?Todo se ha acelerado. Vivimos inmersos en el capitalismo digital?: Andrew Bolton explica la nueva exposici¨®n del MET, que por fin abre sus puertas
Pocos d¨ªas antes del confinamiento, el comisario present¨® su exposici¨®n anual en Par¨ªs, una reflexi¨®n sobre el concepto de tiempo en la moda prevista para el pasado mayo y que acaba de inaugurarse.
Para Andrew Bolton la moda es una cosa muy seria, y su trabajo es demostrarlo. ¡°Mi misi¨®n es seducir visualmente y retar intelectualmente¡±, cuenta el que es, desde 2015, el comisario jefe del Costume Institute del museo Metropolitano de Nueva York, o lo que es lo mismo; el encargado de pensar, organizar y dar forma a las exposiciones sobre moda m¨¢s famosas del mundo. ¡°En una industria que se alimenta de lo fr¨ªvolo y lo vol¨¢til, pocas figuras son tan respetadas intelectualmente como ¨¦l. Y eso que Bolton lleg¨® hasta aqu¨ª casi por casualidad: antr¨®pologo de formaci¨®n, trabajaba como investigador en el museo Victoria and Albert cuando conoci¨® a Harold Koda, su antecesor en el cargo, en una cena en 2002. Hablaron de moda y a los pocos meses, Bolton estaba volando a Nueva York para sumarse al equipo del MET, sin apenas formaci¨®n en el comisariado de este tipo de exposiciones. ¡°Lo mejor que he hecho en estos veinte a?os en el puesto ha sido llamar a Andrew como ayudante¡±, confesar¨ªa Koda en 2015, cuando anunci¨® su retirada.
La intuici¨®n de Bolton fue clave en la recuperaci¨®n del prestigio del Costume Institute. Despu¨¦s de que su creadora, la m¨ªtica Diana Vreeland, muriera en 1989, la moda en el MET hab¨ªa perdido bastante atractivo. Tambi¨¦n hab¨ªa deca¨ªdo su m¨ªtica gala anual, hasta entonces s¨ªmbolo de la excentricidad y el refinado hedonismo de las clases altas neoyorquinas. Todo eso cambi¨® gracias a Bolton. Otra vez por casualidad. ¡°El d¨ªa despu¨¦s del suicidio de Alexander McQueen me acerqu¨¦ a mi jefe y le rogu¨¦ que hici¨¦ramos algo con su legado, aunque ni siquiera sab¨ªa d¨®nde y c¨®mo estaban sus archivos. Necesitaba que el p¨²blico sintiera lo que algunos privilegiados sent¨ªamos en sus desfiles¡±, explica el comisario. As¨ª, en 2011 vio la luz ¡®Savage Beauty¡¯, la exposici¨®n de moda m¨¢s visitada de la historia (662.000 en tres meses) y la que le devolvi¨® al Constume Institute su prestigio. Y su glamour. Porque su gala inaugural volvi¨®, por fin, a reunir a la primera divisi¨®n del star system, que subi¨® las escalinatas del museo ataviada con los trajes m¨¢s transgresores del homenajeado.
De aquello han pasado nueve a?os, en los que Bolton ha realizado otras muestras mon¨®graficas (Comme des Gar?ons), analizado la influencia de la religi¨®n en el dise?o contempor¨¢neo o explorado a trav¨¦s del vestido el alcance de lo camp, un concepto tan escurridizo como relevante para entender las manifestaciones culturales recientes. Esta vez, sin embargo, ha querido ir mucho m¨¢s lejos:
?Ceder tus creaciones a Bolton es convertir esos vestidos en artefactos culturales, en objetos de estudio hist¨®rico. Creo que es el honor m¨¢s grande para un dise?ador¡±, comentaba Nicolas Ghesqui¨¨re, director creativo de Louis Vuitton, el pasado febrero durante la presentaci¨®n en Par¨ªs de la pr¨®xima muestra del MET. Poco despu¨¦s el mundo entraba en confinamiento, y tanto la muestra como su gala inaugural tuvieron que ser suspendidas. Ahora, por fin, ¡®About Time¡¯, la exposici¨®n que demuestra que en moda la historia siempre se repite, acaba de abrir sus puertas.? ¡°En realidad, la idea de las exposiciones nace siempre de preguntas actuales, de cosas que est¨¢n pasando en la sociedad o en la industria. Estos ¨²ltimos meses hemos debatido mucho en mi entorno sobre la cuesti¨®n del tiempo. Todo se ha acelerado: la producci¨®n, la distribuci¨®n, el consumo¡vivimos inmersos en el capitalismo digital, para bien y para mal. Las empresas se enriquecen pero los dise?adores viven obsesionados con la productividad continua, as¨ª que decidimos que el concepto de temporalidad, unido a la moda, ser¨ªa un buen tema de reflexi¨®n?, explicaba Bolton a un reducido grupo de periodistas en el parisino museo d¡¯Orsay , cuando casi nadie era a¨²n consciente de que dicha aceleraci¨®n se frenar¨ªa de repente. Por eso, ahora que el planeta se ha pausado unos meses,? la reflexi¨®n sobre el capitalismo digital y la velocidad de consumo es m¨¢s pertinente que nunca.
¡°La moda nos ense?a que el tiempo es mucho m¨¢s que la sucesi¨®n de segundos en un reloj¡±, opina. Bolton demuestra esta tesis con una muestra dividida en dos partes. La primera es una sucesi¨®n lineal de vestidos que van de 1870 a nuestros d¨ªas (la elecci¨®n de la fecha de inicio no es casual. El museo neoyorquino se cre¨® en ese a?o); la segunda, hace dialogar a prendas de hace un siglo con piezas contempor¨¢neas para probar que nos vestimos, y nos vestiremos, de modo circular, con un pie en el pasado, otro en el presente y la mirada puesta en el futuro. ¡°La parte inicial est¨¢ inspirada en Baudelaire, que en su obra ¡®El pintor de la vida moderna¡¯ defin¨ªa el concepto de modernidad como un presente ef¨ªmero, una especie de actualidad del instante, que pod¨ªa leerse en la forma de vestir del momento. A partir de ah¨ª, hemos seleccionado prendas en las que se puede leer la evoluci¨®n de la silueta femenina, el devenir de los cambios sociales, etc¡±. La segunda parte, m¨¢s interesante, se basa en las tesis del fil¨®sofo Henry Bergson, para el que el tiempo no era m¨¢s que un modo de concebir el mundo y la memoria del pasado jugaba un papel fundamental en la percepci¨®n del presente. ¡°?l lo llamaba duraci¨®n¡±, apunta Bolton, ¡°y aunque parezca una idea enrevesada, visualmente no lo es tanto: la moda mira al pasado para dise?ar el futuro. El hecho de que recuperemos ¨¦pocas, estilos o detalles concretos no es casual. Tiene que ver con el momento en que vivimos¡±. Por eso genios como Galliano y McQueen, presentes en la exposici¨®n, se obsesionaron con las modas de finales del XIX: su ¨¦poca de m¨¢ximo esplendor se dio tambi¨¦n en el cambio de siglo (hacia el XXI) y tradujeron su incertidumbre ante el futuro reproduciendo preocupaciones, y prendas, parecidas. Por eso, tambi¨¦n, no es casual que las colecciones de la pasada primavera estuvieran llenas de faldas ampulosas similares a los antiguos miri?aques. O que los trajes de chaqueta femeninos hayan cambiado tan poco desde que Coco Chanel los popularizara en 1930 porque, como explica Bolton: ¡°son una conquista m¨¢s social que est¨¦tica. Y a¨²n hoy simbolizan una cuesti¨®n no resuelta; la de la independencia femenina¡±.
La tercera autora en discordia es Virginia Woolf, que ejerce como hilo conductor entre las dos secciones. ¡°La chispa que me hizo vislumbrar el montaje de la exposici¨®n surgi¨® mientras ve¨ªa la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Orlando. Hay un momento de la pel¨ªcula en la que Tilda Swinton entra en un laberinto y su vestido va evolucionado por distintas ¨¦pocas¡±, cuenta, ¡°Es esa idea del salto en el tiempo sin fisuras, como un continuo, la que creo que mejor representa lo que significa la moda. Por eso he elegido citas referidas al tiempo de distintas obras de Woolf para repartirlas por la exposici¨®n¡±.
En total, ser¨¢n m¨¢s de ciento cincuenta piezas elegidas personalmente por Bolton y que pertenecen a los archivos del MET. ¡°En este caso, la mayor¨ªa de las prendas ya estaban en los almacenes del museo. Otras son donaciones de marcas, no pr¨¦stamos¡±, explica. Dise?os de Dior, Chanel, Gucci o Moschino, pasados y actuales, con especial hincapi¨¦ en el trabajo reciente de Louis Vuitton, patrocinador de la muestra. ¡°Ceder tus creaciones a Bolton es convertir esos vestidos en artefactos culturales, en objetos de estudio hist¨®rico. Creo que es el honor m¨¢s grande para un dise?ador¡±, comentaba Nicolas Ghesqui¨¨re, director creativo de la marca francesa, durante la presentaci¨®n de la exposici¨®n. No es casual que, dos d¨ªas despu¨¦s de aquello, Louis Vuitton realizara un desfile inspirado en el paso del tiempo. Al fin y al cabo, pocos eventos en la industria tienen m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica que la exposici¨®n anual del MET y su gala de inauguraci¨®n. ¡°Lo m¨¢s importante para nosotros es que acuda p¨²blico experto pero sobre todo gente que no tenga relaci¨®n con la moda¡±, dice el comisario. Por eso, para los creadores y las firmas explicadas, el ¨¦xito es doble: su trabajo gana peso cultural y su nombre multiplica la visibilidad. Todos ganan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.