Brujas, hor¨®scopo y memes: el pujante negocio (y refugio millennial) de la astrolog¨ªa feminista
El feminismo reivindica a las hechiceras contra el patriarcado y la astrolog¨ªa hace caja en nuevas narrativas como faro ante la incertidumbre social.
Dime cu¨¢l es tu signo y te dir¨¦ d¨®nde ir de vacaciones es lo ¨²ltimo en clickbait tur¨ªstico. La obsesi¨®n por la est¨¦tica de las constelaciones lo mismo se imprime en camisetas de Stradivarius (6 euros) que en dise?os de Clare Waight Keller para Givenchy (380 euros). Goop vende botellas port¨¢tiles con piedras amatistas en su interior para ?beber agua con buenas vibraciones? (80 euros). Este a?o, en Urban Outfitters volaron las ?geodas m¨ªsticas? reconvertidas en pr¨¢cticos sujetalibros decorativos (30 euros), pero queda stock de velas y ambientadores para celebrar los solsticios (25 euros). Lo predijo la agencia prescriptora de tendencias K-Hole en 2015 y dio en el clavo: se avecinaban tiempos de devoci¨®n por la magia en m¨²ltiples subtendencias, todas ellas asociadas a lo esot¨¦rico y lo feminista. Ten¨ªa raz¨®n.
Netflix reconvirti¨® en 2018 a la simp¨¢tica bruja adolesecente Sabrina en una hechizera antipatriarcal y antirracista. La fundaci¨®n George Lucas ha restaurado este a?o Cuando fuimos brujas (1990), la primera pel¨ªcula de una Bj?rk hechizera, una revisi¨®n con perspectiva de g¨¦nero del cuento El enebro, de los hermanos Grimm. Comme des Gar?ons mony¨® un aquelarre de brujas feministas en su desfile de febrero. Las nuevas generaciones han rescatado el ideario de las activistas W.I.T.C.H. de los setenta y retomado el negro del uniforme cl¨¢sico para sus acciones perform¨¢ticas contra el capitalismo o contra la pol¨ªtica migratoria de Trump. Las brujas, figuras hist¨®ricamente reclamadas como s¨ªmbolos del feminismo por ser enemigas de los c¨¢nones patriarcales, sencillamente, est¨¢n por todas partes.
Con el efecto Greta en lucha contra la emergencia clim¨¢tica acaparando debates medi¨¢ticos y protestas globales y las j¨®venes del 8-M coreando aquello de Somos las nietas de las brujas que no pudist¨¦is quemar, otro fen¨®meno que nadie esperaba hace diez a?os ha explotado en la cultura digital de los millennials y zetas. ?Paralelamente a la construcci¨®n del mastod¨®ntico imperio del wellness de Gwyneth Paltrow entre las m¨¢s maduras ¨Cedificado en base a mercantilizar con terapias alternativas los miedos de la mujer occidental (¡®?Por qu¨¦ no me sube la libido? ?Por qu¨¦ me veo fea y vieja? ?Por qu¨¦ no duermo bien?¡¯)¨C, se ha tejido otro gigante empresarial entre las m¨¢s j¨®venes: el negocio de la astrolog¨ªa y el hor¨®scopo. Mucho ha llovido desde que Susan Miller crease en 1995 AstrologyZone y generase una comunidad de millones de seguidores adictos a sus predicciones. Sus herederos en clave millennial, como el d¨²o de astr¨®logos Astro Poets (500.000 seguidores en Twitter) o la activista y astr¨®loga Chani Nicolas (300.000 en Instagram), arrasan con nuevas narrativas de predicciones astrales donde lo mismo publican memes con personajes de la cultura pop, chistes sobre Mercurio retr¨®grado que editan libros de astrolog¨ªa con perspectiva feminista a trav¨¦s del zod¨ªaco.
Las apps del hor¨®scopo se llevan, tambi¨¦n, buena parte de este pastel capitalista. The Pattern, Co-Star y Sanctuary, con servicios de hor¨®scopo diario personalizado gratuito entre otros servicios de pago (carta astral), son las m¨¢s adictivas y exitosas. Seg¨²n apuntaba en abril la periodista Erin Griffith en un art¨ªculo de The New York Times titulado Los inversores digitales est¨¢n poniendo su dinero en astrolog¨ªa, el sector de ?servicios m¨ªsticos? tiene un potencial comercial de 2.100 millones de d¨®lares (unos 1.900 millones de euros) despu¨¦s de que ?Co-Star, una app descargada por tres millones de usuarios que permite comparar gr¨¢ficas astrol¨®gicas para que ?la irracionalidad invada nuestras formas de vida tecno-racionalistas?, captase cinco millones de d¨®lares de inversi¨®n desde fondos de capital de riesgo de Silicon Valley.
Poco importa que sus consumidoras sepan que aquello que leen en sus pantallas no es una ciencia exacta ni tangible. El nuevo consumo de la astrolog¨ªa se ha ludificado. ?Es como hacer psicoterapia sum¨¢ndole magia?, defend¨ªa Maura Judkis sobre esta obsesi¨®n moderna el pasado noviembre en The Washington Post. Un nuevo consumo que es refugio y v¨ªa de escape ante la ansiedad de nuevo precariado, porque no hay nada mejor para empezar un lunes que compartir un meme de Britney Spears rapada apelando a la Luna en Plut¨®n.
Feminismo, obsesi¨®n por la astrolog¨ªa y neom¨ªstica en simbiosis con la naturaleza. Eso mismo transmite la flamante ganadora del ¨²ltimo premio Nobel, Olga Tokarczuk, que no ha podido dar m¨¢s en el clavo al otorgar todas estas inquietudes a su protagonista en Sobre los huesos de los muertos (Siruela), una novela de 2009 que acaba de reeditarse y que describe el cambio de conciencia femenina de esta ¨²ltima d¨¦cada.
El mercado editorial tambi¨¦n ha olido el negocio y se suma al fen¨®meno desde la vertiente m¨¢s l¨²dica (C¨®mo ser una bruja moderna, traducido aqu¨ª por Roca y a cargo de la ?alquimista de modas? y estrella de Instagram, Gabriela Herstik) a ensayos con voluntad de revisar el ?mito en clave hist¨®rica y feminista como el de Mona Chollet en Brujas. ?Estigma o fuerza invencible de las mujeres? (Ediciones B), que cogi¨® el testigo a Calib¨¢n y la bruja, el cl¨¢sico de Silvia Federici, para analizar c¨®mo se ha domesticado el cuerpo femenino a trav¨¦s del patriarcado capitalista.
Ese traslado a lo intangible, esa huida en femenino hacia un pensamiento m¨¢gico frente a una deriva global de incertidumbre econ¨®mica y pol¨ªtica tambi¨¦n lo experimentan artistas como la brit¨¢nica Natasha Khan (Bat For Lashes), que ha montado una pandilla de vampiras y brujas en Lost Girls, su ¨²ltimo ¨¢lbum; la noruega Jenny Hval, que recurre a la simbolog¨ªa del tarot en el suyo e incluso la espa?ola La Bien Querida, quien ha titulado su ¨²ltimo disco Brujer¨ªa y lo ha llenado de gatos negros y velones.
Un fen¨®meno que resume bien Andrea Gumes, referente patrio desde sus predicciones en Vice: ?Ahora todas queremos ser brujas empoderadas, independientes y un poco mal¨¦ficas. Joder, que las brujas son puro poder sexual. ?Qui¨¦n no quiere eso? Todas brujas?.
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