Erdem: ?Nunca he dise?ado para un tipo concreto de mujer. La diversidad la he dado siempre por hecho?
Lleva 15 a?os inspir¨¢ndose en im¨¢genes y relatos de mujeres olvidadas por la historia, dise?ando para que sus prendas duren d¨¦cadas y apostando por la independencia. As¨ª trabaja Erdem Moralioglu, un dise?ador que impone sus propias reglas.
La posteridad hizo que por fin se dejara de ver a Emma Hamilton como una mujer arribista y ad¨²ltera y se la comenzara a considerar como un personaje que desafi¨® los roles asociados y a su clase y a su g¨¦nero mientras insuflaba una nueva vida a la cultura del siglo XVIII. La posteridad, en este caso, se llama Susan Sontag, que en su novela, ¡®El amante del volc¨¢n¡±, rescat¨® su figura e hizo que el mundo la viera con nuevos ojos. Erdem Moraglliou no es un escritor de ¨¦xito, pero lleva 15 a?os practicando una estrategia similar: su trabajo como dise?ador parte de la deconstrucci¨®n hist¨®rica; investiga periodos pasados y encuentra relatos femeninos que funcionan para explicar el presente. Como el de Stella y Fanny, una pareja victoriana que se travest¨ªa y fue acusada en su ¨¦poca de ¡°ser una abominaci¨®n¡±, o como el de Tina Modotti, una actriz de cine mudo que utiliz¨® su fama incipiente para luchar a favor de los oprimidos y acab¨® siendo asesinada en extra?as circunstancias. ¡°S¨ª, siempre me han atra¨ªdo las historias de mujeres que desafiaron las convenciones. Es mi punto de partida. La moda tambi¨¦n es un modo de contar historias y para m¨ª requiere unos personajes¡±, comenta al tel¨¦fono.
Con el confinamiento reci¨¦n iniciado, sin poder escaparse a museos o bibliotecas, decidi¨® investigar en su propia estanter¨ªa. All¨ª se reencontr¨® con ¡®El amante del volc¨¢n¡¯. ¡°Y me encontr¨¦ con Hamilton, una mujer que lleg¨® de abajo y se hizo un hueco en la sociedad del siglo XVIII. Y est¨¢ esa idea que sobrevuela toda la novela y que tiene que ver con el momento actual: dar rienda suelta a las emociones mientras el Vesubio entra en erupci¨®n, dejarse llevar sabiendo que es ahora o nunca¡±, explica. Y as¨ª fue c¨®mo el N¨¢poles del siglo XVIII se convirti¨® en el Londres del siglo XXI. Con prendas de diario de evocaciones victorianas, con b¨¢sicos bordados, hasta con el m¨ªtico c¨¢rdigan de Sontag combinado con sus ic¨®nicos vestidos de floreados. La mezcla de periodos siempre ha definido el trabajo de Erdem. ?Necesito al personaje que lo desencadene y con el que me sienta identificado. Despu¨¦s empiezo a dibujar y voy m¨¢s all¨¢ de ese personaje. Lo imagino para dar con algo nuevo porque si me dejo atrapar solo por la historia me frustro. es ah¨ª donde empiezo a jugar con mis estampados y con los tejidos?. comenta.
?La flores han marcado la trayectoria de su marca hom¨®nima en estos 15 a?os de andadura. Ya en su colecci¨®n de graduaci¨®n en el Royal College of Art experiment¨® con ellas. ¡°Hay algo en su simbolismo que hace que a trav¨¦s de ellas se puedan dar distintas interpretaciones, manejar varios lenguajes¡±, opina. A d¨ªa de hoy, ¨¦l mismo las sigue dibujando en su ordenador temporada tras temporada, creando estampados (y tejidos propios) cuyo punto de partida, esos relatos de heroicidad y ruptura de estereotipos, a veces quedan eclipsados bajo la palabra ¡°rom¨¢ntico¡± o ¡°feminidad¡±. Esto le granje¨® una identidad consistente, una coherencia est¨¦tica alejada de lo convencional y, en consecuencia, una s¨®lida clientela. Sin embargo, en sus inicios, pocos supieron leer entre l¨ªneas algo que el dise?ador tuvo claro desde el principio. ¡°El tejido, los bordados y los estampados son extensiones de historias que pueden ser fascinantes¡±.
El tiempo le ha dado la raz¨®n, y ahora una nueva generaci¨®n de dise?adoras, de Simone Rocha a Cecilie Bahnsen o Molly Goddard reivindican lo decimon¨®nico, lo on¨ªrico y hasta lo infantil como s¨ªmbolos de subversi¨®n o rebeld¨ªa. Erdem siempre lo tuvo claro. Tanto, que mientras su marca crec¨ªa, ¨¦l se empe?aba en seguir manteni¨¦ndola apartada de los grandes conglomerados. Sus prendas llegaron a las exposiciones del MET sin necesidad de apoyo empresarial de magnates, comenz¨® a recibir premios, y hasta la Orden del Imperio Brit¨¢nico, mientras manten¨ªa al mismo equipo de personas en su estudio de Benthal Green, que hace poco se traslad¨® cerca, a Whitechapel, en el Este de Londres, ¡°me rodeo de personas que sienten pasi¨®n por lo que hacen¡±, comenta. Como era de esperar, tampoco sucumbi¨® a ese movimiento generalizado que aconteci¨® el a?o pasado, cuando firmas y creativos de est¨¦ticas y rangos muy dispares comenzaron a dise?ar b¨¢sicos funcionales y prendas para estar en interior. Erdem es de esos pocos dise?adores cuyas colecciones pueden parecer grandilocuentes a primera vista, pero vistas pieza a pieza resultan completamente practicables. ¡°Obviamente la incertidumbre del momento me hizo darles vuelta y me di cuenta de que, como en la novela de Sontag, habr¨ªa gente ah¨ª fuera que quisiera arreglarse y so?ar con las prendas. Al final es una mezcla. Hay piezas hechas a mano, similares a la Costura, pero combinadas con punto o denim¡±, dice.
Mientras en estos meses a la industria se le llena la boca hablando de sostenibilidad e inversiones duraderas, Erdem lleva a?os dise?ando ¡°pensando que cada una de mis prendas pueda usarse durante muchos a?os. Cuando empec¨¦ a ver a mujeres con prendas m¨ªas de hace tiempo me di cuenta de que no hay mayor halago como dise?ador¡±, afirma. Por eso en su web siempre ha habido una secci¨®n de archivo, en la que pueden adquirirse piezas pasadas al lado de las nuevas. Por eso, tambi¨¦n, nunca ha producido ni una sola prenda fuera de Reino Unido. ¡°Los tejidos son para m¨ª lo m¨¢s importante. Al principio yo mismo hac¨ªa la investigaci¨®n porque no encontraba nada en el mercado que me gustara. Ahora trabajamos con talleres y artesanos en una especie de di¨¢logo¡±, cuenta.
En estos meses, y aprovechando esa est¨¦tica tan marcada que informa todo lo que hace, Erdem ampli¨® el negocio con una l¨ªnea de decoraci¨®n lanzada junto a Net a Porter y? una colecci¨®n de novias . ¡°S¨ª creo que es el momento de ampliar las se?as de identidad como creativo y expandirlas a otros productos. Siempre he hecho colaboraciones, pero pensando siempre si supon¨ªan un reto y podr¨ªa aprender algo con ellas. Cuando abrimos la tienda hace 5 a?os me di cuenta de que quer¨ªa aspirar a una especie de universo. Hace a?os me fascinaban los mundos s¨²per identificables, como cuando entras a Harrod¡¯s¡±, comenta. Su ¨²ltima alianza acaba de lanzarse: una l¨ªnea de tallaje inclusivo junto a la firma Universal Standard. ?Lo interesante para m¨ª no es el tallaje, es haber podido trabajar con materiales como el denim y explorar ah¨ª mis posibilidades como creativo?, explica. Porque, una vez m¨¢s, Erdem hace a?os que dio por sentadas cuestiones que ahora son candentes. De hecho, casi todas sus piezas alcanzan la talla 48 o 50.?Nunca, ni cuando cre¨¦ mi marca, pens¨¦ en que mi ropa la llevara un tipo concreto de mujer. Espero que se sobreentienda que son temas que doy por hecho?.
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