Helena Bonham Carter: ?Me llev¨® tiempo asumir que soy una mujer con curvas?
Le sientan como un guante los personajes exc¨¦ntricos, entra?ables, maliciosos e imprevisibles. ?Su ¨²ltimo papel? Se mete en la piel de Red Harrington, una peculiar madame sure?a en El Llanero Solitario, la ¨²ltima superproducci¨®n del director Gore Verbinski y el productor Jerry Bruckheimer, art¨ªfices de la factor¨ªa de Piratas del Caribe y magos del taquillazo. ?El personaje me pareci¨® fascinante. Ella regenta el Hell on Wheels, un burdel ambulante que sigue al ferrocarril a medida que se va construyendo para entretener a los operarios. En su d¨ªa, Red quiso ser bailarina pero pierde una pierna y decide cambiar de carrera. Ahora esconde un rifle en la pata de palo para defender su negocio y a las chicas. No depende de nadie. En mi opini¨®n, tiene m¨¢s pelotas que Llanero Solitario y Toro juntos?.
El vestuario ha sido, curiosamente, lo m¨¢s inspirador para la actriz. ?El vestido de prostituta de la era victoriana me ayud¨® a meterme en el papel. Adem¨¢s, se me ocurri¨® a?adirle algunos toques de Mae West. Y lo de esconder el arma en la pr¨®tesis es toda una ocurrencia. Por cierto, la pr¨®tesis era de verdad. Fue la condici¨®n que impuse a Gore: solo aceptar¨ªa el papel si la pata no era un truco generado por ordenador?.
Otro punto importante: Johnny Depp, actor fetiche y mejor amigo de su marido Tim Burton, repite con ella por sexta vez. Y cuando esto ocurre Helena jam¨¢s consigue eludir las preguntas sobre ¨¦l en sus entrevistas. El actor da vida al guerrero indio americano Toro, que lucha contra la codicia y la corrupci¨®n junto al legendario Llanero Solitario. ?Cada vez que act¨²o con Johnny s¨¦ que va a haber muchas risas ¨Cafirma¨C. Nunca sabes qu¨¦ va a aportar a cada papel. Me resulta muy f¨¢cil concentrarme con ¨¦l porque es tremendamente profesional: un minimalista pese a que siempre toma decisiones extremas?. Lo mejor es que, con Depp, Helena puede explotar su lado m¨¢s divertido: ?Cuando nos vemos enfundados por primera vez en los trajes de cada pel¨ªcula, siempre nos echamos a re¨ªr en plan: ¡®Pero, ?de qu¨¦ vas disfrazado?¡¯. Y yo siempre le digo: ¡®Vaya, has encontrado otro papel en el que ponerte eyeliner¡¯ [r¨ªe]?. De hecho, fue precisamente la buena relaci¨®n entre ambos lo que le ayud¨® a la actriz a sobrellevar su torpeza con el rifle, una pieza de anticuario de 200 a?os. ?Era la primera vez que disparaba. Y me sent¨ª poderosa. Pero como no tuve tiempo de aprender a usarlo, no hac¨ªa m¨¢s que darle a Johnny por error? [r¨ªe].?
La sombra de Tim Burton es alargada.?Si hay otro tema del que no consigue escabullirse es sobre su marido. Y es que Tim Burton genera muchas preguntas. ?Es un genio. Siempre tengo ganas de trabajar en sus pel¨ªculas?, comenta.
Helena es la antiestrella, iconoclasta, independiente y siempre tan en las ant¨ªpodas de ese glamour de Hollywood que su nombre suele figurar, a?o tras a?o, en las listas de las peor vestidas. Cosa que asegura que no le importa y que no quita que en su curr¨ªculum pesen dos nominaciones al Oscar. La primera, en 1998, por Las alas de la paloma. Y m¨¢s recientemente, en 2011, como actriz secundaria por?El discurso del rey.
Getty Images
Pero, con todo, para muchos compa?eros de profesi¨®n lo que m¨¢s intriga de ella sigue siendo su marido. ?Les interesa m¨¢s que yo. De hecho, en vez de invitarme a copas a m¨ª, me insisten en que les presente a Tim?. Lo cuenta entre risas, sin molestarse, a sabiendas de que son almas gemelas. ?Ambos llevamos a un ni?o dentro, somos muy juguetones. Nos entendemos de una manera muy intuitiva. Y, por supuesto, nunca se muestra celoso de que trabaje con otros directores?, bromea.
La actriz es consciente de que forman una peculiar pareja poco dada a compartir su vida privada con el p¨²blico. Algo que ha generado una pintoresca leyenda alrededor del matrimonio. ?Es cierto que vivimos en tres casas adyacentes, pero se han escrito un mont¨®n de sandeces al respecto. Como que existe un t¨²nel que une las tres viviendas. Y es completamente falso. Tenemos dormitorios separados porque yo hablo dormida y Tim ronca. Adem¨¢s, a ¨¦l le cuesta conciliar el sue?o y le gusta dejar el televisor encendido toda la noche. En cambio, yo necesito silencio absoluto para pegar ojo. Es as¨ª de sencillo?.
Lejos de irritarla, las f¨¢bulas de la prensa acerca de su vida familiar las toma como un manto protector. ?Intento mantener la actitud de ¡®nunca te quejes, nunca expliques, y procura hablar lo menos posible en p¨²blico¡¯. Cada vez que leo las historias rid¨ªculas que se publican sobre nosotros me reafirmo en lo poco que la gente nos conoce. ?Y me encanta!?.?
Una mujer real. ?Muchos se sorprender¨ªan al saber, por ejemplo, que me encanta cocinar. Cuando era m¨¢s joven estaba siempre a dieta, obsesionada con mi imagen y todo eso. Pasado el tiempo, te cansas de estar constantemente intentando encorsetarte en una cierta imagen. Ahora prefiero tener curvas. Me ha llevado tiempo contar con la suficiente confianza para entender que soy una mujer y no obsesionarme por lo que otros piensan acerca de mi apariencia. Ahora no me preocupo por ese cors¨¦ que impone que, por ser actriz, tienes que ser una sex-symbol?. Y eso, obviamente, deja pista libre a meterse en la cocina y disfrutar entre fogones.
?Tim tiene muchas cualidades, pero la cocina no es una de ellas. As¨ª que le dejo que prepare las bebidas. La cocina me relaja. Colecciono libros de recetas y me encanta lo de preparar un plato, reunir todos los ingredientes y tomarme mi tiempo para hacerlo. Guardo los recetarios en la mesilla de noche y, a menudo, intento encontrar sugerencias interesantes de los grandes chefs antes de irme a dormir?.
A sus 47 a?os, una edad cr¨ªtica para muchas actrices de su generaci¨®n, le siguen llegando papeles por los que suspiran muchas compa?eras de profesi¨®n. Y mientras a¨²n resuenan los aplausos de la cr¨ªtica por su interpretaci¨®n como miss Havisham en el remake de Grandes esperanzas, la actriz ya anuncia el pr¨®ximo estreno de Burton and Taylor, un telefilme para la BBC en el que saca su lado m¨¢s femenino para encarnar a la incombustible Elizabeth Taylor. Con su trayectoria cuesta creer que no es actriz de carrera. Nunca estudi¨® arte dram¨¢tico. Lo suyo es casi accidental.
Desciende de una distinguida familia brit¨¢nica cuyo tatarabuelo fue el primer ministro H. H. Asquith. Pero acab¨® interpretando las vidas de otros. Y, durante una etapa, eso la hizo sentir insegura. ?Con el tiempo he ganado autoconfianza. De joven cre¨ªa que no me merec¨ªa tener ese ¨¦xito. Estaba demasiado expuesta. Llegu¨¦ a paralizarme con mis propias dudas. Ahora sigo siendo bastante cr¨ªtica conmigo misma, pero me he relajado. No me tomo las cosas tan a pecho y mi vida es mucho m¨¢s rica. Actuar, en el fondo, es hacer como que eres otra persona. En nuestra sociedad hay mucho de interpretaci¨®n. Y yo hago eso, actuar. Me pagan mucho dinero por este trabajo, as¨ª que he de ser responsable y tom¨¢rmelo en serio. Pero, a la vez, me digo: ¡®?Dios, no se trata de ganar un Premio Nobel!¡¯?.
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