?Y por qu¨¦ un hombre no puede ir en pantal¨®n corto a trabajar en 2019?
A pesar de que muchas empresas hayan admitido un c¨®digo de vestimenta mucho menos estricto que anta?o, los pantalones cortos siguen siendo el gran tab¨² masculino.
Antes de entrar de lleno en el asunto, tiremos un poco de hemeroteca: en 2015, un educador del centro penitenciario de Ja¨¦n, fue sancionado a un mes sin empleo y sueldo. ?Su delito? Una buena ma?ana de verano decidi¨® ir a trabajar en pantal¨®n corto. El caso trajo cola puesto que los educadores de centros penitenciarios est¨¢n exentos de uniformidad y, dado que su trabajo consiste en fomentar una buena relaci¨®n con los reclusos, es habitual que pasen varias horas de su jornada en los patios de la penitenciaria. En Ja¨¦n. En verano. El expediente disciplinario se cerr¨® con la sanci¨®n que tanto el trabajador como los sindicatos consideraron demasiado dura, sobre todo trat¨¢ndose de un empleado con un curr¨ªculum excepcional. De nuevo se abri¨® el debate sobre por qu¨¦ un hombre no puede ir en pantal¨®n corto a trabajar.
Este verano el mismo debate ha vuelto con sus buenas dosis de picaresca espa?ola: un taxista de Vigo decidi¨® acudir a trabajar en falda como respuesta a la normativa que prohibe ir a trabajar en pantal¨®n corto. Este h¨¦roe gallego de las altas temperaturas encontr¨® la trampa dentro de la ley: la nueva normativa para los trabajadores del servicio p¨²blico prohib¨ªa la ropa deportiva, las camisetas de tirantes, los pantalones cortos o el uso de chanclas. Pero no mencionaba por ning¨²n lado las faldas.
Sobre el uso obligatorio de las faldas para las mujeres en determinados puestos de trabajo tuvo que pronunciarse en 2011 el mism¨ªsimo Tribunal Supremo para resolver el caso en que las ATS y auxiliares de enfermer¨ªa de planta y consultas externes se enfrentaron a la imposici¨®n de llevar falda, delantal, cofia y medias, en lugar de poder optar por el c¨®modo pijama sanitario de dos piezas que llevan los trabajadores masculinos. El Supremo determin¨® que la medida carec¨ªa de justificaci¨®n objetiva y resultaba contraria al principio de no discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo. Las trabajadoras, si quer¨ªan, pod¨ªan ponerse pantal¨®n para realizar su trabajo.
Quiz¨¢s el taxista de Vigo es quien mejor ha dado con el quid de la cuesti¨®n: si las mujeres pueden llevar vestidos y faldas cortas al trabajo durante los meses m¨¢s calurosos, ?por qu¨¦ los hombres no pueden llevar unas bermudas?
Los tiempos est¨¢n cambiando¡ y las compa?¨ªas ya no son lo que eran
Dejando a un lado los trabajos que requieren el uso de un uniforme espec¨ªfico, cada vez son m¨¢s las compa?¨ªas que apuestan por un protocolo de vestimenta mucho m¨¢s relajado que anta?o. No es que el traje haya pasado de moda, sino que como bien se explica en un reportaje sobre la historia de prenda en The Economist, el traje se ha convertido en ?el uniforme oficial del capitalismo? y muchos hombres que han triunfado en campos distintos al de las finanzas, la abogac¨ªa o la consultor¨ªa, han querido alejarse de la imagen trasnochada de ejecutivo de Wall Street. Los ejemplos m¨¢s destacables de este cambio de look nos llegan desde Silicon Valley, con Steve Jobs o Mark Zuckerberg a la cabeza, cuyo estilo desenfadado marc¨® un antes y un despu¨¦s en cuanto a la imagen del emprendedor y ha sido copiado tanto por seguidores como por aspirantes al triunfo en el sector tecnol¨®gico. Llevar traje ya no es el ¨²nico sin¨®nimo de poder ni tampoco de dinero y, por eso, muchas empresas no solo hacen la vista gorda, sino que implementan medidas como el casual friday o eliminan por completo viejas normas de vestimenta¡ excepto cuando llega el verano.
El pantal¨®n corto en el hombre sigue provocando reacciones acaloradas: algunos firmes detractores de la prenda piensan que es la ¨²nica regla de vestimenta que jam¨¢s se deber¨ªa romper, alegando que unos pantalones cortos te pondr¨ªan en desventaja profesional frente a tus compa?eros. Todo se resume en una cuesti¨®n de percepciones: en el mundo en el que vivimos, la gente no se toma a un hombre en pantal¨®n corto como a alguien serio. En un art¨ªculo titulado ¡®?Son los pantalones cortos lo peor? Discutamos¡¯, la edici¨®n estadounidense de la revista Vogue parec¨ªa seguir esta misma l¨ªnea de pensamiento y llegar al fondo del asunto: ?el problema es que son infantilizantes, me siento como un ni?o de tres a?os gigante?. Sin embargo, la infantilizaci¨®n de esta prenda recuerda al dilema del huevo o la gallina: si los pantalones cortos resultan ?infantilizantes? para el hombre adulto, es quiz¨¢s porque solo los ni?os suelen llevarlos, luego si m¨¢s hombres adultos comenzasen a lucir pantalones cortes, la prenda dejar¨ªa de parecer de ni?os.
Los defensores del pantal¨®n corto utilizan razonamientos cada vez m¨¢s rebuscados: ya no les basta con decir que hace mucho calor. En un art¨ªculo de la revista TIME, el periodista Nate Hopper defend¨ªa el uso del pantal¨®n corto en oficinas para salvar al mundo del calentamiento global. La culpa de todo, seg¨²n su teor¨ªa, la tiene el aire acondicionado y cualquier lectora que haya trabajado en alg¨²n momento de su vida en una oficina lo entender¨¢. Y es que siempre que llega el verano comienza el pulso por subir o bajar el aire acondicionado en las oficinas: por lo general las mujeres, que visten de manera m¨¢s acorde a la temperatura exterior, suelen quejarse del fr¨ªo, mientras que los hombres, con camisa y pantal¨®n largo, no quieren que suba la temperatura. Una vestimenta m¨¢s paritaria de cara al verano, seg¨²n Hopper, podr¨ªa conseguir que no gast¨¢semos tantos recursos. Unas bermudas, seg¨²n ¨¦l, podr¨ªan salvar el mundo.
Pero, a ver, ?y ellos que opinan?
?Las oficinas son lugares formales en los que hay que guardar cierta compostura?, opina Alberto, periodista de 33 a?os, ?s¨ª que se pueden aligerar un poco las normas de vestimenta en verano, sobre todo si es obligatorio el uso de traje y corbata. Pero las bermudas est¨¢n fuera de la ecuaci¨®n en cualquier caso, as¨ª como ir en ba?ador o en chanclas ¨Cnormalmente, adem¨¢s con una pedicura de lo m¨¢s descuidada¨C que son cosas que yo veo a diario en las redacciones period¨ªsticas. Existen cientos de tejidos ligeros con los que tapar las piernas y no parecer un chaval en el patio del colegio, dotar a quien lleva esas prendas de algo m¨¢s de seriedad y quedar bien en casi cualquier situaci¨®n ante personas que pueden tomar por poco serios a quienes acuden a trabajar con la misma ropa que utilizan el domingo en el campo con sus hijos?.
?Sinceramente, yo creo que este rechazo al pantal¨®n corto en la oficina viene dado por ese clasismo que tenemos en Espa?a y que parece que nunca nos vamos a quitar de encima?, explica Marcos, jefe de v¨ªdeo de 34 a?os, ?que se basa en esa diferencia entre lo que en Estados Unidos se ha denominado ¡®white collar worker¡¯ y ¡®blue collar worker¡¯: por un lado est¨¢ el se?or de traje que es respetable a ojos de la sociedad aunque luego sus actividades sean poco ¨¦ticas o completamente deleznables y , por otro, est¨¢ el currito que trabaja con una est¨¦tica que se entiende como m¨¢s descuidada y su trabajo se considera como ?menor? o menos importante. Y esta percepci¨®n que afecta tanto al pantal¨®n corto como a otras cuestiones est¨¦ticas como pueda ser llevar tatuajes que son cosas que parece que te quitan seriedad cuando, en realidad, a ver si empezamos de una vez a valorar a la gente por su trabajo y por sus ideas y no por ir a una reuni¨®n en pantal¨®n corto. Evidentemente, hay momentos y lugares donde no te vas a poder saltar nunca un protocolo pero, por fortuna, en nuestro d¨ªa a d¨ªa no es necesario respetar esta etiqueta extrema?.
?Tengo tanto miedo a que me vean en pantal¨®n corto como a ver las pantorrillas de mis compa?eros de trabajo. A mi jefe le pill¨® una vez por sorpresa una incidencia y tuvo que desplazarse a la oficina con sus pintas de ese momento: pantal¨®n corto. A¨²n se sigue comentando la historia? cuenta Manu, ingeniero de 39 a?os, ?sinceramente, no me encuentro c¨®modo, me sentir¨ªa rid¨ªculo con las patorras al aire en mi oficina. Hay ciertas cosas, como una prenda de este tipo, o mi afici¨®n a los afters que prefiero que se mantengan en el ¨¢mbito de lo privado?.
?Comprendo los c¨®digos de etiqueta en una empresa y que no pueda uno venir con un disfraz de pollo o en ba?ador, pero no que la etiqueta y la elegancia se midan por el largo de las prendas?, opina Guillermo, periodista de 36 a?os , ??por qu¨¦ la manga corta s¨ª y el pantal¨®n corto no? Un pantal¨®n corto puede ser tan indecente o tan elegante como uno largo. Me llama la atenci¨®n que en esta era de la defensa de individualidades no se respeten algunas que tienen que ver con algo tan humano y que se escapa tanto a nuestro control como que HACE CALOR y algunos d¨ªas de verano estar¨ªamos m¨¢s c¨®modos con una agradable bermudita?.
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