La hora del ¡®remake¡¯ de Cartier
Adorado por el star system, el reloj Panth¨¨re marc¨® el pulso est¨¦tico de los fabulosos 80. Con motivo de su relanzamiento, Sofia Coppola ha dirigido una pel¨ªcula para Cartier que reinterpreta el halo de glamour y sofisticaci¨®n que se respiraba en Hollywood en aquella d¨¦cada. Este es el guion (m¨¢s personal) de su relaci¨®n con las joyas.
Tiene una narrativa cinematogr¨¢fica que despierta la forma m¨¢s na¨ªf de adoraci¨®n. Su universo ¨Cindie, preciosista, nost¨¢lgico y estilizado¨C es un deleite para los sentidos. Un ejercicio de poes¨ªa (y comunicaci¨®n) visual que cuenta con tantos admiradores como detractores. Sofia Coppola (Nueva York, 1971) ten¨ªa 12 a?os cuando Cartier lanz¨® el reloj Panth¨¨re. ?Era 1983 y hab¨ªa grandes pel¨ªculas en cartelera?, rememora. Aquel a?o se estrenaron cintas como Rebeldes (dirigida por su padre, Francis Ford Coppola), El precio del poder, El ansia, La fuerza del cari?o, Flashdance, La guerra de las galaxias. Episodio VI: El retorno del Jedi o Zelig. ?Me fascinan las estrellas de aquella ¨¦poca. Recuerdo muy bien el tipo de mujeres que llevaban este reloj?, concede la cineasta, que acaba de rodar un filme para la firma suiza coincidiendo con el relanzamiento del modelo Panth¨¨re, que dej¨® de producirse en 2004. El estilo de la d¨¦cada de los 80 defini¨® la memoria est¨¦tica de su generaci¨®n. ?Yo propongo una interpretaci¨®n moderna de aquella era. Elegante, sofisticada, chic y glamurosa, pero tambi¨¦n sexy y divertida?.
El cortometraje de Cartier, protagonizado por Courtney Eaton (Bunbury, Australia, 1996), se estrenar¨¢ en redes sociales (y en salas de cine seleccionadas) el 1 de junio. Antes, Coppola ¨Cque en 2004 se convirti¨® en la primera mujer estadounidense candidata a un Oscar como directora con Lost in Translation¨C volver¨¢ al Festival de Cannes con La seducci¨®n (que competir¨¢ por la Palma de Oro con lo ¨²ltimo de Michael Haneke y y Michel Hazanavicius). Quiz¨¢ en la alfombra roja de La Croisette veamos su ¨²ltimo ¡®regalo-homenaje¡¯. ?Cuando termino un gran proyecto, suelo darme un capricho a modo de recuerdo?, descubre. ?Compr¨¦ mi primer reloj de Cartier ¨Cun mini Tank¨C tras el rodaje de Mar¨ªa Antonieta (2005)?, contin¨²a. ?En mi joyero atesoro piezas muy especiales. ?Mi alianza es de Cartier!?, cuenta. ?Tambi¨¦n tengo un brazalete de platino, que jam¨¢s me quito. Parece una esclava, como una de esas chapas identificatorias militares, pero con diamantes en el interior. Es discreto. Supongo que por eso me gusta Cartier. Puede ser sobrio o extravagante?.
Eterno retorno al brillo de Hollywood
?Hay algo atractivo en esa cajita roja?, reflexiona Sofia Coppola acerca del ic¨®nico packaging de la casa suiza. ?No puedo evitar sentirme mimada cuando recibo una?, reconoce. ?Cartier tiene un sex-appeal brutal. Los hombres llevan sus dise?os con la misma devoci¨®n que las mujeres?, analiza. Curiosamente, en los 80, el Panth¨¨re adorn¨® la mu?eca de iconos pop como Grace Jones, Madonna, Tina Turner o Fran?oise Hardy, pero tambi¨¦n de Keith Richards o Pierce Brosnan (de hecho, esta pieza defini¨® el vestuario ¨Cy la identidad¨C de su personaje en Remington Steele). ?Los j¨®venes usan el m¨®vil. Yo prefiero llevar reloj. No es un objeto meramente funcional. Es una joya. Y en mi trabajo es esencial. Cuando tienes solo cinco minutos para rodar una escena, no puedes perder el tiempo de vista?.
Hollywood es un invitado recurrente en la historia de la firma suiza. Los brazaletes de Gloria Swanson, el set de collar y pendientes de rub¨ªes y diamantes que Mike Todd regal¨® a Elizabeth Taylor¡ ?Creo que Todd se lo dio en la piscina?, apunta. ?Es uno de esos momentos inolvidables. Taylor era la m¨¢s legendaria. No quedan muchas estrellas as¨ª?, lamenta Coppola. Fuera de las pantallas, hubo otros clientes estadounidenses que alimentaron la fantas¨ªa. Referentes como Wallis Simpson, Barbara Hutton, Doris Duke o Millicent Rogers. ?Tambi¨¦n Babe Paley. Me gusta mirar fotograf¨ªas de aquella era. Porque ellas representan el ep¨ªtome del estilo americano. F¨¦minas que viajaban a Europa y sab¨ªan c¨®mo mezclar joyas de un modo m¨¢s desenfadado, m¨¢s americano en definitiva?, opina. ?Hoy, con el auge de prendas superminimalistas, tengo la sensaci¨®n de que las mujeres quieren llevar joyas de nuevo. Una camisa sencilla y un collar fabuloso: no hay nada mejor que una joya para levantar un look?, valora en esta entrevista.
La pantera se convirti¨® en emblema de Cartier en 1914. ?Es un motivo divertido, sexy y algo peligroso?, dice. ?Me fascina la idea de tener un felino abrazando tu mu?eca. Thomas, mi marido [cantante del grupo franc¨¦s Phoenix], me regal¨® un anillo de la colecci¨®n. Los ojos son de esmeralda. Hay algo extremo y travieso en el dise?o. Un toque exc¨¦ntrico?, apunta. Para una realizadora que ha contribuido a construir im¨¢genes m¨ªticas que han dado la vuelta al mundo a trav¨¦s del cine, cada d¨¦cada es un collage de musas: de la socialit¨¦ Slim Keith en los a?os 40 ¨C?ella s¨ª sab¨ªa lucir piezas de joyer¨ªa?¨C a la modelo Lauren Hutton en los 70. ?Tengo una cadena de oro con los anillos Trinity a modo de colgante que me gusta llevar en verano. ?Tienen un rollo setentero que me recuerda tanto a Hutton!? ?Y cuando toca posar ante los focos? ?Nunca llevo pendientes. Pero en el Festival de Cine de Marrakech me puse unos largos art d¨¦co. Las joyas tienen ese poder: cuando brillan, te da un subid¨®n?.
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