Los zapateros que defienden el prestigio de la artesan¨ªa espa?ola
Rafael Casta?er y Pedro Garc¨ªa, directores creativos de Casta?er y Pedro Garc¨ªa, respectivamente, hablan sobre el presente y futuro del dise?o de accesorios que se hace aqu¨ª.
?Qu¨¦ hay detr¨¢s de un dise?o espa?ol?
RAFAEL CASTA?ER: Autenticidad, artesan¨ªa y creatividad. La tradici¨®n es el motor y el alma de las grandes casas de dise?o espa?olas.
PEDRO GARC?A: Hoy ya vivimos en un mundo global. En un entorno as¨ª creemos que no se puede hablar de caracter¨ªsticas concretas que identifiquen el dise?o de un pa¨ªs. Dise?amos para un p¨²blico internacional y un mercado integral. Si tuvi¨¦ramos que destacar un rasgo espa?ol, ser¨ªa nuestra tradici¨®n manufacturera, que hace que los creadores mimen la producci¨®n, busquen el detalle, recuperen t¨¦cnicas del pasado y emprendan proyectos artesanales contempor¨¢neos. En Espa?a hay mucho talento, un alto nivel de dise?o y creatividad, materias primas inigualables y una elaboraci¨®n excelente. Esas caracter¨ªsticas se perciben en el producto.
La industria espa?ola pas¨® de peque?os talleres artesanales a la fabricaci¨®n en serie para importadores en los a?os 60. Y de ah¨ª a la creaci¨®n de marcas propias en torno a la calidad y el dise?o. ?Qu¨¦ ofrece hoy un producto made in Spain que sigue atrayendo a los colosos del lujo (como Fendi) y tambi¨¦n a los consumidores?
R. C.: En Espa?a siempre ha habido grandes marcas como la del maestro Crist¨®bal Balenciaga, Loewe¡ aqu¨ª sabemos hacer las cosas muy bien, el made in Spain cada vez se valora m¨¢s. Lo que nos pasa es que a veces nos lo tendr¨ªamos que creer m¨¢s y sabernos vender mejor.
P. G.: Nuestro producto es de una gran calidad y esto, unido a la relaci¨®n calidad-precio existente en nuestro pa¨ªs, se convierte en un argumento de mucho peso para ciertas marcas que nos distingue en la industria del lujo. Estas caracter¨ªsticas nos hacen muy atractivos, tanto para estas firmas como para el consumidor final. En Pedro Garc¨ªa siempre hemos sido incondicionales y entusiastas de la manufactura espa?ola. Empezamos a mostrar nuestra adhesi¨®n al made in Spain haciendo que formara parte de nuestra imagen corporativa junto al logotipo. Hoy, adem¨¢s, es el nombre de nuestro proyecto editorial, una publicaci¨®n en formato de peri¨®dico que selecciona cada temporada un punto de Espa?a para fotografiar la colecci¨®n.
Sus firmas siempre tuvieron vocaci¨®n exportadora. ?Las marcas patrias que hoy empiezan lo tienen m¨¢s f¨¢cil para vender fuera?
R. C.: Empezamos en los 70, as¨ª que lo llevamos muy interiorizado. Siempre hemos exportado alrededor del 70% de nuestra producci¨®n. El concepto ¡®fuera¡¯, con la revoluci¨®n digital, ya est¨¢ casi obsoleto. Es m¨¢s f¨¢cil tener visibilidad y pasar a ser conocido muy r¨¢pidamente gracias a los canales digitales. Pero tambi¨¦n hay multitud de marcas intentando ser globales a la vez y, por lo tanto, hay mucho ruido.
P. G.: Las dos ¨¦pocas se caracterizan por sus propias ventajas e inconvenientes. Diferentes realidades econ¨®micas y tecnol¨®gicas, distintos mercados y h¨¢bitos de compra. Actualmente, la digitalizaci¨®n de la comunicaci¨®n posibilita que las marcas vendan a todo el mundo f¨¢cilmente a trav¨¦s de plataformas e-commerce, pero el escenario es incre¨ªblemente competitivo. Justamente lo opuesto a lo que ocurr¨ªa en el pasado. Desde que se fund¨®, Pedro Garc¨ªa tuvo claro el objetivo de convertirse en una marca del segmento superior de la moda internacional. Ahora, despu¨¦s de tres generaciones, nuestras colecciones se pueden comprar pr¨¢cticamente desde cualquier pa¨ªs. Es necesaria la estrategia, as¨ª como dedicar tiempo y recursos.
Con los a?os, ?ha aprendido Espa?a a venderse mejor? ?O sigue a la cola de pa¨ªses como Italia?
R. C.: Nos lo hemos cre¨ªdo siempre menos que los italianos y los franceses, siendo una cuna de creativos y artesanos del mismo nivel. Nunca hemos sabido vendernos tan bien como ellos y aunque ¨²ltimamente hemos aprendido un poco m¨¢s, nos llevan mucha ventaja.
P. G.: Hemos avanzado mucho, aunque a¨²n nos queda un largo camino por recorrer. El consumidor valora el producto made in Spain y la percepci¨®n es de compra de alta calidad. De todas formas, aunque la evoluci¨®n es muy positiva, en el sector de la moda existe a¨²n una cierta desventaja respecto a Francia e Italia como pa¨ªses exportadores. Sin embargo, estamos dando pasos importantes y el p¨²blico lo percibe. Por ejemplo, la calidad de los zapatos que se fabrican en Elda, Alicante, donde se encuentra Pedro Garc¨ªa, es reconocida mundialmente, de lo que nos sentimos muy orgullosos.
?Es la exportaci¨®n el mejor salvavidas de la industria espa?ola?
R. C.: Ser global es el ¨²nico camino para crecer, mantenerse o simplemente ser marca; vivir solo del mercado local es muy dif¨ªcil.
P. G.: Vender al mercado internacional puede ser la soluci¨®n para muchas empresas de la industria de la moda. Siempre es mejor atomizar que concentrar. Pero es muy arriesgado recurrir a la exportaci¨®n como salida de emergencia. Es una decisi¨®n a tomar en el momento preciso, cuando la compa?¨ªa est¨¦ preparada para ello. Los mercados de las econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras requieren poseer recursos e infraestructura, as¨ª como una r¨¢pida capacidad de reacci¨®n. Vender a los compradores de los establecimientos de moda internacional, en un pa¨ªs econ¨®micamente solvente, implica establecer un compromiso comercial muy exigente a todos los niveles: dise?o ¨²nico, calidad impecable, innovaci¨®n continua, renovaci¨®n constante de colecciones.
?C¨®mo ha cambiado la apreciaci¨®n que tradicionalmente ha tenido el gran p¨²blico espa?ol de la artesan¨ªa en la ¨²ltima d¨¦cada?
R. C.: Ante un mundo global, donde la creatividad de las grandes maisons y de las marcas es tan r¨¢pidamente recogida, convertida en un producto de gran consumo masivo en un tiempo r¨¦cord por el fast fashion, creemos que hay espacio, y debe haberlo, para productos y firmas que preserven su autenticidad. Hay un segmento de consumidores que aprecia las ense?as peque?as y originales y de hecho hay muchos nuevos proyectos lanzados por j¨®venes makers que recuperan m¨¦todos tradicionales de hacer las cosas. Y no solo pasa en la moda, tambi¨¦n en gastronom¨ªa, joyer¨ªa, decoraci¨®n¡ Casta?er, siendo una marca casi centenaria, se mueve en este entorno. Somos slow fashion en un mundo veloz. Y aunque estemos digitalizados, hay conceptos antiguos que mantenemos y potenciamos como la experiencia de compra y el saber explicar qu¨¦ hay detr¨¢s de la marca y de los objetos que vendemos.
P. G.: El cambio ha sido sustancial. Hace solo una d¨¦cada, el p¨²blico con mayor conciencia hist¨®rica consideraba la artesan¨ªa como un bien tradicional, patrimonio de la sociedad, que hab¨ªa llegado hasta nuestros d¨ªas gracias a los conocimientos t¨¦cnicos del maestro artesano que, con suerte, se encargar¨ªa de traspasar a la siguiente generaci¨®n. Diez a?os despu¨¦s, son las generaciones j¨®venes las que se emocionan con la labor del artesano. Hoy, el consumidor ha aprendido a asociar la artesan¨ªa con la producci¨®n de objetos de calidad inigualable. No solo por su maestr¨ªa manual para conseguir un resultado perfecto, sino porque, frente a la producci¨®n mecanizada, el operario dispone de todo el tiempo necesario para que el acabado sea el que ¨¦l desea y, al estar hecho a mano, nunca habr¨¢ dos iguales. Se trata de un objeto insuperable, ¨²nico y exclusivo. El paradigma del lujo.
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