Una capa antihumedad, otra para el fr¨ªo y una ¨²ltima transpirable: el m¨¦todo de las capas de los monta?eros para no pasar fr¨ªo
Este sistema para abrigarse naci¨® a mediados de los a?os 80 del siglo XX y se impuso r¨¢pidamente como una tendencia tan l¨®gica como eficaz.
La pasada primavera, el alpinista alem¨¢n David Goettler escal¨® el Everest sin usar ox¨ªgeno artificial. Su reto no era solo asumir una fatiga extrema derivada de la hipoxia, sino no sufrir congelaciones en sus extremidades. Aquellos que usan ox¨ªgeno embotellado no solo se fatigan menos sino que se protegen del fr¨ªo puesto que la altitud real que resienten ronda los 5.800 metros cuando su dispensador funciona a pleno rendimiento. Goettler portaba seis capas de ropa cuando alcanz¨® los 8.848 metros de la cima. Pero apenas portaba dos capas cuando arranc¨® desde el campo base, a 5.300 metros. En nuestra geograf¨ªa, basta con conocer el sistema de las tres capas para ir perfectamente equipado y disfrutar de un gran d¨ªa de monta?a invernal. Dicho sistema naci¨® a mediados de los a?os 80 del siglo XX y se impuso r¨¢pidamente como una tendencia tan l¨®gica como eficaz porque las primeras capas de fibra sint¨¦tica ya exist¨ªan, los forros polares acababan de llegar al mercado e irrumpieron las primeras chaquetas con membrana impermeable y transpirable, aunque en esos a?os costase mucho encontrarlas en nuestro pa¨ªs. Cada capa observa una misi¨®n y es su combinaci¨®n la que ofrece un resultado ¨®ptimo.
La primera capa, la que est¨¢ en contacto con la piel, expulsa el sudor manteniendo el cuerpo seco e impidiendo que al detenernos nuestro organismo se enfr¨ªe. Todos esto es posible si los materiales que confeccionan dicha primera capa ofrecen una gran capacidad de secado. En las ant¨ªpodas de ¨¦ste supuesto quedar¨ªan las prendas de algod¨®n que se empapan sin remedio y exigen mucho tiempo para su secado. La primera capa evacua la humedad del sudor hacia la segunda capa, que debe ofrecer dos servicios: dar calor y evacuar hacia el exterior la humedad procedente de la primera capa. La tercera capa cerrar¨ªa el c¨ªrculo al impedir que el viento, la lluvia o la nieve penetrasen afectando a las dos primeras capas: aqu¨ª las estrellas son las chaquetas con membranas impermeables, cortavientos y transpirables¡ hasta hace bien poco todos los aficionados a la monta?a llamaban a estas chaquetas el ¡®Gore-Tex¡¯, apelando antes al nombre de la membrana que a la marca de los fabricantes que las comercializan. Pero hoy en d¨ªa las principales marcas de ropa de monta?a disponen de sus propias membranas de tercera capa y el ¡®Gore-Tex¡¯ pelea por dejar atr¨¢s un estudio que se?al¨® su alto contenido en P¨¦cs sumamente contaminantes. Con todo, las membranas de tercera capa constituyen uno de los grandes inventos hist¨®ricos del equipamiento de monta?a: uno no deber¨ªa salir jam¨¢s a la monta?a sin una tercera capa de ¨¦ste tipo puesto que ofrece una protecci¨®n inigualable contra las inclemencias meteorol¨®gicas.
?C¨®mo usar el sistema de las tres capas?
Toda salida de monta?a deber¨ªa basarse en un estudio previo del terreno por el que se circular¨¢, de la previsi¨®n del tiempo, de la altitud que se alcanzar¨¢ y de la cota en la que se sit¨²a la isoterma 0 grados. Con estos elementos en la mano, se podr¨¢ decidir con sencillez qu¨¦ ropa debe meterse en la mochila. El sistema de las tres capas permite adaptarse a las condiciones atmosf¨¦ricas y a las exigencias de la actividad escogida: poco tiene que ver una salida de media monta?a a ritmo bajo con una salida de esqu¨ª de monta?a a cara de perro. Si comparamos ambos casos, sus protagonistas dispondr¨¢n de las tres capas pero ¨¦stas pueden observar materiales y densidades muy diferentes. Por ejemplo, si no llueve, ni nieva, ni hace viento, la tercera capa quedar¨¢ en el fondo de la mochila puesto que no necesitaremos que nos proteja de los elementos y permitiremos que la segunda capa evacue de forma m¨¢s eficaz nuestro sudor. Un error frecuente consiste en mantener puesta la tercera capa: si bien su capacidad para repeler agua y viento es proverbial, su transpirabilidad deja mucho que desear salvo que escojamos un modelo de chaqueta que priorice ¨¦sta caracter¨ªstica¡ y a¨²n as¨ª corremos el riesgo de asarnos dentro de nuestro sistema de capas cuando las llevamos todas puestas.
La primera y la tercera capa apenas han variado desde sus or¨ªgenes si se comparan con la segunda, que vive una constante evoluci¨®n desde que el fabricante de tejido t¨¦cnico Polartec invent¨® hace 40 a?os el llamado ¡®forro polar¡¯. Hoy en d¨ªa existen incluso segundas capas que tratan de ocupar una parte del espacio destinado a la tercera capa. La oferta de mercado es tan amplia que resulta sencillo perderse. ?C¨®mo escogemos, entonces, la ropa que llevaremos a la monta?a en invierno?
La primera capa
Combinaciones de lana y poliamida, o de de poli¨¦ster y elasthane, o de poliamida, y polipropileno¡ las combinaciones de fibras sint¨¦ticas son numerosas para lograr prendas de primera capa de mayor o menor grosor, m¨¢s o menos calientes, con m¨¢s capacidad de secado¡ para no perderse, lo ideal es preguntarse qu¨¦ tipo de actividad voy a realizar: ?Paseos breves, grandes salidas alpinas, esqu¨ª de monta?a, escalada en hielo? Son actividades de monta?a pero con exigencias diferentes. La lana merino se ha impuesto ¨²ltimamente en los escaparates porque resultan sumamente agradables al contacto con el cuerpo y no desprenden un fuerte olor cuando se han usado habitualmente. Manga larga obligatoria para el invierno y cabe fijarse tambi¨¦n en la longitud: que la camiseta no escape del pantal¨®n es tener la zona lumbar siempre protegida.
La segunda capa
Podemos entrar en bucle si buscamos una segunda capa que sirva para todo. Incluso en invierno, merece la pena disponer de dos forros polares de diferente gramaje y confecci¨®n para usarlos en funci¨®n de la actividad y de las condiciones atmosf¨¦ricas. Los hay con o sin capucha, m¨¢s o menos transpirables, ligeramente cortavientos¡ los hay que combinan diferentes tejidos para proteger o aliviar pecho o espalda¡ la oferta es ilimitada pero cuanto m¨¢s intenso sea el ejercicio que realizaremos en monta?a, m¨¢s capacidad de evacuar la humedad procedente de la primera capa requerir¨¢ la prenda. Y si nuestras actividades son conservadoras, escogeremos un forro cuya funci¨®n principal sea conservar el calor corporal. Los forros polares cl¨¢sicos se fabrican en diferentes gramajes y conviven con otros de corte el¨¢stico, que los hacen c¨®modos y se adaptan como un guante al cuerpo.
La tercera capa
Deber¨ªa ir siempre en nuestra mochila puesto que la protecci¨®n que ofrece puede ser casi considerada como un elemento de seguridad. Si nuestra idea de acudir a la monta?a pasa por hacerlo haga el tiempo que haga, diluvie, nieve o azote el viento, buscaremos la chaqueta que ofrezca la mejor relaci¨®n entre impermeabilidad y transpirabilidad. Es decir una prenda con alt¨ªsima capacidad de aislamiento y un buen funcionamiento para evacuar la sudoraci¨®n. A partir de aqu¨ª, si no nos negamos a salir en monta?a con mal tiempo, puede bastarnos con una tercera capa que nos proteja del viento aunque su columna de agua sea discreta. Ahorraremos dinero y cumplir¨¢ perfectamente su cometido. Esto sirve tambi¨¦n para los esquiadores de monta?a que solo precisan la tercera capa para encarar los descensos. Igual que ocurre con las prendas de segunda capa, la variedad de chaquetas de tercera capa es enorme y solo hay que entender, al adquirirlas, qu¨¦ prestaciones ofrecen realmente.
La cuarta capa est¨¢ de moda
Cuando el fr¨ªo arrecia de verdad, una cuarta capa resulta bienvenida, especialmente si vamos a estar tiempo parados durante nuestras salidas. ?sta se ubicar¨ªa entre la segunda y la tercera capa, pudiendo llegar a desplazar en ocasiones a ¨¦sta ¨²ltima. La cuarta capa aporta un extra de calor: son chaquetas sint¨¦ticas o de pluma, incluso revestidas con un tejido ligeramente cortavientos e impermeable. Tanto si presentan un tejido sint¨¦tico como si est¨¢n forradas de pluma, el mercado ofrece diferentes gramajes: desde el plum¨ªfero grueso a la prenda ultraligera que se guarda en una funda que cabe en la palma de la mano. Calor que no pesa. Su est¨¦tica ha conquistado tambi¨¦n la calle. A la hora de escoger entre lo sint¨¦tico y la pluma es preciso saber una cosa: una vez mojada, la pluma no ofrece calor, mientras el tejido sint¨¦tico conserva de forma m¨¢s eficaz su poder calor¨ªfico.
El tren inferior
Si en el tren superior podemos llevar hasta cuatro capas, raro es superar las dos capas en el tren inferior. La combinaci¨®n m¨¢s habitual para fr¨ªo severo es una malla fina sint¨¦tica cubierta por un pantal¨®n que observa un tejido cortavientos y con cierta columna de agua. Pero el mercado ofrece un sinf¨ªn de posibilidades que juegan con el gramaje para adaptarse a los requisitos de la actividad. Para condiciones extremas, un pantal¨®n impermeable y cortavientos a imagen de la tercera capa explicada anteriormente constituir¨¢ la mejor opci¨®n para mantenerse a salvo de las inclemencias.
Chaquetas de grafeno, o el calor que no pesa
Ni es una chaqueta de plum¨®n ni se trata solo de una chaqueta sint¨¦tica: la firma sueca Hagl?fs dispone en su colecci¨®n de un relleno reforzado con grafeno bautizado como Mimic Platinum que ofrece una ligereza sorprendente, una enorme capacidad de compresi¨®n y propiedades aislantes incluso mojado. Lo llaman el ¡¯super material¡¯. En 2020, la marca sueca integr¨® grafeno a su tecnolog¨ªa Mimic. ?Cu¨¢l es el milagro del grafeno? Se trata de un material que conduce el calor de forma m¨¢s r¨¢pida, manteni¨¦ndolo m¨¢s tiempo y esto empleando un volumen menor por obra de sus propiedades y de la tecnolog¨ªa empleada.. Llama la atenci¨®n la enorme ligereza de la prenda de Hagl?fs (380 gramos en talla L), algo en apariencia incompatible con la idea que tenemos de una prenda c¨¢lida, pero al ser una prenda t¨¦cnica, ideada para moverse de forma generosa por la monta?a, comprobaremos que su gramaje es suficiente salvo que necesitemos estar parados a la intemperie durante horas.. Sorprende agradablemente su transpirabilidad (esto, obviamente, hasta cierto punto puesto que no es una prenda pensada para actividades aer¨®bicas de alta intensidad) y se agradece su tratamiento repelenet al agua libre de fluorocarbonos.
Conviene recordar que ¨¦ste tipo de prendas ha de llevarse ajustadas para optimizar su rendimiento.
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