?Mi novio me regal¨® mi primer m¨®vil para controlarme?: Naomi Campbell recuerda con Cindy Crawford su relaci¨®n t¨®xica
La supermodelo m¨¢s conflictiva comienza su programa de entrevistas con su compa?era y amiga rememorando sus comienzos. ?Ocupar¨¢ el puesto de Oprah Winfrey gracias a la cuarentena?

Con la cuarta ola feminista batiendo todav¨ªa con fuerza y en pleno 2020 queda cada vez m¨¢s claro qu¨¦ relaciones son sanas y cu¨¢les no. Si cuestiona tu ropa, tus amistades o tus salidas y quiere saber qu¨¦ haces, d¨®nde est¨¢s y con qui¨¦n a cada momento, las alarmas saltan.
En los a?os noventa, sin embargo, el amor rom¨¢ntico no se situaba en el punto de mira constante. Si a d¨ªa de hoy, seg¨²n el CIS, todav¨ªa uno de cada cuatro j¨®venes espa?oles ve como normal el control constante en una pareja, es posible imaginar las cifras de entonces, cuando todav¨ªa no se estudiaban estas percepciones y algunos comportamientos eran aceptados socialmente.
De esas concepciones err¨®neas no escapaba nadie. Ni siquiera las estrellas m¨¢s populares. Ni las supermodelos, como acaba de revelar Naomi Campbell. En la primera edici¨®n de su programa de entrevistas en la Red, No filter with Naomi, la brit¨¢nica invit¨® a su amiga y compa?era de profesi¨®n Cindy Crawford a compartir una charla en la que recordaron sus comienzos en la profesi¨®n.
La conversaci¨®n parec¨ªa banal. Se centraba en su relaci¨®n con los fot¨®grafos de entonces (Richard Avedon, Helmut Newton) o con los dise?adores. Hasta que llegaron al tema de los m¨®viles. Ocurri¨® justo despu¨¦s de que la estadounidense contara a su amiga los tres consejos que le ha dado a su hija, la tambi¨¦n modelo Kaia Gerber, para ejercer sobre las pasarelas. ?S¨¦ puntual, estudia el porfolio de los fot¨®grafos con los que trabajes para saber qu¨¦ te van a pedir y deja el m¨®vil a un lado en el backstage. Conecta con quienes te maquillan y peinan, porque probablemente ser¨¢n tus amigos?.
En ese punto, Campbell a?ade que ellas no ten¨ªan m¨®viles y que el contacto personal importaba. Crawford? aprovecha para recordar que su amiga fue la primera en disponer de uno de estos dispositivos. ?S¨ª, mi novio me regal¨® mi primer m¨®vil para saber d¨®nde estaba en todo momento y localizarme?, confiesa la que fuera una de las modelos m¨¢s cotizadas. Cindy Crawford sigue con el tema y rememora lo que le costaba a su colega prestar su tel¨¦fono cuando alguien se lo ped¨ªa. ?Era tan caro llamar?, recuerda. Pero no era ese el motivo por el que su amiga no compart¨ªa el m¨®vil. Y ella se lo aclara: ?S¨ª, costaba mucho. Pero tambi¨¦n estaba aterrorizada por si justo llamaba mi novio y no me encontraba u otra persona lo cog¨ªa. No sab¨ªa qu¨¦ pod¨ªa pasar?. Tras esta confesi¨®n, la maniqu¨ª se apresura a zanjar el tema para continuar con la charla distendida. ?Sea como fuese, eso ya se acab¨®?.
El rechazo a su lunar y el derroche noventero
Antes de llegar a la confesi¨®n de Naomi Campbell sobre la relaci¨®n t¨®xica que mantuvo, Cindy Crawford se sincer¨® sobre otro aspecto: su famoso lunar. Revel¨® que de ni?a lo odiaba y que por tanto no se enfad¨® cuando? empez¨® a moverse para trabajar como modelo en Chicago y le dijeron que se lo quitara. ?Mi primera agencia de modelos, muy peque?a y de la que no recuerdo el nombre, me recomend¨® eliminar mi lunar. Mi madre lo evit¨®. Me dijo: ¡®Est¨¢ bien, pero ten en cuenta que sabes c¨®mo te ves ahora, pero no sabes c¨®mo te quedar¨¢ la cicatriz'?.
Lo mantuvo, pero se encontr¨® al inicio de su carrera con que lo eliminaban en las fotograf¨ªas. ?Lo retiraban cuando trabajaba en Jap¨®n y lo quitaron en mi primera portada en la edici¨®n brit¨¢nica de Vogue?, cuenta. La edici¨®n estadounidense de la revista, en cambio, mantuvo en la primera portada de la supermodelo intacto el lunar. ?Al verme en primera plana con ¨¦l, creo que ayud¨¦ a muchas mujeres y ni?as a sentirse c¨®modas con sus pecas. Pas¨® de ser lo que nos generaba inseguridad a lo que nos hac¨ªa destacar?.
En otro momento de la conversaci¨®n, Naomi Campbell se?ala el derroche que se viv¨ªa en esa ¨¦poca en el mundo de la moda. ?Los dise?adores eran muy generosos. Si ve¨ªas un outfit que te gustaba y dec¨ªas ¡®Lo quiero¡¯, te lo regalaban?, dice. Su compa?era le espeta entonces? que a ella se le daba mejor eso que al resto. ?Pero s¨ª, es verdad que pod¨ªas quedarte un bolso o una chaqueta que te gustaba?. Con las sucesivas crisis econ¨®micas que se han vivido desde esa ¨¦poca de esplendor, todo ha cambiado. ?Ahora no sucede?, acepta Campbell.
Con esta primera entrevista y una segunda ya publicada, con el dise?ador Marc Jacobs, la supermodelo ha seguido los pasos de Miley Cyrus, que tambi¨¦n realiza un programa semanal con invitados de excepci¨®n. ?Se convertir¨¢n la maniqu¨ª y la cantante en las Oprah Winfrey y Ellen DeGeneres de la cuarentena? Los entrevistados de alto copete, un canal donde transmitir, el inter¨¦s de los medios y las audiencias disparadas ya los tienen. El tiempo determinar¨¢ en qu¨¦ quedan estos experimentos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.