Sexo, alcohol y muerte: as¨ª fue la vida de la corresponsal de guerra Marie Colvin
Rosamund Pike da vida en ¡®La corresponsal¡¯ a la intr¨¦pida reportera del parche en el ojo, una mujer obsesionada con destapar la verdad.
Debajo del chaleco antibalas, Marie Colvin (1956-2012) escond¨ªa lencer¨ªa fina de La Perla. Algo tan incongruente como su propia elecci¨®n de regresar al frente de forma temeraria, una y otra vez, aunque eso le costase la vida. Adicta a la adrenalina de la guerra, Colvin no era una mujer inconsciente. Sab¨ªa que viv¨ªa al l¨ªmite, con la suficiente intensidad como para desafiar su propia cordura. Tras esa imagen de aparente seguridad, con su ic¨®nico parche negro en el ojo, la reportera de guerra con m¨¢s estilo, alcoh¨®lica y fumadora compulsiva, sufr¨ªa s¨ªndrome de estr¨¦s postraum¨¢tico. Una mujer fuerte que inform¨® sobre los horrores de la guerra, sobre el drama de la gente que vive bajo reg¨ªmenes totalitarios, all¨ª donde casi nadie se atrev¨ªa a poner el punto de mira, mientras luchaba contra sus propios demonios, hasta el punto de perder el control.
Perdi¨® el ojo en Sri Lanka¡
La pel¨ªcula La corresponsal relata los ¨²ltimos 10 a?os de esta neoyorquina como reportera del The Sunday Times en Londres. Entre sus hitos, ser la primera periodista extranjera en acceder a las regiones tamil de Sri Lanka en seis a?os y la primera reportera occidental en entrevistar a Gadafi (el dictador lleg¨® a enamorarse de ella). Fue de los pocos periodistas en investigar, evitando la manipulaci¨®n y arriesg¨¢ndolo todo. Puso voz a millones de civiles atrapados en medio de conflictos que parec¨ªan no existir para la opini¨®n p¨²blica. Siempre regresaba a casa, exhausta, tras enviar cr¨®nicas subjetivas y dolorosas de lo vivido. Perder la visi¨®n del ojo izquierdo tras ser herida por metralla no la amilan¨® (escribi¨® su art¨ªculo desde la cama del hospital). A pesar de los honores y el reconocimiento, Colvin nunca se sinti¨® satisfecha. Su editor Sean Ryan (Tom Hollander en el filme) la anim¨® entonces a renunciar, pero ella continu¨®.
En su siguiente misi¨®n, descubrir una supuesta fosa com¨²n en Irak, conoce a Paul Conroy (interpretado por Jaime Dornan), un fot¨®grafo igual de aventurero, que la acompa?ar¨¢ hasta su muerte (en la vida real, se conocieron antes, en 2003). Colvin es una m¨¢s entre sus compa?eros, que la respetan y admiran. Todo el que trabaja con ella se siente seguro; con ella, al fin del mundo. El poder de seducci¨®n de Colvin es brutal (la pel¨ªcula muestra alg¨²n flirteo con compa?eros, nunca con Conroy). Convence a los militares de Saddam Hussein de que son m¨¦dicos voluntarios y excava la tierra, encontrando cientos de cad¨¢veres kuwait¨ªes. Las im¨¢genes de la guerra le provocan ataques de p¨¢nico. A pesar de tener nervios de acero, el sufrimiento le hace mella y decide tomarse un descanso en un hospital. Ser¨¢ por poco tiempo. La vida le regala la paz ¨Cen la ficci¨®n se enamora del empresario Tony Shaw (Stanley Tucci), un tipo adinerado y exc¨¦ntrico, que se inspira en su novio en la vida real, Richard Flaye¨C, pero Colvin prefiere la guerra. Los ataques talibanes en Afganist¨¢n, los rebeldes contra el r¨¦gimen de Gadafi en Libia. El verdadero peligro parece estar para ella en llevar una vida convencional.
¡ y encontr¨® la muerte en Siria
El principio del fin llega en el asedio de Homs (Siria), donde casi 30.000 civiles se encuentran sitiados por la guerra. El grupo rastrea un t¨²nel de aguas residuales y encuentra el llamado ¡°s¨®tano de las viudas¡±, donde mujeres y ni?os atemorizados se resguardan de los ataques de un Gobierno que asegura que solo quedan terroristas. La tensi¨®n es palpable en las im¨¢genes. Marie Colvin decide jug¨¢rsela, concienciar sobre las injusticias es su prioridad y organiza una entrevista televisiva por Skype, en la que asegura que es lo peor que ha visto. Sin estrategia alguna para abandonar el zulo, es asesinada el 12 de febrero de 2012 a los 56 a?os como consecuencia del fuego de artiller¨ªa. El fot¨®grafo franc¨¦s Remi Ochlik muere junto a ella, Paul Conroy sobrevive malherido. Suena entonces en el filme Requiem for a Private War, de Annie Lennox, que conoci¨® a Colvin en una gala de Circle, su fundaci¨®n en defensa de la mujer. No aparece en la pel¨ªcula, pero hace un par de meses, la justicia de EE UU conden¨® a Siria a indemnizar a la familia de Colvin, demostrando que dispar¨® deliberadamente contra ella.
Aunque la pel¨ªcula se inspira en el art¨ªculo?Marie Colvin¡¯s Private War de Vanity Fair, escrito por?Marie Brenner, que detalla sus hitos profesionales y su sacrificio personal, su director, el documentalista Matthew Heineman, que debuta en la ficci¨®n con este filme, se document¨® y entrevist¨® a sus amigos y compa?eros, entre ellos, el propio Paul Conroy. Este la recuerda como una mujer sofisticada, irreverente, divertida y muy comprometida a la que no le gustaba alardear de sus historias. M¨¢s all¨¢ del biopic, La corresponsal pone el acento en aquellos periodistas valientes y rebeldes que luchan por descubrir la verdad como pueden en un momento en el que triunfan las fake news y en el que la propia integridad de los medios est¨¢ siendo atacada. La situaci¨®n de Siria, de hecho, ha ido a peor, y se sigue bombardeando a la poblaci¨®n.
Casada dos veces con el mismo hombre
En lo personal, Colvin se cas¨® tres veces, dos con el reportero Patrick Bishop, al que conoci¨® en Iraq en 1987. Se divorciaron la primera vez porque ¨¦l manten¨ªa una aventura con otra mujer. Tambi¨¦n se cas¨® con el periodista boliviano de El Pa¨ªs Juan Carlos Gumucio, que se suicid¨® en 2002. Su ¨²ltima relaci¨®n fue con el empresario Richard Flaye, al que lleg¨® a enviar un correo electr¨®nico desde Siria asegur¨¢ndole que tiraba la toalla. No pudo ser. Marie Colvin muri¨® como vivi¨®, expuesta al sufrimiento. En la biograf¨ªa In Extremis: The Life of War Correspondent Marie Colvin, la periodista Lindsey Hilsum destaca que Colvin conoc¨ªa el peligro de sus acciones, pero que se dec¨ªa a s¨ª misma: ¡°Es lo que hacemos¡±. Tan claro lo ten¨ªa que manten¨ªa en su casa los regalos de boda de su primer matrimonio sin desenvolver, como si desde siempre le hubiera dado alergia participar de esa imagen hogare?a.
Rosamund Pike: de la guerra a Marie Curie
Borda el personaje Rosamund Pike en el que es, tal vez, su mejor papel. La actriz, nominada al Globo de Oro por la pel¨ªcula, parece encontrar puntos en com¨²n con Marie Colvin. ¡°Pon a prueba tu zona de confort. Parece antinatural, pero es una oportunidad de hacer algo que podr¨ªa fallar¡±, dijo la actriz el a?o pasado, un comentario que bien podr¨ªa haber compartido la propia reportera. Hija de dos cantantes de ¨®pera, Pike viaj¨® a aquellos pa¨ªses de Europa donde sus padres actuaban.
Debut¨® con una de James Bond, Muere otro d¨ªa (2002), en cuyo casting le pidieron que se desnudara, a lo que ella se neg¨®. Aun as¨ª consigui¨® el papel. Rod¨® Orgullo y prejuicio, dirigida por su ex novio Joe Wright, y ha coincidido con Tom Cruise en Jack Reacher, Jon Hamm en El reh¨¦n o Ben Affleck en Perdida, por la que fue nominada al Oscar. Este a?o ha estrenado la serie State of the Union (Sundance TV), sobre una terapia matrimonial, y uno de sus pr¨®ximos proyectos es Radioactive, en el que da vida a Marie Curie, la cient¨ªfica ganadora del Nobel, que destac¨® en un mundo dominado por los hombres. Pike es madre de dos ni?os peque?os con el investigador matem¨¢tico Robie Uniacke.
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