El rostro ¡®Mar-a-Lago¡¯: los rellenos faciales y el bronceado extremo componen la nueva est¨¦tica ¡®trumpista¡¯
B¨®tox a mansalva, rellenos faciales muy visibles y bronceados exagerados conforman una est¨¦tica que homogeneiza al s¨¦quito de Donald Trump. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de esta oda a la diferencia est¨¦tica a golpe de intervenciones?

El universo de Donald Trump se caracteriz¨® durante su primer mandato por una est¨¦tica homogeneizada y uniformada en la que las mujeres de su s¨¦quito se caracterizaban por sus voluminosas melenas fruto del denominado Texan blowout, extensiones de pesta?as infinitas, siluetas esbeltas, el bronceado de quien vive de vacaciones y vestidos hiperce?idos de The Chiara Boni La Petite Robe. Esta est¨¦tica cl¨®nica ha ido ahora m¨¢s all¨¢ para centrarse en los rostros de los hombres y mujeres del c¨ªrculo de Donald Trump, a quienes caracteriza la denominada cara Mar-a-Lago.
Mar-a-Lago es el refugio de Trump en Palm Beach, un complejo que adquiri¨® en 1985 y que seg¨²n Joan L¨®pez Alegre, Profesor de la Universitat Abat Oliba CEU, se ha convertido en el lugar perfecto para que el presidente de los Estados Unidos imponga una est¨¦tica concreta. ¡°Donald Trump se va de Nueva York porque ah¨ª es visto como un millonario hortera, mientras que en Florida, su est¨¦tica tiene m¨¢s sentido. Pero la decisi¨®n no es est¨¦tica, sino pol¨ªtica. Cuando cambia su residencia de la Torre Trump a Mar-a-Lago, abandona un estado de mayor¨ªa fija dem¨®crata por uno que entonces era un estado oscilante. Mar-a-Lago es una especie de White House de verano donde ha creado un lugar alternativo con una est¨¦tica determinada¡±, asegura el autor de ?Y si me presento alas elecciones? (Deusto, 2023).
La denominada Mar-a-Lago face da nombre a los rostros en los que prima el b¨®tox exagerado, los rellenos faciales muy visibles y el bronceado extremo. Las redes sociales fueron las responsables de viralizar esta tendencia al mostrar el antes y despu¨¦s de varias mujeres de la ¨®rbita m¨¢s cercana de Donald Trump. La presidenta del Comit¨¦ Nacional Republicano, Lara Trump, Kimberly Guilfoyle, elegida por Donald Trump como como embajadora en Grecia; la te¨®rica de la conspiraci¨®n Laura Loomer y la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, aparec¨ªan en estas comparativas que subrayaban las llamativas diferencias de sus rostros en el paso de un tiempo indeterminado. ¡°Sus caras se hab¨ªan transformado para pasar de ser convencionalmente humanas a exageraciones de maquillaje excesivo, p¨®mulos angulosos y labios carnosos, al estilo Fellini, primando as¨ª la apariencia emperifollada de una presentadora de Fox News. Y no se trata solo de las mujeres: pocos podemos recordar el contenido del discurso ante la Convenci¨®n Nacional Republicana del ex representante de Florida (y ex posible fiscal general) Matt Gaetz el verano pasado, porque est¨¢bamos obsesionados con el nuevo arco ¨¦lfico de sus cejas. Y cuanto menos se hable sobre George Santos y su b¨®tox, mejor¡±, asegura el periodista Julian Sancton en The Hollywood Reporter. Se?ala que como es habitual con Trump, el look representa un alejamiento descarado de las normas bien establecidas de Washington DC y se pregunta si su regreso a la Casa Blanca podr¨ªa ser un desaf¨ªo a la discreci¨®n que reinaba en 2024. ¡°La burbuja Trump es un movimiento contrarrevolucionario que se enfrenta a las tendencias del momento para convertirse en el nuevo mainstream. Es un movimiento que se basa en negar la realidad. ?Tienen una cara que no les agrada? Se la cambian sin importarles si queda bien natural o no, porque la realidad no le importa al trumpismo. Tradicionalmente la derecha, cuando estaba m¨¢s centrada, intentaba no desentonar tanto, pero en la polarizaci¨®n actual de la sociedad americana, era imposible que el cambio no afectara tambi¨¦n a los retoques est¨¦ticos. La polarizaci¨®n nos lleva a vivir en burbujas en las que hay un factor de tribu marcado que hace que si los l¨ªderes se hacen cosas artificiales, su alrededor tambi¨¦n lo haga, porque solo ve apersonas como ellos¡±, explica a S Moda el periodista especializado en celebridades y moda Joan Callarissa.

Precisamente a la necesidad de formar parte de un grupo de pertenencia alude Amanda Till, una emprendedora tecnol¨®gica residente en Palm Beach que confiesa a New York Post haberse gastado recientemente entre 50.000 y 60.000 d¨®lares en b¨®tox, rellenos faciales, hilos tensores, diferentes tratamientos de l¨¢ser y el tratamiento m¨¦dico de rejuvenecimiento facial Hydrafacial con el Dr. Norman Rowe, un cirujano pl¨¢stico que ha abierto una nueva cl¨ªnica en Florida, muy cerca de Mar-a-Lago, que asegura est¨¢ dando inmensos beneficios gracias al triunfo electoral de Donald Trump. ¡°Muchos de los que apoyamos al presidente queremos mostrar nuestra mejor versi¨®n¡±, dice Till, que visita de forma cada vez m¨¢s habitual Mar-a-Lago. ¡°Te hace sentir que eres parte de algo. Ah¨ª, todo el mundo es alguien¡±. Y es ah¨ª donde adem¨¢s, todo el mundo tiene que tener una est¨¦tica determinada con la que diferenciarse de los dem¨¢s.
?Eugenesia ¡®trumpista¡¯?
La eugenesia consiste en el estudio y aplicaci¨®n de las leyes biol¨®gicas de la herencia orientados al perfeccionamiento de la especie humana, y en uno de sus discursos, Donald Trump, haciendo uso de un lenguaje que evoca la eugenesia nazi, acus¨® alas personas migrantes de ¡°envenenar la sangre¡± de su pa¨ªs. ?Y si la Mar-a-Lago face fuera una suerte de eugenesia trumpista en la que la est¨¦tica fuera mucho m¨¢s all¨¢ del plano superficial?
En Calipedia moral, eugenesia este?tica y bellezas quiru?rgicas, Santiago Mart¨ªnez Magdalena, profesor de la Universidad P¨²blica de Navarra, explicaba que las intervenciones este?ticas generan una belleza especi?fica y quiru?rgica que reviste una eugenesia este?tica conforme a un referente sospechoso: ¡°El canon cauca?sico como horizonte higie?nico y normativo, la eleccio?n de modelos laborales y la exposicio?n del cuerpo en el centro de la atencio?n esco?pica¡±, escribe. Explica a S Moda que el poder radica en su capacidad de mostrarse, ejerciendo fuerza visual sobre lo que es deseable ver y lo es necesario ocultar. ¡°Es decir, el poder quita cosas de la escena y pone otras (m¨¢s dignas de ver; toda una asc¨¦tica de la repugnancia). Sencillamente porque el poder presta el escenario. La racializaci¨®n es igualmente un corte indeleble, o una herida insolvente, que marca para siempre y no se puede manumitir. Al mismo tiempo, la vejez es un signo de decadencia, de falta de vigor, de enfermedad y de p¨¦rdida de la facultad capacitista, y por tanto de p¨¦rdida de poder¡±, asegura.
La paradoja radica, matiza, en que aunque el acceso masivo a la cosm¨¦tica y la cirug¨ªa est¨¦tica permitir¨ªa, en las sociedades liberales, una democratizaci¨®n por homogeneizaci¨®n que llevar¨ªa aun ¨²nico tipo de cuerpo, raza can¨®nica, sexualidad, y belleza (que es la belleza quir¨²rgica), la nueva radicalizaci¨®n neoliberal practica un histrionismo pol¨ªtico que persiste en mantener la diferencia est¨¦tica reconocible como clase social. ¡°Ellos son los que teclean la gram¨¢tica social, por ende aparecen en el guion como ¡°los mejores¡±, los leg¨ªtimos, los elegidos, etc. Unido a un ¡°estilo¡± de vida distinguido (recu¨¦rdese que el estilo es un concepto trabajado en tiempos por el fascismo), no me resulta extra?o una Mar-a-Lago face como realeza, con su corte histri¨®nica, con su quir¨²rgico-liberal. Es decir, Trump y los suyos necesitan marcarse, ostentando una herida de clase. Esta la proporciona la cirug¨ªa¡±, explica.

Un exceso con mensaje
Resulta llamativo que precisamente cuando triunfa la denominada ¡°belleza indetectable¡± que imponen una serie de tratamientos que ofrecen resultados que encierran la paradoja de ser muy visibles pese a que su sutilidad hace que sea imposible saber qu¨¦ se ha hecho exactamente quien por ellos ha apostado, el rostro Mar-a-Lago abogue por el exceso. ¡°El hecho de que en el lado opuesto a esta creciente corriente natural siga perseverando la belleza artificial, seguramente dependa de muchas variables, pero no descartemos que sea algo identitario y no solo a nivel individual, sino colectivo, una huella que, a modo de tatuaje est¨¦tico, refleje la pertenencia a un grupo. Y no olvidemos tampoco la presi¨®n a la que socialmente estamos sometidos, especialmente las mujeres, por el paso del tiempo¡±, asegura la Dra. Natalia Rib¨¦, fundadora y directora m¨¦dica del lnstitut Dra. Natalia Rib¨¦. Por su parte el Doctor Carlos G¨®mez, m¨¦dico cirujano general especializado en medicina est¨¦tica y antienvejecimiento, comparte su parecer. ¡°Cuando alguien busca ese patr¨®n artificial muchas veces se busca lucir un ¡°personaje¡± medi¨¢tico que da que hablar y que es pol¨¦mico, y es justamente lo que buscan muchas veces esas personas... Si no, es dif¨ªcil entender que todos de un mismo grupo (en este caso, pol¨ªtico) se traten de la misma forma y con los mismos patrones de volumen¡±, matiza.
Toni Aira, profesor de comunicaci¨®n pol¨ªtica en la UPF-BSM, quiere subrayar el hecho de que tradicionalmente, en clave de comunicaci¨®n pol¨ªtica, siempre se ha recomendado que los cambios est¨¦ticos de un protagonista pol¨ªtico fueran sutiles. ¡°Al final, un pol¨ªtico ha de ser cre¨ªble y la credibilidad la da entre otras cosas la percepci¨®n de la gente de que exista poca distancia entre lo que eres y lo que dices que eres. Cambios muy radicales en la apariencia pueden generar cl¨¢sicamente desconfianza sobre alguien que se disfraza, se esconde, que dice ser quien no es¡±, explica. Alega que como en la actualidad la pol¨ªtica est¨¢ sumamente polarizada, se premia tanto el impacto que el cambio radical no se castiga. ¡°Ahora hay personajes pol¨ªticos que han sido votados por una base que busca precisamente un extremo, algo que transforme la realidad sin esconderse y de forma contundente, por lo que cree que es coherente con esa filosof¨ªa el hecho de que aquellos a quien vota practiquen esos cambios tan contundentes. Es algo que incluso pasa con el maquillaje anaranjado de Trump. Ese radicalismo, esa ruptura, se practica en fondo y forma a trav¨¦s tambi¨¦n de la est¨¦tica¡±, asegura.

¡°En el mundo del conservadurismo trumpista hay una gran parte de dogmatismo extra en el que se desprecia la ciencia, y ante un entorno as¨ª, es evidente que hay una mayor homogeneizaci¨®n, porque el pensamiento cr¨ªtico est¨¢ desterrado. Nadie puede criticar lo que hagan los l¨ªderes del movimiento y el resto lo imitar¨¢ por el factor tribu. Mientras que las celebridades apuestan en la actualidad por retoques m¨¦dico est¨¦ticos poco invasivos porque quieren parecerse a su ¡°yo¡± real, el trumpismo hace lo contrario. Se operan de forma opuesta a c¨®mo lo hacen en Hollwyood, como si dijeran: ?Quer¨¦is disimular nos retoques? Nosotros no¡±, se?ala Callarissa.
Mientras que Julian Sancton se pregunta en The Hollywood Reporter si la Mar-a-Lago face se popularizar¨¢ hasta llegar incluso a los votantes de Trump, Joan L¨®pez Alegre hace un apunte final. ¡°El votante trumpista ya no es un votante consevador como el de Bush, sino de clase media baja. No tengo claro si se quiere parecer m¨¢s a Romeo Santos o a Ken¡±. Pero sin duda, el c¨ªrculo de Trump tiene bien claro que Barbie y Ken s¨ª son sus referentes, porque el m¨¢s es m¨¢s es su insignia.
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