Hollywood huye del sexo (y se lo quedan todo en las series)
El erotismo encuentra su mejor aliado en las series de culto, mientras Hollywood practica la abstinencia sexual. Pero la moral no es la ¨²nica raz¨®n a este desequilibrio.
Los dos ¨²ltimos estrenos de Hollywood se centran en los s¨²perh¨¦roes, tal vez para compensar con la ficci¨®n algo de lo que el mundo real est¨¢ bastante escaso. Los aficionados a este g¨¦nero pudieron ver en la gran pantalla las rencillas y luchas de poder entre dos personajes con capa en Batman v Superm¨¢n: El amanecer de la justicia, y este pr¨®ximo viernes tendr¨¢n raci¨®n doble con Capit¨¢n Am¨¦rica: Civil War. Acci¨®n, seres voladores y enmascarados, malos y buenos, mundos a punto de estallar, persecuciones y efectos especiales en grandes cantidades; pero pocas, o ninguna, escenas de sexo. En lo que a Hollywood concierne, la raza humana hace ya tiempo que se reproduce por esporas o por generaci¨®n espont¨¢nea. ?Da igual?, porque de todas formas es algo que ya no interesa al espectador. El amor, desamor, pasi¨®n, lujuria o sexo, antes los motores del mundo, son ahora sentimientos que no necesitan ser narrados o que afectan muy poco a los protagonistas, demasiado ocupados en salvar a la humanidad, en matar la mayor cantidad de zombis posibles o en asegurarse de que su espada l¨¢ser funcionar¨¢ cuando sea necesario.
En el floreciente mundo de las series de televisi¨®n, sin embargo, uno de los ¨²ltimos estrenos ha sido The Girlfriend Experience, producida por Steven Soderbergh, autor de The Knick para el conocido canal por cable Starz. Son muchos ya los que apuntan que est¨¢ ser¨¢ la serie del a?o, magistralmente protagonizada por la nieta de Elvis Presley, Kiley Reough, y con una tem¨¢tica de alto voltaje y real como la vida misma: una becaria que trabaja para una firma de abogados decide ampliar sus escasos ingresos haciendo de escort o prostituta de lujo.
?ltimamente parece ser que se han invertido los papeles, y mientras Hollywood nos trata como eternos adolescentes, interesados solo en los efectos especiales, el 3D, las explosiones y la humanidad en peligro de extinci¨®n; la televisi¨®n por cable, nos considera como a adultos pensantes, interesados en algo m¨¢s que en devorar palomitas frente a una pantalla, y nos presenta historias que, lejos de situarse en el blanco o el negro, se colocan en el amplio margen de los grises. Antih¨¦roes, personajes que se ven obligados a cambiar su moral si quieren sobrevivir ¨CBreaking Bad¨C; mujeres que triunfan en el mundo de los negocios desde la c¨¢rcel, vendiendo bragas usadas a pervertidos ¨COrange is the new black¨C; mafiosos con ataques de p¨¢nico, que deben recurrir a los servicios de un psiquiatra, ¨CLos Sopranos¨C o padres de familia que, tras su jubilaci¨®n, empiezan a vestirse de mujer ¨CTransparent¨C. Todo aderezado con abundantes escenas de sexo y, adem¨¢s, del tipo m¨¢s insolente y provocador. Hemos visto annilingus en Girls, relaciones entre hermanos, en Juego de Tronos; tr¨ªos, con madre e hija incluidas, en Nip/Tuck; como un eternamente joven Dorian Gray copulaba con una prostituta enferma de tuberculosis que vomitaba sangre, mientras un fot¨®grafo los retrataba, en Penny Dreadful; felaciones practicadas por monjas, en Californication o sexo expl¨ªcito entre hombres en Queer as Folk. La filosof¨ªa es simple, si la gente paga por ver los contenidos de un canal, ¨¦stos deber¨¢n ser, cuanto menos, impactantes, hacernos pensar, quitarnos el sue?o, de vez en cuando, y satisfacer a ese peque?o voyeur que, en mayor o menor medida, todos llevamos dentro.
Seg¨²n Toni de la Torre,? autor de varios libros al respecto, el ¨²ltimo de ellos Series de culto (Minotauro, 2015), ¡°hay que tener en cuenta que cuando hablamos de estas sagas de televisi¨®n, con tantos seguidores, nos referimos siempre a la televisi¨®n por cable, a canales de pago, como HBO o Showtime, que fueron los primeros en hacer este tipo de ficci¨®n. Las cadenas normales siguen con la filosof¨ªa de siempre, muy conservadora y teniendo en cuenta a los anunciantes y a las asociaciones de padres o religiosas, que son los modernos censores. Estas televisiones jam¨¢s van a emitir contenidos sexuales o subidos de tono porque les traer¨ªan muchas quejas y ahuyentar¨ªan a la publicidad. Por ejemplo, en la serie Cagney & Lacey, que trata de dos mujeres detectives, se cambi¨® una de las protagonistas para que no diera la sensaci¨®n de que eran lesbianas. En las cadenas normales hay un af¨¢n por evitar no solo el sexo, sino cualquier tema que pueda ser molesto o controvertido ¨Chomosexualidad, aborto, terrorismo, sida, eutanasia-. Lo contrario que ocurre en los canales de pago, que atraen a los espectadores con sexo, violencia, asuntos espinosos y una cuidada elaboraci¨®n. No hay m¨¢s que recordar a Canal +, cuando empez¨® a emitir en nuestro pa¨ªs y proyectaba, la noche de los s¨¢bados, cine er¨®tico codificado¡±.
Existi¨® tambi¨¦n un tiempo en el que Hollywood apost¨® por un ¡°erotismo para todos los p¨²blicos¡± con escenas escandalosas ¨Ccruce de piernas de Sharon Stone en Instinto B¨¢sico (1992)¨C que promocionaban la pel¨ªcula, pero esa t¨¢ctica es ya solo un recuerdo.
Nuer Taqa es un director de cine asi¨¢tico, que ha trabajado en Francia, en documentales y proyectos de animaci¨®n, y ha dirigido la pel¨ªcula YanYuan, que ha recibido la nominaci¨®n al Mejor Director en The International Filmmaker festival of World Cinema. Taqa conoce a fondo la industria y contesta a S Moda desde Nueva York, ¡°una de las razones por las que Hollywood ya no est¨¢ interesado en el sexo es porque ¨¦ste est¨¢ en todas partes: vallas publicitarias, moda, anuncios, Internet. Ya no es algo que la gente tiene que pagar para ver. Adem¨¢s, debido a la clasificaci¨®n de las pel¨ªculas para las diferentes audiencias, algo de lo que se ocupa The Motion Picture Association of America¡¯s Film-rating System (MPAA), incluir escenas sexuales en un t¨ªtulo comercial puede hacer que se pierda una gran parte de los espectadores, como ni?os o pa¨ªses religiosos. Algunos productores piensan tambi¨¦n que a las mujeres no les gusta ver en la pantalla que su h¨¦roe favorito se acuesta con otras, aunque si les agrada admirar su atractivo o comprobar que siempre sale airoso de todos sus problemas o dificultades. Hay que entender tambi¨¦n que Hollywood no est¨¢ interesado en hacer arte sino dinero, y que su principal objetivo es llegar al mayor n¨²mero de personas y pa¨ªses posibles¡±.
Tu a Boston (p¨²blico selecto), yo a California (grandes audiencias)
Hoy por hoy parece que cine y canales por cable han definido muy claramente sus objetivos y sus p¨²blicos. Si el sexo campa a sus anchas por Internet y las series cuentan con inteligentes y creativos guionistas, que saben contar historias; el cine made in Hollywood, por defecto, ha elegido el ¨²nico campo en el que todav¨ªa puede asegurarse una cierta exclusividad: el de las grandes producciones. Seg¨²n Toni de la Torre, ¡°Hollywood apuesta por el cine espect¨¢culo, trilog¨ªas, s¨²per h¨¦roes. Por pel¨ªculas-evento que hay que ver para luego poder hablar u opinar sobre ellas. Star Wars, Harry Potter, El se?or de los anillos, estructuras seriadas que obliguen a los espectadores a estar al tanto de la trama. La televisi¨®n, sin embargo, es algo m¨¢s ¨ªntimo en lo que no se puede ver a una ciudad derrumb¨¢ndose en 3D¡±.
Los efectos especiales son, hoy por hoy, uno de los seguros de vida de la pantalla grande y las salas de cine. Pero puede que no por mucho tiempo, ya que series como Juego de Tronos incorporan, cada vez m¨¢s, estos trucos de im¨¢genes en sus guiones. ¡°Es verdad que los mejores guionistas est¨¢n en las series de televisi¨®n¡±, apunta Toni de la Torre, ¡°pero eso siempre ha sido as¨ª; de la misma forma que los mejores directores est¨¢n en el cine. Lo que ocurre es que la figura del guionista ha conseguido una cierta consideraci¨®n o prestigio de la que carec¨ªa antes. El guionista de televisi¨®n cuenta ahora con m¨¢s libertad creativa y se le permiten licencias que antes no ten¨ªa¡±.
Las t¨¦cnicas narrativas de la peque?a y la gran pantalla parecen tambi¨¦n intercambiables, ahora que las series imitan al cine independiente y Hollywood a los sagas televisivas. De la Torre, sin embargo, cree que ¡°la forma de contar las cosas en las series es la misma que en los a?os 70 u 80, donde hay un gran cambio es en la forma de producci¨®n, en la creatividad que hay detr¨¢s de la c¨¢mara, que imita al cine. Ha habido una mejora en la factura general de las series desde finales de los 90. Seguramente Twin Peaks y Los Soprano fueron las primeras grandes series que se hicieron como una pel¨ªcula, que recordaban visualmente al cine, pero m¨¢s que nada por su cuidada producci¨®n¡±.
El futuro de la televisi¨®n convencional empieza a ser cuestionable con el ¨¦xito de la versi¨®n por cable, las webseries ¨Cseries que se emiten por Internet¨C y plataformas como Netflix o Yomvi. De la Torre, sin embargo, opina que ¡°siempre habr¨¢ acontecimientos y eventos que queramos ver en directo: noticias, citas deportivas, sucesos de trascendencia social o pol¨ªtica. Lo que si acabaran son las parrillas de programaci¨®n, tal como hoy las conocemos¡±.
En cuanto al cine, por alguna extra?a raz¨®n, el apocalipsis, la invasi¨®n de la Tierra por seres de otras galaxias o los vuelos rasantes de Superm¨¢n nos gusta verlos acompa?ados. Pero adem¨¢s, como Nuer Taqa apunta, ¡°est¨¢ la dimensi¨®n sentimental del hecho de ir a ver una pel¨ªcula al cine, sentarse junto a alg¨²n ser querido en una sala oscura, llena de gente y esperar a que alguien nos cuente una buena historia¡±.
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