?Conseguir¨¢ Irene Caruncho, la Adele gallega, vivir de la m¨²sica en Espa?a?

Algunas veces pasa. Casi nunca, la verdad. La mayor parte de los programas suponen una sucesi¨®n de aspirantes m¨¢s o menos atinados, clones del ¨²ltimo fen¨®meno electrolatino, flamenco fusi¨®n o pop de extrarradio. Si han tenido suerte, los peri¨®dicos locales abrir¨¢n con ellos la edici¨®n dominical, sus seguidores se multiplicar¨¢n en las redes sociales y alg¨²n miembro del consistorio se pondr¨¢ en contacto pidi¨¦ndoles que contribuyan a publicitar la imagen de su localidad, barrio o vecindario. Qui¨¦n sabe si una vez terminado el programa conseguir¨¢n grabar un single, promover una gira con solvencia y, c¨®mo no, anunciar su candidatura para representarnos en Eurovisi¨®n. Un a?o despu¨¦s se sentar¨¢n delante de la televisi¨®n para ver la nueva edici¨®n del programa que les hizo c¨¦lebres mientras contin¨²an luchando por sobrevivir en la industria. Y esos, recordamos, eran los afortunados. El resto, nueve de cada diez, todav¨ªa aguardan esa llamada del ayuntamiento para actuar en las fiestas patronales.

Irene Caruncho era, hace solo siete d¨ªas, otra joven que esperaba que sonara el tel¨¦fono para que pudiera cantar. Lo hab¨ªa hecho previamente, ante sus paisanos, en algunas salas de la localidad acompa?ada por su novio como guitarrista. Hoy, la joven de 20 a?os, ya ha estrenado nuevas cuentas de Twitter, Instagram y p¨¢gina en Facebook, en las que se agolpan cientos de ¡®Me gusta¡¯ y alabanzas de sus noveles fans. Su intervenci¨®n en el programa La Voz del pasado mi¨¦rcoles la ha situado como el primer gran fen¨®meno de la temporada televisiva, compar¨¢ndola con estrellas como Adele o Christina Aguilera. Todo despu¨¦s de cantar menos de dos minutos. Y le hubiera sobrado uno, porque cuando a la magia de la televisi¨®n le da por aparecer, muy de vez en cuando, pasa esto.

¡°Te ruego que me concedas el privilegio de acompa?arte a ser una de las artistas m¨¢s importantes de este pa¨ªs¡±, dec¨ªa el siempre intenso Melendi en su alegato por reclutar a Irene para su equipo. ¡°Ya se lo he rogado yo¡±, interrump¨ªa Mal¨², la que finalmente se llevar¨ªa el diamante en bruto. La sobrina de Paco de Luc¨ªa fue la primera en hacer girar su silla solo unos segundos despu¨¦s de que Irene entonara Run, un tema de Snow Patrol conocido por el gran p¨²blico gracias a la versi¨®n de Leona Lewis. Hasta el mi¨¦rcoles, claro. Esta estudiante de Turismo, ¡°lo mejor de las cuatro ediciones¡± seg¨²n Mal¨², se convirti¨® en Trending Topic al instante. Al m¨¢s puro estilo Bieber y Gaga, sus fans ya se apilan bajo seud¨®nimo, los Noniters. ¡°Mi mayor virtud es transmitir cantando¡±, confes¨® la joven en una entrevista en la web de la cadena. La propia Telecinco deb¨ªa estar ya muy segura de lo que ten¨ªan entre manos al emitir la actuaci¨®n de Irene contraprogramando los primeros minutos del estreno de la temporada final de Velvet, su rival en la noche de los mi¨¦rcoles.

Natural de Cedeira, un peque?o municipio coru?¨¦s situado en las R¨ªas Altas, present¨® su candidatura a La Voz ya en la pasada edici¨®n pero qued¨® fuera al estar cubiertas todas las plazas. Una vez dentro del programa, para muchos es una mera cuesti¨®n de tiempo el verla alzarse como ganadora, convirti¨¦ndose as¨ª en la primera mujer en lograrlo en cuatro temporadas. A su favor: una postura t¨ªmida, casi err¨¢tica en el escenario, y una voz que desarticula cualquier sospecha de nerviosismo. Madura, afinada y proyectada con potencia, granje¨¢ndole centenares de comparaciones espont¨¢neas con la de la brit¨¢nica Adele. La int¨¦rprete de Tottenham tambi¨¦n parece ser un referente para Irene, ya que en varias grabaciones amateurs en Youtube la versiona en temas como Someone like you y Set fire to the rain. Comparaciones que, atinadas u odiosas, suponen un aliciente que a buen seguro veremos materializado en televisi¨®n conforme avance el concurso.

Pero m¨¢s all¨¢ de su trayectoria en La Voz, el talento de Irene arroja dudas sobre el camino que seguir¨¢ su carrera musical. A pesar del innegable puente a la fama que supone participar en un programa de este tipo, pocos son luego los que consiguen superar su desbocada repercusi¨®n. Dejando a un lado a varios de los triunfitos de la primera edici¨®n (cuyo reencuentro marca tambi¨¦n la temporada televisiva), otros concursantes de talents musicales tuvieron que desmarcase primero de su paso por los mismos para poder triunfar. Pablo L¨®pez, Angy, Leire (La oreja de Van Gogh) o Mai Meneses (Nena Daconte) son algunos ejemplos. Irene Caruncho tendr¨¢ que lidiar con el arquetipo televisivo del patito feo debido a su f¨ªsico. Ese que se convierte en cisne delante del micr¨®fono pero que, como Rosa L¨®pez puede atestiguar, no tiene mayor recorrido una vez finalizado su recorrido televisivo. La cedeiresa, que ha confesado que su mayor ¨ªdolo es el guitarrista metal y funk rock Buckethead, parece tambi¨¦n alejada de ese pop aflamencado homog¨¦nico en las listas nacionales y que abanderan los cuatro coaches del programa. Triunfar, para Irene, deber¨ªa ser una cuesti¨®n de poder vivir de la m¨²sica en Espa?a cantando en ingl¨¦s. Y sin postularse para Eurovisi¨®n. Ah¨ª es nada.

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