨® para darle la noticia que le cambiar¨ªa la vida: el padre de su hijo, que por entonces apenas ten¨ªa dos a?os, hab¨ªa aparecido muerto. Seg¨²n se supo en el juicio, la v¨ªctima, Jason Ryans de 26 a?os, hab¨ªa sido agredido por dos hombres ¨Cuno de ellos era su compa?ero de piso¨C despu¨¦s de que estos le acusaran de robo. Con la falsa excusa de llevarlo a un hospital, lo subieron al coche y le dispararon hasta en tres ocasiones en mitad de un bosque. ¡°Por supuesto que el haber sido v¨ªctima directa de la violencia armada ha provocado que este tema sea muy personal para m¨ª¡±, declar¨® en Bustle la joven, que a partir de ese momento hizo de la lucha por los derechos civiles su causa vital.

Tras el asesinato de Floyd, Mallory viaj¨® de Nueva York a Minneapolis para estar presente en las protestas que desde hace una semana se suceden en la ciudad. Actual directora de la organizaci¨®n Until Freedom (Hasta la Libertad), que denuncia las sist¨¦micas injusticias raciales del pa¨ªs, hasta septiembre del pasado a?o era conocida por ser una de las cuatro copresidentas y caras visibles del movimiento que hizo posible las hist¨®ricas Marchas de las Mujeres. La primera, en 2017, lleg¨® a movilizar hasta cinco millones de manifestantes repartidas en ciudades de todo el mundo. El ¨¦xito la hizo ser considerada por la revista Time como una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo y por Fortune como una de las ¡°l¨ªderes globales¡± de aquel a?o.

¡°Si no sal¨ªs a defender a vuestro pueblo no desafi¨¦is a los j¨®venes y todas las personas que est¨¢n frustradas e incitadas por gente a la que pag¨¢is. Est¨¢is pagando a instigadores para que se infiltren entre nuestra gente tirando piedras, rompiendo ventanas y quemando edificios¡±, afirm¨® Mallory el pasado 29 de mayo, expresando su indignaci¨®n ante el hecho de que muchos se preocuparan m¨¢s por los disturbios y los saqueos en las tiendas que por los asesinatos sistem¨¢ticos de hombres como George Floyd. Sus palabras han conmocionado a la sociedad estadounidense por haber puesto el foco en los polic¨ªas que durante d¨¦cadas se han extralimitado con la poblaci¨®n negra y han salido inmunes. ¡°Hay una manera muy f¨¢cil de pararlo: detener a los polic¨ªas, imputadlos a todos. No solo a algunos aqu¨ª en Minneapolis, imputadlos en todas las ciudades de los Estados Unidos en las que se est¨¢ asesinando a nuestro pueblo. Haced lo que supuestamente representa a este pa¨ªs: la tierra de la libertad para todos no lo ha sido para los negros y estamos cansados¡±.

Calificada por Valerie Jarret ¨Casesora principal de Barack Obama en la Casa Blanca¨C como ¡°la l¨ªder del ma?ana¡±, Mallory parec¨ªa predestinada a convertirse en el referente que es hoy. Nacida en el Bronx pero criada en Harlem, sus padres fueron fundadores del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos (Red de Acci¨®n Nacional) liderado por el veterano reverendo Al Sharpton, una de las figuras m¨¢s reconocidas del ¨²ltimo medio siglo y soldado de mil batallas por los derechos de los negros. Ellos la introdujeron en la organizaci¨®n siendo apenas una ni?a, encarg¨¢ndose hasta de repartir flyers de las acciones convocadas a otros ni?os de su escuela. ¡°Es el ¨²nico camino para sobrevivir siendo negra en Estados Unidos: formar parte de un movimiento m¨¢s grande que t¨² mismo¡±, confes¨® en ABC News. Siendo una adolescente, la joven se desvincul¨® de la organizaci¨®n y se rebel¨® contra una lucha que le hab¨ªa sido impuesta por sus progenitores. Pero tras el asesinato de Ryans volvi¨® con m¨¢s fuerza si cabe al mundo activista. Se convirti¨® en la l¨ªder m¨¢s joven de la historia de la Red de Acci¨®n Nacional y en asesora del por entonces vicepresidente Joe Biden ¨Cactual candidato dem¨®crata a la presidencia de los Estados Unidos¨C en sus esfuerzos para regular el acceso a las armas de fuego.

La vuelta de Tamika Mallory a la primera plana de los medios de comunicaci¨®n se produce meses despu¨¦s de su pol¨¦mica salida de la junta directiva de la Marcha de las mujeres. De las cuatro activistas que encabezaron el movimiento, Mallory, Linda Sarsour, Bob Bland y Carmen Perez, solo esta ¨²ltima contin¨²a hoy al frente de la organizaci¨®n. La neoyorquina fue duramente criticada y acusada de ?antisemita? por su amistad con Louis Farrakhan, defensor del nacionalismo negro y l¨ªder de un grupo llamado Naci¨®n del Islam que ha atacado en diferentes ocasiones a las ¨¦lites jud¨ªas en Estados Unidos. La negativa de Mallory a condenar dichas afirmaciones merm¨® su papel como presidenta del movimiento feminista, pero no como una de las principales voces de la lucha contra la posesi¨®n de armas y la brutalidad policial que actualmente toma las calles del pa¨ªs.