Lola Casademunt, la mujer que a los 50 a?os fund¨® un negocio que hoy factura 53 millones de euros

En 1981, con 50 a?os, viuda y siendo madre de cuatro hijos, Lola Casademunt se puso a trabajar en el s¨®tano de su casa para sacar adelante a su familia. Su marido dirig¨ªa una f¨¢brica de piensos, pero en aquellos tiempos nadie la tuvo en cuenta para relevarle en las gestiones, as¨ª que le cedi¨® el puesto a su hermano y empez¨® a hacer complementos para el pelo. Poco despu¨¦s adquiri¨® una mercer¨ªa en su pueblo, Cardedeu, y otra en Barcelona para empezar a vender aquellos accesorios. El ¨¦xito local hizo que algunas representantes de los comercios de la zona le sugirieran expandir el negocio a la confecci¨®n y comercializarlo fuera de la capital catalana. Poco m¨¢s de cuarenta a?os despu¨¦s, Lola Casademunt, la marca, desde 2018 comandada por Maite Gass¨®, una de sus hijas, factur¨® el a?o pasado nada menos que 53 millones de euros, un 27% de ellos fuera de Espa?a.

A excepci¨®n de las ense?as nacionales de moda pronta, poqu¨ªsimas firmas de moda espa?ola pueden decir que poseen ese volumen de negocio, pero el acierto de Casademunt fue quiz¨¢ desmarcarse de las connotaciones asociadas a la moda de autor para satisfacer las necesidades de las mujeres, con una moda funcional y a la vez exuberante (los estampados son una de sus se?as de identidad) de precios en el arco de la gama media. En ese sentido, la trayectoria de Lola Casademunt se enmarca, salvando las distancias, con la tradici¨®n de confecci¨®n de moda catalana, de ense?as como el Dique Flotante a dise?adoras como Asunci¨®n Bastida, es decir, una identidad en la que el dise?o era igual de importante que la funcionalidad y las necesidades de sus clientas.

Tambi¨¦n, por supuesto, en la valent¨ªa. En los a?os setenta y ochenta, cuando pocas mujeres ten¨ªan empresas propias (tambi¨¦n en la moda, donde hist¨®ricamente ellas han sido las costureras y ellos los dise?adores y gestores), la catalana viajaba por a Italia y por toda la geograf¨ªa espa?ola en busca de tejidos y talleres o para supervisar c¨®mo funcionaban sus productos. Se retir¨® a los 85 a?os y cedi¨® el testigo a su hija Maite en 2018, aunque ya trabajaba en la empresa desde los 19 a?os aprendiendo de su madre no solo en la parte creativa, tambi¨¦n en la empresarial: juntas pasaron m¨¢s de dos d¨¦cadas acudiendo a ferias internacionales para crear contactos y formarse en el negocio.

Con Maite la compa?¨ªa daba el salto a la pasarela, primero a la 080 de Barcelona y posteriormente a la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Su marido, Fernando Espona, descendiente de los due?os de Pastas Gallo, ejerce como presidente de la ense?a, y en 2020 ficharon a Paco S¨¢nchez, ex Pronovias, como director general de la compa?¨ªa. En estos seis a?os, el tr¨ªo ha llevado el legado de Lola a Arabia Saud¨ª, M¨¦xico, India o Puerto Rico, reforzando su presencia en esos mercados (actualmente venden en m¨¢s de sesenta pa¨ªses) y prev¨¦n superar la barrera de los 60 millones de euros en facturaci¨®n durante el ejercicio de 2025. Pero sobre todo, Maite ha amplificado el legado de su madre respetando sus valores: creando una moda alegre y realista, sin grandes pretensiones est¨¦ticas pero muchas expectativas comerciales, centrada, en definitiva, en escuchar a su clientela. La historia de Lola Casademunt es una excepci¨®n, y no solo porque haya sido una mujer la que ha creado una empresa familiar de ¨¦xito en una ¨¦poca en la que lo ten¨ªa todo en contra, tambi¨¦n porque su historia demuestra que es posible hacer otra moda espa?ola, con un pie en la pasarela y otro en el negocio, con la mano en el boceto y el cerebro en la gesti¨®n.