La juventud en 2014: del viejoven al s¨ªndrome ¡®Jaggermaster¡¯
Los de 20 y 30 a?os aceleran su nostalgia y los de 60 juegan al Candy Crush, aterrados por llegar tarde a algo.
La actualidad ha estado en las ¨²ltimas semanas copada por varios debates que, en el fondo, se resumen en uno: qu¨¦ es ser joven, qui¨¦n es joven y para qu¨¦ se es joven o no. El propio Rey utiliz¨® el factor generacional para razonar su abdicaci¨®n, con lo que Felipe VI pas¨® en un instante de ser muy mayor para ser pr¨ªncipe (aunque no tanto como Carlos de Inglaterra) a bastante joven para ser monarca, a una edad, los 46, que se presta a muchas interpretaciones. ?Puede seguir llam¨¢ndose ?joven?, como se ha hecho en los medios hasta la saciedad, a alguien que est¨¢ m¨¢s cerca de los 50 que de los 40? Compitiendo por el papel prensa, est¨¢ tambi¨¦n la sucesi¨®n en el PSOE. El consenso generalizado es que un l¨ªder m¨¢s ?joven? es sin¨®nimo de ?mejor?. Para la soci¨®loga Almudena Moreno, ?ni el nuevo Rey ni ninguno de los pol¨ªticos de los que se habla ¨CEduardo Madina, Pedro S¨¢nchez, etc.¨C responden al perfil de joven espa?ol, ni por edad ni por las circunstancias econ¨®micas y familiares en las que viven. Cuando se ensalza la juventud en estos casos en Espa?a [un pa¨ªs, por lo general, mucho menos geront¨®filo que vecinos como Italia] se utiliza como met¨¢fora para referirse a la necesidad institucional de renovarse. Un joven, en realidad, es una persona que est¨¢ empezando a construir su vida como adulto, a adquirir responsabilidades, a formar una pareja y decidir sobre su propia vida en un contexto incierto y de gran riesgo?.
Emma Watson (24) sufre el s¨ªndrome de la ni?a que ha tenido que crecer demasiado r¨¢pido para que la tomen en serio. ?Qu¨¦ lejos qued¨® Harry Potter!
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El f¨ªsico no es suficiente. Seg¨²n el Eurostat, joven se es solo hasta los 25 a?os. Pero, al margen de esa definici¨®n estricta, desde hace d¨¦cadas, ya no se habla solo de ser joven: ha cobrado m¨¢s importancia el estar joven, parecerlo o sentirse as¨ª. Y las reglas para ese juego tambi¨¦n han cambiado. La consultora de tendencias K-Hole acaba de publicar un informe sobre lo que llama el youth mode, algo as¨ª como ?estar en modo joven?. Seg¨²n uno de sus autores, Gregory Fong, ?la edad antes estaba envuelta en una serie de expectativas. Pero ahora ha aparecido la generaci¨®n bumer¨¢n, esa que vuelve a lo que se supon¨ªa que eran nidos vac¨ªos; la edad de jubilaci¨®n se desdibuja en el horizonte¡ Ni siquiera sirve la aptitud tecnol¨®gica para distinguir entre quien es joven y quien no. ?Si todas las madres juegan al Candy Crush!?. La soci¨®loga lo sirve en otro lenguaje: ?El envejecimiento de la poblaci¨®n y el alargamiento de todas las etapas del ciclo vital nos deber¨ªan llevar a la reflexi¨®n de si la edad sigue siendo un indicador suficiente para definir lo que es ser joven?.
El abuelo (ya bisabuelo) del rock a¨²n hace honor a su fama de mujeriego: se le acaba de culpar de la ruptura de Bar Refaeli con su novio.
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En el estudio de K-Hole dan por muerta la ?linealidad generacional? y hablan de una ?juventud sin edad?. Pero avisan: no se trata de hacer un Kevin Spacey en American Beauty, de ?revivir perpetuamente c¨®mo eras cuando ten¨ªas menos a?os? (o, como dicen en el informe, de vestir siempre como lo hac¨ªas en la ¨²ltima ¨¦poca en la que practicaste sexo en condiciones), sino de estar ?juvenilmente presente en cualquier momento?. As¨ª que Madonna podr¨ªa relajarse y Keith Richards ir quit¨¢ndose la bandana. Definitivamente, esforzarse con el estilismo no es suficiente. Pero actrices como Sharon Stone, quien es, fue y todo apunta que ser¨¢ sexy de por vida, o la perpetuamente energ¨¦tica Diane von Furstenberg lo est¨¢n clavando, al igual que Lorde o Tavi Gevinson, quienes tienen una presencia enteramente adulta en la vida p¨²blica sin pararse demasiado a pensar que sus pasaportes se?alan 17 y 18 a?os respectivamente.
Harry styles (20), el integrante de One Direction combate el estr¨¦s de las giras tejiendo.
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Juventud, ?divino ¡®marketing¡¯? No todo el mundo comparte eso de que la lozan¨ªa es para quien se la trabaja. Isaac Moncl¨²s, quien ha comisariado el ciclo de cine y conferencias Imaginarios de juventud que programa este verano La Casa Encendida de Madrid, sospecha que ?la noci¨®n de una sociedad sin edad no existe. Se trata m¨¢s bien de pura propaganda?. El ciclo arranc¨® con Teenage, el documental de Jon Savage que afirma que lo teen fue un invento de posguerra necesariamente ligado al capitalismo. De hecho, ?tener una esfera de consumo propio? es uno de los rasgos que definen al joven, seg¨²n asegura el experto. ?T¨ªtulos recientes como Spring Breakers o The Bling Ring llevan esa l¨®gica al extremo, esbozando una idea de una generaci¨®n que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de no perder la capacidad de consumir que le han prometido?, apunta. En el programa de La Casa Encendida prestan especial atenci¨®n a dos d¨¦cadas: los 50, cuando se establecen las bases del cine juvenil ¨C?la rebeld¨ªa, el conflicto generacional, la persecuci¨®n del placer y el nihilismo?, seg¨²n Moncl¨²s¨C, y los 80. ?No es casual que la comedia adolescente nazca durante la era Reagan. Da la sensaci¨®n de que en los a?os 80 hubo un renovado inter¨¦s en captar la imaginaci¨®n juvenil, dot¨¢ndola de nuevos referentes pop a la medida de un nuevo escenario para el consumo?.
El problema de toda esa avalancha de productos teen es que, 30 a?os m¨¢s tarde, quienes los consumieron siguen dando la vara con ellos. ?Lo curioso es que la industria ha interiorizado ese accidente y ha convertido el cine de esos a?os en una cantera de referencias y metarreferencias?, apunta el comisario. Para hartazgo y s¨¢tira de¡ los nacidos en los 90.
En la alfombra roja de Cannes, Sharon Stone (56) dej¨® claro que tiene piernas, escote y mucha actitud.
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Bajo el seud¨®nimo de @HJDarger se esconde en Twitter una estudiante madrile?a de 23 a?os que se define como ?j¨®vena?, categor¨ªa de la que ha hecho todo un mundo sem¨¢ntico. Cada vez cuenta con m¨¢s seguidores intelectuales en su blog y Tumblr, gracias a sus frases ¨¢cidas y a su capacidad de crear opini¨®n. Ser ?j¨®vena?, seg¨²n dice, implica estar en contra de ?los festivales de m¨²sica, David Lynch, Los Planetas y el noventa por ciento del indie espa?ol? y a favor de ?el copyleft, el folclore, las lentejas y el cine a un euro?. Desde su cuenta en esa red social, que desprende una especie de juvenilia militante, dispara contra todo lo que tenga tufillo a cultura y estereotipos establecidos y, en especial, contra las prebendas que imponen los que ahora andan por los treintaytantos, los j¨®venes fake, por definirlos de un modo gr¨¢fico. ?La nostalgia no solo la imponen los nacidos en los 80. De un modo natural, se perpet¨²a tanto en formas como en contenidos period¨ªsticos. El imaginario cultural que se transmite en los medios a los adolescentes es una cosa rancia y aburrida. Blancos y negros, glorias del rock muertas, festivales a 200 euros la entrada, reediciones de vinilos, libros de tapa dura Lazy Books, galer¨ªas fotogr¨¢ficas de yonquis y romanticismo anal¨®gico?, comenta.
Para pasar el test de juventud de HJDarger tampoco hace falta angustiarse por ?estar demasiado al d¨ªa?, porque ese concepto tambi¨¦n ha caducado. ?Deber¨ªamos dejar de preocuparnos por la inmediatez, porque es solo un valor publicitario. Lo importante no es cu¨¢ndo llegues a algo, sino c¨®mo llegues y c¨®mo relaciones eso con tu propio discurso?, afirma.
Las gemelas Olsen (28) insisten en contrastar sus rostros blanquecinos con sus vestimentas de riguroso negro
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Viej¨®venes versus ¡®Jaggermasters. En su primera novela, Hilo musical, el escritor Miqui Otero acu?¨® el t¨¦rmino ?viejoven? para describir al adolescente que se siente viejo y que, sin embargo, ?es probable que cuando alcance su meta, ser adulto, llore por haber visto sus plegarias atendidas y se pasee por ah¨ª con un anillo en el pulgar y unas zapas rojas, o le pida a su esposa, o exesposa, que le regale un monopat¨ªn?. Lo opuesto al viejoven ser¨ªa el aquejado por el ?s¨ªndrome Jaggermaster?: por Mick Jagger, ese bisabuelo emperrado en parecer adolescente, y por ?la bebida de nombre similar que consumen cuarentones, a riesgo de que su h¨ªgado se convierta en una gaita irlandesa?.
Swift cambia de look seg¨²n el novio que tiene y se le ha visto la faja en alg¨²n concierto.
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?l, con 34, asegura decirse aquello de Danny Glover en Arma letal, ?soy demasiado viejo para esta mierda?, cada media hora. ?El otro d¨ªa, sin ir m¨¢s lejos, cuando decid¨ª devolverle a mi madre los tuppers de cuatro meses y se me cayeron en el ascensor justo cuando entraba una pareja de mi edad con un ni?o que ya hablaba. Y que habl¨® y coment¨® mi debacle?. Pero no piensa claudicar. De hecho tiene un plan para el fin de semana: ir a cambiar cromos del Mundial con sus amigos.
A sus reci¨¦n cumplidos 50, Courtney parece vivir una segunda (o s¨¦ptima vida): vuelve a ser invitada vip de varias fiestas, est¨¢ muy activa en Twitter y sigue de gira.
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