Elegir la propia m¨¢scara
Suelen contar en las reuniones familiares que aprend¨ª a hablar bien muy temprano. Las an¨¦cdotas son muchas, pero resumiendo: est¨¢ la de la azafata que casi me tira al suelo del susto cuando, con un a?o raspado, le pregunt¨¦ muy locuaz: ?y t¨² c¨®mo te llamas?, mientras ella me bajaba en brazos del avi¨®n. Est¨¢ tambi¨¦n lo de cuando mi t¨ªa me llam¨® ¡°peque?a S¨®crates¡± o cuando pregunt¨¦ a una amiga de la familia por qu¨¦ su hijo solo dec¨ªa gug¨², tat¨¢. En estos ejemplos se concentra un equilibrio delicado entre la gracia y el esperpento. Cuando ya no era tan peque?a y utilizaba un lenguaje muy preciso, lo que m¨¢s o¨ªa eran sin¨®nimos de sabelotodo, redicha, sabihonda, repipi. Tengo mil porque adem¨¢s hablaba mucho (una vez me pagaron 25 pesetas para que me callara media hora). As¨ª que empec¨¦ a controlarme, a nombrar las cosas con t¨¦rminos m¨¢s infantiles, o menos redichos, que seguro que a¨²n lo eran. No tengo pruebas, ni dudas, de que mi excesiva autoconciencia y mi p¨¢nico al discurso p¨²blico vienen de cuando ten¨ªa que pensar de m¨¢s para hablar un poco peor de lo que hablaba de forma natural. Y ya he dicho que hablaba mucho.
Mi hija de siete a?os dice ¡°campo sem¨¢ntico¡±, utiliza la palabra deslizar cuando se tira por el tobog¨¢n y sabe lo que significa ser sarc¨¢stica. Tengo prohibido que nadie se r¨ªa cuando se arranca hablando como Antonio Maura. Espero as¨ª quitarle el trauma de hablar en p¨²blico y el p¨¢nico al rid¨ªculo, y transmitirle, a cambio, otras taras que a¨²n ignoro, pero que quiz¨¢ sabr¨¦ dentro de 40 a?os gracias a un texto p¨²blico como este.
Como reina de la an¨¦cdota ¡ªsabr¨¢n ustedes que es el mejor truco para evitar el pensamiento abstracto y tambi¨¦n la f¨®rmula cl¨¢sica de arrancar una columna¡ª, con estos primeros p¨¢rrafos solo quer¨ªa situar la atenci¨®n en la l¨ªnea delgad¨ªsima que separa a las mujeres de ser listas o listillas, de parecer listas o no parecerlo y de c¨®mo el modelado, deliberado o no, de estas sutilezas ocurre. El uso del lenguaje, del tono de voz o de los minutos de participaci¨®n son herramientas de control recientemente estudiadas en los entornos laborales. La indumentaria, sin embargo, lleva mucho tiempo siendo objeto de estos an¨¢lisis con una sola conclusi¨®n: cuanto m¨¢s se asemeje a la de un se?or, m¨¢s en serio se tomar¨¢ a la se?ora. Y esa gotita malaya que nos ha ido riendo de ni?as la gracia de los disfraces de princesa, pero despu¨¦s explic¨¢ndonos a fuerza de prejuicios que el labio rojo y el tac¨®n, ojito, que el escote jam¨¢s y que el brillibrilli es cosa de frivolonas sin cabeza, es complicada de parar.
S Moda es una redacci¨®n en la que Helmut Lang, Jil Sander (herself) o Lemaire son religi¨®n, y en la que interpretamos a la perfecci¨®n los c¨®digos de la vestimenta seria con atuendos que recuerdan m¨¢s a conatos de arquitectas o a trabajadoras de una consultora que a las festividades que a menudo se asocian con la moda. De hecho, la utilizamos como herramienta period¨ªstica para explicar el mundo muy sesudamente, tanto que a veces olvidamos que la moda y la ropa son tambi¨¦n material para jugar y que la ligereza y la levedad son igual de significativas que la gravedad.
La activista Alana Portero cuenta en estas p¨¢ginas c¨®mo para ella resulta liberador construirse a trav¨¦s de una mirada que no pasa por los filtros cl¨¢sicos. Elementos que para otras mujeres han resultado restrictivos, como los tacones o el maquillaje, son para ella una elecci¨®n consciente y empoderadora, resumiendo a la perfecci¨®n que la moda solo tiene el significado que nuestras convenciones le aportan, y qu¨¦ casualidad que siempre traduzcan en frivolidad lo que tradicionalmente se ha asociado a las mujeres.
Espero que disfruten como nosotras esta portada de la maravillosa y divertida Ashley Park envuelta en brillos con un cut out deslumbrante, con diamantes y platino, mientras cuenta en una entrevista apasionante su carrera en Broadway, su implicaci¨®n activista con ni?os enfermos de c¨¢ncer, enfermedad que padeci¨® de ni?a, y c¨®mo solo el humor y la ligereza le han permitido lidiar con la fama mundial conseguida gracias al personaje m¨¢s despreocupado, alegre y alocado de la televisi¨®n. Que las camisas atadas hasta la glotis dan cierto aire, pero tambi¨¦n son un co?azo.?
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