El sue?o surfista de Michael Kors
El empresario y dise?ador analiza en primera persona todas las claves de su desfile: del valor de la artesan¨ªa al casting inclusivo. ?Esta colecci¨®n es un Xanax de moda?, asegura.
La localizaci¨®n: El renovado Pier 17, en el sureste de Manhattan, muy cerca del puente de Brooklyn, en el que fuera el principal puerto comercial de Nueva York durante el siglo XIX. Este centro comercial de cristal, que todav¨ªa no ha abierto sus puertas, simboliza la transformaci¨®n del barrio. ?Lo normal habr¨ªa sido que hiciera un d¨ªa espl¨¦ndido?, coment¨® Michael Kors con resignaci¨®n antes del desfile. El empresario y dise?ador estadounidense hab¨ªa escogido este espacio de gigantescas cristaleras precisamente para que la luz inundara la pasarela. Pero esta edici¨®n de la Semana de la Moda de Nueva York, el tiempo ha sido nefasto. D¨ªas antes, la lluvia hab¨ªa obligado a las modelos de Telfar, Rodarte, 3.1 Phillip Lim y Oscar de la Renta a desfilar bajo la lluvia ante un p¨²blico que convirti¨® el paraguas transparente en tendencia¡ y meme. ?Esto parece Londres o Hamburgo, donde siempre llueve. Mi colecci¨®n es lo contrario: la ant¨ªtesis de un d¨ªa gris y lluvioso. Habla de optimismo, de mirar la vida de un modo distinto. Una forma de utop¨ªa global. Viajo mucho y da igual si estoy en Jap¨®n, Singapur, Australia, Alemania o California, todos so?amos con lo mismo: aguas cristalinas, cielo azul, sol, romance y optimismo, sobre todo cuando la realidad socio-pol¨ªtica es tan complicada?.
La actitud: ?Esta colecci¨®n es un Xanax para combatir la realidad, un Xanax de moda?.
La banda sonora: Himnos que nos transportan a ese para¨ªso de sol y playa, como Quimbara de Celia Cruz, I Go To Rio de Peter Allen, Good Vibrations de Beach Boys, Je t¡¯aime¡ Mois Non Plus de Serge Gainsbourg y Jane Birkin o You Wanna Be Americano.
El casting: Global e inclusivo. Bella y Gigi Hadid, Ashley Graham, Joan Smalls¡ ?Ya leemos demasiadas noticias malas todos los d¨ªas. En esta industria, buscamos la belleza, la belleza del mundo. Basta repasar el casting de esta temporada y ver la mezcla de rasgos para entender que la moda ya ha abrazado esa visi¨®n global e inclusiva. Como creativos, debemos mandar un mensaje de unidad, diversidad y alegr¨ªa. Desde mi punto de vista, la moda debe transmitir alegr¨ªa?.
El guardarropa del para¨ªso: ?En mi fantas¨ªa, s¨¦ hacer surf?, bromea Kors. ?Pero teniendo en cuenta que soy un p¨¦simo bailar¨ªn, soy consciente de que jam¨¢s ser¨¦ un buen surfista. Pero me gustan los dise?os que se mecen con las olas y bailan con el viento. En esta colecci¨®n, por ejemplo, hay faldas-pareo, muchos flecos y tejidos fluidos, como estos pantalones de pata de elefante, para bailar toda la noche?.
Abajo el minimalismo, viva la fusi¨®n rom¨¢ntica: ??Un traje sencillo? Nunca. He a?adido mil detalles rom¨¢nticos: trajes de broderie anglaise, bolsos con volantes, troquelados¡ Creo que falta romanticismo. Muchos me repiten: ¡®Michael, el romance est¨¢ muerto¡¯; ?c¨®mo se explica entonces el ¨¦xito de la pel¨ªcula Crazy Rich Asians? La gente quiere romance, guiones alegres y optimistas. Pero, en el mundo moderno, incluso el romance tiene que tener una actitud casual. Por eso, un vestido de encaje y georgette pintado a mano se lleva con una sudadera surfera de cahsmere¡ Esta colecci¨®n se mueve entre extremos. Las propuestas a juego de pies a cabeza conviven con dise?os que mezclan estampados en una explosi¨®n de color y diversi¨®n?.
El valor de la artesan¨ªa:??Esta temporada, hay muchas piezas pintadas a mano¡ Hemos trabajado con la artista australiana Christina Zimpel, que ha creado para nosotros ilustraciones de un para¨ªso imaginario que nos transportan a la Polinesia francesa?.
El bolso perfecto para viajar: ?Las mujeres, cuando viajan, quieren divertirse con los accesorios. El problema es siempre el espacio. Los bolsos ocupan demasiado espacio en la maleta. Por eso he dise?ado un modelo que se puede enrollar como un fular, literalmente?.
El ¡®feedback¡¯ de las tiendas: ?Seg¨²n la informaci¨®n que recibimos de compradores y de nuestras propias tiendas, el impulso que invita hoy a comprar es emocional. Todo el mundo habla de lo mismo: de la experiencia de compra. Eso no significa que tenga que abrir un estudio de yoga en la boutique, u ofrecer zumos verdes a las clientas mientras compran zapatos. Para m¨ª, esa experiencia de compra debe recuperar el esp¨ªritu de los antiguos trunk shows?, advierte Kors. Se refiere a presentaciones privadas a puerta cerrada ante un p¨²blico reducido y mimado de clientes. ?Ahora, en lugar de montar un desfile gigantesco cuando voy a una ciudad, organizamos encuentros ¨ªntimos con clientes. Y todas las mujeres con las que hablo en estos eventos, tanto las que tienen 75 como las que tienen 24 a?os, buscan lo mismo: dise?os gustosos, exquisitos¡ La gente ha perdido el miedo a las piezas m¨¢s especiales. Ya no las reservan para una boda o una noche especial. Hace poco hicimos un evento en South Hampton al que vinieron mujeres que llevaban jeans con aplicaciones y bordados con chancletas. Hay ganas de fiesta. Cuando empec¨¦ en esta industria, organizaba much¨ªsimos trunk shows. Luego empezaron a decir que la gente estaba demasiado ocupada, que no interesaba, que no eran relevantes¡ Yo no estoy de acuerdo. La gente sue?a con apagar el m¨®vil. Y tiene gracia. Porque muchas de las modelos que desfilan hoy son muy j¨®venes, y siempre han visto al p¨²blico de la primera fila con el m¨®vil en la mano, grabando y haciendo fotos. Yo les explico que antes, cuando terminaba un desfile, sal¨ªas a la pasarela de nuevo para escuchar aplausos. Y eso es lo que veo en los trunk shows: cuando tenemos clientas en un evento privado, ellas apagan el m¨®vil, quieren vivirlo en primera persona. Creo que es importante recuperar esa sensaci¨®n?.
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