?Y si la fiebre del lujo silencioso no fuese solo una tendencia, sino un s¨ªntoma de un cambio global en la industria de la moda?
Bienvenidos a la ¨¦poca del ¡®If you know, you know¡¯ (IYKYK en redes, y traducido ¡°si sabes, sabes¡±) del lujo, en la que los ultrarricos se visten para que otros ricos reconozcan todo el oro que llevan encima y alardeen de lo mucho que entienden de moda.
Probemos un juego este oto?o. Vayamos a la milla de oro de cualquier ciudad y fij¨¦monos en lo que llevan los transe¨²ntes. Puede que veamos alguna sudadera de capucha, unos pantalones grises de pinzas, alg¨²n que otro jerseicito beis y, quiz¨¢, la m¨¢s atrevida luzca una camiseta de Nirvana. Un estilo que no llama demasiado la atenci¨®n, y que, aunque se ve pulcro, no va gritando ¡°cuesto mucho dinero¡±. Error. Todas estas prendas son todo menos humildes. La sudadera tiene etiqueta de Miu Miu y cuesta unos 1.300 euros, los pantalones grises son de Fendi y se venden por 850 euros, el su¨¦ter de cachemir lo firma Brunello Cucinelli y no baja de 1.500 euros¡ y la camiseta de Nirvana Incesticide, en un tremendo giro de guion, realmente es de Saint Laurent y su precio es nada menos que 3.550 euros. Bienvenidos a la ¨¦poca del If you know, you know (IYKYK en redes, y traducido ¡°si sabes, sabes¡±) del lujo, en la que los ultrarricos se visten para que otros ricos reconozcan todo el oro que llevan encima. Y adem¨¢s alardeen de lo mucho que entienden de moda.
Lo cierto es que no es algo nuevo. Desde siempre, las clases privilegiadas han usado c¨®digos incomprensibles para los no iniciados con la idea de reconocerse entre s¨ª e impedir el paso a aspirantes sin pedigr¨ª. La diferencia hoy es que este esnobismo superlativo se ha hecho visible para el gran p¨²blico. El desencadenante fue la serie Succession, en la que los plut¨®cratas compensaban sus oscuras motivaciones con guardarropas en infinitas tonalidades de c¨¢mel. Pero no solo atisbamos pinceladas de este look en la ficci¨®n. En cada aparici¨®n p¨²blica de Marta Ortega el reto es saber si va vestida de ¡®Zara pr¨®xima temporada¡¯ o de marcas tan exclusivas que no se conocen por el com¨²n de los mortales. A nivel global, las im¨¢genes de Gwyneth Paltrow en el juicio de su accidente de esqu¨ª fueron la mejor campa?a de marketing para prendas de su marca propia G. Label by Goop. Durante esos d¨ªas Paltrow dio una clase magistral del look que la tiktokera Tinx llama ¡°de madre rica¡±. M¨¢s o menos la f¨®rmula se compone de piezas de Goop sumadas a accesorios preppy como gafas de aviador de Ray-Ban y bolso vintage de Celine, con toques de alta moda de marcas como The Row y Prada. Estos momentazos de cultura popular, combinados con las fotos de los billonarios de Silicon Valley en sus camisetas bien ajustadas, han hecho que, con mezcla de fascinaci¨®n y rabia, nos obsesionemos con el llamado lujo silencioso.
¡°La moda siempre mantiene un di¨¢logo con el contexto cultural, y en este momento somos conscientes de que hay gente que no llega a fin de mes, as¨ª que no es apropiado mostrar de la riqueza de forma excesiva. Sin embargo, la moda siempre encuentra maneras de otorgar significados a un cierto estilo¡±, explica Mira Kopolovic, directora dedicada al an¨¢lisis cultural en la agencia creativa para redes sociales We Are Social. ¡°Como respuesta a la crisis del coste de la vida, hemos identificado una tendencia cultural que bautizamos como knowledge flex (alardear de conocimiento), que es la manera en la que las personas dan informaci¨®n sobre su estatus no solo con lo que poseen, sino tambi¨¦n con lo que saben¡±. Teniendo en cuenta los diferentes tipos de capital que establece el soci¨®logo Pierre Bourdieu, vestir con ropa cara y aburrida, adem¨¢s de otorgar capital cultural entre los afines, tambi¨¦n incorpora otros de los capitales: el econ¨®mico (poder adquisitivo) y el social (contactos).
¡°Estamos ante un tipo de consumidor de lujo muy sofisticado que evita los logos y que lleva solo los reconocibles para los que juegan a su mismo nivel¡±, comenta James Collard, periodista especializado en lujo. ¡°Me he fijado que muchos italianos con dinero han dejado de llevar las firmas m¨¢s obvias y se decantan por otras poco conocidas como Aspesi. Y cuando por razones profesionales conoc¨ª a un tipo sumamente rico, pens¨¦ que si lo vi¨¦ramos en Starbucks no tendr¨ªamos ni idea de la fortuna que amasa. No llevaba ropa obviamente exclusiva, ni reloj caro¡±.
Mientras tanto, las marcas de moda m¨¢s conocidas han montado sus colecciones de la temporada oto?o-invierno 2023-2024 en torno a este juego de trampantojo. Dice mucho que para esta temporada de oto?o-invierno Gucci haya dejado de lado el maximalismo para proponer tejanos con camisa blanca y gabardinas sin adornos; y que Bottega Veneta haya alcanzado la culminaci¨®n del falso b¨¢sico con unos pantalones con apariencia de vaqueros que en realidad est¨¢n confeccionados de un fin¨ªsimo cuero estampado.
¡°Marcas de lujo como The Row y Bottega Veneta, que siempre han enfatizado en la artesan¨ªa y la atemporalidad en sus colecciones, est¨¢n participando en esta tendencia, al igual que Valentino, Miu Miu e incluso Balenciaga. Estas ¨²ltimas marcas, que en colecciones anteriores buscaban generar viralidad con trucos publicitarios, hoy se encuentran mostrando sus productos en ambientes discretos y elegantes, que transmiten la calidad y la durabilidad de sus piezas¡±, dice la analista de tendencias Agustina Panzoni (The algorythm, en TikTok). ¡°Las colecciones de moda de esta temporada podr¨ªan marcar el comienzo de un cambio en la industria alej¨¢ndose de la fiebre por los productos virales. En lugar de crear piezas destinadas a hacer ruido en las redes sociales y desaparecer r¨¢pidamente, los dise?adores podr¨ªan estar optando por dise?os que se mantengan relevantes durante varias temporadas¡±.
Es com¨²n encontrar los argumentos que identifican el auge de este estilo con cambios que despuntan en la industria que tienen que ver con el fin del desquiciado ciclo de tendencias. Esto implicar¨ªa que el fen¨®meno no sea solo una tendencia. ¡°Muchas firmas est¨¢n claramente anticipando que sus clientes adoptar¨¢n esta manera de vestir a largo plazo¡±, opina Libby Page, directora de compras de Net-A-Porter. ¡°Para m¨ª, ese look se materializa en los tacones destalonados de The Row, los vaqueros rectos de Khaite, camisetas de ATM Anthony Thomas Melillo, rematado con una gorra de cachemir de Loro Piana¡±.
La gorra, la que no se quitaba Kendall Roy en Succession mientras lidiaba con sus m¨²ltiples tormentos, es el m¨¢ximo exponente de esta est¨¦tica. Con un precio de unos 420 euros es uno de los productos m¨¢s populares del segundo trimestre de 2023, seg¨²n The Lyst Index. Su ¨¦xito online ha impulsado la popularidad de una marca antes estrictamente minoritaria, con un aumento del 35% en b¨²squedas en la plataforma de compra de moda Lyst para Loro Piana de mayo a junio. Seg¨²n Google Trends, durante el verano se registr¨® un notable aumento de las b¨²squedas de t¨¦rminos relacionados con esta est¨¦tica: una subida del 300% de las b¨²squedas globales para stealth wealth (fortuna sigilosa), y del 80% para old money style, es decir, el dinero que viene de antiguo, lo contrario a un nuevo rico.
Si hacemos caso estos datos, podr¨ªa parecer que el consumidor medio de moda se ha decidido a vestirse como un potentado tremendamente aburrido, y que se ha desterrado cualquier tipo de salida de tono placentera. Pero ahora viene la pregunta inc¨®moda para la industria. ?Qu¨¦ pasa cu¨¢ndo lo que busca ocultarse se hace viral? Un estilo elitista sobrevive en el relativo anonimato, en cuanto se filtra al mercado multitudinario pierde su atractivo y utilidad para los que lo encabezan. Cuando hasta algunas marcas de precio medio est¨¢n anunciando sus productos en Instagram con la etiqueta del lujo silencioso (qu¨¦ iron¨ªa), lo natural es que el prestigio de ciertos estilos decaiga.
Pero dando una vuelta por las redes sociales nos damos cuenta de que los m¨¢s j¨®venes est¨¢n yendo m¨¢s all¨¢, y adem¨¢s de masificar lo que antes era un estilo en clave, est¨¢n subvirtiendo los c¨®digos para arrebatarle sus connotaciones m¨¢s clasistas. ¡°Las se?ales de clase en el old money core se democratizan online de manera que se convierten en un simbolismo que puede habitar cualquiera¡±, argumenta Kopolovic. ¡°Los j¨®venes han aprendido a alterar las din¨¢micas de poder, y est¨¢n haciendo que este estilo pierda su poder simb¨®lico. Algo parecido pas¨® cuando la juventud obrera brit¨¢nica se apropi¨® del estampado ic¨®nico de Burberry. Adem¨¢s, que estas etiquetas sean populares en internet, no quiere decir que la generaci¨®n Z quiera vestir con un estilo minimalista. Los cores (o est¨¦ticas que nacen online) son las lentes mediante las que los m¨¢s j¨®venes procesan la cultura. Nos hablan de sus valores y de c¨®mo se relacionan con las realidades econ¨®micas en general¡±, remata Kopolovic.
Cuando el lujo acapara el concepto de calidad y durabilidad, es el turno de los consumidores de reivindicar la moda consciente sin gastarse una fortuna. Es posible comprar en dise?adores independientes con responsabilidad social sin tener que hipotecarnos, se puede hacer que duren las prendas cuid¨¢ndolas y repar¨¢ndolas. Hay marcas peque?as que evitan gastos innecesarios produciendo colecciones por pedido, sin tener que crear una exclusividad artificial. En redes de apoyo y comunidades se dona o presta ropa para extender la vida de las prendas. En resumen, no hay que vestir con tan poca alegr¨ªa como Shiv Roy para no caer en el consumo desaforado.
El concepto de atemporalidad tambi¨¦n podr¨ªa ponerse entre signos de interrogaci¨®n. Porque las siluetas de la ropa aparentemente b¨¢sica, que usamos a diario, en realidad est¨¢n m¨¢s sujetas a los caprichos de las tendencias de lo que creemos. Es probable que, a pesar de la etiqueta de ¡®cl¨¢sicos¡¯, su corte o silueta se queden obsoletas mucho antes de lo que prometen.
Y quiz¨¢, por llevar la contraria a lo imperante, cabe la posibilidad de que las delicias exc¨¦ntricas sean a la larga m¨¢s longevas.
Unas plataformas doradas, un vestido verde hasta los pies, unos pendientes de gemas de colores¡ puede que estas piezas nos acompa?en durante m¨¢s tiempo y nos aporten m¨¢s placer en nuestras vidas que un dichoso y car¨ªsimo jerseicito beis.
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