Tesa Arranz, la musa de la Movida madrile?a que se convirti¨® en ¡®marciana¡¯
¡®Aliens¡¯, el corto espa?ol seleccionado en el festival de Locarno y el libro ¡®La Mala Fama¡¯ ensalzan la figura rompedora de la cantante de los Zombies.
En un cap¨ªtulo de El Ministerio del tiempo, una de sus misiones requiere pasar por varias ¨¦pocas de Espa?a. A Irene Larra (Cayetana Guill¨¦n Cuervo) se le asigna ir a la d¨¦cada de los ochenta despu¨¦s de que haya habido unas cuantas complicaciones para conseguir el objetivo deseado. En cuanto se le avisa de su partida a esa fecha, Irene, con una sonrisa en la cara y decidida, no esconde la ilusi¨®n¡ ?A?os ochenta, ?All¨¢ voy!?. ?Por qu¨¦ a esta mujer le gusta tanto ir al Madrid de ese momento m¨¢s que a otras etapas hist¨®ricas? Todas tienen algo inquietante, pero ¨¦sta se caracteriza por algo m¨¢s especial: liberaci¨®n. Tras esa puerta hay un universo de autodeterminaci¨®n necesario y reivindicativo para la mujer.
Esos retales de ficci¨®n se confirman en la biograf¨ªa de Tesa Arranz. Sus a?os de juventud han sido recogidos por Luis L¨®pez Carrasco en su cortometraje Aliens. Para este proyecto el joven realizador ha adaptado uno de los cap¨ªtulos del libro de Germ¨¢n Pose, La mala fama, que recoge a personalidades controvertidas y ¨²nicas que vivieron en primera persona esos aires de cambio.
Estos d¨ªas Luis pasear¨¢ su cortometraje por el Festival de Locarno. Ya llev¨® al certamen suizo en 2013 su debut en solitario, El futuro, un largo ambientado en esos mismos a?os. La pel¨ªcula hablaba desde 1982 hacia el p¨²blico de ahora ¨Cde ah¨ª su evidente t¨ªtulo-, evocando una labor un tanto espinosa: preocuparse por lo venidero. Los personajes de esa pel¨ªcula parecen sentir indiferencia ante tal responsabilidad. Eso se deja para m¨¢s adelante, ellos ahora est¨¢n disfrutando de la modernizaci¨®n, que ya se est¨¢ asentando en la noche.
Para muestra de ese avance ochentero, el cineasta presenta en el festival a Arranz, que m¨¢s all¨¢ de ser la chica de los coros en el grupo Zombies, posee una personalidad arrolladora. Ella vivi¨® esos a?os de despedida al franquismo desde la apertura y la m¨¢s pura modernidad. Para profundizar en esa d¨¦cada (y en cualquiera) se requieren testimonios valientes y transgresores. Y muy pocos se desnudan tanto como ella. Los que no vivimos esas noches madrile?as hemos de consultar fuentes aut¨¦nticas si queremos entender el significado de esa transformaci¨®n en la sociedad, m¨¢s all¨¢ de los refritos televisivos que se acomodan en la nostalgia. Tesa nos viene de maravilla para esto: repasando su obra pict¨®rica, m¨¢s de quinientos retratos de extraterrestres que ha pintado en la ¨²ltima d¨¦cada, la voz en off de Arranz narra sus experiencias en los ochenta, las cu¨¢les pueden ser tambi¨¦n le¨ªdas en la publicaci¨®n de Pose. El mon¨®logo describe sus recuerdos: m¨²sica, amigos, idilios, confesiones, drogas o sexo sin prejuicio alguno.
Hab¨ªa que buscar ejemplos de mujeres reales de esos a?os. Las letras de las canciones de la ¨¦poca se limitan a prototipos: a una ilusi¨®n, como La chica de ayer de Nacha Pop, o una bala perdida, como la Mujer fatal de Burning. Apenas hay noticias de alguien fuerte, que toma decisiones, decidida, sincera y desprejuiciada. Nos han llegado varios personajes ficticios gracias al cine de Almod¨®var, pero los modelos aut¨¦nticos son mucho m¨¢s necesarios. La libertad despojada de complejos era algo mucho m¨¢s f¨¢cil para cualquiera de sus compa?eros de la banda. El clich¨¦ de conquistador y lig¨®n acompa?a al hecho de ser integrante de una banda de m¨²sica con ¨¦xito. Est¨¢ aceptado socialmente y se le admira. ?A una mujer tambi¨¦n?
?Eran igual de libres las que vivieron la noche? ?En ese momento hab¨ªa m¨¢s ganas de tener libertad, que no es lo mismo?, advierte Tesa. ?Las madres por las calles advert¨ªan a los ni?os ¡®?No mires a esa chica!¡¯, cuando pas¨¢bamos. Nuestras madres y las monjas del colegio segu¨ªan igual de plastas. La pel¨ªcula ajena segu¨ªa igual. La nuestra interna segu¨ªa desde el primer momento en su semilla germinando?. Ella se muestra firme respecto a la mujer en esos a?os. ?Las chicas hemos sido valientes siempre, y da igual la edad y el momento. Antes se podr¨ªan tener m¨¢s ganas por ser m¨¢s joven, pero sigo viendo a ni?as en la fundaci¨®n donde colaboro, que se dedica a ayudar a j¨®venes artistas, y tienen las mismas ganas que ten¨ªa yo aquellos a?os?.
En Aliens se recoge su retrato personal y art¨ªstico. Mientras vemos algunos de sus cuadros, nos recuerda a muchos y muchas que pasaron por su vida en su juventud: Olvido Gara, Ana Curra, las Costus y de muchos m¨¢s. Ella no compon¨ªa, pero intentaba que todos dentro del grupo estuvieran a gusto ?si no, no pod¨ªa dormir tranquila?, asegura. ?Que si se estropeaba una cuerda de la guitarra, que si hab¨ªa que planchar ese traje, o que ?lex no ligaba con Cristina, o que Bernardo necesitaba novios extra?, declara cuando se le pregunta sobre sus tareas dentro de Zombies.
Da la sensaci¨®n de que vivir esos a?os era una fiesta continua, con sus jolgorios y desfases. Y dentro de todo lo positivo que trajo, tambi¨¦n espera que las nuevas generaciones no caigan en los errores del pasado. ?Esa conciencia y esa sabidur¨ªa que traen ahora no hay que matarla bajo ning¨²n aspecto, ni con drogas ni con el factor tiempo. Cuando ves que quieres algo y no puedes, y que vas a sufrir un mont¨®n de tiempo, puedes llegar a coquetear con las drogas. Y no quiero que esto pase a las generaciones que vienen ahora?.
Despu¨¦s de visionar el corto y hablar un rato con ella, se entiende que el mundo sea tan poco para ella. De ah¨ª su fascinaci¨®n con los extraterrestres. En su d¨ªa a d¨ªa se dedica a atender personas en riesgo de exclusi¨®n y pintar seres sobrenaturales. Ella se considera marciana; ya ha visualizado todo lo que le ha pasado y le est¨¢ pasando. Hasta la entrevista que se le hace para este art¨ªculo. Por eso se siente extraterrestre. Ojal¨¢ un d¨ªa pueda contactar con ellos y los encuentre en alg¨²n lugar, como dec¨ªa la canci¨®n de su grupo: en Groenlandia, en Per¨², en el T¨ªbet, en Jap¨®n, en la isla de Pascua, en las selvas de Borneo, en los cr¨¢teres de Marte, en los anillos de Saturno¡
Volviendo a la serie de Televisi¨®n Espa?ola, es normal que a Irene casi se le olvidara cumplir con la misi¨®n asignada por el Ministerio del Tiempo. Madrid ten¨ªa demasiadas distracciones en esos a?os.
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