La moda rescata los n¨¢uticos, el zapato pijo que ahora reivindica Miu Miu

No se puede negar que la marca italiana Miu Miu es una veleta fiable para saber por d¨®nde sopla el viento de las tendencias. Dos a?os despu¨¦s de reintroducir la minifalda de talle bajo (que desat¨® la fascinaci¨®n por todo lo relacionado con el a?o 2000), el ¨²ltimo objeto de deseo de la firma hermana de Prada es la quintaesencia del estilo preppy del cambio de siglo, o lo que es lo mismo, del vestuario pijo: los n¨¢uticos. Unos zapatos que nacieron con una finalidad radicalmente pr¨¢ctica y que acabaron siendo s¨ªmbolo de un estatus social, o al menos, de su aspiraci¨®n.

En el desfile para la temporada primavera-verano 2024 la estilista Lotta Volkova puso a los pies de los modelos una larga selecci¨®n de zapatos n¨¢uticos. Pero no unos cualquiera: los de Miu Miu, elaborados en piel y con un precio de 720 euros, simulan haber tenido cierto uso. El detalle de su piel estrat¨¦gicamente gastada rezuma est¨¦tica old money: puede que para llevarlos no haga falta tener un barco, pero consiguen transmitir que uno acaba de atracar su B¨¦n¨¦teau en el puerto de Saint-Tropez. No parecen de estreno, ni nuevos, sino algo mejor: parecen los de un personaje de Saltburn. El efecto Miu Miu ha tenido ya su eco en las masas y seg¨²n datos del analista de tendencias Data But Make It Fashion, solo en el mes de marzo los n¨¢uticos ganaron un 170% en popularidad en internet.

Pero Miu Miu, por s¨ª sola, no ha creado esta tendencia. Jonathan Anderson ha creado su propia versi¨®n en Loewe, Bally reinventa esta primavera un modelo femenino con algo de tac¨®n al que ha llamado Plume y firmas tan dispares como Off-White, Dries Van Noten, Loro Piana, Tod¡¯s o la marca neoyorquina Aim¨¦ Leon Dor¨¦, especializada en cruzar moda urbana y preppy, repiten los zapatos n¨¢uticos en sus ¨²ltimas temporadas. Hay m¨¢s: Zara ya ha sacado cuatro modelos. ?Pero por qu¨¦ un n¨¢utico ser¨ªa relevante en 2024?

En primer lugar, parece que la versi¨®n actual del estilo universitario rinde homenaje y pone el foco en el estilo de principios de los noventa. Como cont¨® Guillermo Arenas en Icon, ¡°antes de la recuperaci¨®n de la alpargata, era la elecci¨®n de las clases pudientes (y las que aspiraban a serlo) cuando el calor invitaba a un atuendo m¨¢s informal. Lo llevaban tanto estrellas del pop comercial como pol¨ªticos en vacaciones, siempre sin calcetines¡±. Los n¨¢uticos vieron surgir imitaciones de precios asequibles pero a diferencia de lo que sucedi¨® con otras prendas pijas, como el polo, nunca acabaron de despojarse de su fama elitista.

El n¨¢utico, sin embargo, fue creado con otra finalidad. En 1935, Paul Sperry, un magnate americano apasionado de la navegaci¨®n, cre¨® el primer zapato n¨¢utico. La inspiraci¨®n le lleg¨® al observar c¨®mo su cocker spaniel, Prince, manten¨ªa el equilibrio en el hielo y la nieve. La superficie estriada de sus almohadillas fue la clave para que Sperry creara unas suelas de goma con hendiduras que aumentaran la tracci¨®n: las peg¨® al zapato y as¨ª nacieron los n¨¢uticos.

Los primeros zapatos de Sperry ten¨ªan la suela negra, pero pronto advirti¨® que esta dejaba marcas en las cubiertas de los barcos, as¨ª que la cambi¨® por color blanco. Pas¨® alg¨²n tiempo antes de que los boat shoes, como se les bautiz¨®, alcanzaran una popularidad masiva. Esto sucedi¨® despu¨¦s de que Sperry consiguiera un contrato de la Marina de los EE.UU. para fabricar sus n¨¢uticos para los marinos.

Una de las etiquetas que han marcado el fandom del n¨¢utico es Sebago. Fundada en 1946 en la costa este americana por tres amigos, el primer zapato que lanzaron fue un mocas¨ªn cosido a mano. En 1970, Sebago lanz¨® su modelo m¨¢s reconocible hasta la fecha, el ic¨®nico n¨¢utico Dockside (que se sigue comercializando) y que a lo largo de los a?os han lucido personalidades como Pharrell Williams, Steve McQueen, Paul Newman o Kate Middleton.

Durante la d¨¦cada de los ochenta los Docksides de Sebago se convirtieron en una tendencia de moda en las universidades y escuelas secundarias de todo EE UU, como se menciona en The Official Preppy Handbook de Lisa Birnbach, que fue algo as¨ª como el manual donde se explicaba qui¨¦nes eran y c¨®mo actuaban los preppy americanos. El zapato se convirti¨® en un elemento b¨¢sico y emblem¨¢tico del estilo pijo estadounidense de la Costa Este en los meses de verano.

Los noventa fueron tambi¨¦n los a?os de las Sloane Rangers, retratadas en otro libro (The official Sloane Ranger Hand Book, 1982), j¨®venes brit¨¢nicas ¨¢vidas de ¨¦xito social cuyo centro del universo era la londinense Sloane Square. Las sloanes no buscaban ser cool pero s¨ª quer¨ªan vestir a la altura de su tribu de Chelsea: camisas de popelina bajo un jersey de punto trenzado, pantalones ajustados, calcetines rojos y Sebagos. Diana de Gales fue su principal representante. Para entonces los n¨¢uticos eran parte y se?al de un estrato social, y la f¨®rmula se export¨® a muchos pa¨ªses. En la Espa?a de los noventa triunf¨®.

Quiz¨¢ por su elevada carga simb¨®lica el n¨¢utico ha servido en ocasiones como lienzo en blanco para la experimentaci¨®n: Kanye West dise?¨® unos n¨¢uticos blancos para Louis Vuitton all¨¢ por 2009 y el grupo indie Vampire Weekend lo reivindic¨® en aquella ¨¦poca, pero salvo estas intervenciones, el n¨¢utico segu¨ªa siendo territorio conservador.

De hecho hoy sigue siendo muy com¨²n encontrarlo en determinados ambientes: basta un paseo por el barrio de Salamanca de Madrid entre mayo y octubre para concluir que para lucirlos no hace falta ni siquiera estar cerca del mar. Es el zapato aceptable cuando no se pueden llevar zapatillas. Pero si atendemos al retrato que la serie Succession hizo del llamado 1%, entre los m¨¢s ricos el n¨¢utico tiene su particular modo de uso. ¡°Perdona, ?estamos hablando en la popa de una majestuosa goleta? ?Es sal eso que me pica la piel curtida por la intemperie? ?No? Entonces, ?por qu¨¦ co?o llevas zapatos n¨¢uticos?¡±, recriminaba Tom Wambsgans a Greg Hirsch su atuendo en la primera temporada de la serie. El primo no era m¨¢s que un ¡®nuevo rico¡¯ pero ahora podr¨ªa argumentar que es un hombre a la moda.