¡®Swugs¡¯: las universitarias que pasan de los t¨ªos
Est¨¢n en su ¨²ltimo a?o y prefieren el ch¨¢ndal a los tacones. Las chicas de la Ivy League tiran de hermandad femenina y revolucionan la red al rebelarse contra el coqueteo y ¡®todo¡¯ lo que se espera de ellas.
?Esto es lo que nadie os est¨¢ diciendo: encuentra un marido en el campus antes de graduarte [¡] Para la mayor¨ªa de vosotras, la piedra angular de vuestro futuro y la felicidad estar¨¢n intr¨ªnsicamente unidas al hombre con el que os cas¨¦is, y nunca m¨¢s volver¨¦is a tener esta concentraci¨®n de hombres dignos para vosotras?.? El pasado 29 de marzo, Susan Patton, una ex alumna de Princeton y presidenta de su clase en 1977, firm¨® esta carta publicada en The Daily Princetonian (el peri¨®dico universitario), titulada Consejo para las j¨®venes de Princeton: las hijas que nunca tuve. Patton, que pas¨® a ser popularmente conocida como ¡®Princeton mom¡¯, b¨¢sicamente afirmaba que las novatas del campus deb¨ªan ponerse las pilas para buscar marido despesperadamente, porque al convertirse en seniors (estudiantes de ¨²ltimo a?o) no les quedar¨ªan oportunidades. ?Solo tendr¨¢s a los chicos de tu clase para elegir y, francamente, ellos tendr¨¢n cuatro cursos repletos de mujeres para hacer su propia elecci¨®n?, apunt¨® la angustiada Princeton mom. Una mujer que despu¨¦s dir¨ªa, en p¨²blico, que las feministas son unas ?abusonas? y que la treintea?eras ?repelen a los hombres? porque parecen ?desesperadas?.
Curiosamente, mientras los lectores de Princeton sufr¨ªan un viaje al pasado de lo m¨¢s bizarro con esta carta al director, el mismo d¨ªa, en el semanal del peri¨®dico de Yale apareci¨® en portada un reportaje (titulado #SWUGNATION) dedicado a una nueva generaci¨®n de universitarias: las SWUG¡¯s. Lo firmaba Raisa Bruner, una senior del centro que trataba de poner orden a un t¨¦rmino que se hab¨ªa esparcido por el campus como un virus en las ¨²ltimas semanas, tras dos art¨ªculos anteriores en los que dos compa?eras hab¨ªan descrito su vida como swug en Yale. ?Y qu¨¦ es una swug? Si atendemos a las siglas del acr¨®nimo, estar¨ªamos hablando de una Senior Washed Up Girl, algo as¨ª como una chica veterana que, en un principio, pondr¨ªa el grito en el cielo ante la carta de Susan Patton. Un t¨¦rmino que, al parecer, se inici¨® en Cornell y lleg¨® a Yale en 2010.
Una ¡®swug¡¯ es una joven de 21 a?os que huye de cualquier atisbo de compromiso con sus compa?eros de universidad, que disfruta del sexo espor¨¢dico y que, sobre todo, disfruta de la compa?¨ªa de sus amigas. Una joven a la que no le importa ?ponerse el ch¨¢ndal para ir a la biblioteca?, que tampoco se preocupar¨¢ de arreglarse para asistir a las fiestas de las fraternidades y que disfruta pasando el fin de semana con sus compa?eras bebiendo (s¨ª, el consumo de alcohol es b¨¢sico) en sus habitaciones. Es la hermandad femenina universitaria del ¨²ltimo a?o.
La portada de la revista de Yale, dedicada al nuevo fen¨®meno femenino en el campus universitario.
Yale Daily News
As¨ª se entend¨ªa hasta ahora, hasta que una serie de art¨ªculos universitarios ha puesto en duda la simbolog¨ªa de este t¨¦rmino. Chlo¨¦ Drimal, la primera joven en describir su vida como ¡®swug¡¯ en las p¨¢ginas del peri¨®dico de Yale, defendi¨® que ?es la chica que se prometi¨® que nunca intentar¨ªa ligar con un chico m¨¢s joven, pero que se encuentra a s¨ª misma enviando mensajes a uno de segundo curso, que inevitablemente le rechazar¨¢. Ella cree que es divertido. Ella piensa en comprarse un vibrador, quiz¨¢ deber¨ªa tener uno. Ser¨ªa mejor que hacerlo con el de segundo curso?. Otra senior, Michelle Taylor, lo describi¨® como ?un estado de ¨¢nimo [¡] Es la respuesta dion¨ªsica a la brevedad cruel de nuestros brillantes a?os universitarios?.
Poco despu¨¦s llegar¨ªa el art¨ªculo definitivo (#SWUGNATION) y que llamar¨ªa la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Raisa Bruner (una estudiante que ya hab¨ªa actuado como fuente en el pol¨¦mico art¨ªculo de Hanna Rosin en The Atlantic sobre la cultura del ligoteo universitario), intent¨® poner orden a todo el caos entorno a las Swugs y escribi¨® un extenso en el texto en el que redujo todo el movimiento a ser un tipo de chica que se ve ?resignada a volver a casa tras una fiesta, un poco insatisfecha y muy sola, ¨Cexcepto por la compa?ia de sus comprensivas compa?eras de cuarto¨C?. Si bien Bruner asegur¨® que las Swugs deb¨ªan ser las f¨¦minas de Yale ?con la actitud de que nada les importa un carajo? y que deb¨ªan representar ?el ideal joven de la feminista moderna?, asegur¨® que la ?vida Swug? es ?la vida repleta de alcohol en los ¨²ltimos d¨ªas de gloria universitarios, en un mundo de mujeres que pasan de los t¨ªos porque ellos m¨¢s que satisfacerlas, las frustran?.
?Ser¨¢ esta una reuni¨®n ¡®swug¡¯ vintage?
Getty
?Por qu¨¦ las chicas de 21 a?os de los campus de la Ivy League se sienten mayores y usadas? ?Por qu¨¦ han llevado a un t¨¦rmino que comenz¨® como un s¨ªmbolo de la hermandad femenina a un t¨¦rmino que las sit¨²a como mujeres objeto obsesionadas por la concepci¨®n que tienen de ellas los hombres? La periodista Laura Anderson, que escribi¨® sobre el fen¨®meno en la web Feminspire, lamenta a S Moda la evoluci¨®n del affaire swug. ?Al principio, ¡®swug¡¯ se usaba en sentido c¨®mico, era una declaraci¨®n de intenciones que ven¨ªa a decir ¡®estamos c¨®modas con nosotras mismas¡¯. Esto era positivo. Sin embargo, ha evolucionado hacia un lado negativo para referirse a las mujeres j¨®venes que parece que ya no se sienten atractivas?.
Anderson considera que el art¨ªculo de la revista de Yale ha supuesto un ?gran paso atr¨¢s? porque era un texto escrito por ?una autodenominada Swug que lo hac¨ªa de modo despectivo, como si no fuesen lo suficientemente buenas comparadas con las novatas; en lugar de verlo de un modo m¨¢s divertido, que proclama no preocuparse por las mismas superficialidades que las de primer curso?.
Tal y como apuntaban desde The Cut, seguramente estas j¨®venes dejar¨¢n de sentirse ¡®gastadas¡¯ este verano, ?cuando sean las reci¨¦n llegadas de ojos brillantes en Nueva York o Los ?ngeles, cuando sean las chicas de 22 a?os que bailen en clubs, que seguir¨¢n bebiendo mucho y flirteando con chicos. Pasar¨¢n de envidiar a las novatas a ser la envidia de mujeres mayores. Sus d¨ªas en Sigma Nu ser¨¢n muy lejanos?. Ser¨¢ entonces cuando, como las veintea?eras (y treinta?eras) de todo el planeta, recurran a la procastinaci¨®n para verse identificadas en sitios como ¨¦ste o ¨¦ste. Juventud, divino tesoro (de GIFs).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.