Ivanka Trump y Chelsea Clinton, una historia de enfados y reconciliaciones
Las hijas de Donald Trump y Bill Clinton han tenido una muy buena relaci¨®n en el pasado, se enfadaron el pasado mes de mayo y ahora se las ha vuelto a ver juntas. ?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo?
Hay amistades que est¨¢n hechas con pies de barro. Este es el caso de Ivanka Trump y Chelsea Clinton cuyas familias son antag¨®nicas a nivel pol¨ªtico, pero ellas fueron capaces de dejar sus discrepancias a un lado y mantener una buena relaci¨®n. Una amistad que habr¨ªa llegado a su punto y final la pasada primavera. Cuando se cre¨ªa que ya estaba todo perdido, se las volvi¨® a ver juntas, charlando amigablemente, en el reciente funeral por el expresidente George Bush padre. Quiz¨¢s una situaci¨®n tan luctuosa y la casualidad hicieron el trabajo necesario para que dejaran sus diferencias al margen. Lo que no ha trascendido, porque ninguna de las dos se ha pronunciado al respecto en las redes sociales, es cu¨¢l fue el resultado de ese encuentro. ?Se han reconciliado? Mientras la hija de Bill y Hillary Clinton lleva una vida de lo m¨¢s apacible, la de Donald Trump est¨¢ asediada por las pol¨¦micas y duras acusaciones, que podr¨ªan acarrearle incluso problemas con la justicia.
Para entender las ra¨ªces de su relaci¨®n se debe remontar a cuatro a?os atr¨¢s. Por entonces, se public¨® que ambas hab¨ªan salido a cenar en Manhattan acompa?adas por sus respectivos maridos, Jared Kushner y Marc Mezvinsky. No hubo constancia gr¨¢fica de esa buena sinton¨ªa hasta la entrega de los premios Mujer del a?o de la revista Glamour, tambi¨¦n en Nueva York, en noviembre de 2014. Lo pasaron tan bien y el encuentro fue tan fruct¨ªfero para ambas que la hija del presidente Trump colg¨® en sus redes una frase que hab¨ªa aprendido de su amiga: ¡°La vida no es lo que te pasa sino lo que haces con lo que te pasa¡± y a?adi¨® el hashtag #sabiaspalabras.
Al a?o siguiente, en febrero, Chelsea Clinton aprovechaba para devolverle el cumplido a su amiga en un reportaje publicado por Vogue: ¡°Siempre se ha preocupado por los que tiene alrededor y se ha asegurado de que todos disfruten el momento. Son unas atenciones que de alguna forma me recuerdan a las de mi padre y su capacidad de conseguir que la gente est¨¦ alegre en una reuni¨®n. Ivanka no es nada superficial. Pienso que alguien tan bonita como ella se podr¨ªa haber convertido en alguien as¨ª¡±.
Es f¨¢cil pensar que las conversaciones que tendr¨ªan no versar¨ªan sobre pol¨ªtica, pues habr¨ªan saltado chispas, pero tal vez se adentraran en terrenos menos pantanosos o cargados de minas, como sus respectivos trabajos, sus vidas de casadas o la maternidad. Chelsea tiene dos hijos, Charlotte y Aidan, de cuatro y dos a?os, e Ivanka Trump tres, Arabella, Joseph y Theodore, de siete, cinco y dos, respectivamente. Las tornas se torcieron cuando comenz¨® la batalla electoral en 2016 en la que se enfrentaron Donald Trump y Hillary Clinton. El multimillonario apostaba por meter en la c¨¢rcel a su rival por el esc¨¢ndalo de los emails que hab¨ªa mandado con su servidor privado cuando era Secretaria de Estado de Barak Obama, mientras que la mujer del expresidente Bill Clinton consideraba que los votantes de Trump eran deplorables y no escatimaba en descalificaciones.
Hab¨ªa mucho en juego y ahora todos sabemos cu¨¢l fue el resultado de los comicios, pero en aquellas circunstancias Hillary Clinton parec¨ªa destinada a convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos. Por eso, esa ret¨®rica exacerbada puede interpretarse como un da?o colateral de la batalla. Sin embargo, la derrota de la pol¨ªtica fue un duro golpe para la familia, que esperaba volver a la Casa Blanca y pasar a la historia. A partir de entonces, su ¨²nica hija, Chelsea se mostraba muy beligerante contra de las pol¨ªticas de la administraci¨®n Trump e incluso lleg¨® a enfrentarse a ¨¦l a trav¨¦s de Twitter. En este contexto de decepci¨®n, pero siempre con la actitud de no tirar la toalla, concedi¨® una reveladora entrevista al diario brit¨¢nico The Guardian, justo unos d¨ªas despu¨¦s de que se inaugurara la nueva embajada de Estados Unidos en Jerusal¨¦n, que acab¨® con la muerte de varias decenas de palestinos durante las protestas. Hasta la Ciudad Santa se desplazaba una radiante Ivanka Trump, en representaci¨®n de su padre, mostrando una aparente indiferencia a lo que estaba sucediendo fuera del recinto, lo que le vali¨® las duras cr¨ªticas de Chelsea Clinton.
¡°Es una adulta. Puede tomar sus propias decisiones. Tiene 36 a?os. Somos responsables de nuestras decisiones. En 2008 estaba muy orgullosa de apoyar a mi madre, pero no compart¨ªa con ella algunas cuestiones fundamentales. Especialmente su oposici¨®n al matrimonio igualitario para la comunidad LGTBQ. Nunca defend¨ª esa posici¨®n porque no cre¨ªa que fuera lo correcto¡±, manifestaba Chelsea, quien en ning¨²n caso quiso exonerar a la hija de Trump de su responsabilidad y a continuaci¨®n afin¨® a¨²n m¨¢s el tiro: ¡°Pienso que el presidente deber¨ªa a contratar a quien crea que est¨¦ mejor cualificado, pero considero que mucha gente con la que ha contado no estaba preparada para hacer su trabajo. No solo quiero una administraci¨®n que no sea venal, corrupta y centrada en hacer la vida m¨¢s dura a millones de americanos, tambi¨¦n quiero que sean competentes¡±.
La brecha entre ambas se har¨ªa a¨²n mayor si Ivanka decidiera seguir los pasos de su padre y se presentara como candidata al partido republicano para cumplir esa meta que no alcanz¨® Hillary Clinton de convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos. Chelsea no considera que ser mujer o no sea clave para determinar la idoneidad de alguien para el puesto: ¡°No apoy¨¦ a Sarah Palin en 2008 y espero que mi hijo sea tan feminista como mi hija. Creo que lo importante aqu¨ª es por lo que luchamos y c¨®mo lo hacemos no el g¨¦nero de la persona¡±, afirmaba en esa misma entrevista, en la que tambi¨¦n reconoc¨ªa que llevaba meses sin estar en contacto con su amiga.
El pasado mes de noviembre, Ivanka Trump se ve¨ªa envuelta en un esc¨¢ndalo por el uso de su correo electr¨®nico similar al que se vio involucrada Hillary Clinton y que pudo ser determinante para su derrota electoral. Como avanz¨¢bamos antes, el asunto se remonta a la ¨¦poca en la que era Secretaria de Estado en la Administraci¨®n Obama y utiliz¨® su servidor personal para enviar miles de e-mails relacionados con su trabajo. La explicaci¨®n que dio para justificarse es que prefer¨ªa tener un solo tel¨¦fono con una ¨²nica direcci¨®n de correo, para que le resultara m¨¢s f¨¢cil organizarse, pero no result¨® convincente y fue interpretado como una estrategia para gestionar ella misma la informaci¨®n que quer¨ªa mantener privada y al margen de cualquier tipo de control.
Ivanka Trump est¨¢ en el punto de mira por un caso similar. Seg¨²n ha desvelado The Washington Post, ha enviado centenares de emails con un dominio privado que comparte con su marido, muchos de ellos relacionados con la intendencia casera o con instrucciones para el personal que trabaja a su servicio. La Casa Blanca se ha escudado en que no estaba familiarizada con las reglas y que dej¨® de hacerlo una vez fue informada convenientemente y le fue asignada una cuenta oficial. Es m¨¢s, marcan distancias al afirmar que, a diferencia de Hillary, que borr¨® accidentalmente miles de emails, ella no habr¨ªa mandado correos electr¨®nicos con informaci¨®n clasificada (110 de los de Clinton s¨ª lo eran, seg¨²n determin¨® el FBI) y habr¨ªa aportado al Gobierno todos los relacionados con su trabajo en aras de la trasparencia.
Este no es el ¨²nico problema al que hace frente Ivanka Trump en estos d¨ªas. Los fastos por la toma de posesi¨®n de su padre como presidente de Estados Unidos est¨¢n en el punto de mira de la Fiscal¨ªa de Nueva York, que ha abierto una investigaci¨®n para determinar si pudo incurrir en financiaci¨®n ilegal. El comit¨¦ organizador recaud¨® m¨¢s de 100 millones de d¨®lares, lo que supon¨ªa todo un r¨¦cord, pero no se ha conseguido demostrar en qu¨¦ se gastaron al menos 40 de esos millones, seg¨²n diferentes informaciones period¨ªsticas. Y es aqu¨ª donde entra en juego Ivanka Trump, pues en aquel entonces era una ejecutiva senior de la Trump Organization, a la que el comit¨¦ organizador pag¨® el alquiler de salones y habitaciones del Trump International Hotel de Washington D. C. Una de las personas encargadas de la planificaci¨®n del evento comunic¨® por email a la propia Ivanka para su preocupaci¨®n por las tarifas que estaban cobrando y que podr¨ªan violar la ley tributaria. Como en ocasiones anteriores, ha sido Peter Mirijanian, una miembro del equipo legal de la hija de Trump, quien has salido en su defensa: ¡°Cuando alguien la contactaba con cuestiones relativas a la inauguraci¨®n, la se?ora Trump pasaba las peticiones a alg¨²n responsable del hotel y dec¨ªa que las discrepancias deb¨ªan resolverse siempre con tarifas que se ajustaran al precio de mercado. La se?ora Trump no estuvo vinculada en ninguna otra negociaci¨®n¡±.
El lujoso estilo de Ivanka Trump es tambi¨¦n puesto en cuesti¨®n de manera habitual e incluso hay medios que inciden en que sus constantes viajes privados repercuten en los impuestos del contribuyente, porque ha de correrse con los elevados gastos de su seguridad, pero tambi¨¦n se subraya la delgada l¨ªnea que separan el servicio p¨²blico y el beneficio personal. Por eso, ha llamado poderosamente la atenci¨®n que con sus negocios privados, su marido y ella hayan ganado el a?o pasado al menos 82 millones de d¨®lares.
Mientras tanto, Chelsea Clinton, que sigue trabajando en la Fundaci¨®n Clinton, no parece tener intenci¨®n alguna de dar el salto a la pol¨ªtica a corto plazo, pero no descarta hacerlo en un futuro. Recientemente ha sido incluida en la lista 100 Women que confecciona la BBC, para la que cada a?o seleccionan a mujeres inspiradoras que est¨¢n contribuyendo a construir un mundo mejor. Tambi¨¦n es noticia porque en abril publicar¨¢ un nuevo libro infantil, en este caso ilustrado, Don¡¯t Let Them Disappear?(No dejes que desaparezcan) con el que quiere llamar la atenci¨®n sobre doce especies animales en peligro de extinci¨®n.
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