¡®Homeschooling¡¯, ?por qu¨¦ no cuaja en Espa?a?
Harvard y Yale reservan plazas para ni?os educados en casa. Sin embargo, en nuestro pa¨ªs esta tendencia educativa sigue perseguida por t¨®picos y estigmas.
Para muchos padres la llegada del verano supone un barullo de horarios cambiados, huecos imposibles de llenar y quejas por la incompatibilidad de vacaciones escolares y trabajo. Sin embargo, para otras familias no existe gran diferencia entre la ¨¦poca estival y la escolar. Son los homeschoolers, alumnos y padres para los que el cole es cualquier lugar en el que se pueda aprender.
Puede que la larga lista de familias homeschoolers que aporta Hollywood ¨Ccon los Brangelina y su prole como ep¨ªtome del movimiento¨C sea la causante de la imagen arquet¨ªpica de quienes deciden no escolarizar a sus hijos: ¨¦lites socioculturales adineradas, entornos alternativos o fan¨¢ticos religiosos. Pero, en cualquier caso, pocos ejemplos patrios.
A pesar de los estereotipos que hacen pensar en neorrurales hiperconectados o millonarios exc¨¦ntricos ¡°el perfil de familia que educa en casa en Espa?a es muy heterog¨¦neo. Hay arquitectos, docentes, pintores de brocha gorda, de todo un poco¡± apunta Laura Mascar¨®, jurista, madre homeschooler y activista del movimiento en Espa?a como fundadora de la Plataforma por la Libertad Educativa. Mascar¨® explica que, aunque no hay perfiles definidos, s¨ª existen cauces comunes que influyen en la decisi¨®n de instruir a los ni?os en el hogar: problemas de todo tipo con el sistema educativo y partidarios de corrientes como el parenting attachment o crianza con apego son los m¨¢s habituales. ¡°Muchas personas deciden sacar a sus hijos de las escuelas por incompatibilidad profesional, porque tenerlos en el colegio significaba no verlos, por casos de altas capacidades mal llevadas que derivan en fracaso escolar o por evitar situaciones de acoso. Otras optan directamente por no escolarizarlos porque son defensores de la crianza natural y el sistema no encaja con sus valores. En ambos casos se exponen a much¨ªsimos problemas externos¡±.
?Rebrote de un fen¨®meno veterano
¡°Internet, las nuevas tecnolog¨ªas, la facilidad con la que acceder al conocimiento han hecho que vuelva a o¨ªrse hablar de estas corrientes que no son nuevas¡±. Es el punto de vista de Javier N¨®, Doctor en Pedagog¨ªa y experto en E-learing que vincula las posibilidades tecnol¨®gicas actuales con el ¡°rebrote¡± del movimiento. A pesar de que pueden documentarse casos aislados desde mediados de los setenta, el fen¨®meno es relativamente reciente en nuestro pa¨ªs y se atribuye a Elsa Haas los primeros pasos en busca de la aceptaci¨®n que todav¨ªa no ha llegado ni a las leyes ni a la sociedad. ?Corr¨ªan los primeros noventa cuando, seg¨²n Carlos Cabo, autor de la ¨²nica tesis doctoral sobre el fen¨®meno en nuestro pa¨ªs, esta norteamericana se convirti¨® en el ¡°adalid del homeschooling militante en Espa?a¡± haciendo visible su existencia y reivindicando el derecho de las familias a educar con sus propios criterios.
Sin embargo, dos d¨¦cadas m¨¢s tarde esta realidad de la que no hay datos oficiales ¨Coscilan entre 2.000 y 4.000 familias en funci¨®n de qui¨¦n responda a la pregunta¨C sigue siendo algo oculto, alegal y pol¨¦mico. Algo sobre lo que pocos desean hablar. Cabo asocia la escasa presencia medi¨¢tica del colectivo con el desgaste personal, familiar y social que padecen los padres que deciden educar a sus hijos en casa: ¡°En la actualidad no se concibe el progreso social al margen de la escuela ni del sistema y estas familias se enfrentan con los abuelos, los hermanos, los vecinos y adem¨¢s siempre est¨¢n pendientes de c¨®mo puede reaccionar la justicia¡±, asegura. Porque la imagen de ni?os fuera del colegio en horario lectivo no se entiende, aunque est¨¦n con sus padres o realizando alguna actividad educativa, y si se interpreta como absentismo escolar ¨Cperseguido por la ley e incompatible con la escolarizaci¨®n obligatoria¨C comienzan el miedo y los problemas.
?Casos de ¨¦xito
El miedo no impidi¨® a la artista Ouka Leele tomar la decisi¨®n de desescolarizar a su hija en torno a los ocho a?os para ocuparse personalmente de su educaci¨®n. Cuenta que tem¨ªa las denuncias, pero que ver la evoluci¨®n de la ni?a y estar educ¨¢ndola seg¨²n su estilo de vida la manten¨ªan firme en la decisi¨®n. ¡°No estoy de acuerdo con el sistema educativo actual. Creo que los ni?os son recluidos en una especie de c¨¢rcel hasta los 16 a?os, apartados del mundo real, obligados a memorizar cosas que a lo mejor no les interesan y sometidos a una competitividad insana¡±. Su hija, la dise?adora Mar¨ªa Rosenfeldt, habla con cari?o de sus a?os como homeschooler. ¡°He probado las dos cosas, ir al colegio y aprender en casa y me parece que para un ni?o es bueno no tener que enfrentarse tan pronto a los piques, las cr¨ªticas de otros ni?os, las comparaciones, esa presi¨®n que muchas veces se da en los colegios y no se cuenta. Pero sobre todo me parece muy positivo poder aprender de una manera m¨¢s natural, m¨¢s cercana a lo que te interesa, realmente que es como aprend¨ª yo. Un d¨ªa me iba al Jard¨ªn Bot¨¢nico y me dedicaba a conocer o dibujar las plantas, otro d¨ªa a m¨²sica, otro d¨ªa investigaba algo sobre lo que realmente me apetec¨ªa aprender, viajaba¡ y as¨ª todo lo que he ido aprendiendo se me ha quedado dentro, no lo he olvidado¡±.
Cr¨ªticas
Sin embargo, esta visi¨®n positiva e incluso idealizada del fen¨®meno choca con duras cr¨ªticas. La m¨¢s aceptada es la ausencia de socializaci¨®n de los ni?os. ¡°La socializaci¨®n entre pares es fundamental y por mucho que se intente compensar se convierte en un h¨¢ndicap. Incluso biol¨®gicamente se sabe que la socializaci¨®n genera complejidad neuronal as¨ª que es complicado defender un estilo de educaci¨®n en el que los ni?os pasan mucho tiempo en casa, frente a la pantalla del ordenador o con adultos¡±, sostiene N¨® al tiempo que defiende que la mejor soluci¨®n pueda ser mixta ¡°ni del todo dentro ni del todo fuera del sistema como soluci¨®n a familias que tengan problemas de itinerancia o de otro tipo¡±, se?ala.
Pero para hacer frente a esos problemas hace falta desenredar el embrollo jur¨ªdico que planea sobre el asunto. ¡°La Constituci¨®n no lo proh¨ªbe ¨Casegura Cabo- pero la Ley de Educaci¨®n no lo permite al exigir la escolarizaci¨®n obligatoria¡± y esta doble condici¨®n tiene en vilo a las familias homeschoolers que llegan desgastadas a momentos clave del proceso como cuando los hijos deciden seguir estudiando y hay que iniciar la estrategia para reengancharse al sistema. Ouka Leele y Mar¨ªa optaron por una de las soluciones m¨¢s pr¨¢cticas: inscribirse en un colegio extranjero que s¨ª reconoce la educaci¨®n en casa y, una vez obtenido el t¨ªtulo, homologarlo. ¡°Me apoy¨¦ mucho en el colegio americano Clonlara, all¨ª encontr¨¦ mucha sabidur¨ªa respecto a un proceso que implica un compromiso personal enorme¡±. Como Clonlara, existen diversas alternativas (Epysteme, Ale) y colegios que facilitan la tarea a padres y alumnos espa?oles que opten por el homeschooling.
Universidades como Harvard o Yale reservan cupos cada curso para alumnos que se hayan educado en casa. Buscan perfiles extracurriculares brillantes, chavales que hayan viajado, que practiquen hobbies o que hayan sido voluntarios y destacan estos aspectos por encima de los acad¨¦micos. Parece que fuera de Espa?a hay menos prejuicios en torno al homeschooling. Tan pocos prejuicios que apenas se menciona en ?las biograf¨ªas de personajes c¨¦lebres, cl¨¢sicos y contempor¨¢neos, como Einsten, Graham Bell, Frank Lloyd Wright, Agatha Christie, Charles Chaplin, Woopie Goldberg, Elijaa Wood o las hermanas Venus y Serena Williams.
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