Juergen Teller, el fot¨®grafo que desmonta la moda
Juergen Teller se ha convertido en uno de los fot¨®grafos de moda m¨¢s imitados y directamente plagiados. Este a?o expone en Londres y lo entrevistamos en exclusiva.
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La moda viv¨ªa en una burbuja idealizada hasta que lleg¨® ¨¦l y la pinch¨®. All¨¢ donde los dem¨¢s ve¨ªan glamour impoluto y belleza imposible, Juergen Teller observaba cuerpos imperfectos y rostros reci¨¦n levantados, con arrugas, cicatrices y poros abiertos, retratados con el destello, no siempre favorecedor, del flash fotogr¨¢fico. ?Empec¨¦ mi carrera en Londres. Con esa luz, no me qued¨® m¨¢s remedio que recurrir a la luz artificial?, sonr¨ªe. En realidad, sus instant¨¢neas respond¨ªan premeditadamente a los imperativos de la belleza en el papel cuch¨¦, a sus modelos con aspecto replicante, a la presi¨®n que los c¨¢nones ejerc¨ªan ¨Cy sigue siendo as¨ª¨C sobre cualquier mujer con la autoestima menguante. En su momento, pareci¨® una apuesta radical y cruda. ??Crudo? No me gusta ese adjetivo. Prefiero decir que me interesa lo real, la persona en su conjunto, su situaci¨®n actual, su trasfondo psicol¨®gico. Quiero reflejar lo que hace, lo que dice, lo que desea y lo que es, no solo su f¨ªsico?, explica.
Lo llamaron fot¨®grafo grunge, abanderado del porno chic, portaestandarte del glamour trash. ?Etiquetas est¨²pidas?, responde hoy. Dos d¨¦cadas y media m¨¢s tarde y a punto de cumplir 49 a?os, Teller es uno de los fot¨®grafos de moda m¨¢s influyentes e imitados, cuando no plagiados. ?S¨ª, me siento copiado. Pero cada vez me molesta menos?, asegura.
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?l lanz¨® al estrellato a Kate Moss y le rob¨® su lado m¨¢s natural. Los unen 15 a?os de amistad y una norma: prohibido el Photoshop.
Juergen Teller
Lo que parec¨ªa la excepci¨®n ¨Cla est¨¦tica callejera y fe¨ªsta, impregnada de una sexualidad algo malsana, las modelos con cara de cajeras de Tesco¨C se acab¨® convirtiendo moment¨¢neamente en la regla. En el Londres de los primeros a?os 90, a trav¨¦s de su trabajo para revistas punteras de la nueva est¨¦tica comoThe Face o i-D, demostr¨® que era posible otra fotograf¨ªa de moda. Hoy lo recuerda como un tiempo ?emocionante e ingenuo, donde lo creativo primaba sobre lo comercial?.
El mundo del arte no tard¨® en acogerlo, demostrando que su trabajo trascend¨ªa la provocaci¨®n barata. El MoMA de Nueva York y la Fondation Cartier de Par¨ªs le han abierto sus puertas. A ellos se suma ahora el Institute of Contemporary Arts (ICA) de Londres, que expone su obra hasta el 17 de marzo. Ser¨¢ la primera muestra en su ciudad adoptiva desde hace 10 a?os. ?M¨¢s que una retrospectiva, se trata de una selecci¨®n personal de las im¨¢genes que llevo en el coraz¨®n?, matiza.
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tierno El fot¨®grafo ha compartido instantes familiares de celebridades como la cantante Bj?rk. En esta imagen con su hijo (1993).
Juergen Teller
Entre las fotograf¨ªas escogidas figuran sus retratos de Kate Moss, Lily Cole y Vivienne Westwood, las im¨¢genes de la gira alemana de Kurt Cobain en 1991 y sus posturas t¨®rridas junto a Charlotte Rampling en un sal¨®n parisino, as¨ª como su trabajo comercial para Marc Jacobs, Helmut Lang o Yves Saint Laurent. Tambi¨¦n la parte m¨¢s personal de su producci¨®n, donde suele poner en escena su propia vida familiar: desde un viaje por Jap¨®n con esposa e hija hasta un paseo con su madre por el bosque alem¨¢n donde jugaba de ni?o, cerca de N¨²remberg.
Teller no iba para fot¨®grafo. Su destino se?alaba al negocio familiar, un taller de instrumentos de cuerda en su peque?a ciudad b¨¢vara. ?Pero desarroll¨¦ una alergia al polvo de la madera que me provocaba ataques de asma y lo tuve que dejar?, comenta. ?A los 15 a?os me march¨¦ de camping a Italia. Mi padre, con quien pr¨¢cticamente ya no ten¨ªa contacto [alcoh¨®lico y depresivo, se suicid¨® cuando ¨¦l era adolescente], insisti¨® en que me llevara su c¨¢mara de fotos. Me pareci¨® una idea absurda. ?Para qu¨¦ iba a necesitar una jodida c¨¢mara??, relata. Le dijo a su padre que se metiera la c¨¢mara donde le cupiera. Pero el objeto permaneci¨® en su subconsciente. Poco despu¨¦s de su muerte, durante otro viaje primaveral a la Toscana, su primo le pidi¨® que tomara una foto de una puesta de sol. ?Cuando observ¨¦ el encuadre, lo entend¨ª enseguida. Eso era lo que quer¨ªa hacer?.
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El modelo Andrej Pejic, en Londres en 2011.
Juergen Teller
Teller no reniega de su trabajo en la moda. ?Es un reto creativo que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil. Hay que pensar de forma global, contemplar lo que no gustar¨¢ en el Medio Oriente o no entender¨¢n en China. La diferencia entre lo que la mayor¨ªa considera bello y lo que me lo parece a m¨ª se acent¨²a. No soporto la cirug¨ªa est¨¦tica ni la belleza retocada con Photoshop?. Su asignatura pendiente es fotografiar a un pol¨ªtico. ?Las fiestas?bunga-bunga?de Berlusconi ser¨ªan interesantes?, ironiza. ?Y su compatriota Merkel? ?Me propusieron retratarla hace dos a?os y al final no sali¨®. Me dio l¨¢stima porque es un personaje que me intriga y que me gusta?. El?enfant terrible??es de derechas? ?No, tampoco de izquierdas. Pero no creo que este sea el lugar para hablar de eso?, esquiva. En su jerarqu¨ªa de preocupaciones, su trabajo est¨¢ por encima de qui¨¦n se sentar¨¢ en el Bundestag.
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Su vida privada no ha podido huir de su obra. Autorretrato.
Juergen Teller
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Vivienne Westwood fue su propia imagen en la colecci¨®n primavera-verano del a?o 2010.
Juergen Teller
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