¡°El mundo no necesita otro coche gris¡±: c¨®mo el color se esfum¨® de nuestras vidas
De la ropa al cine, pasando por las cocinas o los coches, nuestra sociedad pierde diversidad crom¨¢tica para restringirse a una paleta de neutros. ?Qu¨¦ nos est¨¢ sucediendo?
El coche, el sof¨¢, los abrigos, las paredes de casa, los port¨¢tiles, las sudaderas, hasta la rebequita de Kim Kardashian en la gala del Met, ser¨¢ posible. El Brat Summer fue un espejismo y todo se ha vuelto a te?ir del color del cielo en diciembre. La moda ha decidido priorizar el tono que define la ambig¨¹edad, y presentarlo como el colmo de lo deseable. Esta temporada lo vemos en la ya indispensable sudaderas de algod¨®n, los abrigos de Miu Miu, las faldas de uniforme escolar de Thom Browne o en las piezas retrofuturistas de Louis Vuitton. Incluso una marca como Ganni que sol¨ªa tener una oferta arco iris tambi¨¦n ha apostado fuerte por las proverbiales cincuenta sombras de gris.
Su escueto nombre se le queda corto. Lo llamamos piedra, grafito, topo, humo, plomo, ceniza, pizarra, greige¡ o t¨¦rminos m¨¢s rebuscados, como los de la marca de pinturas aspiracional Farrow & Ball que ofrece Elephant¡¯s Breath (Aliento de elefante), o Ammonite (Amonita, un tipo de f¨®sil). A nadie se le ocurrir¨ªa llamar a esta gama nombres como Paloma de asfalto, Hormig¨®n, Pavimento, Nubarr¨®n o Lomo de rat¨®n, aunque estos sean algunos de sus grandes ¨¦xitos. Estamos tan programados para percibir esta paleta como sofisticada, y relacionarla con el lujo silencioso y la fotog¨¦nica arquitectura brutalista, que no vemos que lo comedido puede derivar en meh.
M¨¢s que una tendencia del momento se trata de un progresivo giro hacia lo neutro. En una era tecnol¨®gica la mayor¨ªa de nuestros dispositivos electr¨®nicos son de un gris metalizado, lo que hace que sea m¨¢s que nunca formen parte de nuestra cotidianeidad. Seg¨²n la plataforma de an¨¢lisis de datos Statista, el gris fue uno de los colores m¨¢s populares entre la Generaci¨®n Z en 2022 junto al blanco y el negro (EEUU y Reino Unido fueron los principales mercados analizados). En ese mismo a?o HueData, que recopila datos sobre colores, estableci¨® que el grey es el color m¨¢s com¨²n en la industria automovil¨ªstica y en los logos de marcas y el segundo m¨¢s popular en moda despu¨¦s del negro. Las cifras contin¨²an estables, y Woven Insights considera que el gris es el tercer color con mayor n¨²mero de productos de moda, tras el negro y el blanco, que t¨¦cnicamente no son considerados colores.
La grisificaci¨®n de la est¨¦tica contempor¨¢nea tambi¨¦n ha conquistado la industria del celuloide. Los espectadores se han quejado de que en Wicked, el filme que cuenta la historia de las brujas de El Mago de Oz tiene un etalonaje apagado, totalmente alejado del technicolor del t¨ªtulo cl¨¢sico. Salvo el refugio que son las pel¨ªculas de Almod¨®var, el mundo se est¨¢ volviendo progresivamente menos vibrante visualmente. Las cocinas, las pel¨ªculas de superh¨¦roes o los restaurantes de comida r¨¢pida se apagan en una epidemia de desidia crom¨¢tica, como se ha ido documentando online.
The world is becoming less colourful: pic.twitter.com/N0XcHmfvlR
— The Cultural Tutor (@culturaltutor) June 24, 2023
Pero hay quienes se est¨¢n rebelando contra esta tiran¨ªa de lo gris¨¢ceo. El CEO de Fiat, saturado por la popularidad de la tonalidad entre los conductores, decidi¨® en 2023 que la f¨¢brica de autom¨®viles italiana cesar¨ªa la fabricaci¨®n de modelos pintados de este color. ¡°El mundo no necesita otro coche gris¡±, dice en el v¨ªdeo de Fiat Operation No Grey.
¡°La disminuci¨®n del uso del color en la ropa puede entenderse como una respuesta cultural y psicol¨®gica a los cambios sociales y tecnol¨®gicos que han marcado las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±, opina Ulix¨¥s Fern¨¢ndez Garcia, periodista y antrop¨®logo especializado en moda y lifestyle. ¡°Hist¨®ricamente, los colores en la vestimenta no solo cumpl¨ªan funciones est¨¦ticas, sino que estaban profundamente entrelazados con sistemas de valores y s¨ªmbolos. En muchas culturas, los colores representaban jerarqu¨ªas sociales, roles religiosos y hasta estados emocionales. Sin embargo, con la globalizaci¨®n, la industrializaci¨®n y, m¨¢s recientemente, la digitalizaci¨®n, las sociedades de nuestro mundo han experimentado un proceso de homogeneizaci¨®n que ha llevado a la preferencia por lo neutral y lo funcional, representado por el color gris¡±.
Como apunta Fern¨¢ndez, hemos limitado el uso de la vestimenta como la extensi¨®n de nuestras emociones para centrarnos en una funci¨®n que tiene que ver m¨¢s con el escudo o el refugio. Los neutros bajan revoluciones en nuestra convivencia histri¨®nica y pedig¨¹e?a de atenci¨®n: ¡°Puede interpretarse como una reacci¨®n al exceso de est¨ªmulos visuales y la b¨²squeda de orden en un mundo cada vez m¨¢s ca¨®tico¡±, elabora el periodista. ¡°M¨¢s que un simple cambio de tendencia, se convierte en un mecanismo de adaptaci¨®n psicol¨®gica, ofreciendo un respiro frente a las presiones del entorno.¡±
Tambi¨¦n existe cierta percepci¨®n de que vestir de neutros podr¨ªa resulta m¨¢s sostenible, ya sea porque se pueden combinar f¨¢cilmente entre s¨ª, o porque como se?ala Patricia Eguidazu, fundadora del M¨¦todo Triziazu, los tintes naturales viran hacia lo neutral: ¡°Las tintadas naturales son dif¨ªciles de conseguir en colores vivos, as¨ª que una prenda te?ida de tonos fuertes suele tener m¨¢s qu¨ªmicos. Por otra parte, los tejidos naturales sin tratar tienen esa paleta p¨¢lida¡°, explica. Con su m¨¦todo, Eguidazu ense?a a las mujeres a construirse un armario m¨¢s emocionalmente sostenible y comprar de manera m¨¢s consciente. Desde su punto de vista, la generalizaci¨®n de lo apagado en la industria de la moda tambi¨¦n tiene que ver con que la baja calidad de la ropa se hace m¨¢s evidente si se confecciona en colores llamativos. ¡°Las marcas de fast fashion no los usan tan a menudo, y por eso hemos dejado de consumirlos a nivel masivo¡±, argumenta. ¡°Hablo con much¨ªsimas mujeres y les da miedo vestirse con color. Est¨¢ extendido el pensamiento de que vamos bien con neutros y no tenemos herramientas para vestir de otra manera¡±, remata.
?Es posible que lo crom¨¢tico haya quedado como excepci¨®n? Algo as¨ª propone la teor¨ªa del rojo inesperado que se hizo viral por sostener que una pincelada de carmes¨ª logra looks estilosos o eleva la decoraci¨®n de casa. Por su parte varias marcas de lujo han querido hacer suyos pigmentos espec¨ªficos para convertirlos en branding. Fue el caso del verde Bottega, y ahora el del granate Gucci o el azul Burberry, aunque luego prefieran vender gabardinas camel o bolsos en cuero negro.
Otros dise?adores prefieren mojarse y hacer de lo colorido su se?a de identidad, produciendo piezas desacomplejadamente vistosas. Es el caso de Abra Paris, la firma personal del alicantino Abraham Ortu?o Perez, que ha trabajado dise?ando calzado y accesorios para Loewe, J.W Anderson y Jacquemus. ¡°El rosa es lo m¨ªo cien por cien. De ni?o le ped¨ªa a mi madre que me comprase cualquier prenda de chico que saliese en rosa¡±, recuerda el dise?ador. ¡°En la industria hay mucha presi¨®n por vender y se evita arriesgar, es com¨²n en tiempos de crisis. Pero mi business es ser el plan B de quienes quieren ir a contracorriente. Yo uso principalmente materiales dead stock, restos de producci¨®n, y es siempre hay mayor disponibilidad de ciertos colores porque se venden menos. Los fabricantes de telas no te ofrecen directamente tonos m¨¢s especiales, tienes que desarrollarlo t¨² y muchos dise?adores no se arriesgan.¡± Para Abra, el color es tan importante como la silueta o la forma de los dise?os. ¡°Siempre hago accesorios en rosa. A mi me encantan los cumplidos, y cada vez que me pongo mis zapatillas Sneaker Ballerina en raso rosa recibo comentarios positivos, ya sea en el aeropuerto, en un restaurante o en una oficina¡± comenta entre risas.
Un gesto tan sencillo como incorporar color en nuestras vidas puede ser el primer paso para reclamar nuestra emociones y nuestra identidad, tal y como propone Ulix¨¥s Fern¨¢ndez: ¡°Incluir tonalidades m¨¢s c¨¢lidas o saturadas puede actuar como un acto de resistencia frente a la uniformidad. El regreso al color no solo revitaliza nuestra relaci¨®n con la moda, sino tambi¨¦n con nuestra propia capacidad de expresar lo que somos.¡±
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