No es el oeste, es el nuevo oriente espa?ol
En nuestro pa¨ªs les ense?amos a mejorar la calidad de sus art¨ªculos textiles. Ahora, llega imparable una generaci¨®n perfeccionada de moda china

Llegaron con prendas de materiales arrabalescos, que expon¨ªan con desd¨¦n entre flores de tela, papeles de regalo y gatos de la suerte con pu?o comunista. Las camisas se enredaban con las faldas de vinilo y las medias te?idas con pantones de chicle, casi nunca de temporada. El cliente hurgaba directamente en las cajas de cart¨®n en que la ropa hab¨ªa viajado m¨¢s de 9.000 kil¨®metros desde China, sirvi¨¦ndose de una precaria luz azulada que dotaba al conjunto de una irrealidad perturbadora: c¨®mo figurarse qu¨¦ tonalidad adquirir¨ªan aquellas prendas en plena luz del d¨ªa. Su lema era: vende barato, pero vende mucho.
Uno se preguntaba qu¨¦ hab¨ªa sido de las refinadas sedas chinas. Pero aquello no era m¨¢s que una brigada de reconocimiento. Han pasado los a?os y la moda made in China ha afinado sus m¨¦todos; en parte, gracias a la colaboraci¨®n de los espa?oles. Ahora, el gigante asi¨¢tico regresa con todo lo aprendido.
Atra¨ªdos por su tradici¨®n en el mundo de la moda, el primer puerto de los chinos en Europa fue Italia. Veni vidi fugavit. O casi. La comunidad china se asent¨® en el distrito industrial de Prato, en Florencia, donde las importaciones del pa¨ªs asi¨¢tico han crecido un 3.000% en 10 a?os, seg¨²n un informe del Observatorio Nacional de los Distritos Italianos. All¨ª llegan las prendas ensambladas al 95%. En muchos casos solo necesitan te?irse. ?Eso les permite poner la etiqueta made in Italy y mover la producci¨®n libremente por Europa?, cuenta Manuel ?lvarez, administrador de Madrid Fusi¨®n, el centro comercial de los mayoristas espa?oles, situado en pleno centro de Madrid. Mientras, la industria local italiana ha perdido 1.400 millones de euros en ventas, ha sacrificado 10.000 puestos de trabajo y ha tenido que apagar las luces de 2.000 empresas. Estos datos dibujan una victoria oriental, pero la creciente rigidez de las aduanas italianas y la mano dura que han aplicado las autoridades al mercado negro han disuadido a los inversores chinos. M¨¢s datos del vecino mediterr¨¢neo: ?De una cifra de negocio estimada de 1.800 millones de euros, se calcula que 1.000 millones se mueven en dinero B?, explica Silvia Pieraccini en su libro Assedio cinese (cerco chino).
Estas cifras deben tomarse como un boceto del escenario espa?ol. En nuestro pa¨ªs no se conocen los datos oficiales de importaci¨®n textil de China. El Ministerio de Industria no tiene la informaci¨®n detallada por sectores y por pa¨ªses al mismo tiempo. Los datos disponibles proceden de los propios interesados, quienes, una vez comprobada la identidad de la periodista, han accedido a abrir a S?Moda las puertas del mayor china town de Europa: el pol¨ªgono industrial Cobo Calleja, en Fuenlabrada (Madrid), un fen¨®meno de comercio al por mayor que no tiene parang¨®n en la Uni¨®n Europea.
El rey de estos lares es Gao Ping, el mayor empresario chino afincado en Espa?a, presidente del grupo ITC, dedicado a la importaci¨®n y a la exportaci¨®n, y con control sobre 13 empresas. Con los excedentes, Ping ¨Cahora tambi¨¦n mecenas¨C gestiona el Centro Cultural Hispano Chino y cre¨® en 2007 la Fundaci¨®n de Cultura y Arte IAC en Espa?a ¨Ccolaboradora del ¨²ltimo Documenta Madrid¨C y el Centro de Arte Contempor¨¢neo Iberia, en Pek¨ªn. Ahora, Gao Ping valora sacar ITC a bolsa.
La importaci¨®n da dinero: cada contenedor vale unos cuatro millones de euros y cada mayorista trae de cuatro a seis por temporada (entre ocho y doce al a?o). Aunque tampoco ellos son ajenos a la crisis: en 2005 manejaban entre 30 y 36 contenedores por temporada. Importan menos, pero mejor. Y han renovado sus instalaciones.
En las calles del pol¨ªgono han brotado gimnasios, restaurantes y bancos. Las naves han mutado de oscuras moles de cemento y hormig¨®n en macrotiendas iluminadas para atraer a los compradores y con una cuidada decoraci¨®n. ?Han contratado a interioristas espa?oles para modernizar el aspecto de sus almacenes y a comerciales y para mejorar el trato con el cliente?, explica Daniel Campos empresario y ¨²nico socio espa?ol de la versi¨®n online de Cobo Calleja (www.cobocalleja.info).
La mercanc¨ªa tambi¨¦n ha evolucionado. Las etiquetas de composici¨®n de los tejidos son la primera prueba: 70% algod¨®n, 30% seda; 100% lino; 100% ramio; 100% algod¨®n. Y esto amenaza con convertirse en terreno exclusivo de China. Seg¨²n un estudio del International Cotton Advisory Committee, el pa¨ªs asi¨¢tico ha acaparado el 52% de las importaciones de algod¨®n en la temporada 2011-2012. Esto quiere decir que, en la actualidad, posee un stock r¨¦cord de la fibra y est¨¢ dispuesta a convertirlo en prendas exportables. China poseer¨¢ cinco millones de toneladas al finalizar el a?o, mientras el resto del mundo se repartir¨¢ los 8,1 millones de toneladas restantes. Los precios, como consecuencia, se disparan. Tanto, que cadenas como Inditex, H&M o Primark han reducido el uso del algod¨®n en sus colecciones de primavera-verano 2012 y han incrementado el de fibras sint¨¦ticas, como la viscosa y el poli¨¦ster.
Otra muestra de su sofisticaci¨®n son las siluetas, cada vez m¨¢s conformes al gusto occidental. ?Los chinos se f¨ªan mucho de los buscadores de tendencias espa?oles?, revela Campos. ?Los contratan para que les orienten en los modelos que se van a llevar cada temporada, incluso fichan a dise?adores para enviar los patrones a las f¨¢bricas en China?. Cuando no los copian: ?Lo que m¨¢s les gusta reproducir es Chanel?. Algunas cadenas y grandes almacenes encargan sus propios dise?os a los mayoristas de Cobo Calleja. ?Es m¨¢s caro que comprar los modelos tal y como vienen. Pero a¨²n as¨ª les sale muy econ¨®mico?, cuenta el empresario espa?ol. ?Una diferencia de un euro o de 0,50 c¨¦ntimos por pieza puede suponer una ahorro de 50.000 euros, cuando se habla de pedidos de hasta 100.000 piezas, como los que encargan los grandes almacenes?.
Otra opci¨®n que proponen los importadores chinos es a?adir alg¨²n detalle a los dise?os que exhiben en sus naves. ?Eso se encarga directamente a China?, explica Jun, due?o de CQCoquetto, una de las firmas m¨¢s asentadas en el pol¨ªgono. ?Es m¨¢s caro que comprar aqu¨ª, pero no tanto como hacer un modelo desde cero?. Es algo, dice, que practican ya muchos establecimientos del madrile?o barrio de Salamanca. La ropa que cuelga en su macrotienda la adquieren los due?os de las peque?os comercios de barrio. Vienen de todas partes de Espa?a e incluso de Europa. La mayor¨ªa compra por paquetes: cada uno contiene 60 piezas, que cuestan unos 13 euros cada una, seg¨²n el material, y venden despu¨¦s por unos 60 euros.
El ¨²ltimo signo de la sofisticaci¨®n de la moda hecha en China son los colores. ?Nosotros vamos, les ense?amos a hacer el tallaje europeo y a tratar la piel. Hasta el tinte que hay que usar para que no se te quede el pie rojo. Est¨¢n haciendo un m¨¢ster gratuito a costa de los que vamos all¨ª a fabricar?, denuncia Manuel ?lvarez. ?Adem¨¢s, cada vez hay m¨¢s chinos de segunda generaci¨®n en Europa que conocen mejor c¨®mo funciona el mercado occidental?.
Los minoristas espa?oles que no pasan por Cobo Calleja van directamente a China. Algunos tienen su propia f¨¢brica en origen. Otros han firmado acuerdos de provisi¨®n; como las tiendas Mulaya, de la empresaria china Lisa Pou, que ya ostenta al menos 16 establecimientos en Espa?a, aunque no confirma el dato. Pero ?muchos de los que fueron a fabricar all¨ª est¨¢n regresando?, anuncian desde la Asociaci¨®n de Componentes del Calzado. ?Ha aumentado la calidad y tambi¨¦n, los precios?. La mano de obra china ya no es tan barata. ?Antes los operarios cobraban unos 2.000 yuanes (m¨¢s de 200 euros)?, rese?a Daniel Campos. ?Ahora los sueldos rondan los 4.000 yuanes (casi 500 euros)?.
Su industria se ha refinado. Ahora contratan a modelos europeas residentes en China para elaborar los cat¨¢logos, que exportan junto a la ropa. Y celebran ferias internacionales para los profesionales del sector. Hace dos semanas, por ejemplo, Shangh¨¢i acog¨ªa Techtextil, la International Leather Fair y la International Footwear Exhibition. Lo ¨²nico que a¨²n no saben hacer son los productos de lujo. Los chinos compran Mercedes, BMW, Rolex y vaqueros italianos de 200 euros porque no tienen ninguna marca nacional que sustituya estos art¨ªculos. ?Al tiempo?, advierte ?lvarez. ?Pronto habr¨¢n encontrado la clave?.

Instalaci¨®n Laterns (Matadero, Madrid), del artista Dong Bingfeng, con la que colabor¨® la Fundaci¨®n IAC, bajo el mecenazgo de Ping.
Mirta Rojo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.