¡®Girl scouts¡¯: galletitas subversivas

Son un ej¨¦rcito de 10 millones de ni?as en 145 pa¨ªses. Se les reconoce por su uniforme y por vender galletas de puerta en puerta. Cien a?os despu¨¦s de la creaci¨®n del movimiento en Estados Unidos, ?se han convertido las girl scouts en un vestigio de otro tiempo? No necesariamente. As¨ª lo demuestra la pol¨¦mica en la que ha estado ba?ado su centenario.

El congresista republicano Bob Morris ha acusado a las girl scouts de abogar por ?el progresismo radical? y de constituir ?el brazo t¨¢ctico de la planificaci¨®n familiar?. Otro pol¨ªtico republicano, Hans Zeiger, las calific¨® el a?o pasado de ?patrulla formadora de feministas pro aborto? e incit¨® a boicotear el consumo de sus galletas.

La activista cat¨®lica Cathy Ruse dice que promueven ?el sexo promiscuo?.
La derecha m¨¢s reaccionaria se ha cebado con una agrupaci¨®n scout de Colorado que ha aceptado, por primera vez, a una ni?a transg¨¦nero. Su nombre es Bobby Montoya. Naci¨® ni?o, pero se define como ni?a. ?Si se identifica como una ni?a y su familia la presenta como tal, las girl scouts le dan la bienvenida?, se?al¨® la organizaci¨®n. ?Debemos aplaudir el gesto, que demuestra una voluntad de adaptarse a los cambios?, dice Elena Gonz¨¢lez, una de las responsable de la Federaci¨®n Catalana de Escultismo y Guidismo, que agrupa al 80% de las girl scouts espa?olas.

Desde la sede neoyorquina de la organizaci¨®n insisten en lo mismo. ?Nuestra imagen tradicionalista es err¨®nea. Las girl scouts siempre han sido una organizaci¨®n integradora y avanzada a su tiempo?, afirma la portavoz de Girl Scouts of the USA, Michelle Tompkins. ?Hemos animado a las chicas a tener carreras fuera del hogar desde los tiempos en que la mujer no pod¨ªa ni votar?.

Escena de la pel¨ªcula La tropa de Beverly Hills.

No le falta raz¨®n. Desde su fundaci¨®n en 1912, las girl scouts aceptaron a ni?as discapacitadas cuando todav¨ªa no se ve¨ªan en p¨²blico. Despu¨¦s, integraron a afroamericanas en patrullas multirraciales cuando las leyes casi no permit¨ªan ni que caminaran por la misma acera. En 1993, decidieron aceptar a ateas, agn¨®sticas y homosexuales en sus filas, una postura muy diferente a la de los boy scouts. ?Aunque fueron fundados con principios parecidos, siempre han existido diferencias?, apunta la soci¨®loga Kathleen Denny, de la Universidad de Maryland. ?Pese a la persistencia de algunos estereotipos, los manuales de las chicas contienen elementos feministas, as¨ª como un marcado ¨¦nfasis en el liderazgo y el pensamiento cr¨ªtico. Los de los chicos incitan a la pasividad intelectual?, a?ade. Los boy scouts nacieron para preservar un modelo de masculinidad que glorificaba la fuerza f¨ªsica y el contacto con la naturaleza. Las girl scouts buscaban terminar con la concepci¨®n victoriana de la mujer. En medio de las turbulencias de este aniversario, Obama decidi¨® mandar el mes pasado un mensaje de apoyo reconociendo su esfuerzo ?para que las mujeres alcancen su m¨¢ximo potencial?.

Los tent¨¢culos de la organizaci¨®n llegan a todas partes. El 49% de las estadounidenses adultas fueron girl scouts. Ocho de cada diez empresarias tambi¨¦n, y dos tercios de las congresistas. Las antiguas girl scouts cobran, de media, unos 10.000 d¨®lares anuales m¨¢s que las que nunca se han puesto el uniforme. Hillary Clinton, Condoleezza Rice y Laura Bush lo fueron, como la feminista Gloria Steinem y la astronauta Kathryn Sullivan. Tambi¨¦n las presentadoras Barbara Walters y Katie Couric, as¨ª como la cantante Taylor Swift y la actriz Dakota Fanning. Escritoras de prestigio como Melissa Bank (Gu¨ªa de caza y pesca para chicas) y ZZ Packer (Un caf¨¦ en alguna parte) se han inspirado en las girl scouts para escribir sus relatos m¨¢s celebrados. La actriz Shelley Long protagoniz¨® un cl¨¢sico del camp cinematogr¨¢fico, La tropa de Beverly Hills (1989), mientras que Wes Anderson recuperar¨¢ ese universo en la esperad¨ªsima Moonrise Kingdom, que inaugurar¨¢ Cannes.