No lo s¨¦
Una noche cualquiera de la Semana de la Moda de Mil¨¢n, Leticia Garc¨ªa, redactora jefa de moda de S Moda, me avis¨® de que le acababa de llamar la estilista Alba Melendo, que ¨ªbamos a cenar. En uno de esos generosos y divertid¨ªsimos delirios de Alba, que siempre recibe a todo el que quiera apuntarse, acabamos cenando con Miriam S¨¢nchez y otras dos o tres personas (y cantando a voz en grito algunas canciones que pinchamos en YouTube y que solo confesar¨¦ bajo tortura). Esa noche, la modelo espa?ola ya hab¨ªa hecho algunos shows y le preguntamos si iba a desfilar para Prada. No lo s¨¦, nos contest¨®. Se retir¨® pronto. Al d¨ªa siguiente, cuando la vi primero en la pantalla y luego caminando hacia m¨ª en el desfile de la colecci¨®n que viste ahora mismo en esta portada, solo constat¨¦ que no pod¨ªa ser de otra forma: Miriam ten¨ªa que estar en aquel desfile.
Y Miriam S¨¢nchez tambi¨¦n ten¨ªa que protagonizar este n¨²mero. Una de las 50 modelos m¨¢s solicitadas del mundo, la madrile?a tiene una relaci¨®n especial con la moda. Es sosegada, s¨®lida, duradera, poco ansiosa. Y esta visi¨®n tan particular de una industria con una cara A r¨¢pida y consumista es justo el resumen perfecto de lo que queremos contar.
Dicen que la industria de la moda es la segunda industria m¨¢s contaminante. No lo es. Pero eso no significa que el ritmo de producci¨®n y compra desaforado, el usar y tirar, el abaratamiento de la ropa, su producci¨®n y su transporte, no sean derivas peligros¨ªsimas que debamos replantearnos. No vale mirar a otro lado y pedir que nos dejen comprar ¡°nuestras cositas¡±, como dice ir¨®nicamente en este n¨²mero la periodista Marta D. Riezu ¡ªy por cositas se refiere, por ejemplo, a camisetas tan baratas que compensa destruir como excedente antes que transportarlas a un mercado secundario¡ª. Tampoco vale ser c¨ªnicos y concluir que todas las iniciativas de las grandes marcas no son m¨¢s que un lavado de cara, blanqueamiento verde (?se traduce as¨ª greenwashing?) y que el descr¨¦dito es tal que qu¨¦ m¨¢s da: o dejas de comprar para siempre o est¨¢s participando en una farsa. Pues no. Las razones ser¨¢n variadas, y seguro que hay campa?as de imagen de por medio, adem¨¢s de conciencia, pero en S Moda creemos que los peque?os o grandes pasos que contribuyen a que la moda sea m¨¢s equitativa, m¨¢s limpia, m¨¢s transparente y m¨¢s consciente hay, al menos, que contarlos. As¨ª que, entre otros muchos temas que har¨¢n de este mes un mes mejor como la entrevista a Gaby Hoffmann, la preciosa imagen de Susi S¨¢nchez, Laia Costa y Alauda Ruiz de Az¨²a abrazadas, o las fotograf¨ªas de la colecci¨®n de Armani en sus jardines, podr¨¦is leer sobre iniciativas novedosas, apuestas de futuro y preguntas inc¨®modas con respuestas inciertas porque no las sabemos. En este mundo polarizado, con respuesta para todo, qu¨¦ dif¨ªcil es decir solo no lo s¨¦. No suele ocurrir. Espero que lo disfrut¨¦is.
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