Arcade ¡®invaders¡¯: la moda de los videojuegos retro conquista la temporada
M¨¢quinas personalizadas, reediciones de consolas, colecciones de moda, best-sellers y hasta taquillazos de cine. Baja al trastero y desempolva tu viejo mando, es hora de volver a ¡°matar marcianitos¡±.
Hagamos memoria. Volvamos a aquel tiempo en el que el siglo XX todav¨ªa no era un recuerdo. Hasta los d¨ªas en los que se merendaba Nocilla por decreto y en las fiestas te dejaban beber Coca-Cola. Cuando te peleabas con tus hermanos por usar el tel¨¦fono fijo. Cuando todav¨ªa ten¨ªas el correo de Hotmail (el del apodo chungo) antes de que lo cambiaras por tu cuenta Gmail actual, corporativizada con nombre y dos apellidos, para demostrar la madurez que se te supone por los a?os. En aquel tiempo, siendo ni?os y sin Whatsapp para monitorizar los horarios y lugares de encuentro, si llegabas tarde a la cita, sab¨ªas d¨®nde buscar a la pandilla. Los salones recreativos supusieron para varias generaciones un imprescindible referente de la vida social. Pa¨ªses de nunca jam¨¢s, pensados para los j¨®venes, gobernados por los j¨®venes, precisamente quienes los enterrar¨ªan m¨¢s tarde al decantarse por liberar princesas y salvar al mundo de los ovnis en el retiro de su habitaci¨®n. Pero batir tu r¨¦cord de puntos, sin los amigos como testigos, no era lo mismo. Un error que parece querer ser subsanado ahora, veinte a?os despu¨¦s, con la creciente influencia del arcade en lo ¨²ltimo en literatura, moda y cine. Nintendo reedita consola, Nike las zapatillas de Regreso al futuro, Stranger Things triunfa en Netflix y sobre la pasarela desfilan los Space Invaders. La partida vuelve a comenzar, y esta vez, los cr¨¦ditos parecen infinitos. Bienvenidos (de nuevo) al mundo de los 8 bits.
?Casi siempre, la vida del ser humano es repugnante. Los videojuegos son lo ¨²nico que la hacen soportable.?
Con sentencias como esta se ha convertido en la novela viral de los ¨²ltimos tiempos. La ni?a mimada del colectivo friki, Ready Player One, es una de las grandes responsables del resurgimiento de la moda arcade. Escrita por Ernest Cline, narra las aventuras de Wade Watts, un hu¨¦rfano que intenta sobrevivir en la enferma sociedad del a?o 2044, cuya poblaci¨®n ha trasladado su realidad a un videojuego virtual evolucionado llamado OASIS. Cuando el fundador del sistema muere, reta a cualquier jugador a encontrar su fortuna y quedarse con ella. Pero para lograrlo, deber¨¢n demostrar que son los mayores expertos en cultura ochentera de la Tierra (o lo que queda ella). Una mezcla entre Matrix y Los juegos del hambre repleta de referencias a s¨ªmbolos como el DeLorean, Pac-Man y hasta Matthew Broderick. Un pelotazo editorial que Hollywood no ha podido dejar pasar. ¡°Creo que fuimos bastante incre¨ªbles en los 80. Los adoro. Una de las razones por la que me decid¨ª a hacer la pel¨ªcula es porque me llev¨® de vuelta a ellos¡±, afirm¨® el mism¨ªsimo Steven Spielberg, t¨®tem de la ¨¦poca (es referenciado en el libro) y director de la adaptaci¨®n al cine de Ready Player One. Protagonizada por los j¨®venes Tye Sheridan y Olivia Cooke, se encuentra en pleno rodaje con vistas a estrenarse a principios de 2018. El ¨¦xito en taquilla de otros filmes recientes de inspiraci¨®n arcade como Rompe Ralph o Pixels pronostican un nuevo taquillazo de Spielberg, el maestro de la nostalgia.
Pero la literatura y el cine no son los ¨²nicos campos tocados por la varita de los videojuegos retro. En televisi¨®n, su influencia en series como The Big Bang Theory o Stranger Things es incuestionable. En la elogiada Halt and Catch Fire, Gordon y Cameron (dos de sus protagonistas) dedican un cap¨ªtulo entero de la actual temporada a intentar superar todos los niveles del Super Mario Bros. Pero hasta el mundo de la moda se ha rendido a la dictadura del joystick, como podemos comprobar en pleno centro del complejo de la Fundaci¨®n Prada en Mil¨¢n. All¨ª, en el preciosista bar Luce, dise?ado por el cineasta Wes Anderson (Moonrise Kingdom) y uno de los lugares m¨¢s instagrameables del mundo, dos m¨¢quinas recreativas llaman la atenci¨®n por encima del resto. Se trata de dos pinballs pensadas por el director, uno de ellas, con motivos de su pel¨ªcula The life aquatic. Tambi¨¦n sobre la pasarela, la dise?adora Anya Hindmarch bas¨® su colecci¨®n de este oto?o-invierno en juegos de arcade hist¨®ricos como Pac-Man o Space Invaders. Los bloques alien¨ªgenas pixelados multicolor aparecen en abrigos, bolsos y zapatillas demostrando que la brit¨¢nica es experta en convertir elementos de la cultura pop en codiciados objetos para los amantes de la moda. Un homenaje a los videojuegos retro al que sum¨® Gwen Stefani, que adem¨¢s de la cantante de No Doubt es due?a de la firma L.A.M.B. La compositora se inspir¨® en Space Invaders e incluy¨® en su marca una l¨ªnea de sudaderas, faldas y jers¨¦is que ella misma ha lucido.
La vuelta del arcade no se limita a curiosas referencias en otros terrenos art¨ªsticos. Actualmente son el capricho de moda entre los jugadores. Cada vez son m¨¢s quienes replican un sal¨®n recreativo en su hogar haci¨¦ndose con su propia m¨¢quina arcade personalizada. Los stands de artesanos que se dedican a su fabricaci¨®n y comercializaci¨®n empiezan a abundar en las ferias del sector y ya son considerados un actor leg¨ªtimo en la industria. La nostalgia ha creado un nicho de negocio para empresas como Rex Arcade, que con dos a?os de vida ha despachado m¨¢s de 300 m¨¢quinas, y subiendo, porque solo este mes ya cuentan con cerca de 50 encargos. ¡°Todo empez¨® como una apuesta, uno de mis compa?eros me ret¨® para ver si ¨¦ramos capaces de hacer una recreativa¡±, nos explica Jos¨¦ Luis Moreno Caballero, gerente de la compa?¨ªa. ¡°Vimos que era un buen negocio, que era un producto con mucha salida. A d¨ªa de hoy nos dedicamos a tiempo completo y estamos desbordados¡±. Las m¨¢quinas, cuyo precio medio ronda los mil euros en su modelo m¨¢s completo, son 100% personalizables para particulares, restaurantes, tiendas o acciones publicitarias. Un producto vintage y familiar, que gusta tanto a padres como a hijos, con un comprador tipo m¨¢s diverso del que se podr¨ªa imaginar. ¡°Pens¨¢bamos que iba a demandarla m¨¢s la gente de mediana edad, pero los j¨®venes tambi¨¦n nos las piden. Y las mujeres. El porcentaje estar¨ªa en un 60-40 (a favor de los hombres)¡±, asegura Moreno. Pero el boom por lo arcade est¨¢ a punto de dejar de ser un secreto a voces.
El pr¨®ximo 11 de noviembre Nintendo reeditar¨¢ su primera consola comercial, la NES (Nintendo Entertainment System). En formato mini, con conexi¨®n HDMI y 30 de sus juegos m¨¢s emblem¨¢ticos, como el Super Mario Bros, Donkey Kong o The legend of Zelda. Manuel Curdi, jefe de producto de Nintendo Espa?a, expone a S Moda las razones del viaje al pasado de la compa?¨ªa: ¡°La NES no tiene edad, porque la verdadera clave de los juegos siempre es la jugabilidad. Los suyos siguen funcionando exactamente igual hoy en d¨ªa, incluso entre los ni?os que no los han visto nunca¡±. Un movimiento similar al de su hist¨®rica rival Sega que, con motivo del 25? cumplea?os de su ic¨®nico personaje Sonic, lanzar¨¢ de nuevo al mercado la consola Mega Drive. Aunque el representante de Nintendo nos asegura no tener m¨¢s informaci¨®n sobre si esta reedici¨®n ser¨¢ la primera de otras muchas por llegar, da la impresi¨®n de que esto est¨¢ lejos de ser una moda pasajera y se espera una gran demanda. Candidata desde ya a ser uno de los regalos estrella de las Navidades para quienes fueron ni?os y para quienes lo son todav¨ªa, ni los gr¨¢ficos 4K ni las aventuras m¨¢s intrincadas parecen ser rivales de la inmediatez y jugabilidad de estos cl¨¢sicos de la consola. Tanto Curdi como Moreno coinciden en que esta cualidad es la clave de la tendencia m¨¢s en boga en el mundo de los videojuegos: son perfectos para evadirse despu¨¦s de una dura jornada. ?Acaso alguien puede resistirse a conducir un b¨®lido en un d¨ªa despejado con el horizonte como ¨²nica meta?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.