Guillem Cabrera, el triunfo del ¡®Billy Elliot¡¯ espa?ol
No le gusta que lo llamen as¨ª ni que lo comparen con ¨¦l, pero con 11 a?os ha conseguido entrar en The Royal Ballet gracias a su talento.
?Desde hace cuatro meses tenemos una vida que no es la nuestra?, dice Germ¨¤ Cabrera. Es el padre de Guillem, un bailar¨ªn de 11 a?os que ha logrado entrar en la prestigiosa escuela brit¨¢nica de danza The Royal Ballet. Mientras nos explica su aventura en el parque del Laberinto de Horta, Barcelona, donde realizamos la sesi¨®n de fotos, su hijo da vueltas con unas Converse blancas que acaba de estrenar. Germ¨¤ nos relata c¨®mo comenz¨® todo. ?En vacaciones hac¨ªa cursos con profesores como V¨ªctor Ullate. La semana santa de 2014 vino Lourdes de Rojas, quien tiene a su marido y a su hijo en la escuela de Covent Garden, y nos dijo: ¡°?Por que? no intent¨¢is hacer las pruebas?¡±?. Desde esa propuesta hasta el pasado 5 de septiembre, cuando ingreso? en The White Lodge (la residencia de The Royal Ballet donde se forman los ni?os hasta los 15 a?os, luego acuden a Covent Garden), la familia ha tenido que hacer numerosas piruetas. La m¨¢s dif¨ªcil fue saltar la muralla econ¨®mica de 45.000 euros que cuesta el curso.
En el formulario para la audici¨®n ya aparec¨ªa la pregunta de si estaban capacitados para pagar esta cuota. ?Respondimos que no?. Una solicitud que enviaron en septiembre. Pese a esa puntualizaci¨®n, en diciembre recibieron la invitaci¨®n a participar en el examen.
Hacer, deshacer y volver a hacer maletas. La familia vivi¨® el viaje para la audici¨®n como un regalo de Reyes. Era una experiencia sencilla: una ma?ana de turismo, dos horas de prueba en Covent Garden por la tarde y vuelta a casa en Sant salvador de Guardiola, en la comarca del Bages, Barcelona. ?Ah¨ª empezaba y terminaba esta experiencia para nosotros?, recuerda Germ¨¤.
Germ¨¤ y Silvia con sus hijos, Guillem (con camiseta de KAOTIKO) y Gerard.
Ra¨²l Ruz
En su pueblo, sus compa?eros de colegio lo est¨¢n arropando. ?Han pasado de gastar bromas a interesarse?, dice Guillem. Una vida que ¨¦l no quiere que comparen con la del protagonista de la pel¨ªcula Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000). ?La vi hace poco y no me identifique?. Sobre todo porque el actor tiene que esconderse de su familia, y a mi? la m¨ªa me ha apoyado siempre?, explica con seriedad. ?Me cuentan que con dos a?os ya ped¨ª que me apuntaran a ballet, y ellos solo me preguntaban si estaba seguro. Cre¨ªan que ser¨ªa algo temporal, pero continu¨¦. No me pidieron que lo dejara por el f¨²tbol o el baloncesto. Y nunca me he cansado de bailar?, dice con una gran sonrisa. Coloca una pierna en paralelo a su cabeza apoy¨¢ndose en una columna y su padre le ri?e por hacerlo sin calentar. ??No querr¨¢s lesionarte justo ahora??.
Guillem recupera la postura y relata todo lo que vivi¨® en su primer viaje. ?Hicimos los pasos m¨¢s b¨¢sicos, hasta me sorprend¨ª de lo sencillo que fue. Al ser una de las mejores escuelas del mundo, cre¨ªa que todo ser¨ªa muy dif¨ªcil. En cambio realice? los que aprendes cuando comienzas, lo que todo el mundo conoce: un pli¨¦, un relev¨¦..?. Guarda unos segundos de silencio y contin¨²a. ?Comprend¨ª el porque?. De esos pasos sencillos se pasa a un salto complejo. Aqu¨ª lo que quieren es que la base sea firme para hacer bien lo dif¨ªcil?.
La sorpresa vino 15 d¨ªas m¨¢s tarde, cuando su nombre aparec¨ªa como uno m¨¢s de los 23 seleccionados de entre los m¨¢s de 500 talentosos menores que se presentaron. De ellos, solo 12 podr¨ªan cursar el a?o lectivo. Tocaba un nuevo viaje. En esta ocasi¨®n s¨ª atraves¨® las puertas de The White Lodge. ?Fueron ocho horas en las que me preguntaron por el colegio y las notas, si ten¨ªa muchas ganas de entrar; me hicieron pruebas f¨ªsicas?. Tres d¨ªas despu¨¦s, una nueva carta con la admisi¨®n y un requerimiento: que la familia se pusiera en contacto para realizar el pago de las 33.000 libras. Germ¨¤ contesto? explicando lo felices y orgullosos que estaban, pero tambi¨¦n lo desconcertados. ?Desde el principio avisamos de que no dispon¨ªamos de esa cantidad?. Pero la instituci¨®n respondi¨®: ??Cu¨¢nto podr¨ªan aportar??. ?Ah¨ª supimos que exist¨ªa la posibilidad de negociar?.
El jovenc¨ªsimo bailar¨ªn viste camiseta de tirantes de H&M STUDIO y pantal¨®n de GOCCO.
Ra¨²l Ruz
Campa?a de ¡®marketing¡¯ casero. La esperanza de una beca por parte del Gobierno brit¨¢nico se desvaneci¨® en cuanto investigaron en la web de la escuela. En ella se puntualiza que no hay ayudas para ni?os extranjeros menores de 14 a?os. ?Entiendo esa posici¨®n, pero nos lo podr¨ªan haber dicho antes, para poder reaccionar. Sus razones son el temor a invertir en peque?os que no soporten la distancia con su familia o la exigencia?, dice la madre, Silvia Espinach.
Una amiga de la familia, Mar Canet, quien se ha convertido en improvisada representante y motor para buscar fondos, tuvo una conversaci¨®n con ellos:
¨C?Que? ten¨¦is?
¨CUn ordenador y un ni?o.
¨C?Nada m¨¢s?
¨CNo.
¨CPues comencemos a trabajar.
Contactaron con empresas, peri¨®dicos locales que publicaron la noticia y su b¨²squeda de fondos. Abrieron un perfil en Facebook, Guillem Cabrera i Espinach, que ronda los 3.000 seguidores. Iniciaron una campa?a de financiaci¨®n en el portal moneyfordreams.es con la que han recaudado m¨¢s de 13.000 euros. A ellos se uni¨® la productora Zoopa, en la que participa el actor Santi Mill¨¢n, quien les dijo: ?si hay talento, encontraremos c¨®mo hacerlo para que ¨¦l este? tranquilo y no vea a sus padres angustiados por el dinero?.
Para llamar la atenci¨®n sobre nuevos inversores, el peque?o bail¨® por primera vez en su vida junto a un caballo en un acto ben¨¦fico en el Centro H¨ªpico de Cerdanya, en la actuaci¨®n previa al inicio de la fiesta mayor de Sant Llorenc? Savall. Incluso lo espera el rodaje de un videoclip con el grupo Celtas Cortos. Los m¨²sicos lo han apoyado con 1.000 euros para este curso y con la misma cantidad para el siguiente.
Guillem Cabrera en equilibrio, con camiseta de rayas de GOCCO, mallas de H&M y zapatos de TEX.
Ra¨²l Ruz
Guillem siempre esta? dispuesto. ?Lo de los patrocinios no lo entiendo bien, prefiero que me digan que? debo hacer y yo lo hago. Lo que me sorprende es c¨®mo la gente me esta? ayudando. Incluso familias que no tienen dinero han aportado 10 o 20 euros, y eso para mi? es muy importante?, explica con madurez. ?No me gusta que me se?alen, pero s¨ª que me conozcan, porque eso significa que estamos haciendo las cosas bien?.
Buscaron ayudas, sin resultado, en el Departamento de Ense?anza de la Generalitat y en el Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte. ?Solo nos recomendaron que envi¨¢semos a nuestro hijo a Inglaterra, donde hab¨ªa mejores escuelas. Todo lo obtenido ha sido a trav¨¦s de los medios?, dice Germ¨¤. Tamara Rojo, quien fue primera bailarina del Royal y es la actual directora del English National Ballet, nos cuenta su opini¨®n sobre este caso: ?Me parece bien, siempre que sus padres est¨¦n convencidos de que la mejor formaci¨®n para su hijo la obtendr¨¢ en The White Lodge del Royal Ballet?.
Maleta con sus punteras, diario y medallas que se llev¨® a The White Lodge.
Ra¨²l Ruz
En Espa?a hay buenos maestros de danza y algunas escuelas y conservatorios que han demostrado que pueden formar buenos bailarines. La diferencia es que los de nivel profesional no integran la educaci¨®n b¨¢sica y secundaria en la misma escuela, por lo que los chicos tienen que estudiar en dos centros. ?sa fue mi experiencia?. Ante tales esfuerzos, The White Lodge hizo una excepci¨®n con Guillem. ?Al mostrarles los v¨ªdeos, las noticias, c¨®mo nos estamos moviendo, decidieron hacernos una tarifa plana y pagaremos 25.000 euros al a?o?, dice Germ¨¤.
Ahora, el peque?o baila cinco horas al d¨ªa (las mismas que bailaba semanalmente en Manresa) y comparte habitaci¨®n con 12 ni?os. Mientras, los padres planean hablar con Tamara Rojo. ?Queremos que nos explique c¨®mo apoyarlo, c¨®mo lo pasan los ni?os all¨ª. Y c¨®mo sobrellevar el estar separados?
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