Lo que escond¨ªa la broma del cuarto de las violaciones de Marilyn Manson
La artista Phoebe Bridgers denuncia que toda la industria musical era consciente de las pr¨¢cticas abusivas del artista y pone en evidencia las verg¨¹enzas y problem¨¢ticas sobre el dilema de separar al artista de su obra.
¡°Fui a la casa de Marilyn Manson con unos amigos cuando era adolescente. Me consideraba una gran fan suya. Se refiri¨® a una habitaci¨®n de su casa como la habitaci¨®n de las violaciones, pens¨¦ que solo ten¨ªa el horrible sentido del humor t¨ªpico de universitarios. Dej¨¦ de ser su fan. Estoy con todas las que lo sacaron a la luz¡±. Con estas palabras la cantante Phoebe Bridgers mostraba su apoyo en Twitter a las cinco mujeres que han acusado esta semana p¨²blicamente a Marylin Manson de abuso f¨ªsico y sexual.?
Una de ellas ha sido la actriz Evan Rachel Wood (su ¨²ltima serie hasta la fecha es?Westworld), que comenz¨® su relaci¨®n con Manson con solo 18 a?os, teniendo ¨¦l 36. ¡°Me lavaron el cerebro y me manipularon para que me dejara someter¡±, escrib¨ªa en su cuenta de Instagram desvelando al autor de las violaciones que relat¨® hace tres a?os en el Congreso de EEUU. Seg¨²n su relato, el artista la ataba de manos y pies, la golpeaba y la torturaba durante horas, mientras le repet¨ªa que pod¨ªa matarla all¨ª mismo. ¡°Estoy harta de vivir con miedo a represalias, calumnias o chantajes. Estoy aqu¨ª para exponer a este hombre peligroso y llamar la atenci¨®n sobre las muchas industrias que se lo han permitido, antes de que pueda arruinar m¨¢s vidas¡±.?
El tuit inculpatorio de Bridgers sobre la problem¨¢tica sobre las bromas sobre violaciones refuerza lo que ya denunci¨® Wood ante el Congreso estadounidense: que se ha tolerado y normalizado cierta ceguera ante esa estetizaci¨®n de violencia contra las mujeres, cobijada bajo el paraguas del discurso art¨ªstico del que Marylin Manson lleva a?os haciendo gala. Lo suyo era una supuesta transgresi¨®n, una provocaci¨®n elevada a producto art¨ªstico. Pero como la broma que hizo a Phobe Bridgers, durante a?os, Manson ha repetido en numerosas ocasiones su deseo de quemar cuerpos de mujeres y no ha ocultado ante nadie su obsesi¨®n est¨¦tica por el abuso sexual.?
El caso Manson a?ade grados de perversidad a la corriente que clama por separar la obra del autor: ¨¦l no s¨®lo no se molestaba en esconder esa violencia a ojos del p¨²blico, sino que se apoyo en ella para convertirla en un relato publicitario sobre su supuesto malditismo. La r¨²brica de su excentricidad genial. ?Cu¨¢ndo deja de ser la est¨¦tica nazi, de la que hac¨ªa gala, una licencia art¨ªstica para convertirse en una forma de apolog¨ªa? ?Cuando cantas ¡°eres tan bonita como una esv¨¢stica¡±? ?Cuando llenas tu casa de reliquias nazis? ?Cu¨¢ndo pintas acuarelas en las que aparece Hitler? ?Cuando te tatuas s¨ªmbolos de las SS e insultas a tu pareja por su herencia jud¨ªa??
Adem¨¢s de esa exaltaci¨®n del fascismo, Manson estetizaba y romantizaba? la violencia sexual. En los ¨²ltimos a?os, el individuo que tomaba su sobrenombre art¨ªstico del asesino Charles Manson, hab¨ªa confesado en p¨²blico que un d¨ªa llam¨® 158 veces a su expareja porque se sent¨ªa abandonado y ten¨ªa ganas de aplastar su esqueleto con un martillo, ha grabado varios v¨ªdeos en los se muestran violaciones expl¨ªcitas y mujeres atravesadas por objetos punzantes, y, en su autobiograf¨ªa, escribi¨® que hab¨ªa considerado seriamente el asesinato de una amante quem¨¢ndola en su propia casa, pero finalmente se asust¨®. Mientras tanto, la cr¨ªtica y su fandom defend¨ªan que?Manson simplemente era un tipo oscuro con ciertos problemas de abusos de drogas, una estrella del rock que va contra lo establecido, un hombre pol¨¦mico que no pide perd¨®n porque solo anhela ser libre.
Hace tres a?os, cuando exist¨ªan varias acusaciones y denuncias que ya apuntaban a su figura, la vida de Manson segu¨ªa siendo romantizada?en la prensa de nuestro pa¨ªs: ¡°Como un tr¨¢gico personaje de una novela de Bukowski, refugiado en la bebida y las sustancias peligrosas; buscando el amor entre actrices porno y ni?as prodigio. Tras su divorcio con Dita Von Teese, comenz¨® una t¨®rrida relaci¨®n con la actriz Evan Rachel Wood¡±.
En un texto publicado?en The Times al hilo de las acusaciones de las cinco supuestas v¨ªctimas del cantante, el periodista Will Hodgkinson describe a la perfecci¨®n un episodio que pone de manifiesto la aceptaci¨®n de las pr¨¢cticas y bromas violentas de Manson como parte de su figura medi¨¢tica. En 2009 Hodgkinson entrevist¨® al artista: se present¨® muy borracho con un vaso enorme de absenta en la mano invit¨¢ndole a beber, sin haber dormido esa noche y diciendo que pensaba que alguien le estaba apuntando con una pistola. En aquel encuentro, Manson sac¨® su tel¨¦fono para ense?arle la foto de una esv¨¢stica que esa misma noche le hab¨ªa dibujado afeit¨¢ndole el vello p¨²bico a una actriz porno Stoya, que por aquel entonces ten¨ªa la mitad de edad que ¨¦l. Mientras le ense?aba la imagen, le confes¨® que le hubiera gustado apu?alarla. ¡°Me tom¨¦ todo esto como una actuaci¨®n. Se supon¨ªa que las estrellas de rock g¨®tico sat¨¢nico dec¨ªan cosas as¨ª por aquel entonces. Era una especie de trato. De lo contrario, ?cu¨¢l era el sentido de este artista? Porque no creo que fuera su m¨²sica¡±, se pregunta el periodista, tratando de comprender por qu¨¦ ¨¦l mismo decidi¨® re¨ªrle las gracias y publicar un art¨ªculo en el medio para el que trabajaba contando aquel episodio sin recibir ning¨²n tipo de queja. ¡°Era el chico en el que los padres tem¨ªan que se metieran sus hijos, y los padres ten¨ªan raz¨®n. Era la pesadilla de Am¨¦rica¡±.
Seg¨²n reflexiona el periodista ¨Co casi se autoconvence¨C, debi¨® haber una transici¨®n desde el artista que solo bromeaba con violaciones hasta el Marilyn Manson que se atrevi¨® a hacerlo. ¡°?C¨®mo explicar todo el concepto de Marilyn Manson de 2009 en 2021?¡±, y finaliza el tema con m¨¢s interrogantes: ¡°Ahora, 12 a?os despu¨¦s, ?puede realmente sorprendernos que este satanista confeso resulte no haber sido terriblemente amable? Honestamente, no puedo entender del todo lo que ha ocurrido. Hoy se le acusa de ser tan malvado como siempre nos dijo que era. Y ahora ¨¦l tiene que negarlo, mientras se supone que los dem¨¢s debemos fingir que no sab¨ªamos que esto podr¨ªa ocurrir¡±.?
La confusi¨®n con la que escribe Hodgkinson, aunque comprensible, sigue resultando un tanto problem¨¢tica porque se niega a redimirse del todo ante la evidencia de que no hubo ning¨²n tipo de l¨ªnea que Manson cruzase: el artista bromeaba con tener una sala de violaciones. Ahora varias mujeres aseguran que ten¨ªa una de verdad. No podemos olvidar tampoco que esta no es la primera vez que se le se?ala como un hombre que tiene pr¨¢cticas violentas hacia las mujeres: en 1997 ¨C12 a?os antes de la entrevista a la que se refiere Hodgkinson¨C la actriz porno Jenna Jameson contaba que su relaci¨®n termin¨® con Manson al poco de empezar porque ¨¦l le dec¨ªa que fantaseaba con quemarla viva. Si las ¨²ltimas acusaciones han tenido mayor repercusi¨®n es ¨²nicamente por darse en la era del #MeToo, en un contexto social favorable que ha hecho que tanto la prensa como su discogr¨¢fica ¨CLoma Vista Recordings ha anunciado que no trabajar¨¢ m¨¢s con el artista¨C se hayan visto obligados a tomar medidas y mostrar incredulidad.?
Es justo esto lo que apuntaba en el segundo tuit Phoebe Bridgers despu¨¦s de contar la an¨¦cdota sucedida en casa del artista: ?Los directivos de la discogr¨¢fica lo sab¨ªan, la banda lo sab¨ªa. Tomar distancia ahora y fingir estar conmocionados y horrorizados es jodidamente pat¨¦tico¡±.?La broma infinita de Marilyn Manson.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.