Delphine de Vigan: ?La pandemia nos ha demostrado la importancia de los peque?os gestos?
Es una de las autoras francesas de referencia y ahora publica ¡®Las gratitudes¡¯, una novela sobre la edad y la importancia del agradecimiento.
El ¨²ltimo libro de Delphine de Vigan deber¨ªa llevar una advertencia para los lectores de 2021. Las gratitudes (Anagrama) ya encog¨ªa el coraz¨®n cuando se public¨® en Francia, en 2019, y eso que entonces lo de la pandemia era algo asociado solo a pel¨ªculas de terror. Dos a?os despu¨¦s, y cuando a¨²n no remite el coronavirus que se ha cebado especialmente con los m¨¢s mayores, el coraz¨®n se arruga irremediablemente mientras se avanza en la historia de Michka, una anciana que ingresa en una residencia donde se va apagando poco a poco, a medida que avanza su afasia y va olvidando su mayor tesoro, las palabras. Con todo, De Vigan (Boulogne-Billancourt, 54 a?os), asegura que hay una nota positiva en una novela con la que ha querido continuar la exploraci¨®n de aspectos del ?alma humana? que comenz¨® en Las lealtades, con la que Las gratitudes, dice, forma un d¨ªptico, aunque se puedan leer de manera independiente.
Escribi¨® Las gratitudes cuando nadie imaginaba lo que se ven¨ªa encima. ?Siente ahora de manera diferente este libro? ?Habr¨ªa cambiado algo?
No necesariamente. Incluso antes de la pandemia me di cuenta de que el libro suscitaba reacciones muy emocionales porque, en el fondo, la cuesti¨®n de la edad, de los ancianos que est¨¢n en esas instituciones, esa manera que tenemos hoy en d¨ªa de descartar a los mayores para protegerlos, pero tambi¨¦n porque ya no consiguen ir a la velocidad a la que va nuestra sociedad, es algo que debemos cuestionarnos como sociedad. La pandemia solo pone en evidencia algo que ya sab¨ªamos.
?Cuando me imagino vieja (¡) lo que me resulta m¨¢s insoportable es la idea de que ya nadie me toque?, dice uno de sus personajes. Por la covid, eso es algo que muchos han sufrido sin tener que esperar a envejecer. ?Hemos aprendido algo?
Es cierto que la pandemia nos ha abierto los ojos ante la soledad en las residencias, que es terrible. Ha pasado en Espa?a, en todas partes, personas mayores que han muerto sin haber podido volver a ver a los suyos, sin que nadie les pudiera coger la mano, estar con ellos¡ Eso nos muestra la crueldad de esta situaci¨®n. Hay que tener esperanza en que quiz¨¢ seamos algo m¨¢s cuidadosos en el futuro, cuando podamos abrazarnos de nuevo. Este momento nos ha demostrado la importancia de todos esos peque?os gestos, los besos del saludo, acariciar una mejilla, tomarle la mano a alguien.
?Qu¨¦ le atrae tanto del agradecimiento?
No s¨¦ cu¨¢ntas veces al d¨ªa decimos gracias, pero ?es una convenci¨®n social o sabemos realmente agradecer a la gente que tiene un papel importante en nuestra vida? No es tan sencillo, porque dar las gracias es aceptar la idea de que somos vulnerables, que tenemos necesidad del otro, y eso no es f¨¢cil. Adem¨¢s, emocionalmente, a menudo tenemos miedo de pasarnos, de manifestar nuestra gratitud de manera demasiado efusiva.
?Esconde la pandemia una nueva novela suya?
Es demasiado pronto a¨²n, necesito algo de distancia con lo que escribo. Por el momento, no tengo ganas de escribir sobre esto. Pero el libro que he terminado [Les enfants son rois, que en Francia publica en marzo con nueva editorial, Gallimard], que habla de internet y las redes sociales, del mundo YouTube, va a tener una resonancia particular porque la gente viene de un a?o en el que ha usado m¨¢s lo digital.
En su libro Nada se opone a la noche hablaba ya de un tema que en Francia est¨¢ provocando un terremoto social y pol¨ªtico a ra¨ªz de otro libro, La familia grande, de Camille Kouchner: los abusos sexuales contra menores en el seno de la familia. ?Le ha sorprendido esta respuesta?
El incesto es el mayor tab¨² de nuestra sociedad y vemos hasta qu¨¦ punto sigue habiendo un discurso refractario (¡) es algo que no quer¨ªamos ver ni escuchar y que siempre hemos intentado esconder bajo la alfombra. Yo lo viv¨ª con Nada se opone a la noche, ah¨ª el tema del incesto es muy importante, estoy convencida de que la enfermedad de mi madre estaba directamente ligada a esa cuesti¨®n y lo cuento, pero en las cr¨ªticas rara vez fue destacado. El libro de Camille Kouchner tiene un eco importante porque trata de gente muy conocida. Si gracias a esa notoriedad por fin se empieza a hablar del tema, pues muy bien. A trav¨¦s de ese libro, otras mujeres, de otros entornos, porque el incesto se da en todos los entornos y clases, pueden decirse que tienen el derecho de hablar y de denunciar. Estoy segura de que, como el de Vanessa Springora [El consentimiento] hace un a?o, este libro, todos esos libros, nos muestran el poder de la literatura para denunciar situaciones y, en un momento dado, gracias a que una historia nos afecta especialmente, darnos cuenta de las cosas.
?Qu¨¦ falta a¨²n en Francia para que se libere de verdad la palabra de las mujeres?
Tenemos un sistema que todav¨ªa es muy arcaico en ciertos aspectos. Lo hemos visto en la cuesti¨®n de los feminicidios, donde Espa?a va muy por delante en materia de brazaletes electr¨®nicos, protecci¨®n¡ Hemos tardado much¨ªsimo, y no est¨¢ logrado, en proteger a las mujeres en peligro, vemos hasta qu¨¦ punto su palabra, y la de los ni?os, no es escuchada. Algunas van una y otra vez a denunciar malos tratos y luego nos sorprendemos cuando aparecen muertas. Todav¨ªa hay mucho por hacer.
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