Amor fuera de toda duda
¡®Harold y Maude¡¯ habla sobre el amor fuera de toda norma entre un joven y una exc¨¦ntrica anciana de 80 a?os interpretada por Ruth Gordon.
Cuando Harold y Maude se estreno? en 1971 pocos adivinaron su ternura a?cida y a?crata, una comedia tan negra como luminosa sobre el idilio entre un joven con fantasi?as suicidas y una exce?ntrica anciana de 80 an?os libre como un gorrio?n. El tiempo no ha dejado de jugar a favor de la peli?cula que dirigio? Hal Ashby y de su personaje femenino, interpretado por la maravillosa Ruth Gordon. La historia de la diminuta y vital Maude no le era tan ajena a Gordon, una actriz y escritora nacida a finales del siglo XIX que en los an?os cuarenta, cuando ella casi alcazaba el medio siglo, se caso? con el dramaturgo, guionista y director Garson Kanin, 16 an?os ma?s joven que ella y su pareja hasta su muerte en 1985.
Harold y Maude nacio? de la imaginacio?n de Colin Higgins,?una tesis doctoral para la Universidad de California, donde se graduo? en Escritura de Guiones, que acabo? convertida en el libro que ha recuperado en Espan?a Capita?n Swing. Hubiese querido dirigir e?l mismo su historia, pero Ashby ya teni?a cierto nombre y le entusiasmaba el guion. Casi una de?cada despue?s y antes de morir de sida, Higgins llego? a dirigir comedias como Juego peligroso o Co?mo eliminar a su jefe.
Mientras, Harold y Maude alcanzo? el comodi?n de peli?cula de culto. El relato giraba alrededor de un amor fuera de toda norma, una respuesta hippy y libe?rrima a El graduado, que se habi?a estrenado cuatro an?os antes. Pero Harold y Maude no iba solo de una sen?ora seduciendo a un jovencito, iba de algo mucho ma?s sutil y triste. Ella habi?a llegado a EE UU huyendo del nazismo y cuando Harold le pregunta por un paraguas que tiene en casa, la anciana le cuenta que con e?l lucho? por causas como ¡°la libertad, los derechos y la justicia¡±. ¡°Tambie?n¡±, an?ade, ¡°por los reyes muertos y los reinos cai?dos. ?Sabes? No echo de menos los reinos: no creo en las fronteras, las naciones, ni en el patriotismo¡±. En uno de los momentos clave suena Where do the children play?, de Cat Stevens, mu?sico que firmo? toda la banda sonora, y rodeados de un campo de margaritas que acaba mutando en uno de la?pidas blancas, Maude le advierte a Harold que ni una sola margarita es igual a otra y que el mundo seri?a un lugar menos doloroso si nadie se dejase tratar como uno ma?s y cada flor supiese el valor de su diferencia.
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